La verdad es que es muy frecuente que algunos católicos casi se escandalicen cuando oyen que la Tradición es anterior a la Escritura.

En estos casos, suelo hacerles un repaso de la Historia de la Salvación, comenzando por Abraham y terminando por Jesucristo, destacando que, en cada momento histórico concreto, lo que sucedía no estaba escrito, sino que se escribió después, y mientras tanto existía la tradición oral (transmisión, entrega).
Acostumbro a ponerles el ejemplo del islam: En la Noche del Destino, Mahoma recibe del Arcángel Gabriel la revelación del Corán. A partir de ese momento, nace una nueva religión.
Sin embargo, el cristianismo nace antes que los evangelios, que las epístolas, que el Apocalipsis, que los Hechos de los Apóstoles. Primero existió la Iglesia y la Fe de la Iglesia; después, se estableció el canon bíblico. Y no fue lo escrito lo que determinó qué debíamos creer: Fue la Fe atestiguada por la Tradición lo que sirvió como elemento de discernimiento de cuáles eran los escritos inspirados.