Bien. ¿Vé usted como yo tenía razón en que a usted le importa un bledo (es decir, no lo considera usted como algo objetivamente malo) toda la labor destructiva de todo ese tejido social que constitutía la organización autónoma de la comunidad política española y que ha ido eliminándose en estos 180 años? El problema es que eso también preocupaba a la Iglesia Católica, que siempre lo consideraba ese organismo comunitario con vida propia y libre como uno de los fundamentos del verdadero bien común, y desde luego, nunca predicó la consolidación y desarrollo de esa destrucción mediante el intervencionismo absorbente y la formación de paliativos ortopédicos estatistas-totalitarios (como se ha hecho tecnocráticamente en el franquismo y ahora en el juancarlismo) que trataran de sustituir aquél tejido espontáneo y preservador de la vida moral y tradicional de la población (a la par, que económico-social), que lo mantenía como pueblo y evitaba su degradación en masas.De acuerdo, Martin Ant, aunque solo sea como hipótesis de trabajo, y a la vista de las actuales circunstancias por las que transcurre el NOM, voy a aceptar solo por un momento las tesis realistas que hablan de la destrucción social producida por el Estado ("providencia, controlador de todo", etc...) que ha contribuído a resecar y a aniquilar la vida social-orgánica de la sociedad española, y por ende, ha destruido también, según esas tesis, el bien común.
Yo no dicho esto que eso destruya el bien común, sino las medidas tecnocráticas tendentes a absorber y destruir todo ese rico entramado de asociaciones que cubrían las contingencias sociales, no sólo creadas por los legitmistas sino también por los católicos sociales. Todo eso ya existía antes de la llegada del franquismo (nacieron principalmente como reacción a las medidas tecnocráticas destructivas del liberalismo isabelino-alfonsino) y constituía un buen entramado corporativo-asociativo del que partir para una restauración-reconstrucción social, auténtica y verdadera política favorecedora del bien común (como recordaban los grandes intelectuales católicos sociales de esa época: Severino Aznar, Salvador Minguijón, etc...) Por supuesto, una de las primeras medidas de Franco fue destruirlas durante su primera etapa nazi-fascista de la dictadura (1936-1946).Vamos a aceptar también que medidas magníficas como los seguros de pensiones o de enfermedad o la sanidad de acceso gratuito para la población también destruyan el 'bien común'. Vamos a aceptar pulpo como animal de compañía...
Pero, y esto creo que ya lo hemos debatido en otros hilos y me he leído todos los enormes tochos que escribía el tal Douglas ese (perdón por mi ignorancia premeditada), la solución que se propone, en caso de que ésto fuera cierto, ni a mi ni a muchos de los que escribimos aquí, nos satiface, ni nos convence en absoluto. Y es más... y también esto ya se lo hemos dicho, vemos en ese 'salario social' que ustedes proponen la mayor forma de esclavitud que el poder más absoluto pueda llegar a maquinar.
Bien, de nuevo, la frase subraya demuestra que o bien realmente no se lo ha leído, o bien se lo ha leído y no lo ha comprendido. De todas formas, no hay ningún problema en que usted, dentro de alguno de esos hilos donde están los "tochos", coja la cita que a usted le parezca mala o que le chirríe, y podremos pasar a comentarla (en ese hilo donde está el "tocho") tranquilamente.
Que yo sepa no he hecho nunca una propuesta, proyecto o esquema práctico o concreto de ningún tipo. Lo que he estado poniendo en los hilos correspondientes que yo abría en el subforo de economía, son los principios que informan el funcionamiento de toda economía real a la que se le asocie un sistema financiero, así como el diagnóstico del mal funcionamiento del actual sistema financiero en su hipótetica función al servicio de la economía real a la que está vinculada, pero que no cumple correctamente. Así que usted desea entrar en algunos de esos hilos a los que me refiero (y no a los otros hilos donde se comentó incidentalmente y de pasada -pues no constituía el tema principal del hilo- y sin entrar en detalles y, por lo tanto, de manera imcompleta para sacar conclusión de ningún tipo), citar algún párrafo, y hacer algún comentario crítico al respecto, yo estaré encantado de responderle.Si revisamos los textos de los hilos en los que este tema ha sido ya suficientemente debatido podrá observar las preguntas que le hemos hecho, y se pueden releer sus respuestas, etc, etc... Y en todas las ocasiones hemos acabado en lo mismo. No nos gustan sus propuestas (http://hispanismo.org/economia/17020...tml#post118386).
