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Tema: Angustia Coronavírica

  1. #41
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    Re: Angustia Coronavírica

    SÁNCHEZ UTILIZA LA CRISIS PARA OBTENER EL MAYOR RÉDITO POLÍTICO




    José Javier Esparza
    | 23 marzo, 2020

    Es una evidencia que el Gobierno de Sánchez está utilizando la crisis del coronavirus para obtener el mayor rédito político en términos de poder puro y desnudo. Ya antes había quedado claro que este Gobierno pretendía compensar la precariedad de su mayoría parlamentaria con una ocupación masiva de los resortes del poder: véanse gestos como el nombramiento de la ex ministra de Justicia como Fiscal General del Estado, el control férreo sobre el poder legislativo o el afianzamiento de la hegemonía en los principales medios de comunicación, que iban muy claramente en ese sentido. Ahora la gran crisis le ha dado la oportunidad de estrechar el lazo.

    Los hechos son muy elocuentes:


    Primero: la declaración del estado de alarma, supuesto constitucional plenamente justificado por la emergencia sanitaria, pero que el Gobierno ha interpretado de manera amplia para atribuirse la potestad de intervenir, requisar, limitar y prohibir hasta un punto nunca antes visto.

    Segundo: aprovechando la declaración del estado de alarma, el líder de la pata comunista del Gobierno, el vicepresidente Iglesias, aventura la idea de nacionalizar los servicios sanitarios privados.
    Tercero: el decreto del estado de alarma, de manera completamente intempestiva, modifica la ley de los servicios de seguridad, el CNI, para introducir en su cúpula al vicepresidente Iglesias y al hombre de confianza de Sánchez, Iván Redondo.

    Cuatro: acto seguido, el Gobierno procede a la supresión de facto de cualquier control parlamentario y centraliza toda la acción legislativa en la presidenta del Congreso.

    Quinto: el 19 de marzo se publica la Orden SND/261/2020 que viene a poner en manos del ministro de Justicia toda la actividad judicial, al margen de los órganos específicamente judiciales.


    Atención a los pasos: reforzamiento extremo del poder ejecutivo, neutralización del poder legislativo, reducción del poder judicial. ¿Realmente el estado de alarma exigía todo eso? La respuesta es no. Este Gobierno, al cobijo del estado de alarma, ha emprendido una peligrosa senda autoritaria. La pregunta es por qué, con qué fin.
    En una circunstancia como la que estamos viviendo, nadie discute la necesidad de centralizar los resortes del Estado en aras de la eficacia: bien está dar autoridad al Ejecutivo si eso sirve para reducir los efectos de la pandemia. Ahora bien, en España se dan dos circunstancias completamente singulares, que no concurren en ningún otro país europeo y que despiertan una inevitable inquietud. Una es que en el Consejo de Ministros se sienta un partido como Podemos, que múltiples veces ha manifestado su nulo aprecio por la “democracia burguesa” y cuyo modelo, abiertamente proclamado, es el socialismo bolivariano. La otra es que la mayoría gubernamental se sustenta sobre fuerzas separatistas que no han ocultado su deseo de desgarrar el Estado y destruir el tejido nacional, incluso violentamente. De unos y otros, comunistas y separatistas, sólo puede esperarse –y sería estúpido esperar lo contrario- que utilicen cualquier pretexto para llevar a cabo su propósito, que en ambos casos es la cancelación del modelo de Estado vigente y su sustitución por otra cosa. Ante tal paisaje, ¿pueden ponerse los resortes del Estado en manos tan poco seguras?

    Cómo se da un golpe de Estado

    Un golpe de Estado es, ante todo, una operación técnica de control de los resortes del poder al margen de los cauces convencionales. No es preciso que sea violento, aunque ocasionalmente pueda concurrir violencia. Un golpe no es una insurrección, una sublevación, una asonada ni una revolución. O no tiene por qué serlo. Un golpe puede ser, simplemente, una maniobra burocrática de manipulación de los cauces legales.

    Lo que define al golpe de Estado es, precisamente ese carácter “técnico”: el Estado es una máquina con sus palancas ejecutivas, legislativas, judiciales, económicas y mediáticas, y el golpe consiste en hacerse con el control de ellas en parte o por entero. Eso lo vio muy bien Curzio Malaparte en su clásico Técnicas del golpe de Estado cuando señaló el 18 Brumario de Napoleón Bonaparte como el primer golpe de Estado moderno: en noviembre de 1799, un general, con un mínimo uso de la fuerza, se hace nombrar cónsul por el Consejo de los Ancianos, es decir, por el legítimo poder legislativo. No se derribó a un Estado para construir otro de nuevo cuño, sino que se produjo un cambio radical de poder dentro del propio Estado, con los instrumentos ya establecidos. Tales instrumentos no tienen por qué ser los institucionales, sino que también pueden ser los estrictamente materiales: cuando Trotski dirigió el golpe revolucionario de 1917 –bien lo señala Malaparte-, no se dirigió a la Duma, ya inservible, sino a las centrales eléctricas, las estaciones de ferrocarril y los puestos de correos.
    El golpe siempre viene en una situación de excepción. En el caso de Bonaparte, la situación excepcional vino servida por la conspiración de los jacobinos contra el Gobierno. Algo parecido invocó Hitler para la “noche de los cuchillos largos”, en la que purgó a fondo su propio movimiento. La situación excepcional, en la que el poder queda colgando del vacío, es siempre propicia para estimular las ambiciones. Esa situación puede venir sola, al hilo de acontecimientos imprevistos –por ejemplo, una grave crisis sanitaria-, o puede ser provocada mediante una estrategia revolucionaria de desestabilización. En uno u otro caso, lo determinante es la aparición de una fuerza que se muestra dispuesta a cabalgar la situación excepcional para imponerse sobre cualquier adversario. Porque es verdad que en última instancia, como decía Carl Schmitt, soberano es quien decide en el estado de excepción. En condiciones normales de convivencia pacífica podemos hacer retórica con fórmulas como la de “soberanía popular”, pero el hecho es que soberano, en el sentido estrictamente etimológico del término, sólo es quien demuestra estar por encima de los demás, que eso quiere decir superanus. Y nada mejor que un estado de excepción para ponerlo a prueba.


    Hoy, en un sistema complejo como es el nuestro, resulta poco imaginable un golpe al antiguo estilo, con ocupación de infraestructuras o neutralización de instituciones. Sin embargo, es perfectamente factible un golpe de Boletín Oficial que haga todas esas cosas de manera aséptica amparándose, por ejemplo, en una catástrofe natural o en un estado de alarma sanitaria, es decir, en una situación excepcional. Teóricamente, en nuestro ordenamiento jurídico, el poder ejecutivo no puede decretar tales estados sin pasar por el aval parlamentario, pero todos sabemos que el poder legislativo, en España, no es otra cosa que una prolongación de los partidos políticos y, por esa vía, del poder ejecutivo. Si además reducimos el Parlamento a cero, como acaba de hacer nuestro Gobierno, entonces estamos a un paso del golpe. Al menos, técnicamente hablando.
    La situación es la que es: tenemos un poder ejecutivo que se ha arrogado funciones extremas y que ha emasculado literalmente a los otros dos poderes. La situación de excepción que ha propiciado el decreto de alarma permite ahora mismo al Gobierno hacer lo que le venga en gana. Tenemos las libertades de circulación y reunión suspendidas por razones sanitarias e intervenidas por las fuerzas de seguridad, y la libertad de expresión, confinada en la selva virtual de Internet. Habría que remontarse a los años cuarenta, en una situación de posguerra civil, para hallar un precedente de semejante acumulación de poder. Y hay que estar atentos a los próximos pasos, porque el estado de alarma va a prorrogarse quince días más y esto parece lejos de amainar.




    https://rebelionenlagranja.com/notic...parza-20200323


  2. #42
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    Re: Angustia Coronavírica

    La Espada Lobera: "Sólo y borracho vino el coronavirus"







    El próximo mes de junio, si nada ni nadie lo remedia, se cumplirán dos años de la llegada a la presidencia del Gobierno de España de un narcisista compulsivo y mentiroso patológico llamado Pedro Sánchez Castrejón. Dos años que bueno será recordar, -ahora que toda la nación se ha visto sorprendida por una gravísima crisis vírica- ha sido un compendio de equilibrismo político envuelto en insostenibles medidas demagógicas, de las que los españoles ni han sabido, ni han querido y quizá tampoco han podido librarse a tiempo.


    Comencemos este análisis por recordar que este narcisista irredento llegó al poder aupado por buena parte de los medios de comunicación masivos (nefasta herencia audiovisual que dejó el PP), y con el apoyo en ese primer momento nada más y nada menos que de neo-marxistas y nacionalistas vascos. Y todo ello justo tras el desafío, aún latente, que acababa de sufrir España por parte de las fuerzas separatistas catalanas en forma de Golpe de Estado durante el otoño de 2017. Un Golpe de Estado apoyado por una parte de la población catalana, totalmente alienada e idiotizada tras más de cuatro décadas de agitación y propaganda centradas en el odio a lo propio, y pagada ni más ni menos que con el dinero de todos los españoles. Pero para este trepa llamado Sánchez, y para el PSOE, el problema no era ese, sino la corrupción del PP; minimizando así de cara a la opinión pública, -y utilizándolo para sus fines políticos que no eran otros entonces que alcanzar el poder- el mayor desafío a la unidad de España desde la nefasta Segunda República. Por supuesto, para alcanzar dichos fines, nada recordó Sánchez de la corrupción de su propio partido, el más corrupto de la Historia de España, ni de las obscenas corruptelas de los partidos separatistas que lo apoyaron.


    Con el doctor plagio ya reforzado en el poder, hemos visto con preocupación durante el transcurrir del tiempo como tras diversas elecciones se ha ido imponiendo su forma de hacer política: basada en el enfrentamiento entre españoles y en la demagogia más simplona, hasta llegar a la grave situación actual. No olvidemos tampoco que por el camino, este arribista sin moral se ha unido a todos los partidos y grupos separatistas y marxistas de España, creando una surrealista división entre los que él dice son buenos y los que él dice son malos; reforzando así como su principal proyecto político la Ley de Memoria Histórica del ínclito ZP. Nada en verdad que mejorase o aliviase la vida de los españoles ha hecho este demagogo durante estos casi dos años excepto moverse por España y el mundo con insultante boato, cual faraón egipcio, mientras nuestra nación se empobrecía económica y moralmente a pasos agigantados; todo ello para mayor gloria del doctorCum Fraude y sus compinches.


    Todo este negro panorama que se iba fraguando quedó finalmente visto para sentencia tras las Elecciones Generales de noviembre de 2019, tras las que se conformó un Gobierno apoyado por todos y cada uno de los históricos enemigos de la unidad, cultura y tradiciones de España; a excepción todo sea dicho de los restos de la antigua derecha nacionalista catalana, pero eso sí, incluyendo a Bildu, heredero político de la banda criminal ETA, con quien los socialistas ya habían pactado meses antes para apoderarse de Navarra, a pesar de lo votado en las urnas por los navarros. Este neo-socialismo sanchista, empeñado en alejarse de toda centralidad para mutarse en una versión progre del viejo socialismo revolucionario, ha demostrado carecer de toda dignidad y responsabilidad, pero eso sí, nos ha mostrado una enorme capacidad para enfrentar a los españoles con el único afán de sacar rédito político. Como no podía ser de otra manera, toda esta locura irresponsable, ha terminado por explotarnos a todos en la cara en forma de infección masiva. Y es que, tras la multitudinaria manifestación feminista del pasado ocho de marzo; impulsada, alentada y subvencionada por todos los resortes del Estado con el Gobierno socialista a la cabeza, y proyectada como punto de inicio de las autodenominadas fuerzas progresistas de las elecciones autonómicas que debían celebrarse en abril, la infección vírica se ha propagado por España con una fuerza y mortandad superior a otras naciones.


    Y hace dos semanas llegó el COVID-19 a nuestras vidas: aunque de hecho ya se habían dado los primeros casos en España en el mes de enero. Aunque todos ya habíamos visto por los medios de comunicación su peligro en China, Irán o Italia; el Gobierno sectario de España ocultó información y decidió seguir adelante con sus ideológicas manifestaciones, en lugar de prohibirlas y defender con ello a los españoles de una pandemia viral que ya para entonces había atravesado nuestras fronteras. En un ejercicio de irresponsabilidad e incompetencia único, y que nunca olvidaremos; presuntos científicos expertos, buena parte de la prensa y el Gobierno entero con Sánchez a la cabeza se empeñaron en negar el peligro y asegurar que todo estaba controlado, alentando así al pueblo a lanzarse a la calle entre risas, haciendo ver que el Coronavirus no era más que una simple gripe de la que apenas había que preocuparse. Durante estos últimos dos meses, de nuevo con la complicidad de la mayoría de los medios de comunicación; se ha permitido sin el menor control la entrada y salida de cualquier persona a territorio español, así como el movimiento de personas infectadas a otros territorios nacionales, obviándose con ello todas y cada una de las recomendaciones que a este respecto alertaron las autoridades sanitarias internacionales. Y por supuesto, durante ese precioso tiempo, se continuó derrochando dinero público en chiringuitos sectarios, así como en contentar a separatistas a cambio de su apoyo, en lugar de hacer acopio del material médico y humano necesario para enfrentarse a una pandemia que cualquiera minimamente informado veía venir desde hacía tiempo.


