Mujeres alzan la voz en defensa de los niños no nacidos y en oposición
a las vacunas manchadas con sangre de abortos
El aborto es el equivalente actual de la Matanza de los Inocentes. Como mujeres,
alzamos nuestro clamor femenino para que resuene en todo el mundo. Esta declaración
brota del fondo de nuestro corazón maternal, entregado a defender la causa de la vida y
combatir la cultura de la muerte. Por consiguiente, declaramos de todo corazón: «No
queremos ser cómplices de la actual Matanza de los Santos Inocentes, y en
consecuencia nos negamos a aceptar toda vacuna en cuya preparación se hayan utilizado
células derivadas de fetos humanos abortados».
El aborto, origen de tejidos empleados para producir vacunas
Encaremos con franqueza la realidad del aborto. A nivel mundial, aproximadamente
uno de cada cinco embarazos termina en aborto; el número anual de abortos se calcula
entre 40 y 50 millones anuales1. Desde que el aborto empezó a ser un negocio
importante, no menos de 2500 millones de nasciturus han sido asesinados en el vientre
de su madre. Reflexionemos por un momento en esta cifra, e intentemos sondear la
profundidad de este abismo sin fondo.
La excepcionalmente bárbara crueldad del siglo XX, con sus dos mortíferas contiendas
mundiales e incluso con ideologías más mortíferas aún, no se acerca ni de lejos a la
indecible magnitud de esta matanza de proporciones mundiales de quienes son los más
indefensos entre los seres humanos. No podemos menos que tenerlo presente mientras
reflexionamos sobre la moralidad de las vacunas fabricadas a partir de células
procedentes de fetos humanos abortados.
Este genocidio de niños por nacer es de una magnitud inimaginable, pero es igualmente
inadmisible por su detestable brutalidad: la manera en que se cometen esos asesinatos es
de una crueldad inconcebible. Tengamos en cuenta algunos de los métodos más
extendidos de realizar abortos2. Imaginemos un niño con nueve semanas de gestación:
es capaz de dar volteretas en el seno materno, fruncir el ceño y tragar. Para abortarlo, se
introduce en el útero un tubo hueco terminado en una punta con una cuchilla afilada, y
por el otro extremo se conecta a una potente aspiradora; corta al niño en pedazos
pequeños que son aspirados, pasan a un frasco y terminan en la basura.
Pensemos ahora en una niña al final de su tercer mes de gestación: es capaz de llorar en
silencio --y a veces lo hace-- en el claustro materno, así como de sentir dolor. Para
abortarla, se introduce un fórceps en el seno de la madre, el cual atenaza y retuerce los
huesos de la criatura y termina por desmembrar totalmente su cuerpecito. Con toda
probabilidad, la espina dorsal se quebrará y el cráneo resultará machacado mientras es
extraída del cuerpo de la madre.
Por último, imaginemos un nasciturus de 20 semanas de vida: es capaz de reconocer la
voz de la madre. Para abortarlo, el médico inserta una larga aguja en el abdomen de la
madre por la que le inyecta una solución salina que es tragada por el feto; se trata de un
tóxico corrosivo que lo quema por dentro y por fuera. En cosa de un día, la madre da a
luz a un niño muerto o agonizante. En estos casos, muchos niños nacen vivos y mueren
abandonados. Es una muerte más cruel que la de los niños sacrificados en la Gehenna,
el valle vecino a Jerusalén donde los israelitas sacrificaron por un tiempo a sus hijos
quemándolos vivos en las fauces del dios cananeo Moloc. El fuego de aquellos infanticidas
los consumía más rápido que a las víctimas actuales. Cuando hoy en día la colocan en las
manos de Moloc, la criatura no deja de temblar hasta que por fin se queda quieta y callada
en un charco de sangre que se enfría rápidamente. Hasta hace poco estaba arropado en
el calor del vientre materno; ahora yace sin vida en una sala esterilizada, completamente
desnudo y sin nadie que llore su muerte3.
