Estimado Rodrigo,
Estoy parcialmente de acuerdo contigo, aunque difiero en algunos aspectos.
Esto no es que lo sostenga yo o lo sostenga Paco, es que es un hecho histórico objetivable. Del mismo modo que la región de Aragón no es la Corona de Aragón, la región de Castilla no es la Corona de Castilla. Y del mismo modo que Valencia no es Aragón (aunque deba mucho a su influencia repobladora), el resto de las regiones de la Corona de Castilla no son Castilla. Este hecho, que es incontestable desde el punto de vista etnográfico, jurídico-político y cultural, creo que es algo que no necesita más defensa que el propio refrán castellano: "De Santander a Puertollano, todo es campo castellano". Castilla tiene dos regiones históricas, que son Castilla la Vieja y Castilla la Nueva, como Baviera tuvo la Alta Baviera y la Baja Baviera, o en Normandía se distinguió la Alta Normandía y la Baja Normandía. Pero nadie en su sano juicio dudaría de que la región política, como así es, corresponde y estuvo siempre en el corazón de las gentes, es la totalidad del territorio.
Eso, evidentemente, es una cosa, y otra es la futura organización territorial española, o en su caso la más idónea. Desde mi punto de vista personal (y esto ya sí es opinión), no me opongo a la organización de España en las regiones históricas de siempre (evidentemente supondría una mejora evidente respecto a la situación actual), pero como castellano no me gustaría ver (y no tiene sentido desde ningún punto de vista) que se mantenga una frontera en el Sistema Central entre castellanos, algo que jamás ocurrió ni jurídica, ni política, ni económica ni culturalmente. Como muestra, un botón, y son las Comunidades de Villa y Tierra: un sistema donde la sierra no representaba frontera alguna, pues las comunidades se extendían indistintamente aquende sierra y allende sierra. Hay que tener en cuenta, además, que esas regiones históricas fueron más una denominación geográfica que otra cosa. Nunca existió, ni en el orden civil ni en el orden religioso, frontera alguna en el Sistema Central. El obispado de Sigüenza es el mejor ejemplo de ello en el orden religioso, y la Comunidad de Villa y Tierra de Segovia el mejor exponente en el orden civil.
Por tanto, como digo, aunque volver a las regiones históricas (realmente geográficas) sería una mejora respecto a la situación actual, como castellano no puedo aceptar a nivel personal una frontera entre Madrid y Segovia, entre Soria y Guadalajara. Desde todos los puntos de vista es un atropello a la historia del pueblo castellano y de su organización histórico-jurídica. Plantear eso, en el mundo moderno (no hablo del siglo XVII, donde estar en Castilla la Vieja o en Castilla la Nueva no significaba otra cosa que aparecer de un color u otro en el mapa, pero sin consecuencia alguna ni económica, ni política, ni administrativa), como digo, en el mundo moderno, con lo que todos sabemos que supone una división regional es, en mi humilde opinión, no entender al pueblo castellano ni su tradicional organización jurídico-política. Es, realmente, no entender a Castilla.
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