DOCUMENTO 2
Fuente: Archivo Fal Conde, Universidad de Navarra
ASAMBLEA EXTRAORDINARIA DE LA COMUNIÓN TRADICIONALISTA NAVARRA
En la ciudad de Pamplona, siendo las 11 horas del día diez y seis de abril de mil novecientos treinta y siete, en los Salones del Círculo Carlista de esta Capital, se celebró una Asamblea extraordinaria de la Comunión Tradicionalista de Navarra, convocada por la Junta Central Carlista de Guerra de Navarra, con asistencia de los Sres. que a continuación se expresan:
JUNTA REGIONAL CARLISTA DE NAVARRA
Ilmo. Sr. Don Joaquín Baleztena Azcárate, Presidente.
Don Gabriel de Aldaz, de Tafalla, Vocal.
Don Jesús Barbarin, de Arróniz, Vocal.
Don Ignacio Baleztena, de Pamplona, Vocal.
Don Isidro Huarte, de Tudela, Vocal.
JUNTA CENTRAL CARLISTA DE GUERRA DE NAVARRA
Ilmo. Sr. Don José Martínez Berasáin, Presidente.
Don José Gómez Itoiz, Vocal y Diputado Foral.
Don Javier Martínez de Morentin, Vocal y ex-Diputado a Cortes.
Don Eleuterio Arraiza, Vocal.
Don Víctor Morte, Vocal.
Don Víctor Eusa, Vocal.
Don Blas Inza, Vocal.
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Ilmo. Sr. Don Tomás Domínguez de Arévalo, Conde de Rodezno, ex-Diputado a Cortes.
Ilmo. Sr. Don Esteban Ezcurra, Comandante-Jefe de Requetés de Navarra.
Sr. Don Luis Arellano, ex-Diputado a Cortes y Delegado de la Junta Carlista de Guerra en la Obra Nacional Corporativa.
Sr. Don Francisco López Sanz, Director de “EL PENSAMIENTO NAVARRO”.
Sr. Don Eladio Esparza, Sub-director de “EL DIARIO DE NAVARRA”.
Sr. Don Félix Díaz, de Estella, Diputado Foral.
Sr. Don Gabino Martínez, de Pamplona, ex-Diputado a Cortes.
Sr. Don Esteban Martínez Vélez, de Tafalla, ex-Diputado Foral.
Sr. Don José Sánchez Marco, de Pamplona, ex-Diputado a Cortes.
Sr. Don Joaquín de Borja, de Cabanillas, ex-Diputado Foral.
Sr. Don Juan Ángel Ortigosa, Abogado, Asesor de la Junta de Guerra.
Sr. Don Mariano León, Abogado, Fiscal de la Vivienda de Navarra.
Sr. Don Felipe Zalba, Magistrado de la Audiencia Territorial de esta Capital.
Sr. Don Antonio Aznárez, Delegado de Sanidad de la Junta de Guerra.
Sr. Don Benito Santesteban, Teniente de Requetés.
Sr. Don Félix Maíz, Agente de enlace, en el periodo de pre-declaración del movimiento, del Excmo. General Mola.
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MERINDAD DE ESTELLA
Sr. Don Jesús Larraínzar, de la Junta de Merindad.
Sr. Don Francisco López, de la Junta de Merindad.
Sr. Don Francisco Balda, de la Junta de Merindad.
Sr. Don Jaime Balanzategui, de la Junta de Guerra de Estella.
MERINDAD DE PAMPLONA
Sr. Don Benigno Saldías, Presidente de la Sociedad Tradicionalista de Pamplona.
Sr. Don Eladio Yoldi, Vicepresidente de la Sociedad Tradicionalista de Pamplona.
Sr. Don Gumersindo Urdániz, Vocal de la Sociedad Tradicionalista de Pamplona.
Sr. Don Antonio Archanco Zubiri, Presidente de la Junta Local Carlista de Pamplona.
Sr. Don Francisco Jiménez, Vicepresidente de la Junta Local Carlista de Pamplona.
Sr. Don José Martínez Morea, Vocal de la Junta Local Carlista de Pamplona.
Sr. Don Pablo Goñi, Vocal de la Junta Local Carlista de Pamplona.
Sr. Don Epifanio Espinal, de la Juventud Jaimista de Pamplona.
Sr. Don Miguel Labiano, de la Juventud Jaimista de Pamplona.
Sr. Adolfo Goñi, Gerente de “RADIO REQUETÉ DE NAVARRA”.