    Llegados al momento actual, y siendo ya la propagación del virus un hecho; todos los españoles hemos sido enclaustrados en nuestras casas bajo el decreto de Estado de Alarma. Mientras la población observa entre aterrorizada e indignada como el número de fallecidos aumenta sin remisión (1753 fallecidos al escribir estas líneas), el Gobierno sigue utilizando todos los medios a su alcance para lavar -cual Pilatos- sin rubor sus irresponsables manos, al mismo tiempo que utiliza los resortes del Estado de Alarma para por ejemplo aupar a puestos clave del Estado a sus aliados marxistas, o para decretar amnistías que a buen seguro afectaran a sus aliados golpistas.


    Tiempo habrá más adelante para hablar de donde vino y para qué vino este sospechoso virus; que además de la muerte y el miedo que lleva consigo, también traerá miseria para muchos e inmensa fortuna para unos pocos. Pero por el momento lo que toca es cuidarse, mantenerse templados de espíritu, informados y alerta, y no olvidar lo nada de lo ocurrido.


    Qué Dios nos guarde a todos




    Luis Carlón Sjovall (22/03/2020)
    A.C.T. Fernando III el Santo
    (*) La Espada Lobera es una columna de opinión que la A.C.T. Fernando III el Santo pone a disposición de socios y colaboradores. Las opiniones en ella expresadas son sólo atribuibles a quien las firma.




    A. C. T. Fernando III el Santo: La Espada Lobera: "Sólo y borracho vino el coronavirus"
    DOBLE AGUILA dio el Víctor.

  3. #43
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    Re: Angustia Coronavírica

    Por lo visto, en Italia también están como en España: las autoridades sanitarias dan prioridad en los hospitales a los más fuertes postergando a los ancianos:

    Siaarti - COVID19 - documenti SIAARTI

  4. #44
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    Re: Angustia Coronavírica

    El Gran Hermano te vigila:



    CONTROLVIRUS: LA GEOLOCALIZACIÓN DE MÓVILES MEDIRÁ CÓMO SE CUMPLE EL ESTADO DE ALARMA


    23 marzo, 2020



    Las operadoras van a ofrecer al Gobierno herramientas de big datapara facilitar datos de geolocalización anónimos y agregados de usuarios para analizar si los ciudadanos están cumpliendo con las restricciones de movimientos impuestas en la declaración de estado de alarma para tratar de limitar los contagios del coronavirus Covid-19. Según fuentes del sector, las telecos tienen en marcha proyectos de estas características para presentárselos al Gobierno, y analizar la vía para su uso.


    Uno de los puntos del plan de Vodafone para hacer frente al Covid-19 es aportar información al Gobierno sobre los movimientos de la población en las áreas afectadas. La teleco, que ya usa este tipo de técnicas en países africanos, va a ofrecer estas herramientas a los gobiernos de los países donde opera, entre ellos España.La teleco indica que cada vez es más importante que las autoridades controlen los movimientos de las personas que están en cuarentena, y añade que siempre que sea técnicamente viable y la legislación lo permita,Vodafone se ofrece a ayudar a las autoridades proporcionando información basada en grandes bloques de datos anonimizados. “Estamos elaborando un mapa de calor agregado y anónimo de Lombardía que ayude a las autoridades a conocer mejor los movimientos de la población para frenar al Covid-19”, dice.Todo esto huele a ensayo de control social.



    https://somatemps.me/2020/03/23/cont...ado-de-alarma/






  5. #45
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    Re: Angustia Coronavírica

    ESCALOFRIANTE: (VÍDEO) INSTRUCCIONES EN UN HOSPITAL DE MADRID SOBRE A QUIÉN ATENDER Y A QUIÉN DEJAR MORIR

    23 marzo, 2020


    En un hospital de Madrid se dan instrucciones “éticas” a los equipos médicos para aplicarlas en una situación extrema: cómo hay que dejar de morir calculando “los años de vida recuperable”. Por tanto es mejor atender de coronavirus a un hombre de 50 años que a una mujer con cáncer de mama. Al final del vídeo la doctora que imparte las sesión reconoce que han recibido órdenes de no atender a los ancianos de las residencias.

    http://<a href="https://videopress.c...v/8Dvc5IKA</a>
    (picar en el enlace para ver el video, y si no funciona, en el enlace de más abajo)




    https://somatemps.me/2020/03/23/escalofriante-video-instrucciones-en-un-hospital-de-madrid-sobre-a-quien-atender-y-a-quien-dejar-morir/


  6. #46
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    Re: Angustia Coronavírica

    El gobierno espiará tu móvil para saber donde te encuentras

    Desde hace semanas venimos alertando del riesgo cierto de que el «estado de alarma» provocado por la pandemia del virus chino acabe por justificar la adopción de medidas de control de la población, que el coronavirus acabe siendo un atajo hacia el comunismo o variantes totalitarias de control de la sociedad.
    Y todo ello con la excusa de protegernos, de que es por nuestro bien.

    Con la excusa de luchar contra el coronavirus chino existe el peligro de que el Gobierno Tri-Chavito de socialistas, comunistas y chavistas adopte medidas de control de la población y de restricción de las libertades civiles, en lo que sería una involución en términos de calidad democrática.

    Dichos temores cada vez son más justificados.

    Este lunes hemos sabido que el Gobierno va monitorizar a la población a través de los móviles.



    El Gobierno realizará un seguimiento de los teléfonos móviles de los españoles bajo la excusa de velar que el estado de alarmase cumpla efectivamente. Así lo ha anunciado la ministra de Economía Nadia Calviño este lunes.
    Quieren controlar que la población cumpla las medidas de confinamiento, en definitiva, quieren dar un paso más, del arresto domiciliario actual a la utilización de los móviles a modo de tobilleras de localización de los delincuentes sexuales.

    Estamos hablando de la geolocalización de los españoles a través de sus móviles, un Gran Hermano que permitirá al Gobierno saber en cada momento dónde estamos.

    Esta información en manos del Gobierno y de Pablo Iglesias, sumado a su control del CNI y de los Servicios Secretos del Reino de España, constituye un peligro real para España, que puede verse empujada a un proceso de degradación institucional como la sufrida por Venezuela de la mano de los financiadores chavistas de Podemos, la franquicia de Maduro en España.

    Ese peligro cada vez resulta más cierto y evidente y corremos el serio riesgo de precipitarnos hacia una deriva totalitaria. Las informaciones sobre los planes del Gobierno para monitorizar a la población a través de sus móviles nos alertan de estos peligros y urge una reacción ciudadana que pare los proyectos de control y dominio de la población.



    https://haciendounmundomejor.org/cau...-gran-hermano/

    (pinchando en el enlace se puede firmar si se desea; luego harán lo que les dé la gana, pero al menos se puede manifestar la disconformidad)
    Valmadian dio el Víctor.

  7. #47
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    Re: Angustia Coronavírica

    El Sambenito, más falso que una peseta de madera, nos lo colgaron las potencias foráneas por una razón entendible, pero igual de absurda: a pesar de que la enfermedad había arribado desde Estados Unidos, fue en nuestros periódicos en los que se empezó a informar de ella allá por mayo de 1918. No porque brotara por estos lares; tampoco porque el paciente cero fuese un vecino de Castilla. Más bien, porque en el resto de países europeos (inmersos como estaban en la Primera Guerra Mundial) se censuró cualquier información sobre su existencia para evitar que el caos se generalizara dentro y fuera de las trincheras. Por ello, y no por otra causa, en los diarios ingleses se pudo leer aquello de la «Spanish Influenza Pandemic».
    Así fue; nuevamente, los hijos de la Gran Bretaña, que aún hoy por algún extraño arcano nos consideran sus enemigos históricos (probablemente más aún que Alemania) nos tenían que METER de alguna manera en el desastre mundial de la Gran Guerra, aunque fuera para echarnos la culpa de la pandemia; ya que fuimos totalmente neutrales en aquel macro-conflicto.

    Siempre he pensado, qué hubiera pasado si cuando el Ejército Alemán desencadenó en mayo de 1918 la "Kaiserschlacht", que estuvo a punto de doblar el espinazo a las potencias aliadas de la Tríple Entente, "alguien" hubiera atacado al mismo tiempo en el sur de Francia, a través de los pirineos.

    El conspiranoico, puro, purísimo, inteligentemente privilegiado, consciente de todo y sabedor de la realidad oculta, (no tardarán mucho en pasar por "Cuarto Milenio", aunque no sé a qué están esperando en la dirección de dicho programa), no acaba de entender...¡huyyy! que "la fuerza de la razón"no es lo mismo que "la razón de la fuerza".
    Curiosamente, ha sido Iker Jiménez el primer (y único) periodista que al principio de todo alertó de las gravísimas consecuencias de la pandemia; algo por lo que ha sido ninguneado y escarnecido por parte del Poder.

    https://www.huffingtonpost.es/entry/...b68d6164554447

    https://www.cope.es/deportes/noticia...0200315_647265

    Lo de que se haya detectado un virus para hundir los sistemas informáticos de los hospitales, nos da una idea de hasta dónde llega el mal en esta sociedad; no os digo las penas que yo haría preceptivas.


    PD: La señora Vicepresidenta del Gobierno, que lleva BASTANTE tiempo desaparecida, está ingresada en la (muy buena) Clínica Ruber de Madrid, por una "infección respiratoria".

    https://www.expansion.com/economia/p...a588b461a.html
    Última edición por DOBLE AGUILA; 24/03/2020 a las 02:16
    Valmadian dio el Víctor.

  8. #48
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    Re: Angustia Coronavírica

    Consideraciones espirituales sobre la pandemia. Comité Tradicionalista Civitella del Tronto


    22 MARZO, 2020


    Queridos amigos:

    La situación excepcional que estamos viviendo, precisamente por su carácter particularísimo y por sus vastos efectos, exige una reflexión que vaya más allá de la, por otro lado, comprensible, búsqueda de información y novedades. Por ello, sentimos el deber de proponer algunas consideraciones:

    1. En esta situación que estamos atravesando nos enfrentamos a lo desconocido, a lo inesperado, a lo ignoto. Lo que se teme (el virus) es un adversario oculto: puede estar en todas partes o no estar en absoluto.
    Muchos expertos han confesado desconocer cuáles son los conocimientos necesarios para preparar medidas sanitarias probadas y efectivas. Batallamos contra un misterio, ya sea por su significado extenso (lo que ignoramos) o por su significado intensivo (lo que transciende). Ha resurgido el misterio que el positivismo moderno intenta eliminar de la existencia humana y que el practicismo presume haber sometido a la operatividad. Se ha hecho evidente la fragilidad humana y con ello, la necesidad de tomar nota con la necesaria humildad. La epidemia ha puesto de manifiesto la inutilidad del orgullo típico del antropocentrismo moderno. Y lo ha hecho añicos con mucha rapidez.

    2. La epidemia está minando rápidamente los mitos más tenaces de la modernidad y de la posmodernidad. Para empezar, el mito de un saber racional, capaz de comprender y de prever todo y, por lo tanto, de dominar cualquier situación, incluso la vida y la muerte. También el mito de la ideología del progreso sin límites, inexorable como el paso del tiempo, capaz de garantizar un incremento cualitativo generalizado, tanto para individuos como para pueblos; y de ofrecer a todos, gradualmente, bienestar, paz y libertad. Por último, el mito de los diseños del globalismo y, en la práctica, de la globalización, que alimentan la esperanza de la desaparición de fronteras, de la interconexión planetaria y del mestizaje invasivo.

    La epidemia global está derrumbando todos estos mitos y dándoles su lugar entre los muchos engaños que a menudo logran revelar su naturaleza ilusoria más eficazmente que muchos análisis. En estos momentos, mientras asistimos al atardecer del activismo, de la promiscuidad y de lo efímero, aunque de manera temporal y forzosa, se redescubre la importancia de las fronteras (políticas), de los muros (domésticos) y de la privacidad (personal). Puede incluso que redescubramos también la importancia del silencio y de la reflexión.

    3. Las singulares características del virus y de su propagación (sobre todo al principio) dejan la puerta abierta a las más variadas hipótesis. Muchas a lo mejor inquietantes, otras definitivamente desmitificadoras. Sin embargo, rechazarlas porque no las avalan “las versiones oficiales” o los medios de comunicación “acreditados” sería un acto ingenuo y superficial (quizá también servil). Considerar con atención estas hipótesis es una exigencia racional. Valorarlas con serenidad, una exigencia moral. Sobre todo, porque en este caso, como en muchos otros análogos, no es difícil advertir que la representación mediática no coincide con la realidad y que los datos expuestos (no raramente) resultan inverificables. En suma, pese a la sensación de ser informados constantemente hasta el último detalle, en realidad se trata de actos de fe (humana) en una imagen determinada de la situación (que parece requerir solamente soluciones obligadas e inevitables – las que ya están en funcionamiento … ‒ con las consecuencias que puedan acarrear).

