Re: España e Inglaterra

Iniciado por
Valderrábano
Si nuestras convicciones van a depender de con quien se líe la niña o el niño, vamos listos.
Mire, yo me llevo bien con la gente de Inglaterra (y con la gente de otros muchos países). He estado en ese país y tendré que volver en breve, he trabajado con ellos y se reconocer las virtudes que tienen, sin ningún complejo por mi parte. Pero también se de sobra como piensan en cuestiones de política respecto a España. Si Vd se cree que a los ingleses de la calle les interesa España más allá de los cuatro topicazos de turno se equivoca. Para ellos España es como para nosotros Marruecos, un productor de hortalizas frecas y un lugar exótico al que ir a vivir sin gastar demasiado... nada más.
Recuerdo una entrevista a Thatcher en la tele y le preguntaron
"¿A quién le gustaría conocer en su próxima visita a España?" y la señora se salió por los cerros de Úbeda dejando ver entre líneas que un país todavía no plenamente "democrático", que había sido gobernado por "fascistas", no le interesaba lo más mínimo.
Y es así como nos ven.
La entrevista es esta:
En Portada - Entrevista a Margaret Thatcher (1988), En portada - RTVE.es A la Carta
No es cuestión de que nuestras convicciones dependan de con quien "se líe el niño o la niña", aunque como decía Ortega y Gasset "yo soy yo, y mi circunstancia", sino de nuestros posicionamientos personales, nuestras actitudes y opiniones respecto a los demás. Y eso si es muy variable, según cada circunstancia personal al margen del posicionamiento político.
Y puesto que usted da pie a los comentarios de tipo personal, algo que yo he evitado para no levantar suspicacias, yo tengo tres sobrinos educados en el British Council, uno casado con una "gringa", el otro en relación seria con una alemana y la "niña" promocionando profesionalmente la Marca España en un país africano. Pero, además, tengo dos amigos ingleses, y mi vecina de enfrente es inglesa. Al tiempo, otro de mis vecinos inmediatos es socialista y yo me llevo a matar con el Socialismo, pero mire usted, se trata de un buen vecino y me llevo bien con él. Del mismo modo, a mi vecina inglesa cada vez que me la encuentro no le digo ¡Gibraltar! como respuesta a sus ¡buenos días, buenas tardes, o buenas noches! y mis dos amigos ingleses, uno de ellos periodista de agencia, no consideran que España sea como Marruecos o, si lo prefiere, no nos ven como nosotros vemos a los otros, pues entre otras cosas están casados con españolas.
Usted de lo que suele hablar, además de la cuestión política planteada a causa de Gibraltar, es de pre-juicios, tanto de los propios como de los de ellos. Pero esos prejuicios son negativos y ello significa dificultades para resolver los problemas. Por último, no es positivo tampoco mezclar las cosas. En líneas generales, los españoles que no han visitado las Islas Británicas, suelen tener un pésimo concepto de todo lo relacionado con ellas; a su vez, los británicos que no han estado ni conocen España, tienen las imágenes de la Leyenda Negra en sus mentes. Así, el ejemplo que usted emplea de Margaret Thatcher -podía haber buscado otro más afortunado que "esa señor"-, tiene dos respuestas fulminantes: una, que España nunca jamás estuvo gobernada por fascistas, luego suspenso en Teoría Política a la difunta "señor" Thatcher (lamentablemente no se exigen dichos conocimientos para ocupar una cartera ministerial), y dos, que para dictaduras la de su simpático y amable señor Oliver Cromwell, que fue el primer revolucionario "civilizado" en cortar la cabeza a su Rey. La anécdota más clara de los topicazos que tienen ellos respecto a nosotros la protagonizó J. RAWLINS, la autora de los libros de Harry Potter, cuando al asomarse a la portezuela del avión que la llevó a Oviedo para recoger su premio "Príncipe de Asturias", pronunció las siguientes palabras: ¡Pero si esto es como mi país!. Lo que no entendió es que España es en sí misma similar a un pequeño sub-continente con todos los climas y paisajes que existen en el mundo -salvo alguna excepción como el ártico-. A todo eso, en un sentido y en otro, entre los "míos", se le llama ignorancia que, en si, no es mala cuando existe el ánimo de reconocerla, la intención de superarla y la fuerza de voluntad para lograrlo. Y como toda larga marcha, hay que empezar con un primer paso.
Última edición por Valmadian; 19/01/2014 a las 19:07
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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