El fruto de la investigación con tejidos fetales
Por si no fuera suficiente con la cantidad y brutalidad de estos abortos, hoy en día se
cultivan 4 miembros de niños abortados con miras a la investigación médica en una
especie de terrorífica pesadilla feticida. Los aborteros reconocen que han modificado los
procedimientos quirúrgicos5 a fin de que algunos miembros queden intactos y les sean
de utilidad a los investigadores. Imaginemos ahora al niño de antes, no quemado por la
solución salina sino nacido vivo de un modo tan horroroso como cuando los aztecas, en
sus sacrificios humanos, arrancaban el corazón a su víctimas sobre la piedra del
sacrificio mientras aún latía: tras nacer la criatura, tal vez por cesárea6, la criatura
experimenta un dolor indecible mientras el abortero le extirpa con suma rapidez el riñón
--sin anestesia-- para que en pocas horas se le pueda hacer llegar al investigador
cómplice, todavía fresco7. Sabiendo esto, ¿cómo podemos beneficiarnos tranquilamente
de su sacrificio recibiendo una vacuna que en el algún momento de su producción se
sirvió de tejidos de esas criaturas, da igual cuánto tiempo haga de ello?
A pesar de eso, hay quienes insisten en afirmar que ese mal quedó atrás, se cometió
hace décadas, mientras otros sostienen que es lícito recibir una vacuna de origen
abortivo porque la cooperación con el mal es remota8. Ahora bien, ¿reflejan esas
posturas la verdadera dimensión y gravedad de la situación? El mal consistente en
emplear líneas celulares que provienen de fetos abortados no sólo comprende el
asesinato original, sino la comercialización continuada del cuerpo del niño, así como la
negativa a enterrar sus profanados restos. No sólo eso; el uso de tejido celular de origen
abortivo en el desarrollo de la investigación médica sin duda alguna impulsa, y siempre
impulsará, la demanda de nuevos tejidos de origen abortivo9. Las líneas celulares
procedentes de fetos abortados no duran indefinidamente10, y son un poderoso incentivo
para que los fabricantes de vacunas creen nuevas líneas que se correspondan con las
viejas, por lo que prefieren experimentar con criaturas abortadas del mismo sexo y la
misma edad aproximada11. Esto ha ocurrido numerosas veces en las últimas décadas; la
línea celular de origen fetal más reciente es de 201512. Es más, dada la notoria falta de
clamor contra el empleo de dichas líneas celulares, la investigación biomédica con
tejidos de niños abortados se ha extendido en los últimos decenios, llegando incluso a la
adquisición y tráfico de cadáveres de nasciturus asesinados13 para su utilización en
investigaciones que normalmente no se consideraría ético realizar en un ser humano14.
Moloc nunca está satisfecho.
Lo único que perpetúa todos estos males es la aceptación pasiva y temporal de vacunas
moralmente comprometidas. Reflexionemos en que se ha instado como un deber moral15
a usar la vacuna triple vírica (SPR), creada en 1971 y comercializada por Merck, en
vista de su posible capacidad para reducir el síndrome de la rubéola congénita (cosa que
no hace16). La vacuna SPR contiene componentes de rubéola moralmente
comprometidos para los que se recurrió a casi un centenar de abortos17, y a pesar de las
declaraciones de nuestros obispos en el sentido de que los católicos que reciben la
vacuna deben objetar a que se les dé otros usos18, sigue utilizándose al cabo de 50 años.
La voz de los pastores y de los fieles no ha acallado la tácita aprobación que en la
práctica manifiestan. Lo cierto es que la aceptación generalizada de las vacunas de
origen abortivo, y en particular por parte de cristianos, no hecho otra cosa que contribuir
a la cultura de la muerte19. No podemos quedarnos cruzados de brazos mientras
gradualmente se va normalizando el uso de fetos humanos en la investigación médica
como una faceta desafortunada de la medicina actual. Es hora de que el clero y los
laicos planten firmemente cara a este horror y defiendan con la mayor determinación20 el
derecho a la vida de los más vulnerables. ¡Hay que poner coto a esta maligna
ramificación del aborto!
Vacunas anticovid y tejidos fetales
Estudiemos ahora el caso actual de las vacunas contra el covid-19, muchas de las cuales
se producen a partir de líneas celulares de origen fetal21, ya sea directamente durante el
proceso de elaboración o indirectamente en las pruebas. Algunos sostienen que dicho
uso no es sólo moral sino que de hecho es una obra de caridad para con el prójimo22 en
vista de la gravedad de la pandemia. Con toda humildad , aconsejamos que semejantes
declaraciones, entre las que se cuentan las de algunos obispos23 e incluso el Vaticano24,
se basan en una evaluación incompleta de la ciencia de las vacunas y la inmunología.
