Haití: ¿Dónde está la solidaridad islámica?
Por Cruzado Negro el Viernes, 15 Enero, 2010
Estamos siendo testigos estos días de la tragedia que se abate sobre Haití. En las noticias nos informan constantemente de los esfuerzos que se realizan para intentar ayudar. Es difícil, las comunicaciones han sido destruidas y el gobierno parece estar desaparecido. Un gobierno mas al servicio de la corrupción y del tirano de turno, que del pueblo.
Todo el mundo participa en la ayuda como puede: Europa, Estados Unidos, los países iberoamericanos, Rusia, China, hasta el mundillo de Hollywood.
Los judíos fueron expulsados de las colonias francesas, incluido Haití en 1683, sin embargo Israel va a enviar ayuda.
En The Guardian publican una lista con los fondos de los países donantes.
Pero, ¿están todos? No, faltan los países musulmanes. ¿Porqué no están? ¿Se le han agotado los petrodólares a Arabia Saudita? ¿No surgen hermosas torres en los países musulmanes? Libia empieza una billonaria renovación de su capital. ¿Cuánto cuestan los misiles y centrales nucleares iraníes?
Hay mucho dinero en el Islam. ¿No ayudan a un país mayoritariamente cristiano? Pues en otras ocasiones, como terremotos en Irán, occidente sí que ha ayudado.
Ayudar, no ayudarán a los infieles, eso sí no pierden oportunidad para arrimar el brasero a su causa.
Esta es una prueba irrefutable de que Dios no existe. Ese Dios que los cristianos afirman es clemente y misericordioso ¿cómo puede torturar de una manera tan atroz a sus hijos más desvalidos? Lamentablemente la razón humana no tiene respuestas para semejante drama.
Y claro una tragedia de tal magnitud se convierte en un filón inagotable para las Ongs y los organismos de ayuda humanitaria. La Unión y Europea y Estados Unidos, Canada, Japón, o sea, los países del primer mundo se aprestan a destinar cifras millonarias la reconstrucción del país. Y por supuesto los otros buitres también se encuentran al acecho. Así es de perverso nuestro sistema. Porque mientras que unos sufren, otros sacan grandes dividendos de su desgracia.
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