APÉNDICE 5
Fuente: Cómo se preparó el Alzamiento. El General Mola y los carlistas, Tomás Echeverría, 1985, páginas 149 – 150.
[CAPÍTULO] 43
7 de Julio: Fal Conde daba cuenta a Don Alfonso Carlos de las incidencias ocurridas
Con fecha 7 de Julio de 1936 Don Manuel Fal Conde dirigió al Caudillo carlista Don Alfonso Carlos la carta autógrafa que copiamos a continuación:
«Señor:
Vivamente deseamos que realizaran el viaje muy bien y que, ya tranquilos de los trabajos y preocupaciones, puedan empezar a descansar.
Desde que se marcharon los señores, han ocurrido cosas muy interesantes que quiero referirle en los términos convenidos.
El Sr. Quintana [General Mola] me mandó recado para que fuera a verle y así me lo propuso, pero surgieron tales dificultades de viaje que tuve que desistir y, entonces, habló aquél con mi sobrino Sanjuan [Zamanillo], al que dijo que era necesario que retirara yo mis condiciones, y, en especial, quiso imponer los tres colores [de la bandera] que ya le había dicho que no me gustan, y que Sanjuan [Zamanillo] repitió rotundamente.
Esto motivó que Quintana [Mola] dijera a sus compañeros de claustro que, si no enviaba yo a mis chicos [los Requetés] él desistía de dar las vacaciones ofrecidas [organización del Alzamiento], y éste trajo en sus alumnos [Jefes y Oficiales del Ejército] el mayor disgusto, y que me culparan a mí del fastidio [del fracaso].
Con tal motivo ha habido un enorme revuelo que ha determinado que se vean varios interesados [en el Alzamiento] y que yo llame a algunos parientes [Jefes militares y políticos] para exponerles el caso, y todos han coincidido en que no puedo acceder al absurdo, y que es incluso deshonroso [imposible] enviar a los chicos [los Requetés] para que los tomen como cabeza de turco, por lo que he puesto una carta fuerte a Quintana [Mola] poniendo en su punto la verdad –que han tergiversado incluso injuriándome– y ratificando punto por punto las mismas condiciones, y, al mismo tiempo, he enviado copia de los escritos cruzados a Ocaña [General Sanjurjo] para que esté informado, pues se ha dejado sorprender por uno de los profesores [¿se refiere a Don Raimundo García?] que le ha hablado.
No tengo que decir las preocupaciones y disgustos ocasionados por todo esto, ni la satisfacción enorme que me ha producido ver la completa unanimidad de opinión de todos los parientes [varios Generales] y amigos, que están indignados del proceder tan feo que se sigue.
Para mayor desdicha, he recibido la visita de Gil [Gil Robles], el desacreditado adhesionista, que está metido en todo, y que trae un enredo de mil demonios. Venía a complicarnos con sus fines particulares, y no hay que decir que salió con las orejas gachas.
Esto es, en síntesis, el incidente de estos días, y que me ha impedido marchar, como pensaba, a pasar unos días con los niños. Tampoco ahora me atrevo a ir hasta ver cómo marchan las cosas.
Aquí todos buenos, animados y trabajando sin parar. Don Francisco [el Príncipe Don Javier] vendrá tarde porque va a estar allí alguna temporada. Pero cuando llegue, se encontrará con las cosas muy adelantadas, gracias a Dios.
Todos me encargan para la Señora sus respetos, y yo quedo, como siempre, a sus pies.
Firmado: Lorenzo [o sea, Fal Conde].»
Una nota que existe en el Archivo Carlista de Sevilla, confirmando, incluso ofreciendo detalles concretos, sobre extremos importantes que figuran en la carta cuyo contenido acabamos de ofrecer, dice así:
«Los Jefes del Ejército que eran tradicionalistas, y que conocían las discrepancias con el General Mola, aconsejaron constantemente que se mantuvieran los puntos sustanciales que afirmaban la opinión carlista.
Así lo hicieron el Teniente General Fernández Pérez, el General Villegas y el Coronel Varela.
Más tarde declaró el General Queipo de Llano que él no había impuesto condición alguna para que se mantuviera la bandera tricolor.
En cuanto al General Cabanellas, sólo podemos decir que, apenas iniciado el Alzamiento Nacional, se tocó públicamente con la boina roja.»
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