En el ejemplo que usted pone en el enlace, yo simplemente me limitaba a hacer ese comentario incidental para sentar unas bases comunes en torno a una discusión económica completa, la cual, por supuesto, se desarrollaría en otro hilo correspondiente. Pero como ni siquiera nos poníamos de acuerdo acerca de qué debíamos entender por finalidad u objetivo de la economía (así como sobre el concepto del trabajo), algo imprescindible para cualquier ulterior discusión, consideré que lo mejor era abrir un hilo aparte únicamente sobre ese tema. Y de hecho lo hice. Pero parece que ahí quedó todo.
¿"Vamos a suponer", dice usted? Insisto una vez más, igual que en el párrafo anterior, que lo que usted considera como simples suposiciones o "aceptaciones de pulpos como animales de compañía", son hechos, puros y simples hechos destructivos de la comunidad política española y, por tanto, de su genuino bien común. Le insisto, ¿los católicos tradicionales que denunciaban todo esto en los años ´60 y `70 eran medio tontos que no se daban cuenta de la realidad que tenían delante de sus narices cuando hacían las mismas críticas que yo le estoy reproduciendo?Y para responderle a esto, también le voy a decir lo mismo: '...vamos a aceptar pulpo como animal de compañía'. Vamos a aceptar que la falta de arraigo observada desgraciadamente en nuestras sociedades actuales, solamente es debida a las políticas tecnocráticas; unas medidas que solo son una forma de control y de concentración de la población en masas homogéneas manipuables, etc, etc...
¡Vaya! Entonces ahora ya no son suposiciones sino hechos. Me alegro de que vayamos progresando. Ahora bien, me temo que usted puede que los considere como cosas sin importancia o despreciables, mientras que yo los considero como esenciales y fundamentales en lo que a labor aniquiladora de la comunidad política y de su bien común se refiere. Pero claro, como usted y yo partimos de concepciones distintas de lo que debe ser el bien común, es normal que nuestras valoraciones y juicios sobre esos hechos difieran en lo que a importancia se refiere.Ahora bien, lo que sí que no voy a negarle es que esos fenómenos se hayan producido
Me encantaría muchísimo que usted hiciera un análisis técnico haciendo citas de esos "tochos" en los hilos en donde yo los he expuesto que demostrara esto que usted acaba de afirmar. Y no lo digo en broma. Llevo mucho tiempo deseando esa discusión y usted se me escabulle.pero lo que no puedo hacer es compartir su tesis de que estas grandes aglomeraciones de población, etc, etc... no se hubieran producido también con su modelo
Correcto. Ya no estamos en la Edad Media. Completamente irrelevante en la discusión.Y es que creo que usted pasa por alto algunos factores: el primero es que ya no estamos en la edad media
Ahora bien, si lo que usted está sugiriendo con esto es que yo defiendo una sociedad donde no se integren o no se puedan integrar los avances tecnológicos buenos habidos y que mejoran objetivamente la vida de las personas, ya le tranquilizo que yo no defiendo eso. Ya dije en alguna ocasión que una cosa son los principios políticos y sociales que deben informar toda comunidad política que quiera promover y fomentar el bien común, y otra distinta la aplicación práctica y la adaptación a las circunstancias coyunturales accidentales de cada momento.
Aaaamigo; esa afirmación o conclusión se la ha sacado usted de la manga de manera gratuita. O sea, que los avances traídos por la Revolución Industrial en estos últimos dos siglos no hubieran podido haber venido e integrarse de otra forma que implicando e imponiendo una disociedad tecnocrática-totalitaria. Dicho con otras palabras, que para que vinieran los avances tecnológicos necesariamente tenían que venir de la mano de esa Revolución Industrial y de su modelo económico-social de producción y consumo de masas totalitaria. Dicho con otras palabras, que aunque no nos guste reconocerlo, eran necesarios los procesos de acumulación de capital, primero por las grandes empresas, luego por la concentración de grandes monopolios y oligopolios y finalmente, por la concentración tecnocrática absorbente en el Estado de las políticas estatistas de después de la Segunda Guerra Mundial; todo ello, por supuesto, con las correspondientes eliminaciones de todos los organismos y cuerpos sociales autónomos existentes, por el motivo de ser "racionalmente o económcamente ineficientes" o por motivos de "interés general".y el segundo es que la tecnología (esa de la que yo tanto abomino) ha impuesto un modelo de producción y de consumo que han obligado a vivir de esta manera
No es aquí el lugar, creo, para desarrollar el argumento, pero sí aclaro y adelanto que aquella afirmación es una completa falacia.