    4. No debemos pasar por alto que las guerras, catástrofes y crisis han sido a menudo (sobre todo en los últimos dos siglos) ocasiones propicias para llevar a cabo transformaciones revolucionarias, para alterar estructuras y costumbres, para subvertir instituciones, para imponer cambios (normalmente a peor) que de otro modo habrían encontrado oposiciones y obstáculos. De esta manera, la justificación que nace de la excepcionalidad de la situación se basa en el miedo y en la inevitabilidad y consigue vencer reservas y resistencias, o al menos las mitiga y las debilita. ¿Somos acaso el vórtice de un experimento de ingeniería social? ¿Consiste este experimento en comprobar la posibilidad de imponer nuevas formas de control generalizado y de nuevos estilos de vida? ¿Quizá esté relacionado con las innovaciones, consideradas como la panacea que resuelve todos los problemas? Será necesaria una mirada astuta, una capacidad de evaluación lúcida y una vigilancia activa.

    5. Si observamos la sucesión de las fases de la epidemia, con las improvisaciones, incertidumbres e incoherencias que las han marcado, se hace necesario recuperar una célebre reflexión de Joseph de Maistre.
    Los hombres protagonistas de la revolución francesa parecían liderarla, pero en realidad eran arrastrados por la misma. Los acontecimientos en sí mismos tenían una dinámica que, en el fondo, iba más allá de ellos y les superaba. De esta manera, los que parecían ser los líderes eran en realidad personajes rasos. Aunque algunos vivieran éxitos efímeros, lo cierto es que se encaminaban inevitablemente hacia el olvido. Parecía que eran ellos los que tomaban las decisiones, pero en realidad los acontecimientos las tomaban por ellos. Incluso aunque se hallaran en la cima del poder, no hacían más que establecer las bases de su derrota. Si bien sofocaron a sus oponentes, la verdad es que les tragó el mismo proceso que ellos desencadenaron.

    Esta epidemia, sea cual sea su origen y destino, está demostrando que arrastra más que se somete, que alarma más que enseña.

    6. Ante esta epidemia, las consideraciones dominantes son principalmente de carácter naturalista y secularista; las respuestas que se buscan y las propuestas que se hacen, de carácter horizontal. Los únicos a los que se recurre en busca de un poco de luz son los expertos en el ámbito biomédico. Les preguntamos el cómo y no prestamos atención al porqué. Y en este torrente continuo de noticias y conjeturas, lo cierto es que quien se deje llevar por él se perderá cada vez más. La acumulación de cifras no hace más que vaciar la mente de cualquier referencia. La ansiedad por poner números a la salud es una vía libre a la consternación y a la soledad.

    Como es típico en un mundo secularizado, la ausencia de sacralidad se traduce en un empobrecimiento radical: una “liberación” no de las cadenas hipotéticas sino de la inteligencia de los principios, del propósito sustancial, de la posibilidad de resistir el mal. Ante las tragedias, la secularización no tiene respuestas verticales, sino únicamente cifras que se prestan a las más diversas interpretaciones. El hombre secularizado se descubre huérfano no solo de padre (de Dios padre y de cualquier paternidad), sino también de esperanza.

    7. Durante siglos las epidemias, las carestías y las guerras se han considerado desgracias frente a las cuales cabía invocar el perdón y la ayuda del Cielo. El saber cristiano enseña que todo depende de Dios, directa o indirectamente, por voluntad positiva o permisiva. Dios quiere el bien, pero a veces tolera el mal. Y lo hace para conseguir un bien mayor. Nada escapa a la omnipotencia de Dios. Dios no obra solo a través de las leyes de la naturaleza o a través de cauces secundarios, sino que también puede intervenir milagrosamente contra y más allá de las causas naturales. En su búsqueda de una explicación profunda para las cuestiones más graves, la inteligencia (sin menospreciar los esfuerzos por estudiar las causas más próximas) no puede elevarse a lo Alto. Y a la voluntad no le queda otra que invocar la ayuda del Todopoderoso. No se trata solo de una petición de la fe, sino de una exigencia de la razón.

    8. Antes las desgracias, lo Santos recurrieron a la penitencia y a la oración. Reconocieron en las calamidades las consecuencias de los pecados y de los vicios. Suplicaron la intervención del Altísimo, rogaron la intercesión de la Virgen. Sin embargo, hoy en día los eclesiásticos no llaman a la conversión, sino a la asimilación de las ideologías predominantes. Hasta el punto de tomar decisiones que, lejos de ser muestra de arrepentimiento, impiden incluso el acceso a las iglesias.


    Comité Promotor de los Encuentros Tradicionalistas de Civitella del Tronto
    *********************
    Carta del Excmo Sr. Don Maurizio de Giovine



    Queridos amigos:


    Centrando la mente en lo verdaderamente importante, midiendo el tiempo con el reloj de la eternidad y reconociendo en los bienes sobrenaturales el criterio de los bienes naturales, realizamos un llamamiento urgente y afectuoso a la oración y la penitencia:


    Os rogamos que recéis el Rosario diariamente, en especial en estos días de Cuaresma y segregación forzosa.

    Os pedimos recuperar esta práctica tan habitual en las familias hasta hace escasas décadas, reencontraros con esta costumbre de nuestros abuelos que, a través de la unidad familiar, tantas gracias ha obtenido.


    Os rogamos que os dirijáis con confianza a la Virgen – que ha sido definida como “la mnipotencia por la gracia” ‒ y le pidáis con el rezo del Rosario (la oración por excelencia de los tiempos difíciles) el fin de esta pandemia. Ofrecedle no solo sacrificio y sufrimiento, sino también el propósito (nuestro, de nuestras familias y amigos) de regresar a la integridad de la Fe verdadera, la fe de la Tradición católica, inmutable y por ello, siempre actual.


    Os rogamos que acompañéis el rezo del Rosario a María (
    Auxilium cristianorum y Salus infirmorum) con la oración a san Roque, a la que tradicionalmente se recurre en tiempo de epidemias.
    María Santísima, invocada como Reina del Rosario, ha impedido en numerosas ocasiones (en Lepanto o en Viena) la aniquilación de nuestros Ancestros y de la Civilización cristiana. También lo hará ahora, si la invocamos con confianza, conscientes de que nuestro mundo tendrá una posibilidad de futuro únicamente si reconocemos de nuevo a Cristo Rey.

    Oraciones a San Roque

    Glorioso San Roque, que por tu generosidad te consagraste al servicio de los apestados y por tus oraciones continuas viste el final de la peste y la curación de todos los enfermos en Acquapendente, en Cesena, en Roma, en Piacenza, en Montpellier, en todas las ciudades de Francia y de Italia por las que viajaste, concédenos hoy la gracia de tu intercesión y protégenos de este mal tan espantoso como desolador. Gloria.

    Glorioso San Roque, que enfermado de peste mientras asistía a otros infectados, puesto a prueba por Dios mientras atravesaba los más terribles dolores, pediste que nadie se te acercara; que después, expulsado de la ciudad, sanaste de tus heridas en una choza gracias a los cuidados de un Ángel y viste saciada tu hambre gracias a un piadoso perro que cada día te trajo un pan robado de la mesa de su amo Gottardo; concédenos la gracia de sufrir con inalterable resignación las enfermedades, las tribulaciones, todas las desgracias de la vida, esperando siempre la necesaria ayuda del cielo. Gloria.

    Comunión espiritual

    La fórmula conocida y difundida en la Iglesia es de San Alfonso María de Ligorio y dice así: Creo, Jesús mío, que estás realmente presente en el Santísimo Sacramento del Altar. Te amo sobre todas las cosas y deseo recibirte en mi alma. Pero como ahora no puedo recibirte sacramentado, ven al menos espiritualmente a mi corazón… Y como si ya te hubiese recibido, te abrazo y me uno todo a Ti. No permitas, Señor, que jamás me separe de Ti.






    https://carlismo.es/consideraciones-...la-del-tronto/



  9. #49
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    Re: Angustia Coronavírica

    Cuidado con el virus totalitario


    • POR JORGE MARTÍNEZ
    • 21.03.2020








    Es muy raro lo que generó esta pandemia. Decir que es pánico resulta poco. Es una paranoia, una histeria, una psicosis alimentada por la sobreinformación y por las medidas draconianas que, siguiendo las mismas recomendaciones internacionales, van adoptando uno por uno los gobiernos en todo el mundo.
    Lo más preocupante es que el remedio podría ser peor que la enfermedad. Pero eso casi no puede decirse ya. Gobiernos, científicos y medios de comunicación están alineados en un mismo discurso del que no quieren (o no pueden) bajarse, y con el que el resto de los mortales tampoco pueden disentir, so pena de ser acusados de propagar el virus. La trampa mental perfecta.

    Y todo esto ocurre mientras sigue sin saberse mucho de la enfermedad. La información que circula es contradictoria y más bien incompleta. Hay datos alarmantes, es cierto, pero también se conocen cifras que deberían relativizar el pánico. La cantidad de muertos en Italia desconcierta, pero justamente por lo excepcional, no porque sea la norma mundial. El factor de la edad de los pacientes parece tener mucho peso. Días atrás se difundió que el 99% de los fallecidos eran ancianos con dos o tres enfermedades previas. Un dato incluso superior a lo que se sabía de China, que situaba el porcentaje en el 80%.

    No está claro cuál es el índice de mortalidad. Los números varían mucho y dependen, desde luego, de la cantidad real de infectados, que no hay forma de determinarla. Sabido es que, salvo en Corea del Sur, los exámenes escasean, demoran y pueden ser defectuosos y dar falsos positivos (como sucede con otras enfermedades). También existen testimonios directos de personas a las que se contó como positivos sólo porque presentaban síntomas compatibles con el coronavirus, que como se recuerda son casi los mismos del resfrío o la gripe. En España le dicen "diagnóstico por teléfono".

    Pero hay más incertidumbres. Un experto alemán (el epidemiólogo Wolfgang Wodarg) expresó sus dudas acerca de que este coronavirus sea en verdad un virus nuevo, que fue el motivo de la preocupación inicial de los especialistas. Tampoco está muy claro cómo y cuándo surgió. Parece cierto que fue descubierto en China, pero el régimen chino insiste que fue traído desde el exterior por soldados estadounidenses que participaban de unas competencias deportivas en Wuhan. Ese dato, que bien puede ser un argumento de la propaganda oficial comunista, prácticamente no aparece en la prensa occidental, al menos la de alcance masivo. Del otro lado, el presidente Donald Trump no para de hablar del "virus chino". ¿Hay algo más en juego? No lo sabemos.

    Siguen las rarezas. Alguien señaló con ironía que el virus parece tener predilección por los políticos, pese a que es un segmento ínfimo de la población. Pasó en Irán, en Italia, en Brasil, en España. A propósito de España, una de las primeras infectadas fue la ministra feminista Irene Montero, de inmediato recluida en cuarentena. Pero a los pocos días su esposo, el vicepresidente Pablo Iglesias, rompió el encierro común para asistir a una reunión de gabinete. Hubo algunas protestas de otros funcionarios pero el tema no pasó a mayores. Iglesias sigue en actividad. Para él no hubo prisión ni multas.

    El barbijo* cumple un papel clave. Transmite una sensación de contagio inminente, de peligro general, como si la enfermedad estuviera en el aire y cualquiera fuera a contraerla con sólo respirar o asomarse a la calle. Los expertos repiten que sólo deben usarlo los enfermos y el personal médico, pero el mensaje cayó en saco roto. "Estamos difundiendo un pánico bestial", protestó en televisión el infectólogo argentino Fernando Polack. Lo dijo y la entrevista siguió como si nada.

    En este contexto de pánico exagerado y datos insuficientes, casi todos los gobiernos -el argentino incluido- apelan a cuarentenas para disminuir la circulación del virus y aliviar los sistemas de salud. ¿Funcionarán? Nadie lo asegura. Lo único cierto son los daños que causarán. Economías en recesión o depresión, familias tensionadas al máximo, ancianos que una vez infectados no se permitirá visitar, ni siquiera cuando estén al borde de la muerte (ya lo anticipó el presidente de una empresa de medicina privada argentina), la fractura de la convivencia social, el estímulo a la delación ("¡Mi vecino violó la cuarentena!"), la desconfianza generalizada, y la obediente aceptación de otro virus mucho más peligroso que el que provocó todo el desquicio. El virus de un gobierno mundial totalitario que, con la excusa de detener una plaga, podrá ordenar la suspensión de misas y sacramentos, sofocar las libertades, prohibir la libre circulación, uniformar los pensamientos, perseguir a "disidentes sanitarios", aplicar curaciones y vacunaciones compulsivas y cambiar para siempre la vida de la especie humana. No es poca cosa.


    *barbijo: nombre por se conoce habitualmente la mascarilla quirúrgica en Argentina




    Cuidado con el virus totalitario - Opinión | Diario La Prensa


  10. #50
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    Re: Angustia Coronavírica

    La pandemia de los necios

    La cospiranoia, por ejemplo, pretende que los actores visibles son marionetas que manos negras manejan



    CARLOS RAÚL HERNÁNDEZ 22/03/2020


    En las ciencias sociales las crisis sustituyen laboratorios y experimentos, y son por eso importantísimas en el estudio del comportamiento colectivo. Permiten observar a dirigidos y dirigentes de la escena pública, políticos, empresarios, iglesias, sindicalistas, influencers. Yehzekel Dror fue una figura mundial que creó para analizaras el concepto de sala situacional, aplicado hoy en muchas partes para enfrentar coyunturas críticas.

    En una Maestría que cursamos con él, tarde en la noche, cuando estábamos cansados, con hambre y sueño, “convertía” el curso en “gabinete de guerra” para que supiéramos cómo era gobernar en crisis. Entonces planteaba como ejercicio un conflicto bélico-político que debíamos resolver divididos por equipos, en dos horas a base de café y cigarrillos.

