Compañeros, recemos por los haitianos, los que perdieron la vida (se dice que más 100.000!!!) y los que la conservando, perdieron literalmente todo lo más - su familia, sus amigos, sus parcos bienes.

Una terrible catástrofe de proporciones inimaginables que me chocó profundamente... en un de los países más miserables del mundo, en que no faltaba ningún tipo de desgracia, ahora más esta...

Que Dios, Nuestro Señor, tenga misericordia de nosotros, en especial de aquellas pobres almas...