Tendremos que aceptar sin discusión todo lo que sea materia de fe, pero esto no es materia de fe y es legítimo que debatamos lo que nos parezca.

Se trata de saber por qué me dijeron (a mí y a todos los españoles) que el cambio se debía a la búsqueda de una mayor comunión con nuestros hermanos de Hispanoamérica y, como me acabo de enterar por Donoso, ellos se encontraron antes que nosotros con una imposición del cambio.

Además, los movimientos de renovación en la Iglesia siempre han existido y han partido, en muchas ocasiones, de los fieles laicos.

La Iglesia en España comenzó su primera gran renovación posterior a la Edad Media no cuando el Papa convocó el Concilio de Trento, sino en el siglo anterior, a iniciativa de Isabel la Católica y con el trabajo firme del Cardenal Cisneros. La Reina Isabel no esperó a que el Papa tomase decisiones sobre un asunto que ella consideraba urgente.

Así que podemos tratar este asunto sin que por ello seamos rebeldes a la Iglesia.