Pedro de Zubiaur (Zenarruza 1541 - Inglaterra 1605)
E
l final del siglo XVI fue un tiempo convulso, lleno de grandezas y tragedias. Pedro de Zubiaur poseyó una vida propia de aquellas épocas.
Nacido en Zenarruza, desde su juventud a su madurez pasó casi cuarenta años dedicado al mar. En el horizonte habitual de esta etapa, encontramos
en sus orígenes a Zubiar destinado a las flotas que desde Bilbao debían apoyar al duque de Alba en Flandes durante 1568. Su habilidad en el
mar pudo derrotar durante aquel año a casi cuarenta navíos franceses que hostigaban a la Escuadra vizcaína en singladura Norte. Hecho prisionero
por los ingleses en las referidas acciones de Flandes y liberado tiempo después, participó sin éxito en la negociación de varios millones de
ducados capturados por la Escuadra de Drake. Iniciada la campaña de la Invencible en 1588 se mantuvo en las costas flamencas, llevando a
cabo brillantes acciones en Dunkerque y el litoral de Inglaterra, donde negoció el canje de los prisioneros hispanos tras la derrota de la gran
Escuadra. No temía Zubiaur entrar cuantas veces hiciera falta en la boca del león inglés. De hecho, partió para La Coruña embistiendo a los
británicos en sus puertos con los hombres y con la artillería de las naves que pretendían retener. No quedó aquí la carrera de este marino. En
1590 rindió a catorce naves holandesas, en 1591 destruyó una escuadra inglesa de 40 barcos y en 1592 volvió a vencer a los británicos del
almirante Wilckes en la rada del puerto de Burdeos. En 1595 fue a socorrer a las tropas hispanas en Bretaña, haciendo una amplia campaña
por el Atlántico, así como entre 1596 y 1597, incluso enfermo, lograba grandes victorias contra buques corsarios de Inglaterra, Francia y
Holanda. Continuó luego en la Campaña de Irlanda, donde defendió a católicos contra británicos, para entre 1600 y 1605 cubrir las rutas
oceánicas de la Flota de Indias, posibilitando que un gran cargamento oriundo del Brasil llegase a Cádiz intacto tras dejar atrás a varias unidades
enemigas. Fue de nuevo enviado a Gran Bretaña en diversas misiones, sorprendiéndole allí la muerte. En 1661 se trajeron sus restos definitivamente, quedando enterrados en tierra vasca. Al león de Felipe II no le derrotó el león de Gran Bretaña.
Marcadores