    Según nos dijo, él sabía que saldríamos mal en las pruebas, porque en nuestras decisiones simuladas –según explicaba- privaban las simpatías o antipatías ideológicas, el orgullo, la moral, las creencias, la adrenalina, la imprudencia -y el sueño- sobre la razón. Lo que quería enseñarnos el profesor Dror es que los líderes para serlo deben esforzarse por decidir más allá de esas emociones.

    Tener como norte que el interés fundamental es ganar, aun desafiando los propios prejuicios y el rechazo momentáneo de quienes cuestionan nuestra posición, porque con el triunfo nacería popularidad perdurable. ¿Qué quiero? No era relevante si para obtenerlo había que amenazar, adular, fingir, maniobrar, siempre que condujeras una victoria. En la actual ola mundial de antipolítica y neopolítica por hundimiento de los partidos históricos, es útil examinar el debate sobre Covid-19.

    Dos cepas letales

    Aparecen los bloqueos emocionales para tomar decisiones de política pública y entenderlas. La conspiranoia, por ejemplo, pretende que los actores visibles son marionetas que manos negras manejan, y muy a pesar, tales cotilleos contagian la opinión pública. Una necedad “de derecha” asegura que la pandemia es operación vitanda, ejecutada perfectamente por China contra occidente. Esparcieron el virus a voluntad y crearon pánico financiero entre trasnacionales que operan allá.

    Así lograron que se remataran acciones que el gobierno maquiavélicamente adquiriría. Descartando imaginarios planes demenciales o genocidas, el Estado chino actuó como las autocracias: quiso enterrar el virus en el silencio, dejó morir al médico que alertó, y su error expandió la epidemia. Pero igual tomó posteriormente medidas acertadas. Según la lógica de algunos zafios gobiernos de la antipolítica y neopolítica latinoamericana, los venezolanos estamos obligados a morir.

    Nos toca purgar culpas de revolución y pagar con sangre el socialismo XXI. Eso cuadra con la lógica de esa excrecencia que defiende la tesis de que el hambre y las desgracias derrocarán al gobierno ¡Qué importa que la gente muera si mueren los chavistas! Aunque los planes antipandemia del gobierno lucen acertados y con nueva orientación solicita apoyo del FMI, la reacción primate es cuestionarlo y bloquearlo.

    Al otro lado del Estigia de la necedad, los portadores de la cepa “izquierdista” dilaceran la sociedad abierta por cualquier razón, pese a que sabemos cuál es la génesis del desaguisado. Sería una torva conspiración “neoliberal” de Estados Unidos en la que están involucrados grandes laboratorios norteamericanos, y Trump, con el fin de vender medicinas y golpear a China. O que el virus lo diseminó Israel para vender luego la vacuna que al parecer tienen en camino.

    Casi todos mal y bien

    Se calla que el manejo más irresponsable ha sido el español, que pese a tener la información una semana antes no suspendió la marcha del 8M ni tomó medidas por politiquería revolucionaria. Las instituciones más calificadas, el Instituto de Virologia de España, las más importantes revistas científicas (Virology, The Lancet, Maldita Ciencia) descartan que la amenaza global sea producto de una manipulación. Pero el radicalismo no cesa de ignorantear.

    Ante la preocupación de los mandatarios en preservar la economía, es decir, la comida y el empleo de la gente, se escribieron fulerías tales como que para el capitalismo (kapitalismoa) la economía es más importante que la vida. Boris Johnson, no globalista y poco liberal, al parecer entendió que “dejar correr” el virus para estimular la reacción inmunológica de la población, conducen a las tragedias italiana y española (la primera por ineptitud y la segunda por razones revolucionarias).

    Pero la gafedad ideológica acusa su error de ser un impromptu neoliberal. Otros cerebros telarañosos, casas de debates fantasmas contra un supuesto “neoliberalismo” que solo existe ahí, ven en las medidas que se toman un debate entre Hayek y Keynes. Así las acciones gubernamentales no son correctas o incorrectas, sino liberales o intervencionistas y es eso lo que les daría o quitaría solvencia.

    Se burlan de Macron por establecer un subsidio de guerra a la economía para frenar el paro que vendría con una recesión, pero lo descuartizan si no lo hace. Confiemos que el liderazgo se guíe por los consejos de Dror: que quienes gobiernan agoten la información técnica e histórica, consulten. Debatan y actúen fuera de climas emocionales envolventes. “No reclames cuando estás furioso. No prometas cuando estás feliz”.

    @CarlosRaulHer



    https://www.eluniversal.com/el-unive...-de-los-necios


    La politequería revolucionaria del fantasma de la Moncloa y el cafre de su aliado, el sátrapa de Galapagar, así como su corte de los milagros son los responsables de la situación en España, una vez que esto haya pasado ¿se les procesará por ello?

    https://www.youtube.com/watch?v=dg4-MPlo8ME

    En el que, en efecto, se salva Iker Jiménez, el mismo con el que siempre nos hemos metido o, quizás todavía peor, ninguneado. El mismo que afirma los periodistas generalmente sabemos poco, e incluyéndose él, opta por no juzgar a nadie. Y es que así es, cierta Prensa, generalmente la televisada, es ignorante , pazguata y profundamente amarilla, pero sale en la pantalla y se nutre de subvenciones sin cuento que, por cierto, pagamos entre todos. Sino ¿de qué íbamos a tener tantos órganos de propaganda'
    "He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.

    <<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>

    Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.

    Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."

    En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47


    Nada sin Dios

  11. #51
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    Re: Angustia Coronavírica

    Ante el auge de los partidos populistas, no hace tanto, en 2016 ya empezaron a buscarse razones por las cuales "el fascismo" está creciendo tanto, incluso en estos momentos, podríamos afirmar que lo va a hacer exponencialmente como el Covid-19. Algunos conspiranoicos como Estulin, afirman incluso que España no va a salir viva de ésta. https://www.larazon.es/internacional...hctpt6wby.html

    Como él ha sido coronel ruso ¿o soviético? y es o ha sido especialista de inteligencia (aunque suele mostrar poca), ya tiene títulos suficientes de autoridad para que lo que le dice la bola de cristal en su cabeza se convierta en dogma. No sólo eso, analiza TODO el problema mundial en ese artículo, y es que hay que ver lo que da de sí una baraja del Tarot.

    Pero hay otros analistas que se huelen justo lo opuesto, y es que según nos muestra la Historia en las situaciones más graves, es cuando se produce el efecto opuesto sostenido por Daniel Estulin. ¿Pero de qué va esto? ¿A qué se llama fascismo y qué es en realidad?


    ¿Por qué está volviendo el fascismo?


    12 Enero 2016Actualizado 22 Febrero 2017, 00:42

    mohorteMOHORTE

    @mohorte


    Occidente vuelve a hablar de fascismo. Mientras en Europa una miríada de partidos políticos de extrema derecha, más o menos alineados con la herencia histórica del fascismo, copan un porcentaje notable de asientos parlamentarios, en Estados Unidos comienzan a plantearse si las ideas de Donald Trump merecen ser incluidas en el, hoy, amplio y difuso paragüas del fascismo. ¿Cuánto de fascista hay en Trump o en el Frente Nacional francés? ¿Cómo de real es el regreso del fascismo a nuestra actualidad política?

    Quizá lo más adecuado sea empezar por el principio.

    ¿Qué fue el fascismo?

    Posiblemente la pregunta de más compleja respuesta, y el origen del uso y abuso del término.

    No hay una sola definición del fascismo. Roger Griffin, uno de los mayores expertos en historia del fascismo, estableció en The Nature of Fascism una breve definición que, si bien interpretada como canónica, sólo cuenta una parte de la historia: "El fascismo es un género de ideología política cuyo núcleo mitológico se basa, en sus diversas variaciones, en un renacido populismo ultranacionalista". El término clave es "género": la diversidad en grado, forma y éxito del fascismo y la carencia de una base teórica comparable a la del socialismo hace más sencillo hablar de conjunto de antes que de una ideología.


    En términos generales, los historiadores suelen identificar algunas líneas comunes: rechazo al marco democrático, fruto de su radical antiliberalismo; visceral y violento anticomunismo; exaltación de las virtudes militares, juveniles y varoniles de la identidad nacional; exaltación de la simbología nacionalista sobre un discurso populista y ligeramente subversivo; utilización de la violencia callejera como brazo necesario de su ascenso político; y, por encima de todo lo anterior, la utilización de técnicas narrativas propias del siglo XX, inexplicables fuera del marco de la sociedad de masas.

    Cuando un periodista del New Yorker trató hace poco de comprobar si las comparaciones de Donald Trump con el fascismo eran acertadas, se topó con trece interpretaciones conceptuales distintas de la ideología. El fascismo tuvo un carácter práctico antes que teórico, y aunque espoleado por los mismos objetivos dentro del mismo contexto, la Europa de entreguerras, no fue un movimiento ideológico claro como liberalismo o el marxismo.

    ¿Dónde se dio el fascismo?

    Resulta más útil explicar y entender el fascismo dentro de su contexto, tanto nacional como internacional.

    Dos regímenes del periodo de entreguerras suelen entrar en la definición de "fascismo" más canónica: la Italia de Mussolini y la Alemania nazi
    El fascismo se dio, ante todo, en Italia. Fue allí donde el pequeño partido político fundado por un antiguo periodista socialista se erigió desde la minoría electoral como el único garante posible de la Italia ajena al horror revolucionario. Una vez obtenido el poder gubernamental con la aquiescencia primero reticente y luego entusiasta de las clases dirigentes, Mussolini convirtió en papel mojado el modelo político liberal que había imperado en el país transalpino hasta la Primera Guerra Mundial. Instauró una dictadura, ahora veremos por qué, y la mantuvo hasta su sangrienta caída en 1945.

    De forma común, la historiografía no duda en englobar a la Alemania de Hitler dentro del mismo fenómeno. La Italia fascista y la Alemania nazi son los dos regímenes fascistas por excelencia, aunque historiadores como Gabriel Jackson prefieran categorizarlos separadamente, dado el carácter excepcional del nazismo. Pese a ello, Hitler siempre afirmó haberse sentido inspirado por Mussolini: partió de la minoría política para hacerse con el gobierno de la República de Weimar primero por la vía constitucional, y después, golpe de Estado mediante, por la vía del horror. Conoció fin en 1945.

    Adolf YBenito Mussolini y Adolf Hitler.

    ¿Qué hay del resto de Europa? Es aquí donde se pisa terreno resbaladizo. Algunos historiadores, como Julián Casanova, no dudan en incluir la primera etapa de la dictadura franquista dentro del fascismo, pero no a partir de 1945. Salazar, la contraparte portuguesa de Franco, afirmaba sentirse en sintonía con Mussolini y Hitler, pero su régimen era distinto, como lo era el de Horthy en Hungría o el de Dolfuss en Austria.

    Antes que movimientos revolucionarios y paramilitares surgidos en un contexto excepcional como respuesta al comunismo o a la crisis económica, las dictaduras autoritarias de parte de Europa prolongaban y extendían el poder autoritario histórico de la clase dirigente, tradicional y ultraconservadora. Si había similitudes o elementos en común es porque regímenes fascistas y dictaduras reaccionarias autoritarias perseguían objetivos semejantes, pero allí donde éstas existían, los partidos fascistas (Falange, la Cruz Flechada, la Guardia de Hierro) fueron durante años fuerzas minoritarias.

    ¿Por qué surge el fascismo?

    Por diversos motivos, pero dentro del contexto del derrumbe del orden tradicional de Europa tras la catarsis política y social de la Primera Guerra Mundial.

    En Italia, por ejemplo, el surgimiento del fascismo es temprano. Tras el conflicto, el país había ganado y perdido la guerra: pese a situarse en el bando vencedor, su desempeño militar es pobre. Sin un rumbo claro, con el orgullo nacional herido, sin el botín de guerra que le correspondía (la victoria mutilada) y con el fantasma lejano de la revolución comunista, Italia se sumerge el hundimiento del marco liberal clásico. La estabilidad previa a 1914, la seguridad del funcionario de clase media o del propietario de una pequeña empresa textil, se ve comprometida.

    La Alemania nazi gustaba de pompa y parafernalia. La imagen, como mecanismo transmisor de ideas y como elemento propagandístico clave, sirvió a Hitler para movilizar a las masas desde abajo.

    En ese contexto, el movimiento fascista, paramilitar, violentamente anticomunista y connivente con el orden social tradicional pese a su discurso revolucionario, se presenta como una solución atractiva para las clases medias e instrumental para las dirigentes. En palabras de Eric Hobsbawn, en su Historia del siglo XX:

    Las condiciones óptimas para el triunfo de esta ultraderecha extrema eran un estado caduco cuyos mecanismos de gobierno no funcionaran correctamente; una masa de ciudadanos desencantados y descontentos que no supieran en quién confiar; unos movimientos socialistas fuertes que amenazasen, o así lo pareciera, con la revolución social; y un resentimiento nacionalista contra los tratados de paz de 1918-1920. En esas condiciones, las viejas élites dirigentes, privadas de otros recursos, se sentían tentadas a recurrir a los radicales extremistas, como hicieron los liberales italianos con los fascistas de Mussolini en 1920-1922 y los conservadores alemanes con los nacionalsocialistas de Hitler en 1932-1933.

