Por otra parte:
No hubo reacción clerical en ningún lugar del mundo; durante el Concilio solo hubo en ciertos ambientes y revistas por laicos católicos de Francia e Italia, pero siempre escudadas en la (reconocida en esos países) libertad de expresión, a título particular y en publicaciones al margen de la censura de la Jerarquía.
La ofensiva de mons. Lefebvre y mons. Castro Mayer se encuadra ya en los años 70, denunciando ya abiertamente al Concilio como culpable de los abusos del postconcilio, sin paños calientes.
Algunos obispos españoles discrepaban abiertamente sobre libertad religiosa, colegialidad y ecumenismo, criticadas por ellos durante el Concilio, pero contradictoriamente, en última instancia: o bien votaban a favor con que hubiera algún pequeñísimo retoque hacia la tesis tradicional, o bien, una vez aprobados ya no incidían más en la crítica y asumían la escandalosa innovación (lo cual es comprensible para no haber quedado al margen de la Iglesia y poder ser excomulgados).
La férrea disciplina de los obispos conllevaba, por supuesto, la del clero y la de los fieles. Hasta qué punto esa disciplina servía para ocultar cobardías y falsas prudencias nunca se sabrá. La revolución fue gradual, insinuada y velada al principio y solo manifestó sus efectos demoledores en el postconcilio, cuando todo el pescado ya estaba vendido.
Por otra parte, las divisiones entre obispos progres y carcas en España, data de bien entrado el postconcilio, cuando el debate se daba entre una interpretación moderada o progresista en la aplicación del Concilio; o sobre si el Régimen de Franco era compatible o no con el catolicismo postconciliar.
Pero sobre la validez del Concilio (y, por tanto, de sus barbaridades) los obispos nunca tuvieron dudas: hasta los carcas más carcas como Morcillo, Cantero Cuadrado; Marcelo González y Guerra Campos asistían a innumerables movidas ecuménicas con herejes como si tal cosa.
¡Qué decir, si hasta los mismísimos carcas de la 'Hermandad Sacerdotal Española' instaban a obedecer al Concilio y a Pablo VI para acabar con el caos para retomar... a la "verdadera" Iglesia! (Mencionarles a estos débiles mentales, aun en los años 70, el nombre de Lefebvre seguía siendo como mentarles a Satanás; su lema obedecer, obedecer, obedecer, tragar y tragar...
Ya he enviado un hilo sobre Cronología de la Iglesia en el franquismo y la transición que ayuda bastante a ver la evolución de la monstruosa descomposición eclesial, que el pobre rebaño contemplaba con los ojos a cuadros:
http://hispanismo.org/historia-y-antropologia/23648-cronologia-de-la-iglesia-bajo-la-ii-republica-guerra-civil-franquismo-y-transicion.html
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