Este está mucho más extendido al otro lado del charco que aquí en España. Una mujer, hablando de sí misma, dice "uno" en vez de "una". No "uno" con el sentido de "uno cualquiera", al poner un ejemplo, sino uno como sinónimo humilde de yo. Yo jamás usaría "una" para referirme a mí mismo. Pensarían mal de mí.
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