Rogamos a quienes tal aconsejan que reevalúen sus declaraciones a la luz de los
siguientes datos:
1. En las vacunas propuestas que, según se ha informado, utilizaron células
procedentes de fetos «sólo durante las pruebas» se emplean células HEK-
293 [Human Embryonic Kidney-293] como parte integral de la producción25 de
ARN mensajero y las volvieron a emplear para confirmar la eficacia del ARN
mensajero, en algunos casos haciendo más de una prueba26 de confirmación.
2. No se han sometido a pruebas rigurosas las vacunas en cuestión a fin de verificar
su eficacia para prevenir la infección o la transmisión del virus SARS-CoV-227; en
vez de eso, se ha evaluado la reducción de la gravedad de los síntomas en los
pacientes de casos confirmados de covid-19. Esta mera evaluación de modestos
efectos protectores puede estar seriamente exagerada28.
3. La tasa de supervivencia media en las infecciones de SARS-CoV-2 es del 98,3%29,
por lo que no es probable que unas vacunas con tan poca eficacia tengan un impacto
significativo.
4. Hay entre 5 y 10 veces más probabilidades de que la vacuna produzca reacciones
adversas que las de la gripe, y causa entre 15 y 26 veces más dolores de cabeza,
fatiga y mareos (segun datos de VAERS30). La vacuna también ha tenido muchas
más reacciones graves y causado numerosas muertes31. Los datos reunidos en lo
referente a seguridad son insuficientes para determinar posibles efectos a largo
plazo32.
5. Dado el carácter experimental de estas vacunas33, instar, obligar o coaccionar a
recibirlas constituye una infracción directa de la Declaración Universal sobre
Bioética y Derechos Humanos34.
La suma de todos estos factores es prueba de que las declaraciones que justifican el uso
de las vacunas para el covid en cuya elaboración se ha hecho no sólo hacen caso omiso
de la gravedad e inmediatez de los crímenes contra el nasciturus, sino que no tienen en
cuenta las pruebas científicas sobre la enfermedad y lo inadecuado de las vacunas
actualmente propuestas y de sus riesgos conocidos y desconocidos.
En conclusión, los cristianos estamos llamados a sentir como Cristo y unir nuestros
corazones al Sagrado Corazón de Jesús y el Inmaculado Corazón de María. Por tanto,
no vamos a colaborar con este culto infanticida tan extendido. No podemos seguir
ofreciendo ese grano de incienso a Moloc. Ha llegado la hora de imitar a los primeros
cristianos, que estaban dispuestos a dar la vida por la Verdad. No seremos cómplices.
¡Es hora de dar la cara!
+ 8 de marzo de 2021
Festividad de San Juan de Dios,
patrono de los hospitales y los enfermos
Día Internacional de la Mujer
[1] Thomas D. Williams, PhD, “10 de enero de 2021.
[2] “All the Facts You Ever Need to Know about Abortion Methods”,LifeSiteNews.com.
[3] Agradcimientos a Karen Darantière, “ Devons-nous refuser les vaccins fabriqués à partir
de cellules dérivées de fœtus humains avortés? ”, Le Blog de Jeanne Smits, 22 de enero de 2021.
[4] Meredeth Wadman, “The Truth about Fetal Tissue Research”, Nature Magazine, 9 de diciembre de
2015.
[5] Debra Vinnedge, “Forsaking God for the Sake of Science”, Children of God for Life, 13 de junio de
2012.
[6] Ibid.
[7] Debra Vinnedge, “Aborted Fetal Cell Line Vaccines and the Catholic Family: A Moral and
Historical Perspective”, Children of God for Life, Octubre de 2005.
[8] Sociedad San Pío X, “Is it Morally Permissible to Receive the Covid-19 Vaccine?”, 4 de
diciembre de 2020.
[9] Dra. Theresa Deisher, “Recently Aborted Baby DNA in Vaccines”, Sound Choice Pharmaceutical
Institute, 1 de noviembre de 2019.
