Cita Iniciado por DOBLE AGUILA Ver mensaje
Conformémonos en que la Iglesia de la época al menos "medio acertó" en la condena del Heliocentrismo; que obviamente también es una doctrina errada, pues ni el sol es el centro del Universo (que sepamos) ni está quieto, ya que también gira con respecto al centro de la Vía Láctea.

Pero el proceso a Galileo fue un puro disparate, creo yo.
En efecto, el Heliocentrismo en una parte de su teorización es erróneo, como bien señalas, pues ni es el centro del Universo, ni es estático. Su órbita alrededor del centro galáctico dura aproximadamente algo más de doscientos millones de años, y su rotación es perfectamente observable con medios ópticos adecuados y al alcance de los amateurs o aficionados. Se da la circunstancia, además, de que se puede observar perfectamente como su ecuador gira a velocidad diferente del giro de los polos.

Pero la cuestión en la que se centra la polémica desde hace esos cuatro siglos radica en los acontecimientos que envolvieron el caso de Galileo. Para empezar personalmente nunca he entendido las razones por las cuales se hicieron esas interpretaciones de Aristóteles, que son el fundamento filosófico del asunto, y nunca teológico, pues el aristotelismo es incompatible con el Génesis y con la Doctrina Católica. De hecho, una consecuencia es el "Averroísmo", y que fue una consecuencia del "rescate" de Aristóteles por parte de Averroes, para los musulmanes, y Maimónides para los judíos. Hay aspectos en la filosofía y la Metafísica aristotélica que más o menos coinciden con la Doctrina cristiana, pero de ahí a incorporarlo a la Teología media todo un encaje de bolillos mentales, tal como sucedió con el "escolasticismo", movimiento filosófico principalmente -también teológico-, que es del que nacen las universidades.

Pero como digo, nunca he sido capaz de entender muy bien los motivos para todo ello. En cualquier caso, Aristóteles no es parte de la Tradición, ni del Dogma, ni de la Doctrina. San Pablo que, sin duda alguna, debió oír hablar de él y su filosofía, ni lo menciona. El mismo San Agustín, dentro de unos límites, está mucho más próximo en su pensamiento al de Platón. Es decir, no veo razón alguna que justifique por que a Los Evangelios había que aportarles nada. Pero detrás de ello hay una Iglesia "humana", demasiado "humana" que, en cierta medida, se apartaba de la Iglesia de Cristo. Naturalmente, esto es tema para otro debate, pero con tales referencias lo que pretendo es establecer una relación filosófica con los acontecimientos sobre Galileo.

El mismo argumento de que en el Génesis queda establecida la centralidad universal de la Tierra es falso, pues nada se dice ya que en el Génesis Dios habla de Si Mismo y su capacidad creadora. Luego, el otro argumento contenido en el Libro de Josué tampoco aclara nada y se puede interpretar de muchas formas, no sólo como lo hacían -y hacen algunos todavía-, algunos intérpretes del citado Libro, y si bien antaño tenía cierta lógica por el aspecto de los cielos a simple vista, no lo tiene hoy en día y llamar ideología a lo que se observa a través del telescopio es de traca. Pero, además, y dado que la totalidad de las Sagradas Escrituras se caracterizan por la inerrancia, aún se entiende menos que ni se mencione nunca el Libro de Job 9-5: "Él desplaza los montes,sin que se den cuenta.", palabras que pueden ser entendidas perfectamente como compatibles con la "rotación" y "traslación" de la Tierra (no entremos ya en la precesión de los equinocios o en el de nutación que forman los cuatro movimientos del planeta).

Como se dice en Religión y Moral Julio BONATTO, Editorial Litúrgica Española, Barcelona 1934 (texto aprobado por la Sagrada Congregación del Concilio Vaticano I), página 89 sobre el Caso Galileo:

¿Qué juicio nos merece este hecho? ¿Queremos ver en él una lección de prudencia dada a los hombres de Iglesia por la Providencia divina para que sean cautos en invadir el campo de la ciencia? Sea, enhorabuena. Admitamos el error de la Congregación romana...

Ya antes, en la página 88 del mencionado texto se afirma:

"Se objeta un hecho lamentable: la condenación de Galileo."