Sr. Don Secundino Erroz, Concejal del Excmo. Ayuntamiento de Pamplona.
Sr. Don Ángel Astiz, Concejal del Excmo. Ayuntamiento de Pamplona.
Sr. Don Domingo Beunza, Abogado.
Sr. Don Juan Echandi, Abogado.
Sr. Don Segundo Peralta, Abogado.
Sr. Don Miguel Madoz, de la Sección de Prensa y Propaganda.
Sr. Don Fermín Erice, Capellán de Requetés.
Sr. Don Leandro María Cañada, Procurador de Pamplona.
Sr. Don Juan Erviti, Delegado de la Junta de Guerra en el frente de Vizcaya.
Sr. Don Miguel Ijurco, de Pamplona.
Sr. Don Eusebio Garicano, de la Delegación de Transportes de la Junta de Guerra.
Sr. Don Rufino Martinicorena, Alférez Compañía Zapadores Requetés.
Sr. Don Javier Agudo, Alférez de Requetés.
Sr. Don Justo Martinicorena, de Pamplona.
Sr. Don Carmelo Lizárraga, de Pamplona.
Sr. Don Agustín Irigaray, de Pamplona.
Sr. Don Agustín Narcué, de Pamplona.
Sr. Don Mariano Lumbier, de Pamplona.
Sr. Don Regino Bescansa, de Pamplona.
Sr. Don José Félix Cabasés, Ingeniero de Caminos del Estado, de Pamplona.
Sr. Don Julio San Gil, Consejero Foral de Navarra, de Pamplona.
Sr. Don Benedicto Barandalla, Consejero de Navarra, de Echarri Aranaz.
Sr. Don Ángel Garín, Jefe Local Carlista, de Vera.
Sr. Don Raimundo Apesteguia, Jefe Local Carlista del Valle de Baztán.
Sr. Don Gerardo Plaza, del Valle de Baztán.
MERINDAD DE SANGÜESA
Sr. Don Félix Iriarte, Jefe Local de Sangüesa.
Sr. Don Narciso Ripa de Lumbier, Alférez de Requetés.
Sr. Don Cipriano Yoldi, de Huarte.
MERINDAD DE TAFALLA
Sr. Don Francisco Castiella Zalba, de Tafalla.
Sr. Don Francisco Castilla Banegas, de Tafalla.
Sr. Don Victorino Larraya, de Larraga.
Sr. Don Demetrio García, de Larraga.
Sr. Don Florencio Ibáñez, de Larraga.
Sr. Don Manuel García, de Larraga.
Sr. Don Luis García, de Larraga.
Sr. Don Santos Catalán, de Olite.
Sr. Don José Labarta, de Olite.
Sr. Don José Malo, de Caparroso.
Sr. Don Elías Elorz, de San Martín de Unz.
Sr. Don Jesús Labairu, de Beire.
Sr. Don Aurelio García, de Falces.
Sr. Don Anselmo Irigaray, en representación de la villa de Peralta.
MERINDAD DE TUDELA
Sr. Don Víctor Melero, de la Junta de Guerra de Tudela.
Sr. Don José de L´Hotellerie, de la Juventud Jaimista de Tudela.
Sr. Don Esteban del Castillo, por el Semanario Requeté.
Sr. Don Enrique Mateo, de Corella.
Sr. Don Joaquín Falces, de Fitero.
Sr. Don Manuel Martínez, de Murchante.
Sr. Don Cirilo Lerga, de Buñuel.
Sr. Don Jesús Muñoz, de Buñuel.
Sr. Don Tomás Arrondo, de Fustiñana.
Sr. Don Bartolomé Martínez, de Arguedas.
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Actúa de Secretario, el de la Junta Carlista de Guerra de Navarra, Don José Uriz Beriain.
Presidió la reunión el Ilmo. Sr. Don Joaquín Baleztena Azcárate, Presidente de la Junta Regional Carlista de Navarra, teniendo a sus lados a los Sres. Martínez Berasáin, Rodezno, Morte, Gómez Itoiz, Martínez de Morentin, Aldaz, Eusa, Ezcurra, Barbarin, Huarte, Inza y Arraiza (D. Eleuterio).