[10] Debra Vinnedge, “Aborted Fetal Cell Line Vaccines and the Catholic Family: A Moral and
Historical Perspective”, Children of God for Life, Octubre de 2005.
[11] Christine Beiswanger PhD, “A Brief History of IMR-90”, Coriell Institute for Medical Research,
2004
[12] Carol Szczepaniak, “The Ethics of the Walvax-2 Cell Strain”, Nebraska Coalition for Ethical
Research, 14 de marzo de 2016.
[13] “Coalition Fetal Tissue Research Letter,” Endocrine Society, 16 de septiembre de 2019.
[14] Stacy Trasancos, “How Aborted Children are Used in Medical Research in 2020,”National Catholic
Register, 15 de diciembre de 2020.
[15] “Moral reflections on vaccines prepared from cells derived from aborted human
fetuses”, Academia Pontificia para la Vida, 9 de junio de 2005
[16] Catherine J.M. Diodati, “Immunization: history, ethics, law and health”, Integral Aspects, 1999.
[17] Debra Vinnedge, “Vaccines from Abortion: Time to Report the Truth”, Children of God for Life,
20 de mayo de 2019.
[18] “ Instructión Dignitas Personae sobre algunas cuestiones de bioética , Congregation for the
Doctrine of the Faith, 8 de septiembre de 2008.
[19] Popa Juan Pablo II, encíclica Evangelium Vitae”, 25 de marzo de 1995.
[20] Pope John Paul II, exhortación apostolic postsinodal Christifidelis Laici, 30 de diciembre de 1988.
[21] “Covid-19 Vaccines and Treatments in Development”, Children of God for Life, 12 de enero de
2021.
[22] “Pope Francis to have Covid-19 vaccine, says it is the ethical choice for all”,Reuters, 9 de enero
de 2021.
[23] Chairmen of the Committee on Doctrine and the Committee on Pro-Life Activities, “Moral
Considerations Regarding the New Covid-19 Vaccines”, Conferencia Episcopal de los Estados Unidos.
[24] “Nota sobre la moralidad del uso de algunas vacunas contra la covid-19”, Congregación para la
Doctrina de la Fe, 21 de diciembre de 2020.
[25] Daniel Wrapp, et al. “ Cryo-EM structure of the 2019-nCoV spike in the prefusion
conformation ”, Science Magazine, 13 de marzo de 2020.
[26] “Guidance on Getting the COVID-19 Vaccine”, Children of God for Life.
[27] Pfizer, “A Phase 1/2/3 Study to Evaluate the Safety, Tolerability, Immunogenicity, and Efficacy
of RNA Vaccine Candidates Against COVID-19 in Healthy Individuals”, BioNTech.
[28] Peter Doshi, “Pfizer and Moderna’s ‘95% effective’ vaccines—we need more details and the
raw data”, BMJ Opinion, 4 de enero de 2021.
[29] John P.A. Ioannidis, “Infection fatality rate of COVID-19 inferred from seroprevalence
data”, Bulletin of the World Health Organization, 14 de octubre de 2020. Article ID: BLT.20.265892.
[30] VAERS, Vaccine Adverse Event Reporting System.
[31] Amanda Woods, “23 die in Norway after receiving Pfizer Covid-19 vaccine: officials”, New York
Post, 15 de enero de 2021.
[32] Entrevista a Bill Gates, “Vaccine Safety Compromise”, BBC Breakfast, 12 de abril de 2020.
[33] “How the Pfizer-BioBTech Covid-19 Vaccine was Developed”, 60 Minutes, 21 de diciembre de
2020.
[34] Naciones Unidas, Declaración Universal sobre Bioética y Derechos Humanos, 19 de octubre de
2005.