    Sin embargo, y pese a su inicial triunfo en Italia, el fascismo no vuelve a encontrar un propicio contexto de convulsión económica y social hasta 1929, con la crisis económica que habría de definir las dos décadas posteriores. Sólo gracias al violento shock de la recesión puede el NSDAP de Hitler acceder al poder primero por la vía parlamentaria y constitucional, y después por la vía autoritaria. Al igual que en Italia, se valió del ultranacionalismo, de la movilización de las masas desde abajo, de un contexto de inestabilidad y pérdida, de un brazo paramilitar y de la aceptación tácita de los dirigentes.

    Sus aspectos revolucionarios o subversivos (la superación de la lucha de clases de los fascistas italianos, por ejemplo) se anulan con rapidez gracias al apoyo del poder tradicional, y por tanto conservador. Una vez en el poder, eso sí, tanto el fascismo como el nazismo anularían toda clase de oposición, tanto interna como externa, e instaurarían dictaduras totalitarias hasta el fin de sus días en la primavera de 1945.

    ¿Por qué se esfumó?

    Porque perdió la guerra. Tanto Hitler como Mussolini, los dos grandes líderes fascistas del periodo de entreguerras, no sobrevivieron a la Segunda Guerra Mundial. Sus regímenes tampoco: tanto Italia como Alemania fueron ocupadas por las fuerzas aliadas. Tras el fin de la contienda, se instauraron democracias liberales bajo el auspicio de Naciones Unidas y de las potencias occidentales. Allí donde sobrevivieron las dictaduras autoritarias de los años anteriores, como en España y en Portugal, los elementos fascistas fueron suprimidos y omitidos. En Europa del Este la Unión Soviética se impuso.

    El fascismo fue fruto de un contexto muy concreto. Finalizado se contexto, se fue. ¿Del todo?

    ¿Qué es el fascismo hoy?

    La idea de un revival fascista europeo se remonta a finales del pasado siglo (en Italia, a bastante antes, de la mano del Movimiento Social Italiano). Ya en 1999, The Economist se preguntaba si estábamos ante un resurgimiento de tan postrada ideología con motivo del éxito electoral del FPÖ, el partido de extrema derecha popularizado por Jorg Häider a finales de los noventa y a principios de la pasada década. Su respuesta era clara: no, pero cada vez es más difícil diferenciar entre la derecha respetable y aquella que no lo es. Diecisiete años después, sigue siendo válida.

    Marine LeMarine Le Pen, líder del Frente Nacional francés. A menudo, el partido es considerado "fascista". Su discurso se enmarca mejor dentro de la actual extrema derecha, nacionalista, populista, euroescéptica y xenófoba. Su padre formó el partido con claros elementos de simpatía neofascista, pero Marine Le Pen ha despojado de extravagancias y elementos antisemitas al discurso moderno del FN.

    En Europa, el término se utiliza ante todo para definir a la ola de partidos de extrema derecha que, desde posiciones antiguamente minoritarias e incluso marginales del espectro político, han accedido a parlamentos y, en ocasiones, tomado instituciones. Hicimos un repaso de todos ellos en este post: desde el Frente Nacional francés hasta los Auténticos Finlandeses, su importancia varía en función del país, pero cuentan con líneas de pensamiento comunes: populismo, nacionalismo, anti-inmigración, islamofobia y recelo de la Unión Europea como proyecto político. Son la extrema derecha.

    Estados Unidos está hablando durante estos días de "fascismo" a cuenta de Donald Trump, cuyas ideas se emparentan con las de la extrema derecha europea
    En Estados Unidos, el concepto se ha introducido durante el último mes en el espacio mediático del país dentro del marco de debate sobre Donald Trump. ¿Es Donald Trump un fascista? La pregunta es sorprendente, pero medios como Slate no han dudado en publicar artículos que lo afirman, en base a sus dejes autoritarios y su abierta xenofobia. En The Week lo argumentaban: creciente culto a la personalidad, obsesión con la idea de la nación renacida, victimismo nacionalista, exacerbado odio racial. Y además, añadían, se daba el campo fértil para otro elemento clave: un grupo armado unido a su causa.

    No todos están de acuerdo. Un grupo de historiadores especializados en fascismo habló con Vox sobre ello, y llegó a una conclusión unánime: Donald Trump no es un fascista. Su radio de acción política está en sintonía con los partidos de extrema derecha europea, fundamentalmente populistas, xenófobos y nacionalistas, pero no dentro del "fascismo" en la definición estricta del término. Ninguno de ellos rechaza la democracia de forma abierta, aspiran a operar dentro del sistema sin destruirlo. Ninguno de ellos hace apología ideológica de la violencia o la lleva a la práctica. Son dos aspectos clave.

    Es difícil definir a Trump como un "fascista", pero eso no hace que sus ideas sean menos peligrosas o radicales.

    En su caso, fascismo es una acusación política, antes que una descripción real. Son partidos de ideas anti-establishment en estados funcionales, los símiles con los años 30 son sólo retóricos. Todo ello habida cuenta de que partidos como el Frente Nacional sí fueron fundados desde un primer momento como organizaciones neofascistas, pero que con el tiempo han modulado su lenguaje alejándolo de las referencias antisemitas y de admiración nazi. No significa que su discurso político sea menos radical, como se apunta aquí, sino que su afiliación fascista formal ha desaparecido.

    ¿En qué se parecen ambos fascismos?

    Allá donde sí se está dando, en muchos aspectos. Dos países cuentan con dos partidos que reúnen las condiciones para ser denominados "fascistas": Grecia y Hungría. Amanecer Dorado y Jobbik.

    Hungría y Grecia sí cuentan con partidos de indisimulado antisemitismo o admiración nazi: incluyen elementos paramilitares y un ultranacionalismo de carácter expansionista.

    Ambos no dudan en utilizar simbología muy semejante a la de los partidos fascistas de los años treinta. Amanecer Dorado, por ejemplo, ha escogido el símbolo griego de la eternidad y lo ha revestido entre los colores del nazismo: una bandera de fondo negro y un símbolo rojo y blanco es el más sentido homenaje a la esvástica desde la Segunda Guerra Mundial. De forma paralela, sus líderes han mostrado su admiración por Adolf Hitler y por su Alemania nazi, país que provocó una hambruna descarnada en Grecia durante la Segunda Guerra Mundial, matando a 300.000 personas.

    Jobbik, por su parte, lleva años realizando desfiles y manifestaciones públicas siguiendo las líneas maestras establecidas por los nazis en los años treinta. El partido uniforma a sus militantes y los despliega con un aire abiertamente militarizado en sus eventos. Cuenta con una rama paramilitar bautizada como "La Nueva Guardia Húngara", resucitada bajo un nuevo nombre tras una prohibición y consecuente disolución previa. Su xenofobia no se limita sólo a los refugiados e inmigrantes (muy reducidos) musulmanes: Jobbik es un partido antisemita que lo oculta con severas dificultades.


    A ambos hay que sumar otro país, aunque de forma más sutil y en unas elecciones de carácter menos relevante: Alemania. En los pasados comicios europeos, el Nationaldemokratische Partei Deutschlands, formado por militantes neonazis y de extrema derecha, se hizo con un escaño en el Parlamento Europeo. El NPD es racista, niega el Holocausto, alardea de su antisemitismo y afirma posicionarse en contra de la Alemania actual, reivindicando su expansión territorial. Nacionalista, populista, xenófobo y, en ocasiones, violento, el debate sobre si debe ser prohibido es vívido en Alemania.

    Jobbik revive la idea de la Gran Hungría, y el NPD alemán sólo disimula su afiliación neonazi para evitar ser prohibido, mientras gana escaños en el Europarlamento
    Mientras Jobbik aspira a revivir la idea de la Gran Hungría y acapara cada vez más porcentaje de votos, Amanecer Dorado, aunque estancados en crecimiento de apoyos electorales, observa con ojos nostálgicos la Megali Idea y patrulla barrios de clase baja para amedrentar a la población inmigrante. En Grecia, Amanecer Dorado se ha aprovechado de un cataclismo económico, de una percibida humillación nacional y del derrumbe progresivo del sistema de partidos para labrarse representación parlamentaria. En este caso sí hay paralelismos con los años 30.

    Es lo que precisamente interesa a Griffin, en el reportaje de Vox, sobre Amanecer Dorado: "Hay un mito de pureza racial, un renacimiento del mito, hay un ritual político, símbolos crípticos". Y ante todo, condiciones políticas que se pueden enmarcar dentro de coordenadas parecidas a las del fascismo italiano o el nazismo alemán. Elementos estéticos e ideológicos que en el resto de Europa, por el momento, han quedado reducidos al neofascismo, casi siempre marginales, callejeros y lejos del sistema político. Pero que en Grecia o Hungría, se han hecho un hueco en el parlamento.

    ¿Quiénes les están apoyando?

    Al igual que otros movimientos políticos de reciente surgimiento, la mayor parte de los partidos de extrema derecha y fascistas de Europa se apoyan en el crucial contexto de la Gran Recesión. El Frente Nacional de Francia quizá sirve de referente por excelencia: tras conseguir a principios de la pasada década disputar la presidencia del país en una segunda vuelta histórica, Marine Le Pen ha llevado a su partido a liderar los resultados electorales en primera vuelta en tres comicios diferentes (las europeas, las departamentales y las regionales). El Frente Nacional está ahora más fuerte que nunca.

    Con motivo de las últimas elecciones regionales, algunos analistas apuntaron cómo el FN había desplazado a los partidos tradicionales obreros en los antiguos centros industriales de Francia, ahora decadentes. También resulta atractivo entre los jóvenes. Como recoge este reportaje de Politico, los dirigentes del FN saben que su estrategia se basa en posicionarse como la alternativa al establishment tradicional tanto a la izquierda como a la derecha del espectro político.

    Pegida es una organización que defiende la restricción a la inmigración y que tiene un claro corte xenófobo. Durante el último año, con motivo de la ola de refugiados y del creciente miedo al terrorismo islámico, sus manifestaciones han sido frecuentes y muy numerosas.

    Su narrativa de cambio cala bien entre los jóvenes y entre aquellos desencantados con el sistema y el funcionamiento del país, y sus posturas anti-inmigración le permiten arañar votos en antiguos centros obreros donde la afluencia de mano de obra barata se conjuga con la reducción de salarios y el desempleo. Al igual que el fascismo de los años 30, el FN y otros partidos populistas de extrema derecha se presentan como los salvadores a una patria y a un proyecto europeo decadente y sin alternativas a consecuencia del fracaso político de las élites tradicionales. Sus votos provienen de los sectores más vulnerables, para los que las formaciones más moderadas no encuentran respuestas.

    Todos los partidos de extrema derecha se aprovechan de la ola de inmigración de las últimas dos décadas y, ahora, del aparente fracaso de la Unión Europea. Dinamarca, Reino Unido, Finlandia, Austria, en todos ellos el nacionalismo y la xenofobia se funden con la protección a los derechos de los ciudadanos nativos y a la reivindicación de la soberanía nacional frente al euro y a Bruselas. Es un discurso político populista que, dentro del marco democrático, está arrasando a lo largo de todo el continente.



    https://magnet.xataka.com/en-diez-mi...do-el-fascismo


    He preferido situar este artículo aquí en lugar de abrir otro hilo porque en España esta pandemia del Corovid-19 está generando sentimientos nuevos. La gente se está enfrentando a las imposiciones de un gobierno abiertamente comunista, aunque no salgan a la calle físicamente. Las redes son muestra de ello, los comentarios a las noticias a veces son demoledores y se nota un incremento en la solidaridad de los comentaristas. La sensación de un gobierno que miente claramente, u oculta la realidad, tal vez sólo la minimiza para evitar males peores, pero la sensación no es esta precisamente. Luego, la absoluta deslealtad de los separatistas ante una situación tan dramática, el aliento fétido que destilan alegrándose de las desgracias de España. El negro futuro económico y laboral, pues nuestra economía está extremadamente debilitada por la deuda pública... 1 billón ciento ochenta y nueve mil euros o en números redondos 1.189.000.000.000 € , y el gobierno comunista prometiendo que va a inyectar 200.000.000.000 más, que nadie sabe de dónde lo van a sacar, mientras se estima que hasta un 30% de la población laboral podría verse afectada por las medidas de recortes que son los ERTE, o sea, sin trabajar, aunque no despedidos, y mucho cuidado con trabajar mientras se está en esa situación, sin garantías de volver al trabajo, cobrando alguna miseria que no sirve para pagar todas las facturas, ni para vivir también. Todos los signos y los datos concretos apuntan a un cambio radical, a una percepción de nuestra realidad muy diferente, el encierro obligado, ese que se supone convierte a la gente en borregos obedientes al Sistema, a las órdenes del NOM, también da lugar a la reflexión, a la ira, al deseo de justicia, a la solidaridad, y los habrá que aprovechen la coyuntura para ofrecer alternativas atractivas de un signo totalmente opuesto al que hay ahora. Esto no es una profecía, esto es una reflexión sobre lo que puede llegar a pasar.
    Última edición por Valmadian; 24/03/2020 a las 06:21
    "He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.

    <<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>

    Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.

    Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."

