
Iniciado por
Valmadian
Estimado Jasarhez, cuando me refiero a lo que hacen al elaborar las estadísticas es para reflejar lo que no hacen precisamente. Y es que a la Estadística la han convertido en la gran mentira manipuladora de las realidades, es decir, lo que apuntas sobre el pescado azul, y que se entiende rápidamente con el ejemplo tópico del pollo y los dos comensales. Por ello, yo no niego que los datos sobre el envejecimiento de la población en España, ni los relativos al número de abortos. En relación a nosotros el hecho de que la población envejezca es un dato positivo por el hecho de que podemos deducir que la esperanza de vida se incrementa. Pero, la cuestión se invierte cuando el índice de natalidad no llega al 1 %, lo que es una hecatombe. ¿Cómo se solucionaría el problema? Evidentemente no se hace a base de importar inmigrantes que, en cuanto ven cómo las gastamos aquí se apuntan al carro ellos también, sino fomentando la natalidad nacional a base de auténticas ayudas a las familias. En resumen, lo que si hacen otros Estados aunque sus índices tampoco sean para tirar cohetes.
Pero de lo que si puedes estar seguro es de que esos índices de natalidad no son iguales entre mujeres con convicciones religiosas firmes, que entre las materialistas que sólo viven para ellas mismas, "para realizarse", no se sabe en qué, pero para cuando quieren darse cuenta se les han "quemado todos los arroces" y encuentran sus vidas absolutamente vacías. Luego, hay que cambiar el disco con el discurso, las mentecateces de individuos como aquel tal Caldera, no sirven para nada bueno, y a los hechos y sus datos hay que remitirse. Sin embargo, hay cuestiones que son incontrolables por parte de gobierno alguno, o de conspiradores de cualquier laya. Los pueblos son imprevisibles, y pese a sus parásitos sociales, cambian las tendencias cuando menos se piensa. Hay gente inteligente que también habla a los suyos, que explica las cosas y hace razonar sobre ellas; igualmente, los hay más tardíos en reaccionar, pero finalmente lo hacen, y eso es así desde que se tiene noticia de ello. De esta misma crisis acabarán por surgir aspectos positivos, porque el problema no es este, sino la situación anterior, esa era la que tenía adormecidas las conciencias.
En cuanto a las mujeres blancas no es necesario decir que no son sólo europeas, aunque si yo puse el ejemplo de Europa es por la alarma social que ya se está implantando --¡por fin!--, con esa inmigración inducida desde ciertos poderes que todos conocemos. Y, cuando he mencionado el término "superpoblación" no está referido a las verborreas habituales de los organismos de la ONU, sino al hecho cierto de que 1.000 h/ km cuadrado es, en efecto, superpoblación. Y esa es aproximadamente la densidad media en Europa hoy en día. Ahora, "es que la natalidad es muy baja", ¡sí! pero nadie está capacitado para saber qué ocurrirá dentro de 50 o de 100 años. Recuerdo que según las estimaciones de entonces, en los "70" se afirmaba que para el 2.000 se llegaría a 12 mil millones. Llegó el cambio de siglo y en las cuentas faltaron 4.000 de esos millones. De los datos oficiales siempre hay que creerse la mitad de la mitad de lo que deberíamos creernos, si nos creyésemos la mitad de la verdad. En ningún laboratorio de análisis social hay bolas de cristal, ni mesas con el tarot dispuesto. Y es que la inferencia estadística, demostrado está, suele fallar más que una escopeta de feria.
A mi lo que realmente me inquieta más sobre el aborto no son los datos estadísticos, sino que para muchísima gente no represente un problema moral de verdad, pues esa es su condición. Esa indiferencia no es sino el resultado de la supina ignorancia acerca de lo que significa matar al más inocente de los seres, así como de las consecuencias subsidiarias para todo el conjunto de la sociedad; y ésta lo es a su vez del intenso lavado de cerebro al que se somete a los países, para una vez más, preferir creer en los cuentos tártaros que les meten en la cabeza en lugar de pensar por sí mismos y buscar la verdad en otros sitios, pero sabido es que pensar es algo que duele, si, ¡en la conciencia! Ahora sumemos a esta trágica situación, que hay individuos e "individuas", --auténticos servidores de Satanás, y no hablo metafóricamente--, que no dudan en elevar al aire de los medios de comunicación sus histéricos alaridos, rasgándose las escasas ropas que suelen llevar encima y tirándose de esa especie de sombrajos que tienen por pelos, cuando se promueve esa propuesta --para una vez que se hace algo bien--, de obligar a aquella que pretende abortar, a ver lo que lleva dentro a través de un escáner. Y hasta deberían regalarles la fotografía enmarcada. De sobra sabe esa canalla recua de criminales que la mayoría de esas mujeres renunciarían a matar a sus hijos. Y luego, lo que no se ve y se sabe nunca, es ¿qué se hace con los fetos abortados? ¡Menudo negociazo! porque si alguien piensa que van a una incineradora, es que todavía se chupa el dedo gordo. Los fetos de esas pobres criaturas inmoladas por estos asquerosos seres, van a laboratorios para hacer con ellos desde experimentaciones inconfesables, hasta cremas faciales.
Saludos en Xto.
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