Yo no tengo ningún modelo de sociedad. Simplemente me limito a defender lo que han defendido siempre los católicos tradicionales en materia social y, en concreto, la Doctrina Social de la Iglesia, contra todos los vicios demoledores de la comunidad política que encarnan todos ellos en la ideología tecnocrática (la peor de todas las ideologías sociales).En su modelo de sociedad, ¿no se hubiera inventado el tailorismo?,
Ahora bien, si en su pregunta se refiere a si de los principios económico-financieros de C. H. Douglas se derivaría un invento como el del "tailorismo", le respondo desde ya: no, absolutamente no.
Se habría desarrollado la tecnología, pero ésta se habría integrado sin necesidad de tener que destruir la sociedad orgánica comunitaria. Es decir, las industrias que fueran necesarias para la producción, formadas por las necesidades libremente expresadas de la población organizada, no se habrían construido en detrimento o menoscabo de esa comunidad politica foral-corporativa autónoma. Por supuesto, el fenómeno del consumo de masas y de la publicidad incitadora no se habría producido, pues propio de las disociedades de masas.¿no se habrían desarrollado los grandes centros industriales y de consumo?,
¡Ni de broma! El fenómeno de las emigraciones masivas y despoblaciones es un fenómeno social típicamente tecnocrático.¿las ciudades no habrían crecido de la misma manera en que de hecho han crecido?.
Bueno. Ya veo que empezamos nuestras discrepancias. Le contesto a la gallega, ¿Cree usted que en un régimen tecnocrático que no sólo impide la proliferación de propiedades sociales (que no es lo mismo que estatales, ¡ojo!) ni de seguros sociales comunitarios o forales al margen y con independencia del Estado, sino que destruye los ya existentes (bajo las razones más espurias) y obliga, bajo pena de multa que en muchos casos puede llegar a suponer la muerte civil del que lo sufre, a tener que integrarse en un único Seguro Social estatal común a todos, se puede considerar que uno sea libre? ¿Realmente se puede usted creer eso? ¿Realmente defiende usted como bueno el chantaje económico o financiero?¿Si no existiera la Seguridad Social los compatriotas serían más libres?, ¿realmente se puede usted creer eso..?.
¡Ja, ja! Me ha gustado esa conexión que usted hace (producto de su fantasía) de que "si no tenemos pantanos no seremos mejores personas".¿Si jamás se hubieran construido los pantanos, de verdad cree usted que seríamos mejores personas, o simplemente tendríamos menos agua para regar los campos?,
Respecto a lo de que "si no tuviéramos pantanos, tendríamos menos agua para regar los campos", evidentemente es una frase que no tiene sentido, ya que tener más pantanos implica tener más agua. El problema, sin embargo, que yo planteaba (o que planteaba el distributista Chesterton, por ejemplo), entre otros, es el control centralizado de esa distribución de agua, que pone en manos de unos pocos el porvenir y el futuro de personas a las que, por supuesto, previamente se les ha ido expropiando tierras para construir esas grandes explotaciones latifundistas, y a las pocas que todavía les ha quedado su propiedad rural, se les inunda o bien, con una red de requisitos administrativos, o bien con unas previas condiciones (tomadas, por supuesto, conforme al Plan de Desarrollo ideado por los "buenos" tecnocrátas que "sólo quieren nuestra felicidad"), que de no ser aceptadas "libremente" por el propietario, le cortan el grifo de manera inmediata (otro caso interesante también es el del control totalitario-administrativo de lo pozos, pero no quiero extenderme pues creo que he dejado clara la idea).
Entiendo el dilema en que uno debe debatirse cuando se plantean estos temas. Yo lo que digo, repito, es que la forma en que se podían haber realizado todas estas políticas sí que podía haber sido diferente. Es más. Cuando hablamos de estas políticas damos por supuesto que necesariamente debían haber sido hechas por el Estado. Que no se podía haber fomentado por el poder político la restauración de las comunidades políticas, parcialmente destruidas por el siglo de liberalismo anterior al franquismo, delegando en esas comunidades políticas restauradas todas estas iniciativas sociales; que necesariamente se tenía que pasar por el aro de los planeamientos urbanísticos diseñados conforme a los Planes de Desarrollo de los tecnócratas subidos en la cúspide del Estado y que, por supuesto, no podían controlar su realización.¿si no se hubieran construido casas para los obreros y se hubieran dejado las chavolas y las cuevas en las que la mayoría de ellos vivían (recordemos la carretera de Toledo en los años 20, 30, 40 y 50...) realmente cree usted que el estado actual hubiera sido más benigno?, o solamente hubiera resultado ser aún más inhumano todavía...
