He citado un informe de la UNED. Frente a eso, otros foreros aportan propaganda electoral copiada de la web de Falange.
Pero para más información (yo sólo aporto información, si no prefiero no aportar nada) cito nuevamente al profesor de la UNED mencionado en mis anteriores mensajes:
"... El fracaso de los 40 (por Jesús López Díaz, Profesor de la UNED)
La primera crítica a la Ley de "viviendas protegidas" apareció sorprendentemente en octubre de 1940: "los beneficios que concede a las viviendas protegidas son más reducidos que en la legislación anterior, y esto lo consideramos un error"[63]; según su autor, "es al Estado al que corresponde hacer el mayor esfuerzo y sacrificio.... el apoyo estatal no es todo lo intenso que fuera de desear... no hay posibilidad de que organizaciones locales y sindicales puedan por sí solos abordar el problema". Sorprende sin duda el clarividente análisis de Iradier García, hombre próximo al alcalde de Madrid. Sus palabras se convierten en una premonición de los resultados en el decenio de 1940. Poco después, en 1946, Muguruza expresaría, como ya señalamos, la idea de que las medidas de las viviendas protegidas, tal y como exponía la ley, eran inalcanzables para la mayoría de los obreros con los salarios que cobraban. El Régimen, atenazado cada vez más por las consecuencias de su política autárquica, no estuvo nunca en disposición de abordar el problema durante todo el decenio. Al final, ni los ideales falangistas ya en retirada, ni los intereses de las oligarquías conservadoras, entenderán el problema en su magnitud. Es a finales de la década, como señala Sambricio, cuando la arquitectura realiza una aportación fundamental buscando ofrecer nuevas soluciones al problema, que pasan por establecer unos mínimos de vivienda que retoman el "debate racionalista de los años anteriores a la guerra", recuperando las ideas de estandarización y prefabricación[64]. El punto de inflexión se produce al tomar el último vagón del desarrollo con los Planes de Estabilidad de 1959, a pesar del disgusto de buena parte del Régimen. Durante la década de 1940 el freno que supuso la autarquía franquista en la obtención de todo tipo de recursos afectó directamente a la producción de vivienda, y por ende, a la de vivienda social.
El falangismo de los 40, en auge hasta la caída alemana, desarrollando su ideario de superación de lucha de clases, proponía edificios donde convivieran todas las clases sociales. Idea que sin duda difería del ala conservadora del Régimen, que entroncaba mejor con la segregación de los barrios obreros. Al final la aprobación en 1946 del Plan General de Ordenación Urbana de Madrid, con su propuesta de anillos verdes circundantes alrededor de la capital y la creación de ciudades satélites, sugería la teoría de la segregación. La realidad difirió en algún modo, pues el imparable e incontrolado crecimiento de Madrid (que había multiplicado por 10 su superficie tras el proceso de anexión de los municipios limítrofes entre 1948 y 1954), absorbió la zona verde y rural del Plan de 1946, para obtener suelo económico en la década de los 50. Para entonces ya no existía debate, y sí urgencia en alojar a los miles de chabolistas que circundaban la ciudad. En definitiva, y al igual que ocurrió con la economía española durante el periodo estudiado, la política de vivienda social seguida en Madrid fue a remolque de la realidad. El Régimen franquista nunca fue capaz de obtener éxitos en su política de vivienda protegida, ni con sus directrices, ni con sus planteamientos, ni con sus proyectos y la soñada "ciudad del Movimiento" propugnada por los falangistas se desvaneció al igual que la esperanza de muchos españoles de entonces por adquirir una vivienda digna."
Creo que esto demuestra mi hipótesis de que la vivienda social del Franquismo se construyó A PESAR DE, y no GRACIAS A los falangistas, como algunos parecen interesados en hacernos creer.
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