Parece mentira que en el Valle de Arán, que son cuatro gatos, consigan hacerse respetar de esta manera frente al separatismo. Incluso los académicos catalanistas más recalcitrantes les reconocen que tienen una lengua propia y diferenciada (algo impensable en el caso del valenciano, el mallorquín/balear y demás). No sé como lo han conseguido ni qué más hay detrás, pero respeto su gallardía. Más nos valdría a algunos tomar notas.
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