Evidentemente, cuanto más se extienda la propiedad de una vivienda, mucho mejor. Pero la forma en que se realice debe respetar la previa existencia de esa autonomía comunitaria, pues quién mejor a la hora de saber, que los del propio municipio, la forma en que se han de realizar las diferentes medidas que deben tomarse (terreno dedicado a la construcción, contratación de los materiales y constructores -que son normalmente de la misma comunidad- elaboración de las infraestructuras necesarias, etc...) sin necesidad de ninguna ingerencia intervencionista planeadora urbanística, que previamente hace suya la propiedad de todo el suelo, que delinea como un racionalista con escuadra y compás los terrenos, que no tiene control efectivo ninguno sobre el promotor, constructor o arquitecto (a la hora de los derrumbes e indemnizaciones, "a reclamar el Maestro Armero") y todo bajo un control administrativo desligado completamente del conocimiento de las verdaderas necesidades, que sólo realmente conocen los del municipio.
Puesto a esto le contesto que yo no le diría eso que usted dice y me atribuye, simplemente, como señalé antes, porque no responde a la verdad de lo que yo he explicado ampliamente en los hilos de los "tochos" que usted decía y en donde, le repito, estáre encantado de responderle a todas las cuestiones que los textos de dichos "tochos" puedan resultarle díficiles de entender (como constato, por desgracia, al leer este último párrrafo suyo).Dígale usted a un conocido mío que le acaban de operar de cáncer, y que ahora está siendo medicado con quimioterapia, y que está en el paro él y su señora... que habría sido mejor que la sanidad estatal gratuita no existiera y que, en su lugar, les dieran todos los años un salario social para que, con él, hicieran lo que quisieran... o lo que pudieran... A ver si le convence usted de que con esa mierda, mi conocido se hubiera podido pagar la costosísima operación de extirpación del estómago y parte del hígado, los quince días de hospitalización, la costosísima medicación y ahora, además, los meses de quimioterapia... Pruebe usted a contarle a él todas esas monsergas de que la Seguridad Social no es un magnífico invento y ya verá lo que le dice. Eso sí, dígaselo usted por carta, porque si se lo dice en persona, su señora (que es una bestia) a lo peor hasta le da alguna ingrata sorpresa.
Afortunadamente, puede usted quedarse tranquilo, pues nada de esto que usted dice en este último párrafo y que me atribuye a mí se corresponde, en absoluto, a ningún de los textos de los hilos que yo he abierto y en donde le espero a usted para que plantee todos los interrogantes que la lectura de dichos textos o "tochos" le sugieran. Pero eso sí, en esos hilos, para poder centrar mejor el tema.Son muchas las preguntas que se me ocurren, pero ninguna de ellas creo que se solucionarían destruyendo la seguridad social e implantando en su lugar un salario social repartido a toda la población con independencia de su nivel de renta (la misma basura tanto al señor Botín como a un obrero en paro...). Sinceramente, y creo habérselo dicho ya antes, todas esas medidas me parecen una majadería. Y si ésta es la solución que nos ofrecen las opciones 'realistas', me quedo con mis ministros falangistas, por muy dictatoriales y 'estatalistas prosoviéticos' que usted les vea.
Repito que no he planteado, que yo recuerde, ningún modelo, proyecto o esquema práctico o concreto. Yo sí espero que los principios económico-financieros enunciados por Douglas informen el funcionamiento del sistema financiero español, paso previo o concomitante a cualquier intento genuino de restauración social española (de hecho, de manera imperfecta e incompleta (recalco lo de "imperfecta" e "incompleta" ya se aplican en algunos municipios o comunidades españoles, que demuestran una iniciativa propia de personas, gracias a Dios, en parte libres y no masificadas tecnocráticamente).Solo espero que en España jamás se aplique ese modelo que ustedes y el tal Douglas ese predican.
Es este aspecto financiero el único que los católicos tradicionales críticos del tecnocratismo franquista-juancarlista destructor del bien común español han descuidado un poco, pero que C. H. Douglas sí supo ver bien su carácter esencial para cualquier restauración-reconstrucción social. Y es lógico que sea así pues a fin de cuentas, fomenta la misma doctrina social de la Iglesia (véase aquí y aquí, para más información al respecto) defendida por esos católicos tradicionales españoles críticos del tecnocratismo anticristano y totalitario del franquismo-juancarlismo.
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