El Sr. Martínez Berasáin, Presidente de la Junta Central Carlista de Guerra de Navarra, declaró abierto el acto, dirigiendo afectuosas frases de salutación y bienvenida a los Sres. Asambleístas, añadiendo que el motivo de esta reunión estaba en un acuerdo adoptado por la Junta Carlista de Guerra de Navarra, en su sesión del día 14 del actual, del que se iba a dar lectura por el Sr. Secretario, como así se hizo. Consta en esta acta dicho acuerdo, y dice así:
«Convocar a una reunión a la Junta Regional Carlista de Navarra, y a personas destacadas de nuestra Comunión en esta Región, para darles cuenta de las palabras que S. E. El Generalísimo, y Jefe del Estado Español, dirigió al Sr. Conde de Rodezno, Don José Martínez Berasáin, Don Marcelino de Ulibarri y Sr. Conde de la Florida, en la entrevista que concedió a estos Sres., el día 12 del actual, sobre la formación del Partido Único Español y posibles orientaciones de la organización de España en el porvenir».
El Sr. Presidente de la Asamblea concede la palabra al Sr. Conde de Rodezno para que exponga los términos de la mencionada entrevista.
El Sr. Conde de Rodezno empieza diciendo que sus primeras palabras han de ser de gratitud para los Sres. que concurren a una Asamblea de tanta significación histórica como la que se está celebrando, y requiere, dada la importancia de los asuntos a exponer, la máxima discreción y serenidad en su examen y posterior divulgación, aunque esta advertencia –añade– esté demás teniendo en cuenta la calidad y patriotismo de los asambleístas.
Continúa, después, manifestando que el día 10 de los corrientes, hallándose en Cáceres, recibió un aviso telefónico del Gran Cuartel General de S. E. El Generalísimo, para que se personara en Salamanca el lunes siguiente, día 12 del actual, porque a las cinco de la tarde de ese día sería recibido en audiencia por el Jefe del Estado; que, al llegar a Salamanca, se enteró que S. E. El Generalísimo había citado para esa misma reunión a Don José Martínez Berasáin, Presidente de la Junta Carlista de Guerra de Navarra, a Don Marcelino de Ulibarri, y al Sr. Conde de la Florida, Comisario Carlista de Guerra de Salamanca.
Sigue diciendo el Sr. Conde de Rodezno que la entrevista celebrada con el Jefe del Estado duró más de dos horas, durante la cual S. E. El Generalísimo les hizo una exposición detenida de la situación actual de España, planteándola en la forma siguiente: La guerra que se desarrolla en nuestra Patria está siendo muy dura, y, probablemente, su duración será por más tiempo que el que se había previsto, pues las ayudas prestadas a nuestros enemigos la hacen prolongar. También nosotros disponemos de medios suficientes para lograr el triunfo, que ha de suponer, a costa de grandes sacrificios, claro está, un galardón muy honroso para España, pues estamos resolviendo, con sangre española, un problema que afecta a la Humanidad entera.
Sería un peligro evidente que, una vez terminada la guerra, pudiera retoñar, en nuestra Patria, el peligro comunista, para combatir el cual el medio más indicado es el de la formación de Gobiernos y Regímenes fuertes, lo que sólo se puede hacer posible mediante la unificación de todas las fuerzas españolas, agrupadas en un solo Ideal Nacional.
Prosigue el Sr. Conde de Rodezno relatando la entrevista con S. E. El Generalísimo, diciendo que éste considera, a los efectos de esa agrupación de fuerzas, como tales y únicas, las Organizaciones de Falange y Requeté. Que el Generalísimo les habló de los problemas que se han de plantear después de la guerra, de la liquidación de ésta, y de las cuantiosas deudas que supondrá, con los consiguientes problemas de orden económico, todo lo cual exigirá un montaje de gravámenes cuya efectividad sólo será posible por medio de la unificación de las fuerzas españolas; unificación que se hace más imprescindible examinando el fenómeno político que se observa en la captación de afiliados por parte de Falange y Requeté, pues la opinión española se polariza en ambas Organizaciones en forma tal que la masa de significación izquierdista se afilia a Falange, mientras que la de derechas lo hace en el Requeté, con lo que, nuevamente, se crearían en España las eternas disensiones entre derechas e izquierdas, con la consecuente lucha de clases, que urge evitar en beneficio de nuestra Patria, y para que sea verdaderamente eficaz y positivo el triunfo de la guerra.
Dice el Sr. Conde de Rodezno que, en este momento, se permitieron interrumpir a S. E. El Generalísimo para hacerle observar que en Portugal, país el más organizado a la factura tradicional, no se había constituido una Agrupación de las fuerzas nacionales, a lo que contestó S. E. que, efectivamente, eso era cierto, pero que no lo era menos que, por esta razón, el Gobierno de Oliveira Salazar carecía del calor y apoyo popular necesario, por no haber organizado las masas nacionales en su alrededor, como lo habían hecho Mussolini y Hitler.
