«Y a dar testimonio de que no se pueden conocer los libros de Milá sin conocer la tierra catalana, he venido yo, el último de sus discípulos, aunque el primero de su confianza, castellano de la más vieja Castilla, de la montaña de Santander como ahora decimos, de la montaña de Burgos como decían nuestros antepasados, hijo de la espesa sierra que guarda en sus humildes peñascales la cuna del histórico río que a toda la península da nombre, y que después de saludar las férreas lindes de la Vasconia y besar el muro triunfal y sagrado de Zaragoza, viene a rendir tributo a vuestro mar en la ribera tortosina, simbolizando en su majestuoso curso la unidad suprema y la diversidad fecunda de la historia patria.»
Dicho por un montañés como Menéndez Pelayo.
Saludos en Xto.
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