Como he dicho antes, dentro del término "clero" incluyo también al Papa cuando se trata de cuestiones de política concreta española. Que un integrista (o neointegrista) no haga caso de párrocos u obispos, pero sí al Papa, en dichas cuestiones, no quita que esa actitud política siga siendo irracional. Si el legitimismo hubiera seguido la misma actitud política clericalista que pregonaba el integrismo de hacer caso a lo que dijera el Papa en materia política española, se hubiera tenido que disolver inmediatamente (por supuesto, el legitimismo no era -ni ha sido nunca- clericalista).El tema integrista sale a la palestra frente al art. 11 de la constitución de Cánovas que vulneraba el concordato de 1851 tolerando cultos falsos y contrariando el Syllabus de Pío IX y toda su acción es reivindicar ese mismo Syllabus contra los políticos y clero acomodaticios al nuevo sistema. Dejémonos de slogans y de ideas preconcebidas que no hacen al caso. Ahí están los libros de Historia, por favor. Vaya con los enemigos de las "ideologías".
Se trata, en definitiva, de una diferencia de hábito mental que provoca una diferencia de actitud o praxis política. Con razón decía Vázquez de Mella que los integristas eran más una cofradía que un partido político.
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