    En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47


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    Re: Angustia Coronavírica

    ¡Adiós, NOM, adiós! ¡Adiós globalización, adiós! Naturalmente es la opinión del articulista, pero no cabe duda de que lo que va a surgir de todo esto va a dejar a oráculos como Daniel Estulin en la cola del paro. Seguramente los del Club Bilderberg, y los de las "familias" que todos conocemos y, por supuesto, Soros, harán todo lo posible para no perder el control que han tenido hasta ahora, pero o lo habrán perdido del todo y para siempre, o tardarán mucho en volver a controlar todos los resortes, y para entonces, hasta es posible que hayan salido todos sus enjuagues, manipulaciones, negocios sucios, intentos de control mundialista, ingeniería social, etc., toda su escoria en definitiva, ante los oportunos tribunales, mejor internacionales para que las sentencias sean ejemplares ante el mundo entero. Pero de momento, y como nunca hay nada enteramente malo, ni bueno, se les ha acabado la que se traían. El Covid-19 puede que no sea sólo un virus biológico, pero cuidado con las consecuencias, que a mi no me gustan nada, China con su comunismo a la cabeza del mundo. Siempre se ha dicho que suele ser peor el remedio que la enfermedad: China a cambio del NOM.



    Siete maneras en que el coronavirus va a cambiar el mundo tal y como lo conocemos

    El coronavirus supone un punto de inflexión. Cuando la pandemia retroceda y recuperemos las calles, tendremos ante nosotros un mundo diferente

    24/03/2020

    El Covid-19 ha puesto nuestras vidas patas arriba. La mayoría de nosotros —incluyendo a gobiernos, empresas y meros ciudadanos— hacemos frente a la situación con la esperanza de que las cosas regresen a la normalidad lo antes posible. Sin embargo, el coronavirus supone un punto de inflexión. Algunas tendencias son ya evidentes, otras tardarán algún tiempo en cristalizar, pero algo está claro: cuando la pandemia retroceda y recuperemos las calles, tendremos ante nosotros un mundo diferente.

    Hola, desglobalización

    Tradicionalmente los Estados, al menos los más sólidos y poderosos, han tratado siempre de blindar sus sectores estratégicos ante posibles disrupciones. Sin embargo, nadie había considerado que la producción de bienes de bajo valor añadido entrase dentro de esta categoría: China los fabricaba por nosotros, y a menor coste. Sin embargo, ante la emergencia del coronavirus los países occidentales se han encontrado con la cruda realidad de que la disponibilidad de las mascarillas sanitarias depende, en último término, de la voluntad de Pekín.

    Esto es aplicable a numerosos productos de importancia crítica (EEUU, por ejemplo, no produce antibióticos), así como a componentes básicos en las cadenas de montaje. La pandemia ha demostrado que las redes de distribución planetaria son mucho más frágiles de lo que se pensaba y, si un eslabón falla, el resto se viene abajo. Gigantes tecnológicos, textiles y otros están perdiendo auténticas millonadas estos días. El proceso de desglobalización ya estaba en marcha desde hace algún tiempo (se hablaba, por ejemplo, del fin de 'Chimérica' —la absoluta integración de las economías china y estadounidense— a raíz de la guerra comercial iniciada por Donald Trump), y la relocalización de industrias desde China y la diversificación del suministro empezaba a ser una realidad. Esta crisis muestra que, además, es una necesidad, al menos en determinadas áreas.

    O Trump se hunde… o se salva definitivamente

    Las elecciones de noviembre de 2020 prometían estar entre las más reñidas de la historia de EEUU. Con Joe Biden casi confirmado como el candidato “centrista” definitivo de la oposición y con la inevitable erosión que genera cualquier presidencia, las matemáticas parecían favorecer a un Partido Demócrata que ya ganó el voto popular en 2016; sin embargo, pasada la marejada del 'impeachment', con una economía fuerte y con unas bases firmemente posicionadas a su favor, el presidente Trump contaba con sólidos cimientos para su reelección. Los porcentajes tanto de rechazo como de aprobación hacia Trump venían siendo sorprendentemente inamovibles, y nada de lo que este o sus rivales hiciesen o dijesen parecía capaz de cambiar eso.

    Hasta que llegó el coronavirus. Trump, que posee un formidable olfato político, reconoció la amenaza que esta crisis representaba para él desde el primer momento, de ahí que intentase minimizarla, catalogándola como “fraude de los demócratas” y tratando de impedir que los pasajeros del crucero Grand Princess desembarcasen en EEUU para que no incrementasen la estadística de contagiados en el país. Sus dos primeras intervenciones televisivas, así como la incompetencia inicial de su administración, ayudaron a hundir los mercados hasta niveles inéditos.


    Adiós al último defensor de 'la simple gripe': Trump despierta de golpe al coronavirus

    Durante semanas, Trump fue el máximo defensor global de los que minimizaban el impacto del coronavirus como una 'simple gripe'. Ahora, EEUU despierta a la vírica realidad.

    Algo, sin embargo, ha cambiado en la Casa Blanca. Las últimas comparecencias de Trump han sido las más “presidenciales” desde su inauguración a principios de 2017, con un mandatario en modo comandante en jefe que se ciñe a los hechos y se apoya en los expertos, y que reconoce la seriedad de la situación (con notables paréntesis para arremeter contra China y culparla de la situación). Incluso la normalmente hostil CNN ha reconocido las virtudes de este nuevo Trump. Mientras tanto, el Ejército ha anunciado la movilización de sus buques hospitales y el Gobierno estadounidense está lanzando un paquete de medidas económicas tras otro para tratar de paliar las consecuencias de la debacle.

    Está por ver si esto bastará para convencer a los estadounidenses de que el presidente está a la altura de las circunstancias, en un país donde ya hay más de 27.000 infectados confirmados y se espera una explosión en los contagios y miles de muertos. Si lo logra, cualquier cosa que presente la campaña de Biden será en vano. Pero de lo contrario, su presidencia está condenada. Lo sabremos dentro de algunas semanas.

    El ‘golazo’ de China dará frutos muy pronto

    Mucho se está escribiendo sobre la operación propagandística lanzada por China —enviando ayuda sanitaria al tiempo que trata de reescribir el origen del Covid-19— para convencer al mundo de que es el país adecuado para encabezar la lucha contra la pandemia. Esto se enmarca dentro de un proceso a largo plazo para incrementar el liderazgo de China en el mundo, que incluye colocar a ciudadanos chinos a la cabeza de instituciones internacionales y una vasta red de cooperación e inversiones en todo el mundo. El debate sobre si Pekín quiere ocupar el lugar que deja un Washington en retirada no está zanjado: liderar el planeta requiere un esfuerzo ingente, y muchos expertos consideran que China solo está reclamando una cuota de poder más adecuada a su peso económico real.


    China pretende realizar un ambicioso acto de magia con el mundo entero mirando: el virus de Wuhan no es chino. Y si le sale bien, puede acabar convenciéndote de que un ciervo es, en realidad, un caballo.

    Pero la eficacia a la hora de contener el estallido del coronavirus en Wuhan supone un golazo en toda regla para las autoridades chinas. De repente el modelo chino, hasta ahora percibido de forma casi unánime como monstruoso en las democracias occidentales, empieza a no parecerle tan malo a muchos. La admiración hacia China se extiende en paralelo con el hartazgo por la supuesta inacción europea, y Pekín se encuentra ahora con bastantes puertas abiertas. Nada que ver con hace unos meses, cuando la preocupación por la creciente hegemonía china se expandía por Europa, por no hablar de la abierta hostilidad de EEUU. Como mínimo, Pekín va a poder acallar muchas críticas internacionales en temas como el tratamiento de la minoría uigur, Taiwán, la cuestión territorial en el mar del Sur de China y, por supuesto, la vigilancia masiva sobre sus ciudadanos.

    Crecerá el euroescepticismo

    Si usted no ha seguido las noticias, tal vez se esté preguntando: ¿dónde está la Unión Europea en todo esto? Y si lo ha hecho, posiblemente se ha llevado las manos a la cabeza al enterarse de que ningún país de la UE ha acudido al llamado de auxilio de Italia, que ha tenido que recurrir a médicos de Cuba, Venezuela y China; al saber que Alemania prohibió la exportación de mascarillas en un primer momento; y que la directora del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, aseguró que su función no era cancelar las primas de riesgo pese al desplome económico generalizado.

    Como bien explica nuestro compañero Nacho Alarcón, en realidad la culpa es más bien de las diferencias de criterio en los diferentes gobiernos que de la propia UE, que sí ha tratado de coordinar una respuesta efectiva. Bruselas, de hecho, ha conseguido poner en marcha un mecanismo de reparto de material sanitario en la Unión, y el BCE ha rectificado y ha puesto en marcha un programa de compras por valor de 750.000 millones para luchar contra los efectos económicos de la pandemia.


    ¿Dónde está la UE ante el coronavirus? Donde esté su Gobierno


    Pero el daño ya está hecho. Las grietas en el interior del Bloque han quedado expuestas como nunca antes, los enemigos exteriores de Bruselas se frotan las manos, y las fuerzas euroescépticas pescan en río revuelto. Da igual lo que haga la UE: sus ciudadanos no se han enterado de ello, pero sí han visto cómo mientras tanto la comunidad china repartía mascarillas a sus policías y sanitarios. Pekín ha demostrado que solo es necesario un avión cargado de cajas con pegatinas solidarias, un teléfono móvil y las redes sociales para ganar la batalla de la opinión pública. No son muchos quienes hayan pasado a ver a China como un modelo a seguir de la noche a la mañana, pero sí abundan los que han dejado de creer que la respuesta a todo está en Europa. Y van a ser aún más.

    Van a caer gobiernos

    El coronavirus supone un test de gobernanza en todo el mundo. Numerosos ejecutivos de todo signo político están siendo cuestionados por sus ciudadanías ante el manejo de la epidemia —es el caso del Reino Unido, Colombia, México, Brasil y, cada vez más, Cuba, por mencionar solo algunos casos—, e incluso en aquellos países en los que la gravedad de la situación ha provocado una momentánea unidad las tensiones se mantienen bajo la superficie. Veremos protestas, elecciones anticipadas y algún que otro cambio de gobierno.

    Después del cierre de filas, será hora de analizar los daños. Analizamos de qué forma el desarrollo de la epidemia puede afectar a la política de los próximos meses
    Un caso a observar de cerca es el de Rusia: los medios controlados por el Kremlin llevan meses afirmando que la gestión de la crisis está siendo perfecta. Y puede que al país le ayude su extensión masiva y su despoblación, así como el frío extremo, que no favorecen la propagación del virus. Pero el alcance de la corrupción y la incompetencia de las autoridades locales hace dudar de que todo esté bajo control, y si los rusos empiezan a enfermar en masa —y en algunos casos, a morir— a medida que las temperaturas se atemperan tras el invierno, el presidente Putin va a tener un problema muy, muy serio, del que no le va a librar el acusar a Donald Trump de estar detrás del virus. Ojo, sería absurdo pensar que esto vaya a provocar necesariamente un cambio político inmediato en Rusia, pero puede debilitar a un Putin cada vez más cuestionado internamente.

    ¿El fin del sistema de ayuda internacional?

    Ya lo estamos viendo en los campos de refugiados de Grecia, donde las ONG alertan que puede producirse un alarmante foco infeccioso sin que nadie sepa cómo —o quiera— hacer algo para paliarlo. Una situación similar se vive entre los cientos de miles desplazados rohingya en Bangladesh, entre los refugiados sirios en los campamentos de Jordania y Líbano, los somalíes en la frontera de Kenia o los desplazados internos en Sudán. La provincia siria de Idlib, sitiada por el ejército del régimen, puede convertirse en otro punto crítico, y en el resto de Siria el gobierno ni siquiera reconoce la existencia de infectados, por lo que no se está tomando media alguna. Del mismo modo, el coronavirus ha llegado a África y se está propagando de forma masiva sin que exista una infraestructura sanitaria sólida con la que atajarlo.

    Según un reciente estudio de la Universidad Tecnológica Sharif de Teherán, "en el peor escenario" los muertos podrían llegar hasta los 3,5 millones
    En suma, van a producirse cientos de miles de muertos, tal vez millones, en los lugares más necesitados del planeta, y no puede esperarse ayuda alguna de las sociedades más prósperas, ocupadas en contener el problema en su propio territorio. La guerra de Yemen y la tragedia humanitaria que provocó ya había demostrado que el sistema de solidaridad internacional del último medio siglo, nacido como respuesta a las guerras de Biafra y el Congo en los años 60, experimenta una profunda crisis de voluntad e interés. El Covid-19 le dará el tiro de gracia.

    El coronavirus volverá… pero no será lo mismo

    Es de desear que lo sucedido en estos días sirva de lección a los gobiernos y empresas de todo el mundo. Hay muchas cosas que aún no sabemos del Covid-19, y es posible que acabe desapareciendo tras esta temporada, pero la asunción de muchos expertos es que probablemente se volverá una enfermedad estacional que regresará cada año.

