Re: Ni un voto al PP.

Iniciado por
Valderrábano
¿Y cómo estaba el mundo en el siglo XVII?
"Nos cuenta Jose Antonio Maravall en su “Análisis de la cultura del Barroco”, como las gentes que vivieron el final del Renacimiento y que poblaron la Europa del siglo XVII, fueron hombres tristes y melancólicos. La brutal crisis social y el desorden del mundo, provocaron que los habitantes de la Europa convulsa de aquel siglo XVII se vieran sumidos en un profundo pesimismo inspirado en las calamidades que por doquier se extendían. La decadencia económica con la sucesivas bancarrotas, las pestes (que por ejemplo en España acabaron con una cuarta parte de la población), las guerras (piénsese en la Guerra de los Treinta Años, en las guerras de religión tan crueles), el hambre, la miseria, las encarnizadas persecuciones de unos contra otros, “como lobos y tigres ferocísimos” llegó a escribirse sobre ello. Todo esto llevó a que la melancolía, el desencanto, la tristeza y el dolor existencial se asentasen profundamente en el alma de cada individuo. “Ningún enemigo mayor del hombre, que el propio hombre " escribiría SAAVEDRA FAJARDO.
Empezaré por decirle que Maravall no es mi historiador favorito, pues siempre presentó cierta tendenciosidad dentro de los temas que trabajó y, por cierto, se le consideró muy distinto de su padre, entusiasta franquista y muy del Régimen tanto que, gracias a ello, su hijo pudo cursar estudios superiores con una beca en Inglaterra. ¡Qué cosas!
Pero bueno, entrando en materia, ¿acaso las circunstancias de todo tipo cree usted que eran las mismas que las de hoy? Lo cierto es que con los medios actuales se podría acabar con multitud de problemas en lugar de generar otros nuevos. Por ejemplo, en el S.XVII no se conocía la penicilina, hoy que se fabrica como si fueran churros no es bastante para erradicar las enfermedades bacterianas del Tercer Mundo, mientras en el primero se pide que no se abuse de ella para evitar la inmunización de las bacterias. En ese texto se menciona el hambre, ¿y qué le parece a usted que hoy en día haya cientos de millones de personas que pasan hambre, mientras se tiran a diario centenares de miles de toneladas a la basura? ¿Y qué le parece a usted que haya cientos de millones de individuos pasando hambre voluntariamente para adelgazar lo suficiente para poder lucir el palmito en las playas en verano? Su "interesante" Maravall habla de las cruelísimas guerras de religión. ¿Y esas guerras quién las hacía? ¿Acaso los daños colaterales -como ahora se dice con todo el cinismo del mundo- eran capaces de provocar 100.000 muertos en una sola noche, tal como sucedió con el bombardeo de Dresde en 1945? ¿Es que ese bombardeo no fue de una crueldad inaudita, inconcebible?¿Ha probado a sumar todos los muertos de todas las guerras anteriores al Siglo XX? Seguro que Maravall jamás lo hizo. Pues lo cierto es que en esos 100 añitos se mató más gente que en los 50.000 años anteriores.
Su historiadorzuelo habla de persecuciones encarnizadas, y lo decía él todo un "colorao" de pro olvidando los 100 millones de asesinatos que el marxismo, en todas sus versiones, ha procurado y llevado a cabo. Cifra que yo incremento en 50 millones más, porque añado los "desaparecidos". Vamos que este último siglo ha sido todo un dechado de virtudes y éste lleva, más o menos, el mismo camino. Por ejemplo, ¿a cuántos niños se asesina a diario en el mundo en lo que es mayor genocidio conocido jamás?
Saavedra Fajardo no conoció los horrores de la modernidad, Maravall si.
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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