FIRMANTES (88 mujeres de 25 países)
FIRMANTES DE RENOMBRE INTERNACIONAL (2)
Dra. Wanda Półtawska, Polonia. Doctora en medicina, especialidad psiquiatría y
víctima de experimentos pseudomédicos en el campo de concentración nazi de
Ravensbrück
Abby Johnson, activista pro vida, Estados Unidos
OTRAS FIRMANTES, POR CONTINENTES
ÁFRICA (6)
Lesotho
Celestina Tiheli, directora de Human Life International Lesotho
Kenya
Maximiliane Muninzwa, agente pro vida
Namibia
Marion Matheis, enfermera y activista pro vida
Tanzania
Alice Kawonga Hagamu, Human Life International Tanzania
Zimbabwe
Monica Chihambakwe, Human Life International Zimbabwe
Veronica Chawasemerwa, Human Life International Zimbabwe
LAS AMÉRICAS (56)
Centroamérica
Guatemala
Mercedes Wilson de Arzú, fundadora y directora de fundadora y directora de Familia de las Américas
Costa Rica
Clara Milena Perdomo, psicopedagoga, miembro de Opciones Heroicas, instructor de
planificación natural de la familia para la Conferencia Episcopal de Costa Rica
Norteamérica
México
Dr. Pilar Calva MD, especialista en genética clínica, profesora de bioética y asesora
para los Derechos del Concebido
Arlene Gugino Gaytán, miembro de Misión Guadalupana y del Consejo Diocesano de
Mérida para las Capillas de Adoración Perpetua
Laura Rebeca Lecuanda Gómez, directora del Centro de Ayuda para la Mujer en
Ensenada, Baja California
Marcela Vaquera Guevara, presidenta del Frente Nacional por la Familia en Baja
California
Effy de Lille, licenciada en Ciencias de la Familia, Centro Cultural Mater Dei
María del Carmen Limón, coordinadora, Asociación Mexicana para la Superación
Integral de la Familia
Rubí Peniche de Mac Gregor, activista pro vida en Chiapas
Brenda Lourdes Del Río Machín, activista por los derechos de la mujer, directora de
Que viva México
Patricia López Mancera, presidenta del Centro de Estudios y Formación Integral para la
Mujer y coordinadora del of Frente Nacional por la Familia, Quintana
Mercedes Pizzuto de Marván, historiadora del arte, master en orientación familiar y
presidenta de Por la Vida y la Familia en Querétaro
Marta Eugenia Menéndez Losa, miembro de 40 dias por la Vida
Gladys Noemí Alayola Montáñez, consagrada del Instituto para la Liberación y
Crecimiento Espiritual de las Almas
Gabriela Tejeda Morales, orientadora familiar y directora of Vida y Familia
Rossana Villares Moreno, Movimiento Frena
Silvia Rovelo Nájera, Grupo Apostólico Betel
Luz Marie Orcí, catedrática universitaria y fundadora de la Organización para la
Restauración, Consolidación e Integración de la Familia
Lilia Pastrana, miembro de 40 días Por la Vida
Patricia Pesqueira de Erosa, miembro de Misión Guadalupana
Verónica Dorbecker Puerto, miembro de Misión Guadalupana
Claudia Susana Nevárez Quintana, licenciada en relaciones industriales y miembro de
Red de Apoyo a la Familia
Fernanda Patricia Terán Quintero, licenciada en administración internacional de
empresas y coordinadora de acción política para la Coalicion de Grupos a Favor de la
Vida y la Familia
Mireya del Carmen Rivera Ramirez, consagrada del Instituto para la Liberación y
Crecimiento Espiritual de las Almas
Alma Elisa Saldaña Rivera, licenciada en derecho y coordinadora de la Coalicion de
Grupos a Favor de la Vida y la Familia
María de los Ángeles Pavón Rodriguez, miembro de la Asociación Católica
Internacional Consecratio Mundi
Susana Troyo Rodríguez, consagrada del Instituto para la Liberación y Crecimiento
Espiritual de las Almas
Aida Rosa Cardin de Rosado, miembro de Misión Guadalupana
Alejandra Yáñez Rubio, abogada de Conciencia y Derechos Humanos
Adriana Olguín Ruiz, miembro de la Familia Religiosa del Inmaculado Corazón y de la
Divina Misericordia
María Luisa Rubio Barthell de Ayuso, miembro de Misión Guadalupana