    Sin embargo, tres cosas habrán cambiado. En primer lugar, es improbable que cause el mismo nivel de pánico social, bursátil y político: el haber sobrevivido a la experiencia genera resiliencia en las sociedades, por lo que la próxima vez las reacciones serán menos irracionales. En segundo lugar, es probable que una parte de la población mundial desarrolle cierta inmunidad natural que ralentice el contagio y reduzca su impacto. Por último, hay que admitir que, pese a los avisos de especialistas desde hace años, esta epidemia nos ha pillado completamente desprevenidos. La próxima vez, en cambio, cabe esperar que gobiernos y autoridades sanitarias hayan desarrollado protocolos más eficaces, basados en la detección temprana y en la realización de test de forma masiva en las primeras etapas de la epidemia —la medida que se ha demostrado más eficaz en todo el mundo a la hora de combatirla—, en lugar de tener que recurrir a los confinamientos que tanta disrupción están causando a nivel global.



    https://www.elconfidencial.com/mundo...virus_2511232/
    "He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.

    <<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>

    Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.

    Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."

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  13. #53
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    Re: Angustia Coronavírica

    Esto es un presidente, y no la basura que tenemos en la Moncloaca.



    El presidente católico de Kenia proclamó este sábado como día nacional de oración por el coronavirus

    «No podemos ignorar la necesidad de recurrir a Dios», ha declarado el presidente de Kenia, Uhuru Kenyatta, al proclamar un día nacional de oración que se celebraró el sábado 21 de marzo, para pedir la protección divina contra el COVID-19, la enfermedad causada por el coronavirus.





    «En estas circunstancias, como hemos hecho en el pasado como nación, siempre hemos recurrido a Dios primero para agradecer los diferentes dones que ha entregado a nuestra nación. Pero también recurrimos a Dios para compartir nuestros temores, nuestras aprensiones, para buscar su guía y protección que siempre está presente», ha afirmado el presidente Kenyatta en su declaración.

    «Hemos aprendido con el tiempo que recurrir a Dios en momentos como este no solo nos da consuelo sino también esperanza y fortaleza para superar esos desafíos que para nosotros como humanos pueden parecer insuperables».

    La jornada de oración del sábado, ha continuado el presidente, que es católico, «será dirigida por un equipo de líderes religiosos en la residencia presidencial a partir de las 12.00 del sábado».

    Si bien la reunión en la State House el sábado involucrará solo a unos pocos líderes religiosos en línea con la directiva para evitar reuniones, el Presidente ha alentado a los keniatas a unirse a la oración nacional donde sea que se encuentren e instado a los medios locales a transmitirla para dar a todos la oportunidad de participar desde sus hogares.



    https://www.tradicionviva.es/2020/03...l-coronavirus/

    Valmadian y DOBLE AGUILA dieron el Víctor.

  14. #54
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    Re: Angustia Coronavírica

    Me ha resultado curiosa esta foto que he visto por ahí:



    Yo soy de los que cree, aun a riesgo de que me llamen conspiranoico, que nada de esto sucede de casualidad y que todo tiene su significado y su ritual. Y que el estado de alarma se decretara un viernes, 13.

    En fin, pegadme palos.
    Imágenes adjuntadas Imágenes adjuntadas
    ¡VIVA ESPAÑA! ¡VIVA CRISTO REY! ¡VIVA LA HISPANIDAD!

    "Dulce et decorum est pro patria mori" (Horacio).

    "Al rey, la hacienda y la vida se ha de dar, pero el Honor es patrimonio del alma y el alma sólo es de Dios" (Calderón de la Barca).

  15. #55
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    Re: Angustia Coronavírica

    Cita Iniciado por Alejandro Farnesio Ver mensaje
    Me ha resultado curiosa esta foto que he visto por ahí:



    Yo soy de los que cree, aun a riesgo de que me llamen conspiranoico, que nada de esto sucede de casualidad y que todo tiene su significado y su ritual. Y que el estado de alarma se decretara un viernes, 13.

    En fin, pegadme palos.
    Yo tampoco creo en las casualidades (azar, el cual he dicho muchas veces que no se puede meter en ninguna fórmula y por eso no es empírico), pero sí en las causalidades, y esas cuentas que más parecen las propias del Talmud, son simples casualidades. Sobre juegos matemáticos con resultados sorprendentes hay muchísimos. Para desarrollarlos hay que tener en primer lugar mucho tiempo, después estar desocupado, además, como en este caso, corona también es lo que llevan los monarcas y nobles titulados encima, ¿acaso la monarquía y la nobleza titulada es obra del maligno? Además, en este asunto se trata de un coronavirus, ¿por qué no hacen lo mismo con todas sus letras?, y dicho término es la taxonomía con la que los virólogos se refieren a una familia vírica, algo similar a hablar de felinos, en la que están incluidos el gato de angora y el tigre de Bengala. Al gato lo puedes acariciar, ¿y al tigre? Por tanto, tan coronavirus es el catarro común, como el Covid-19, sólo que el catarro se asemeja al gato, y el otro al tigre según estamos comprobando.

    Luego, ¿por qué no creo en conspiraciones en este asunto? Pues es de sentido común, porque los conspiradores no ganan NADA, al contrario pierden MUCHO, luego esta situación, tal como dije, es como sí se pegaran un tiro en el vientre. Y ahora sobre los conspiranoicos: ¿qué cualificación tienen para estar al corriente de informaciones, muchas secretas a nivel de secreto de Estado, para difundirlas como sí se tratase de verdades objetivamente corroboradas? La respuesta es NINGUNA, porque llegados al punto, están OBLIGADOS a demostrar sus afirmaciones, las cuales son claramente de naturaleza ideológica personal.

    ¿Y por qué denuncio estas cuestiones? Porque la situación es sobradamente grave, según se va viendo día a día, como andar con estas chorradas de las imaginarias conspiraciones de algunos que no deben tener nada mejor que hacer.

    Sin embargo, lo que se anunció en Ezquioga y en Garabandal SÍ se está cumpliendo.

    Las profecías de Ezquioga

    Garabandal después de Ezquioga


    Por ejemplo, durante la estancia de la Viceministra Calvo en esa clínica privadísima llamada Ruber, ¿alguien ha caído en la cuenta, en el pequeño detalle, de que si Sánchez hubiese enfermado, el "PRESI" hubiera sido Iglesias? Sólo es un ejemplo, y un aviso de que es posible que los comunistas de PODEMOS se apoderen de España, tal como nos avisan en ambas apariciones marianas.
    Última edición por Valmadian; 25/03/2020 a las 18:57
    "He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.

    <<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>

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  16. #56
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    Re: Angustia Coronavírica

    Quien más, quien menos, todo el mundo busca dar explicaciones a lo que está sucediendo, pero prácticamente casi todo no pasa de meras especulaciones o explicaciones muchas veces simplistas fundamentadas en el "a mí me parece", que objetivamente tiene un evidente gran peso científico, y que no hace sino contribuir a que el caos se incremente gracias al miedo que causa entre quienes no saben ni a quienes creer, ni a donde mirar. Verdaderamente, hasta que no se haya pasado, y los verdaderos expertos en una multiplicidad de campos de conocimiento empírico: Medicina, Pandemiología, Virología..., etc. hasta Sociología, Antropología y Psicología Social, no efectúen sus estudios y elaboren sus conclusiones, no se podrá saber casi nada de cierto al respecto. Lo demás son cantos de sirena o aullidos a la Luna. Sin embargo, y en medio de este caos mundial, siempre hay quienes intentan entender algo de la naturaleza humana, en ocasiones tan ilógica e inconsistente. Uno de esos intentos se puede leer en el siguiente artículo. Que ls variables manejadas sean suficientes, o que otras diversas hayan quedado en el tintero, es perfectamente posible. Que se esté de acuerdo o no con las conclusiones expuestas, es asunto personal de cada cual, bien entendido que quien lo discuta debería elaborar el mismo trabajo con idéntico nivel de concreción y nivel de conocimientos, sino no valdrá ni para forrar una caja de zapatos.



    Algunas personas simplemente no se quedarán en casa durante una pandemia. Seis razones pueden explicar por qué
    Por Scottie Andrew



    24 Marzo, 2020


    (CNN) — Vivir una pandemia es extraño. A la mayoría de nosotros nunca se nos ha pedido hacer sacrificios como este antes: quedarse en casa y limitar el contacto con los demás.


    Toda esa interrupción puede hacer que las personas se sientan ansiosas. Y para algunos, eso incluye ignorar por completo el nuevo coronavirus y continuar como si todo siguiera como siempre.

    A pesar de las repetidas súplicas de los funcionarios de salud pública y de varios gobiernos para quedarse en la casa y frenar la propagación de covid-19, muchas personas simplemente no lo harán.

    Vacacionistas abarrotando playas. Pasillos en las tiendas de comestibles repletos de compradores. Adultos mayores que se niegan a dejar de ir a la iglesia.

    ¿Por qué algunas personas no toman en serio esta amenaza?

    El aislamiento social es difícil, pero es el aislamiento de los pacientes es desgarrador


    Los psicólogos dicen que hay varias razones, y la mayoría de ellas se reducen a la naturaleza humana.

    Estos socializadores son ‘subrespondedores’

    Gordon Asmundson, profesor de psicología de la Universidad de Regina en Saskatchewan, está estudiando cómo los factores psicológicos impactan la propagación y la respuesta al covid-19. Nos ha dividido a todos en tres grupos según nuestra respuesta a la pandemia: los que responden en exceso, los que no responden y los que se encuentran en algún punto intermedio.

    Los que responden en exceso son los compradores de pánico que han acumulado suministros por meses. Están asustados y apoyarse en montones de papel higiénico los empodera y alivia ese miedo.

    Las personas en el medio están haciendo lo que se les pide que hagan sin entrar en pánico o actuar demasiado laxas: son los ‘Ricitos de oro’ de la pandemia.

    Los que no responden son aquellos que desobedecen la guía de salud pública, los que se consideran invulnerables. No siguen el distanciamiento social porque creen que no se enfermarán, aunque podría evitar que las personas más vulnerables se infecten.

    Estos “subrespondedores” pueden ser los culpables si el virus continúa propagándose durante meses en todo el país.


    Lo ven como una forma de recuperar el control

    Al igual que los compradores de pánico que acaparan el papel higiénico, los que no responden continúan reuniéndose en grupos e ignoran los consejos porque se sienten impotentes. Desafiar las medidas hace que el virus parezca más pequeño, dijo Vaile Wright, director de Investigación Clínica y Calidad de la Asociación Americana de Psicología.

    “Uno de los desafíos con la incertidumbre es que nos recuerda cosas que están fuera de nuestro control”, dijo. “Creo que este tipo de desafío a las medidas, en cierta medida, es por tratar de recuperar el control”.

    Y de la misma manera que atesorar suministros es perjudicial para frenar un virus, también lo es desafiar los consejos. Reunirse en multitudes solo aumenta el riesgo de exposición. Limitar el contacto con los demás es la única forma de frenar la propagación del nuevo coronavirus.

    No creen que sea su problema


    Para algunos, el covid-19 parece un problema lejano que enfrentan los residentes de ciudades populosas o países extranjeros. Es triste, sí, pero no es su carga.

    Las personas que viven en comunidades donde la infección no es generalizada o los funcionarios no han impuesto bloqueos, pueden estar menos dispuestos a distanciarse de los demás, dijo Steven Taylor, psicólogo clínico y autor de “La psicología de las pandemias”, una mirada histórica a cómo la gente responde a tales crisis.

    “Tal vez es una ilusión [de su parte], pero las personas están minimizando la importancia, tal vez porque no están viendo a las personas en sus comunidades contagiarse con el virus”, dijo Taylor.

    Están aturdidos

    El coronavirus está creando lo que Taylor llama una “infodemia”. Cuando lo que consumen las personas de los medios de comunicación, las fuentes de las redes sociales y las conversaciones con sus seres queridos consisten en nada más que covid-19, pueden volverse insensibles a su gravedad, dijo.

    “La gente se está adormeciendo”, dijo Taylor.

    Esta sobrecarga de información también contribuye a mensajes mixtos. A las personas más jóvenes se les ha dicho repetidamente que tienen un menor riesgo de infección. Eso, combinado con la propensión de los adultos jóvenes a asumir riesgos, puede significar que no temen al virus.

    Están pensando individualmente

    Tampoco es solo un problema generacional. El mundo occidental, y Estados Unidos en particular, han apreciado durante mucho tiempo las libertades individuales, a veces incluso en beneficio de la comunidad. Y durante una pandemia, esa mentalidad puede ser fatal para las personas más vulnerables, dijo Taylor.

    Es por eso que los trabajadores de la salud, las celebridades y la gente común están implorando al público que se queden en casa no solo para protegerse a sí mismos, sino por los demás: adultos mayores de 60 años de alto riesgo, personas con sistemas inmunes comprometidos y médicos y enfermeras en la primera línea de la pandemia.

    “El esfuerzo comunitario es la única forma de manejar [el coronavirus]”, dijo Taylor. “Deben tener en cuenta a otros además que a ellos mismos”.

    Están solos

    Los tres psicólogos están de acuerdo: los seres humanos anhelan la conexión, y la negación de la interacción social durante períodos prolongados puede doler.

    Puede ser particularmente difícil para los adultos mayores, que ya tienen un mayor riesgo de mortalidad por depresión y soledad. Pueden estar menos dispuestos a usar herramientas tecnológicas, como FaceTime o videoconferencias de Zoom, para comunicarse.

    “Somos criaturas sociales”, dijo Asmundson. “También tenemos muchas libertades. Es difícil hacer los cambios que se nos pide que hagamos”.

    Entonces, ¿cómo persuadirlos para que se queden adentro?

