¿Desertor? Desertores fueron los otros. Los que ayudaron a escapar a Beresford, los que juraron fidelidad a S. M. C. Fernando VII y luego lo traicionaron, los que izaron la bandera británica el 26 de mayo de 1810, los que quebrantaron tratados centenarios con los indios, los que utilizaron a mercenarios ingleses para asesinar a Liniers, los que celebraron misas negras en el Alto Perú, etcétera, etcétera.
No quiso ser un Washington o un Napoleón porque, como dijo infinidad de veces, no quería dejar a sus hijos más que el honor. Liniers no era un terrateniente masón con aspiraciones dictatoriales como Washington ni un tenientillo corso que inspiraba masacres como Bonaparte. Era un caballero por herencia y por vocación.
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