Carmen Moreno Sánchez, miembro de Misión Guadalupana
Ileana López Rscoffie, Mision Guadalupana
Suhad Serna Slim, Directora, licenciada en educación primaria y representante de Ola
Celeste Salvemos Las 2 Vidas
Dra. María de Lourdes Pérez Soto, médica y anestesióloga
Antonieta López Valdés, licenciada en bioética
Cecilia Álvarez Vales, miembro de Misión Guadalupana
Andrea Ana Paula del Villar, directora y fundadora de Fundación Tú Decide
Isabel Olguín Villar, miembro de Brigadas Católicas
Haydee Namur Zurita, miembro de la Asociación Católica Internacional Consecratio
Mundi
Estados Unidos de América
Pamela Acker, master en ciencias y autora de “Vaccination: A Catholic Perspective”
(2020)
Sra./Dra.Deirdre M. Byrne, POSC, Little Workers of the Sacred Hearts, cirujana general
Dra. Grazie Christie, MD, radióloga, asesora normative para The Catholic Association y
presentadora del programa de radio de EWTN “Conversations with Consequences”
Dra. Angela Lanfranchi, MD, cofundadora de del Breast Cancer Prevention Institute
Debi Vinnedge, fundadora de Children of God for Life
Sudamérica
Argentina
Marcela Errecalde, vocera de Latinoamérica por las 2 Vidas y activista pro derechos
humanos
Yamila Alfonsina Ríos, obstetriz
Brasil
Anna Carolina Papa Tavares de Oliveira, abogada pro vida
Chirlei Matos Santos, enfermera
Christine Nogueira dos Reis Tonietto, congresista pro vida
Ecuador
Sonia María Crespo, psicoterapeuta familiar y directora de la Fundación Familia y
Futuro
Amparito Medina Guerrero, coordinadora de obras de desarrollos social, activista pro
derechos humanos, Red Vida y Familia
Ximena Izquierdo, directora de of EWTN para Hispanoamérica
Paraguay
Hadhara Brunstein, doctora en medicina, endocrinóloga y presidenta de Médicos por la
Vida
Venezuela
Christine de Marcellus Vollmer, presidenta de Provive, Alive to the World
ASIA (13)
Japón
Sakura Izumi, activista pro vida
Shigeko Ooka, secretaria del movimiento pro vida de Japón
Kazajistán
Dina Khalelova, pediatra y ativista pro vida
Asel Schultz, apostolado de sanación postaborto y voluntaria de “Give Life”, Kazajistán
Malaysia
Dorothy Kuek, Human Life Service Miri, Malaysia
Filipinas
Dra. Ligaya Acosta, directora regional para Asia y Oceania de Human Life International
Dra. Cynthia Domingo, Doctors for Life
Dra. Jacqueline King, Doctors for Life
Dra. Dolores Octavia No, ex presidenta de Doctors for Life
Dra. Eleanor Palabyab, ex presidenta de Doctors for Life
Taiwán
Sr. Fideles, director of Saint Gianna Beretta Molla Prolife Center
Meilin Liang, Saint Gianna Beretta Molla Prolife Center
Ruihua Wong, Saint Gianna Beretta Molla Prolife Center
EUROPE (11)
Austria
Dra. Eva-Maria Hobiger, MD, radiooncóloga, Viena
Francia
Karen Darantière, madre católica, cofundadora de la Confraternidad de María
Corredentora
Jeanne Smits, máster en derecho, periodista y bloguera pro vida
Alemania
Hedwig v. Beverfoerde, portavoz de Aktionsbündnis für Ehe und Familie –
DemoFürAlle
Dorothee Ehrhardt, vocal de Europäische Ärzteaktion
Gabriele Kuby, socióloga y autora de “The Global Sexual Revolution: Destruction of
Freedom in the Name of Freedom” (2015)
Inge M. Thürkauf, actriz, perodista y conferencista pro familia
Polonia
Kaja Godek, fundadora de la fundación Life and Family
Rusia
Olga Kukhtenkova Ph.D., directora de la version rusa de IFamNews, activista pro
derechos de la familia
Alexandra Mashkova, coordinadora de campañas de “For Family Rights” NGO,
fundadora de Respuesta Inmune, movimiento de oposición a la vacunación obligatoria
España
Dra. Isabel Bellostas Escudero, pediatra y miembro de Médicos por la Verdad
https://edwardpentin.co.uk/wp-conten...NATORIES-2.pdf
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