Una aclaración respecto a la traducción de Sabaoth. Esta expresión significa ciertamente en hebreo "Señor de los ejércitos", pero en el contexto bíblico y de acuerdo con los exégetas tiene el significado de "multitudes celestiales" y no exactamente tropas armadas, es decir, los coros angélicos, las estrellas y los planetas. Es la interpretación general dada por la Iglesia desde tiempos antiguos y que se deduce, como decía, del estudio comparado de las Escrituras, que emplean este término en el Antiguo Testamento en el sentido antes apuntado. Por lo tanto, sustituir Señor de los Ejércitos por Dios del Universo no es, un este caso, una tradución sesgada.
No ocurre lo mismo con la frase del Padre Nuestro, donde "deudas" no es ni mucho menos lo mismo que "ofensas". Deudas implica algo mucho más amplio que la simple ofensa. No es una discusión bizantina, como opina nuestro amigo Anorgi, pues un estudio profundo de esta palabra contenida en la gran oración por excelencia nos haría reflexionar mucho más sobre lo que debemos a Dios y al prójimo (la deuda implica acciones, omisiones y muchas más cosas) mientras que la "ofensa" es algo bastante más específico. De hecho las ofensas que podamos realizar contra Dios y el prójimo siempre serán mucho menos numerosas y graves que las deudas que tenemos para con ambos, porque repito, deuda implica mucho más que ofensa. Las palabras tienen un contenido semántico exacto y un efecto simbólico muy potente que va calando en las personas que las pronuncian y si cambiamos una por otra puede llegar a desvirtuarse totalmente la intención del que la escribió. En una homilía dedicada a explicar esta parte del Padre Nuestro se puede hacer reflexionar al fiel sobre muchísmas más cosas si se aplica la palabra "deudas" que si se aplica la palabra "ofensas".
En cualquier caso deberíamos mantener la fidelidad más estricta al texto evangélico pues si escribe en el original "deudas" quiere decir "deudas" se traduzca al idioma que se traduzca. Y si el Señor dijo "deudas" es que quiso decir "deudas" y no otra cosa que nos resulte más bonita, moderna o comprensible.
Por otra parte, creo que todo fiel (fuera de las cuestiones dogmáticas) tiene pleno derecho a proponer su opinión ante la jerarquía (que no es lo mismo que la Iglesia) porque la jerarquía o "cierta jerarquía" puede equivocarse y hasta desgraciadamente puede estar infiltrada por malos pastores con intenciones aviesas. Repito que no es lo mismo la Iglesia que la Jerarquía de esta y que ni siquiera la opinión del propio Papa está exenta de crítica (es obvio que cuando el Papa habla "Ex cathedra" no está diciendo su opinión y por lo tanto no hay crítica ni desobediencia posible) pero cuando lo hace como obispo y pastor puede ser (aunque no lo es generalmente) falible y por ende objeto de respetuosa contestación. Que el Papa apruebe la traducción de una palabra que, evidentemente, no afecta al dogma, no obliga a nadie a aceptar esta aprobación y desde una posición guidada por la caridad se pueden oponer argumentos razonados, evitando seimpre y sobretodo el escándalo. A veces solo por temor a esto último algunos callamos sobre ciertas cosas.
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