Dicho técnicamente, existían con Franco las libertades que el Magisterio papal (de la Iglesia de toda la vida, la pre-Vaticano II) mandaba que respetasen los gobernantes; ese magisterio (insultado desde el Vaticano II como "nacional católico") condicionaba toda la legislación franquista.
Y da la casualidad que ese magisterio papal (León XIII, Pío IX, San Pío X, Pío XI, Pío XII) NO consideraba "derechos" a lo que no eran sino monstruosas "libertades de perdición" (Gregorio XVI) y de origen y tufo masónico tales como "derechos" a la libertad de "conciencia", la de "expresión"; la de "asociación", o de participación política de los gobernados en gobiernos.
Los demás derechos del hombre, digo, se respetaban por la Iglesia y, por tanto, por Franco (derechos al honor, a la vida, al matrimonio, a la propiedad etc.). Ten por seguro que a la gente de orden con estos últimos le bastaba: los demás, eran cosa que solo pedía el rojerío revolucionario y algunos "cristianos" compañeros de viaje: eran "derechos"... solo en su imaginación.
Sobre "cárceles y fusilamientos" por criticar al Régimen:
Primero: Al Régimen se le podía criticar, siempre que fuera con crítica constructiva; no para derribarlo, que es cosa muy distinta. Aquellos ministros podían ser (y fueron de hecho) criticados públicamente por su poca eficacia, errores o abusos.
Segundo: aunque se estuviera en desacuerdo con el Régimen no iba uno, sin más a la cárcel. Otra falsedad. Se podía defender el comunismo o el anarquismo privadamente entre amigos o conocidos o en entrevistas y eso no era delito. (Ahí está el caso del actor Paco Rabal, comunista confeso que nunca tuvo problemas con el Régimen). Porque, de hecho los únicos que lo criticaban lo hacían para derribar al Régimen porque eran revolucionarios anarquistas o comunistas o separatistas (aunque solo cuatro gatos, por entonces).
Tercero: Sí era delito repartir octavillas, folletos o propaganda para derribarlo: pero con eso se iba a la cárcel previo juicio. Es una sandez decir que por eso "se fusilaba" entonces a la gente. Se condenaba a muerte solo si se había cometido algún asesinato o por cometer delitos que el Código penal o de Justicia militar castigaran con pena de muerte y previo juicio (caso de Puig Antich, o de los asesinos etarras y del FRAP).
De todos modos si crees que la represión del pensamiento es cosa solo de Franco, y te crees muy libre hoy haz la prueba publicando una mala opinión sobre la "democracia española", el LGTB, sobre negros inmigrantes, sobre abortistas, feminismo, extrema izquierda, el Islam, etc. Seguro que acabas en la cárcel y "fusilado"... a salivazos y en el ostracismo más absoluto.
Otro día sigo, que me canso de rebatir bobadas.
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