Sigue relatando que S. E. El Generalísimo le dijo también que Falange Española estaba influida por los elementos que han ingresado en ella, y que era necesaria la agrupación de dicha Organización y la del Requeté, en aras del bien nacional, a fin de aminorar lo que hubiera de extremado en la primera.
Dice el Sr. Conde de Rodezno que lo que ha expuesto hasta aquí constituyen las aseveraciones que formulaba el Jefe del Estado para justificar la necesidad urgente de la formación del Partido Único Español, del que creía que había de ser el mejor instrumento para organizar el nuevo Estado. Que, a continuación, S. E. El Generalísimo añadió que, como no se podía llegar a ese Partido Único por medio de conversaciones entre las Organizaciones interesadas, él, como vinculador de la máxima responsabilidad en este momento histórico, y recogiendo un anhelo nacional que se deja sentir en España, la iba a ordenar mediante la publicación de un Decreto, el cual, precedido de una exposición programática en la que se hará un llamamiento a Falange y Requeté, contendrá la orden de conjunción de estas fuerzas en un solo Partido Nacional, al mismo tiempo que se dispone la desaparición de todos ellos en nuestra Patria; y que él –S. E.– se creía en la obligada cortesía de notificarles la resolución que iba a tomar sobre este problema.
Llegado este punto, el Sr. Conde de Rodezno recalca a los Asambleístas la circunstancia de que, en ningún momento de la entrevista que está relatando, S. E. El Generalísimo les hablara para nada de que los llamaba en plan de consulta, ni siquiera de que otro día continuarían las conversaciones, etc., lo cual da a entender claramente, a su juicio, que el Jefe del Estado los llamó exclusivamente para notificarles la determinación que había tomado sobre este particular.
El Sr. Conde de Rodezno habla luego de los términos probables en que se redactará el preámbulo de ese Decreto, y que, según los informes que han podido recoger, en él se contendrán puntos esenciales que afectan directamente a la Sociedad española, como son: La declaración de que el Estado será confesional católico; la organización de la Patria con reconocimiento de las libertades regionales; y la preocupación máxima en resolver la cuestión social, mediante la incorporación de las masas al nuevo régimen. Que, así bien, se hará una afirmación monárquica, dejando el cauce abierto para la restauración en nuestra Patria de la Monarquía Tradicional.
Agrega el Sr. Rodezno que S. E. El Generalísimo les manifestó también que, por ahora, se mantendrían las Milicias de Falange y Requeté, a fin de no desvirtuar sus características especiales y eficacia, y que, una vez concluida la guerra, pasarían a ser milicias de carácter nacional.
Termina su exposición el Sr. Conde de Rodezno diciendo que, finalizada la entrevista con S. E. El Generalísimo, y teniendo en cuenta que los que habían asistido a ella no tenían representación oficial de la Comunión Tradicionalista, se creyeron en el deber de comunicar su resultado a Don José María Valiente, miembro de la Junta Nacional Carlista de Guerra, a fin de que lo hiciera llegar a S. A. R. el Príncipe Regente de la Comunión.
Hablando ya por su parte, el Sr. Conde de Rodezno entiende que, a su parecer, la situación de la Comunión Tradicionalista es sumamente crítica, porque la promulgación de este Decreto ha de suponer la desaparición de la misma como Partido Político, precisamente en estos momentos en que estamos asistiendo a su florecimiento espontáneo e insospechado, y a la mayor difusión en España de nuestras doctrinas; pero que, por otra parte, pensando serenamente las cosas, las mismas realidades actuales de la vida española traen consigo ese mismo resultado, ya que la Comunión Tradicionalista, en sus 103 años de lucha, ha representado la protesta constante de la España tradicional contra un régimen liberal; contra una Dinastía usurpadora e ilegítima; la lealtad a una Dinastía legítima; y, por último, la actuación, como un partido político más, contra el juego de ellos dentro del régimen liberal; y ahora, al organizarse el nuevo Estado Español, nos encontramos con que ninguna de estas cosas, que han sido fundamentales en la política española en el citado periodo, van a subsistir, porque desaparece el régimen liberal; no existe en España la Dinastía ilegítima; se ha extinguido la Dinastía legítima, la nuestra, a la que hemos seguido y defendido con una lealtad que quedará como ejemplo en la Historia de España; y, además, se ha acabado la actuación de los Partidos Políticos, que es propia de la organización de un Estado en régimen liberal.
