Hola, Celtíbero:
¡Uff! ¡Cómo me alegro de no estar en el caso de tenerme que defender por agravios no cometidos! Desde luego que, a mi modo de ver, cada cual tendrá que rendir cuentas de sus propios actos cuando suene la trompeta del Juicio y no por los que haya realizado alguno de sus antepasados o de sus descendientes. ¿Qué opinarán de todo esto los amerindios del norte después de haber sido más que aplastados y reducidos a vivir en reservas?
Ojalá desaparezcan cuanto antes los rencores entre hermanos. Pienso que siempre y en todo lugar ha habido personas que se conducían rectamente y otras que elegían un sendero torcido.
Por otra parte, a los peninsulares nos han conquistado tantas veces y de tan variadas formas que ya se ha perdido la cuenta.
¿Por qué no intentar eliminar barreras mentales prestando más atención a aquello que nos une? Antes de recoger el guante de la discordia, ¿por qué no intentar charlar tranquilamente?