El toreo de Manolete (I) Tema a debate.
Decíamos ayer que iba a tratar el tema de la defensa que del estilo torero de Manolete hacía Gregorio Corrochano en su libro Cuando suena el clarín. Además contestando al comentario de un incorpóreo seguidor de este blog señalaba que al hilo de esta cuestión hablaríamos de uno de esos temas que cada vez que se suscitan generan polémica y discusión : Cargar la suerte. Voy a aportar, por tanto algunos documentos gráficos y escritos sobre estos temas por si nos sirven de algo.
Sobre todo ello, quiero hacer una consideración previa. Una declaración de principios. Y es que, en el toreo, como en todos los ordenes de la vida no existen(en mi opinión) certezas ni reglas absolutas. No es lo mismo ver los toros desde el palco de ganaderos de la plaza de Sevilla, que en el tendido 7 de la plaza de Madrid o en el callejón con los toreros. La lidia de un toro resulta tan compleja por lo diverso del comportamiento animal, presenta tantos y tan variados matices que cualquiera que se empeñe en poseer la verdad absoluta estará o, mejor dicho, estaremos absoluta e irremediablemente equivocados… sólo por eso. Más aún si la visión de lo que pasa en la plaza (lo dijo Corrochano) se basa en compromisos o intereses o prejuicios, como puede o suele ocurrir.
Dicho esto, creo que va siendo hora de revisar en sus justos términos la importancia del toreo de Manuel Rodríguez “Manolete”, posiblemente uno de los toreros con más pundonor y dignidad profesional que ha tenido la fiesta (pero muy mal tratado por la reciente crítica) Puede que, hoy día, hablar mal del toreo de Manolete esté bien visto (dando caché, como se dice) entre ciertos grupos de aficionados, pero a mí personalmente no me duelen prendas y ello, pese a que tanto la estética como el concepto del toreo de Manolete andan muy alejados(y lo subrayo) de la estética y el concepto del toreo que a mí personalmente más me llega.
Desde el punto de vista técnico, hay que señalar que los reparos que sus detractores plantean al toreo de Manolete alcanzan a su estética, lo que llaman toreo “amanoletado” (posición de perfil, cite con la muleta retrasada, pase corto, planta erguida) y también, a su propio concepto del toreo, respecto al cual se le recrimina haber eliminado el tiempo fundamental de cargar la suerte.
Hablando de detractores y como cuestión previa, es importante destacar que no hay detractores de Manolete entre los toreros que torearon con él: Creo que ninguno o casi ninguno. Los detractores de Manolete son aficionados o críticos, pero rara vez toreros. Pero vamos por orden, que ya volveremos a este tema.
El primer libro de Luís Bollaín “Los dos solos”
Para Luís Bollaín, el belmontista nº 1, los dos solos son si lugar a dudas Belmonte y Manolete.
Otro tema que suscita mis dudas: Si Belmonte definió el único canon taurino aceptable (como se dice por algunos, aunque esto de los cánones taurinos me suena a mí a veces a mandamiento de una religión) y Manolete rompe con ese canon ¿Como es posible y se explica que los más conspicuos belmontistas(Bollaín, K-Hito, Clarito y un largo etcétera) se hicieran manoletistas? ¿Cual era sobre eso la opinión del propio Belmonte?Otro belmontista que se hizo manoletista:
K-Hito el director de Dígame
Y ya puestos, como diantres se entiende que, siendo Manolete tan mal torero como nos dicen, sea idolatrado por un torero de la clase y categoría (difícil de discutir) de José Tomás. Dicho de otro modo, si hay una línea del toreo, que va de Belmonte a Manolete y de este a José Tomás, que creo que la hay como veremos ¿porqué se defiende a Juan Belmonte y José Tomás (principio y final de ese puente taurino) y se señala a Manuel Rodríguez “Manolete” (que está en medio del puente) como responsable de gran parte de los males de la fiesta?
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