Ante esta nueva realidad de la vida española, que es realidad también de la Humanidad, ¿qué va a hacer la Comunión Tradicionalista?, pregunta el Sr. Conde de Rodezno, respondiendo él mismo que, a su juicio, nos quedan unos principios, los de nuestro Santo Lema, que hemos de procurar infiltrar en la Sociedad española.
El Sr. Presidente de la Asamblea pregunta si alguno de los Sres. Asambleístas quiere hacer uso de la palabra, tomándola el Sr. León, que pregunta si hubo bases entre los Jefes Militares y las Autoridades del Partido, antes de declararse el movimiento; respondiéndole el Sr. Baleztena (D. Joaquín) que no las hubo más que de carácter militar, y que en lo político la aspiración se fijó en echar al Frente Popular, que tanto daño estaba causando a nuestra Patria.
El Sr. Agudo se muestra partidario de que, en vista de la exposición hecha por el Sr. Conde de Rodezno sobre los propósitos de S. E. El Generalísimo para la constitución del Partido Único, se acate el Decreto, dirigiéndose un escrito breve al Jefe del Estado a fin de conseguir que nuestros principios queden recogidos en el preámbulo de aquél.
El Sr. Arellano habla para advertir que nos hallamos ante una determinación de S. E. El Generalísimo, impuesta por las circunstancias excepcionales que concurren en España, pudiendo suceder que en ese Decreto se hallen contenidas nuestras Doctrinas, en cuyo caso habríamos conseguido las aspiraciones de la Comunión Tradicionalista, después de 103 años de vida con un historial gloriosísimo, obteniendo el triunfo de nuestros Ideales; y que si ese Partido Único se inspira en normas contrarias a nuestro espíritu, no podríamos actuar de momento, en razón a las especiales características de la Organización del Estado, teniendo que pensar, en este supuesto, en el modo y manera de intervenir en la nueva realidad de España.
El Sr. León aclara la pregunta que había formulado anteriormente, y, después de un elocuente examen acerca del pensamiento y espíritu de las fuerzas que intervienen en nuestro campo, en este glorioso levantamiento; de la obra realizada por Mussolini y Hitler, en sus respectivos países; y de los puntos esenciales que, según parece, van a recogerse en el preámbulo del Decreto de unificación de las organizaciones nacionales, opina que se acate el mencionado Decreto, elevando a S. E. El Generalísimo, como ha propuesto el Sr. Agudo, una exposición de las aspiraciones de la Comunión Tradicionalista. Se oyen diversos rumores de “¡Muy bien!”.
El Sr. Goñi (Don Adolfo) abunda en las manifestaciones de los Sres. Agudo y León, y dice que este proceder puede resultar, incluso, beneficioso para nosotros, pues hemos de tener presente que Falange Española capta sus afiliados sin mayores requisitos, al par que nosotros lo hacemos con bastante restricción, lo que, algún día, podría suponer un conflicto grave y enojoso entre una y otra Organización.
El Sr. Martínez (Don Gabino) hace uso de la palabra, felicitándose de la unanimidad que se advierte en la Asamblea, y suscribe las palabras de los Sres. León y Arellano, que han hablado –dice– en carlista, expresando el pensamiento de nuestro llorado Rey ALFONSO-CARLOS (q.e.g.e.), quien se adhirió al movimiento salvador de España y ordenó la inmediata salida de sus Requetés.
El Sr. Echandi entiende que lo fundamental es que la Comunión Tradicionalista, por mediación de alguno de sus más destacados elementos, colabore en la redacción del Decreto de S. E. El Generalísimo sobre formación del Partido Único, acatándolo y apoyando, después, sus disposiciones.
El Sr. Ortigosa dice que, en estos momentos, y a la altura que han llegado las cosas, no cabe opción, no pudiéndose achacar esta circunstancia a S. E. El Generalísimo, que, en distintas ocasiones, ha mostrado su deferencia hacia la Comunión Tradicionalista. Estima que el Jefe del Estado siente la urgente necesidad de dictar este Decreto, por las circunstancias y momentos históricos de España, no quedando a la Comunión otro camino, a su juicio, que colaborar con S. E. El Generalísimo, siquiera sea teniendo en cuenta las mismas razones por las que se fue al movimiento, a pesar de que no era Carlista, máxime si se considera que en el preámbulo del referido Decreto se recogen puntos esenciales del Ideario Tradicionalista.
