Es que realmente, según la Ley no tienen que avisar pedir permiso, en el momento en que es una obra pública se procede a la retirada del símbolo, salvo que (si no me equivoco) se trate de alguna elemento de gran valor que tienen que trasladar a algún museo al efecto. Aquí en la Basílica de la Caridad, estaba en letras de hierro el JOSE ANTONIO PRESENTE en la fachada (donde los falangistas ponen la corona el 20-N) y ahora sólo está el clavo. Creo que quedan muy pocas iglesias donde todavía se conservan, ya que las asociaciones y demás chiringuitos se dedican a denunciar dónde se encuentran.No sé si habrá habido alguna presión desde otras instancias, pero lo que es seguro es que no ha habido ningún amago de resistencia por parte del obispo. Pues en ningún momento se informó de que en esas obras se iba a retirar la placa de los caídos. Y una vez constatada la retirada de dicha placa, nadie ha informado de esa retirada (como si nunca hubiese existido la placa, al estilo orwelliano), nadie ha explicado la razón de la retirada y nadie ha protestado. Todo en silencio y con nocturnidad. Arrancan la placa que recuerda a los vecinos asesinados y se vende como una estupenda rehabilitación del edificio, con el arquitecto de la diócesis y su obispo sacando pecho mientras la "parroquia conservadora" aplaude extasiada.
«Hemos pedido los permisos al Obispado, al párroco y ya está retirada, ha sido trasladada al cementerio viejo de Fabero», explica la alcaldesa.
La mejor estrategia, creo yo, es trasladar la lápida al interior de la sacristía, pues tarde o temprano el odium fidei intentará destruirlas (que en el fondo es lo que se persigue a toda costa) dadas las fuerzas que hay detrás de tales actos.
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