Re: Ni un voto al PP.

Iniciado por
Valderrábano
Esto es lo que nos cuentan los cronistas de la Europa del XVII, tan Católica y tan tradicional
"El presente es amenazador,
lleno de penosas experiencias
y una visión del mundo muy pesimista."
"Es una locura lo que pasa,
y lo que en materia del dinero cada día se ve."
"La gente tiene tanta hambre
que se comen los unos a los otros."
"No vio el orbe más depravado siglo."
"Es propia condición del mundo,
casi desde su principio,
guiarlo todo al revés,
traerlo todo desfigurado."
"Síguese no ser otra cosa nuestra vida,
que una continua y perpetua guerra,
sin género de tregua o paz."
"¿qué quiere Vd que sea el mundo
más que trabajos, sustos y aflicciones?"
"Y es que terrible avenida de maldades
se ha esparcido por el mundo."
Cite sus nombres, uno a uno. De todos modos, la botella siempre está medio llena o medio vacía. Y una cuestión más, buena parte de Europa en el S. XVII ya no era católica, ahí tiene usted la causa.
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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