Finalmente, el Sr. Ortigosa aplaude el celo y buena orientación que ha tenido la Junta Central Carlista de Guerra de Navarra acerca de este problema.
El Sr. Arellano sugiere la idea de que, en atención a los trascendentales momentos que vivimos sobre la formación del Partido Único, se advierta a S. E. El Generalísimo, por mediación del Sr. Conde de Rodezno, la alta conveniencia de que la censura prohíba la publicación de algunos artículos, como los aparecidos estos días en determinada prensa, que, por su significación, pudieran entorpecer el feliz resultado de aquél.
El Sr. Martínez (D. Gabino) recomienda que la Comisión que visite a S. E. El Generalísimo le hable de la implantación de la libertad de Enseñanza en España, explicándole las instrucciones que se contienen, sobre esta materia, en el régimen foral de Navarra.
Le replica el Sr. Jiménez (D. Francisco), diciendo que, cuando Navarra reivindique sus libertades forales, debe hacer hincapié en el mantenimiento de su Junta Superior de Educación, la cual se preocuparía, seguramente, de dar una resolución favorable a la idea apuntada por el Sr. Martínez.
El Sr. Sánchez Marco alaba la prudencia de los Sres. que le han precedido en el uso de la palabra, y recomienda que la gravedad de las causas expuestas no produzca quebrantamientos de entusiasmo, y opina que deba acatarse el Decreto de constitución del Partido Único, preocupándonos de que los altos principios de nuestra Comunión informen la vida española.
El Sr. de Rodezno resume las manifestaciones anteriores, y dice que S. E. El Generalísimo les llamó para notificarles el Decreto que proyecta sobre el Partido Único, y que, a su juicio, no procede el nombramiento de Comisión alguna que visite al Jefe del Estado, porque éste no la ha solicitado, y porque, además, esta Asamblea, magnífica por la calidad de los Sres. asistentes, no tiene la representación oficial de la Comunión Tradicionalista.
Añade que a él le preocupa, extraordinariamente, el hecho de que, publicado el Decreto de referencia, la Comunión Tradicionalista no haya resuelto su punto de vista, lo que podría implicar una desorientación en nuestras masas, mostrándose, por ello, decidido partidario de que una Comisión de esta Asamblea se traslade a San Juan de Luz y visite al Príncipe Regente de nuestra Comunión para decirle, con los máximos respetos debidos a la Jerarquía, que el deseo de Navarra es que, cuando aparezca el Decreto de S. E. El Generalísimo sobre formación del Partido Único, la Comunión Tradicionalista tenga ya preparada una resolución adecuada para darla a conocer a la opinión española.
El Sr. Archanco propone que la Asamblea conceda facultades a la Mesa para la designación de esa Comisión, y la Asamblea acepta, por aclamación, las respectivas propuestas de los Sres. Conde de Rodezno y Archanco.
El Sr. L´Hotellerie pregunta qué criterio van a observar los Comisionados que han venido de los pueblos a los efectos de divulgación de los puntos que se han expuesto en la Asamblea, contestándole el Sr. Baleztena (Don Joaquín) que pueden referir, sinceramente, en términos de prudencia, sin descender a detalles, las materias que han escuchado.
Y no habiendo más asuntos de que tratar, se dio por terminada la reunión, de la que se extiende la presente acta firmada por los Sres. que compusieron la Mesa Presidencial, conmigo el Secretario que certifico.
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En la misma fecha y lugar, acto seguido a la finalización de la Asamblea mencionada, se constituyó, en sesión privada, la Mesa presidencial de la misma, a los efectos de designar la Comisión que dé cuenta a S. A. R. El Príncipe Regente de la Comunión Tradicionalista Española de la resolución recaída en la indicada reunión, acordándose, por unanimidad, que dicha Comisión esté integrada por Don Joaquín Baleztena, Don Blas Inza, Don Gabino Martínez, Don Juan Ángel Ortigosa y Don Ignacio Baleztena, los cuales se trasladarán a San Juan de Luz, a la mayor brevedad posible, para cumplimentar el encargo que se les confiere.
Y a los efectos oportunos, se extiende esta diligencia, a continuación del acta anterior, firmada también por los Sres. de la Mesa, conmigo el Secretario que certifico.
[Escrito a mano, aparece el siguiente texto en la última página del documento]: No llegaron aquí más que Don Blas Inza y Don Gabino Martínez, y sólo el día después de la publicación del Decreto.
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