10. El papado es de origen pagano. El título de papa, o de obispo universal, fue primero dado al obispo de Roma por el emperador malévolo Phocas, en el año 610 d.C. Esto lo hizo para darle rencor al obispo Ciriaco de Constantinopla, quien lo había, justamente, excomulgado por el asesinato de su precursor el emperador Mauricio. Gregorio I, entonces obispo de Roma, rechazó el título, pero su sucesor, Bonifacio III, primero asumió el título de papa. Jesucristo no designó a Pedro como líder de los apóstoles, y prohibió cualquier cosa semejante (Lucas 22:24-26; Efesios 1:223-23;Colosenses 1:18; 1ª Corintios 3:11).

Primero me iré con lo que argumentan los herejes: ‘Jesucristo no designó a Pedro como líder de los Apóstoles, y prohibió cualquier cosa semejante’, citando muchos pasajes fuera de su contexto, en Lucas los Apóstoles deliberan sobre quien es el más importante, en otros lugares de los Evangelios los apóstoles se ha disputado sobre la importancia que ejercían para con su Maestro y el Señor siempre los reprendía de manera similar que en Lucas, nada tiene que ver con el ministerio petrino que los papas ejercen; lo que sucede aquí, es una clara discusión inútil entre ellos, pues cuando Jesús otorgó el poder de las llaves del reino a Pedro, únicamente le otorgó una autoridad ministerial. Pero los herejes, piensan que decimos que tenemos Jerarquía eclesiástica para afirmar que es una seguridad de que los presbíteros, obispos y diáconos tienen un lugar mayor en el reino de Dios, esto de ninguna manera, y es precisamente a lo que se refiere Cristo en estos textos. En cuanto al pasaje que se habla de Cristo como Roca o Piedra Angular, hemos de saber que también San Pedro es llamado Cefas [roca en hebreo] por el mismo Jesucristo, por todos los apóstoles y hasta por San Pablo y eso no significa que sea contrario a los pasajes de efesios, colosenses y corintios que los herejes apelan, a la verdad: la Roca de Fe del cristianismo y de la Iglesia es Cristo que también es cabeza de su Iglesia, y nadie puede cambiar eso como lo afirman las epístolas, la piedra o roca visible de la Iglesia es Pedro y sus sucesores los romanos pontífices sobre la cual Cristo funda y comienza a edificar su Iglesia y nosotros los cristianos también somos “piedras vivas” (o pequeñas piedrecitas) como lo dice san pedro en su carta [1 pedro 2:4-5], que continuamos la construcción de esta misma Iglesia, no es mucha la confusión sobre esto pero los pobres herejes se quiebran demasiado la cabeza al examinar esto con su doctrina sólo las Escrituras.
En conclusión pues: Cristo es una Piedra fundamental, por lo tanto firme pero invisible, y Pedro, es la primera Piedra de edificación visible la base que sigue del cimiento, esto concuerda con que Cristo lo nombró pastor visible antes de irse (Jn 21,15-17).
Esto es lo que toda la Tradición Apostólica desde el siglo I ha creído y nunca ha entrado en contradicciones como los herejes que han incurrido en confusiones.

Y sobre la falacia de que el Titulo de Papa fue utilizado a partir del año 610 d.C. la enciclopedia católica expone lo siguiente:

Papa (En latín eclesiástico papa, del griego papas, variante de pappas, padre; en latín clásico, pappas: “Sátiras”- 6:633 - de Juvenal).
Los títulos más destacados para referirse al Obispo de Roma son: Papa, Summus Pontifex, Pontifex Maximus y Servus servorum Dei. El título papa, fue usado en otro tiempo con mayor amplitud. En Oriente siempre se ha utilizado para dirigirse a los sacerdotes. En Occidente, empero, parece que desde el principio sólo se usó para indicar a los obispos (Tertuliano, “De pudicitia”, 13). Fue en el siglo IV cuando ese título empezó a usarse exclusivamente para el romano pontífice. Parece ser que el Papa Siricio (+ 398) ya lo utilizaba (Ep. vi in P. L., XIII, 1164) y Enodio de Pavia (+ 473) lo usa en forma más clara con ese sentido en una carta al Papa Símaco (P.L. LXIII, 69). Con todo, todavía en el siglo VII, san Galo (+ 640) se dirige a Desiderio de Cahors con el título de papa (P.L. LXXXVII, 265). Fue finalmente Gregorio VII quien ordenó que su uso fuera exclusivo de los sucesores de Pedro.
Los términos Pontifex Maximus y Summus Pontifex fueron sin duda originalmente utilizados para indicar al sumo sacerdote judío, cuyo papel desempeñan los obispos católicos en sus diócesis (I Clemente 40). En cuanto a Pontifex Maximus, sobre todo en su aplicación al papa, hay una cierta reminiscencia de la dignidad que conllevaba ese título en la Roma pagana. Tertuliano usa ese título en referencia al Papa Calixto y si bien sus palabras están llenas de sarcasmo, ellas mismas nos indican que ya los católicos las utilizaban en referencia al papa. Pero también en ese caso las palabras tuvieron alguna vez un significado menos estrecho. Pontifex Summus era el título que se daba a un obispo de una sede más notable en comparación con los de sedes menos importantes. Así llama Euquerio de Lyon (P.L. L, 733) a Hilario de Arles (+ 449), y Lanfranc es llamado “primus et pontifex summus” por su biógrafo, Milo Crispin (P.L. CL, 10). Arsenio, legado del Papa Nicolás I, lo llama “summus pontifex et universalis papa” (Hardouin, “Concilia”, V, 280) y ejemplos como esos son comunes. Ya para el siglo XI se nota que esos términos eran usados solamente respecto a los papas. La frase “Servus servorum Dei” está hoy día tan identificada como título del papa que una bula en la que no apareciera instantáneamente sería considerada un fraude. Mas ese título también fue algún día aplicado a otras personas. Agustín (Ep. 217 ad Vitalem) se nombra a sí mismo “Servus Christi et per ipsum servus servorum ipsius” (Siervo de Cristo y por Él siervo de sus siervos). También lo usó Desiderio de Cahors (Thomassin, “Ecclesiae novae et veterae disc.”, pt I, I.I, c. IV, n. 4), y san Bonifacio (740), el apóstol de Alemania (P.L. LXXIX, 700). Parece ser que el primer papa que lo adoptó fue Gregorio I. Aparentemente lo hizo para contrastar con el reclamo del Patriarca de Constantinopla del título de obispo universal (P.L. LXXV, 87). El uso de ese término en forma restringida al papa aparece en el siglo IX.
Entonces herejes, ¿de dónde sacan la fecha?, les pediría que se pusieran a estudiar más, ya que con sus argumentos falsos pecan más que al admitir su error.