    Eso es lo que Asmundson quiere descubrir.

    Al identificar los factores psicológicos que contribuyen a estas respuestas, ya sea demasiado extremas o demasiado laxas, los funcionarios públicos pueden modificar sus mensajes para convencer a las personas de que sigan el distanciamiento social.

    Ese mensaje puede ser complicado, dicen los psicólogos. Algunos creen que las personas deben tener miedo para quedarse en casa. Otros argumentan que usar el miedo puede ser contraproducente porque las personas que responden con miedo no toman decisiones basadas en la lógica, de ahí las compras en medio del pánico.

    Es difícil lograr un tono igual con los que responden de más y los que no responden, dijo Asmundson. Pero hay una cosa en la que los expertos están de acuerdo: convencer a la gente de que se quede en casa es nuestra mejor apuesta contra una pandemia.



    https://cnnespanol.cnn.com/2020/03/2...an-en-su-casa/
    "He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.

    <<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>

    Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.

    Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."

    En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47


    Nada sin Dios

  17. #57
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    Re: Angustia Coronavírica




    ¿Podría el coronavirus aumentar la asistencia a la Misa Tradicional?

    Por
    Peter Kwasniewski -

    23/03/2020





    ¿Verdad que sería una magnífica ironía que el coronavirus llevara a un considerable aumento de misas tradicionales y a que más fieles asistieran a ellas?

    En mi artículo «Restoring Liturgical Tradition after the Pandemic», publicado en New Liturgical Movement el pasado 19 de marzo, propuse a los sacerdotes que aprovechasen esta oportunidad que les ha proporcionado Dios de enriquecer y reencauzar la vida de parroquia por sendas más tradicionales. Entre otras cosas, comprendería a) aprender la Misa Tradicional si no la conocen ya; b) practicarla a fondo si no tienen experiencia; c) celebrarla cada día, a ser posible, durante el confinamiento; d) celebrar siempre ad orientem y mantener la costumbre cuando se reanude el culto público; e) reorganizar los horarios de Misa cuando pase la crisis a fin de incluir, mejorar o ampliar el acceso a la Misa Tradicional; f) eliminar los abusos y malas costumbres adquiridas en la liturgia, que han quedado suprimidos de facto en las últimas semanas; y g) reformular el programa musical de la parroquia empezando de cero con coros y músicos más adecuados.
    L
    a lista es indudablemente larga y ambiciosa, pero le brinda cohesión la centralidad de la digna celebración de la Misa, y las rigurosas alteraciones que estamos viviendo hacen que todo ello resulte factible. Después de varias semanas de inactividad, los feligreses que sigan creyendo estarán ansiosos de volver a Misa y contentos de que vuelvan a abrirse las parroquias. Los sacerdotes tendrán una oportunidad ideal de aducir exigencias y reordenamiento de prioridades pastorales. Podrán introducir en sus homilías enseñanzas catequéticas que antes habrían chocado pero entonces se verán apropiadas. En muchos sentidos sería como una tábula rasa o un cheque en blanco para ellos. Los propios obispos estarán tan centrados en las consecuencias de lo que está pasando que les resultará difícil bloquear una iniciativa organizada por muchos sacerdotes (por esta razón, aconsejo encarecidamente a los que sean de un mismo sentir y amen la Tradición que se coordinen entre sí y tracen un plan).

    Mientras tanto, estamos confinados por un tiempo indefinido. Algunos epidemiólogos, en vista del extremo grado de contagiosidad del virus y ante la imposibilidad de contener su propagación, pronostican un marcado incremento en el número de casos en las próximas semanas. Por lo que sabemos, puede pasar un mes hasta que se reanude el acceso a los sacramentos.

    En la medida en que resulte viable, animaría a los sacerdotes a mantener las iglesias abiertas, al menos cuando ellos estén presentes, para que los fieles puedan descubrir –sin previo aviso ni publicidad– que a tal o cual hora del día da la casualidad de que los curas dicen Misa (me he enterado de que ya está sucediendo en cierta medida). Técnicamente se ajusta a lo exigido: no hay un horario de misas públicas, pero tampoco se pide a ningún feligrés que se marche ni se le impide entrar a rezar. Si el número de fieles que entran supera el límite establecido, el celebrante podría pedir a los laicos que se quedaran fuera, o que se turnasen «si quieren entrar».

    Es evidente que algún obispo podría tener noticia de ello e intentar prohibirlo, pero al sacerdote no se le podría acusar de ninguna conducta errónea por decir una Misa privada y descubrir (sin que él lo advirtiese, ¡por estar celebrando ad orientem!) que habrían entrado algunos fieles.

    En un libro que está a punto de publicar la editorial Angelico Press, The Traditional Mass: History, Form, and Theology of the Classical Roman Rite,de Michael Fiedrowicz, se puede leer lo siguiente sobre la Misa privada:

    «Esta forma de celebración [la misa baja] se había extendido mucho más desde la segunda mitad del siglo VII, por haberse multiplicado grandemente la cantidad de sacerdotes que vivían en conventos, mientras que los sacerdotes seculares celebraban una vez al día, aunque no hubiera fieles presentes, y se ofrecían cada vez más estipendios para misas por necesidades de los fieles, sobre todo para misas de difuntos. La expresión que se acostumbra emplear en este contexto (Misa privata) no debe entenderse en el sentido de que la celebración no sea un acto público y comunitario de la Iglesia. Dado que ciertos sectores del Movimiento Litúrgico rechazaban tales celebraciones, Pío XII defendió expresamente la legitimidad de ellas en su encíclica sobre la liturgia de 1947. A fin de recordar que incluso esa clase de Misa es un acto público de culto a Dios en nombre de Cristo y de la Iglesia, la Sagrada Congregación de Ritos decidió en suInstruccíón sobre la música sagrada (1958) que no se volviera a utilizar la expresión Misa privada. El Catecismo del Concilio de Trento ya había rechazado su utilización por razones parecidas. Con todo, no hay que olvidar que Misa privada nunca fue sinónimo de Misa sine populo, en la que sólo hay un acólito presente. Se trataría más bien de una Misa que el sacerdote celebra por devoción personal o a petición de un feligrés y no se dice en público (Misa publica), o sea, no una Misa parroquial ni conventual».


    La importancia de ello estriba simplemente en que la distinción entre una Misa pública (que es lo que los obispos están suprimiendo o prohibiendo) y una Misa privada (que, según el Derecho Canónico todo sacerdote está autorizado a decir) no está en que haya gente presente o no. Depende enteramente de la naturaleza del acto: ¿se trata de una Misa parroquial o conventual que se celebra a una hora fijada, o de un acto de devoción personal realizado por un sacerdote que no tiene otra obligación en ese momento?

    Por eso dice Summorum Pontificum, si bien con la menos precisa jerga de los documentos postconciliares:

    En las Misas celebradas sin el pueblo, todo sacerdote católico de rito latino, tanto secular como religioso, puede utilizar tanto el Misal Romano editado por el beato Papa Juan XXIII en 1962 como el Misal Romano promulgado por el Papa Pablo VI en 1970, en cualquier día, exceptuado el Triduo Sacro. Para dicha celebración, siguiendo uno u otro misal, el sacerdote no necesita permiso alguno, ni de la Sede Apostólica ni de su Ordinario. (Art.2)


    Y luego, en el artículo 4:

    A la celebración de la Santa Misa, a la que se refiere el artículo 2, también pueden ser admitidos —observadas las normas del derecho— los fieles que lo pidan voluntariamente.


    En ningún lugar se indica que haya que pedirlo de palabra ni por adelantado; puede suceder simplemente que lleguen feligreses, se arrodillen y se pongan a oír Misa.

    Las consecuencias serían las siguientes:

    1. En las diócesis que hayan suprimido las misas públicas, los sacerdotes que aman la Misa Tradicional pero no suelen celebrarla, o bien la dicen únicamente en su día libre, tienen ahora la oportunidad de rezarla, conforme a lo previsto en Summorum Pontificum y Universiae Ecclesiae. Para muchos, sería el cumplimiento de un sueño.

    2. Los fieles que se presenten casualmente en tales misas privadas (o misas sin presencia del pueblo) están autorizados a oír dichas misas.

    ¿Verdad que sería una magnífica ironía que el coronavirus llevara a un considerable aumento de misas tradicionales y a que más fieles asistieran a ellas?

    Desde luego, podemos asegurar que en lo que se refiere a misas televisadas, hay una presencia desproporcionadamente mayor de misas tradicionales en comparación con las mucho más extendidas del Novus Ordo. Por motivos que no deben sorprender a nadie, la Misa Tradicional es mucho más solicitada por su belleza y reverencia, y prácticamente no hay Misa Novus Ordo televisada que le pueda comparar. Un fenómeno parecido explica por qué si se buscan en internet fotos de Misas aparecen muchas de la tradicional (para fastidio de progres). Es probable que la crisis actual lleve a muchos más católicos a redescubrir su legado y beneficiarse de él cuando y como puedan. Sabemos que Dios se valió del terrible Saco de Roma para traer una reforma profunda y duradera. Puede que ya se esté valiendo de esta situación para poner algo de orden en la Iglesia.



    https://adelantelafe.com/podria-el-c...a-tradicional/





  18. #58
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    Re: Angustia Coronavírica

    Queridos obispos: aprovechen la gran oportunidad que les da Dios de enseñar

    Por
    Peter Kwasniewski -

    25/03/2020





    Un sacerdote que celebra la Misa Tradicional me escribió lo siguiente y me pidió que lo publicara:

    Mientras observamos cómo se desata el caos a nuestro alrededor a causa del coronavirus y nos tomamos unos momentos para reflexionar sobre la vulnerabilidad de nuestra patria y nuestro pueblo; mientras nuestra torre de Babel, edificada con ladrillo de artefactos electrónicos, espectáculos, distracciones y autocomplacencias se viene abajo haciendo visible a una humanidad inmersa en el miedo a la enfermedad y la muerte, mensajeras de un Dios hace tiempo olvidado, es posible que a los católicos fieles les sorprenda la supresión de las misas públicas en amplias zonas de los Estados Unidos y de todo el planeta. Si bien reconocemos que sin duda alguna es necesario tomar precauciones, ¿contribuye la prohibición de las misas públicas y los sacramentos al bien de la humanidad?

    Independientemente de cuál sea nuestra respuesta, la situación es la misma. En todo caso, no podemos pasar por alto la ocasión que se les presenta a los obispos de poner punto final a algunas costumbres cuestionables o incluso claramente irreverentes que arrastra el culto católico desde hace décadas.

    A medida que los obispos prohíben sistemáticamente el darse la paz, comulgar bajo la especie del vino y (en algunos lugares) la distribución de la Sagrada Comunión por parte de ministros extraordinarios, la anarquía litúrgica que reinaba en tantas parroquias ha comenzado de pronto a amainar. La Misa puede continuar y ha continuado sin nada de eso. Y aunque nos gustaría que esas limitaciones se debiesen en realidad a que la mayor parte del episcopado hubiera redescubierto la fe y la reverencia por el Santísimo Sacramento, lo cierto es que nos encontramos ante una oportunidad sin precedentes de que todos los prelados determinen con paciencia y oración cuánto más esenciales e importantes son en realidad la fe y la reverencia, y lo superfluas que han demostrado ser las malas costumbres.

    Junto con ello, el ayuno de la Sagrada Comunión impuesto a la mayoría de los fieles, y la consiguiente desaparición de las comuniones sacrílegas en la mayoría de las diócesis, ¿no es cierto que les proporciona a los prelados una valiosísima oportunidad para enseñar?

    Cuando se reanuden las misas públicas, quiera Dios que en un futuro cercano, cuán oportuna sería una carta pastoral sobre la Sagrada Eucaristía, por qué la necesitamos y las condiciones para recibirla? ¿No deberían lamentarse los obispos de cómo estarán echando de menos este fin de semana muchos católicos la Comunión sacramental… y preguntar a continuación si eso nos hace pensar en cómo sería nuestra vida si sólo pudiéramos recibirla de tarde en tarde?

    Es el momento de que se planteen, y nos planteen a sus sacerdotes y su grey, si el Sagrario transforma nuestra persona y nuestra forma de ser. ¿Extrañamos al Señor? ¿Lo añoramos? ¿O este domingo ha resultado ser un inesperado (tal vez con alegría) día para levantarse tarde y holgazanear? Ante la epidemia y el peligro de muerte, ¿no deberían nuestros obispos aprovechar la ocasión de hablar de la necesidad que tiene todo católico del Pan de Vida y encaminar a las almas al confesionario para que cuando se reanuden las misas no se reanuden también las comuniones sacrílegas y las faltas de respeto al Santísimo Sacramento con costumbres tontas e innecesarias?

    Otro sacerdote me escribió algo por el estilo:

    En tiempos de coronavirus (excepto si se suprimen las misas y se cierran las iglesias) es aconsejable hacer lo que se hacía antes del Concilio:

    1. ¡Que los sacerdotes no se pongan a conversar con los feligreses antes de la Misa y recién terminada ésta porque esos mismos sacerdotes están rezando oraciones sacerdotales!

    2. Que los laicos no conversen entre ellos antes de empezar la Misa ni recién terminada, ni tampoco durante la misma, ni se pongan a andar por la iglesia, y menos en la Misa diaria.

    3. Que no se dé de comulgar con el cáliz a los fieles.

    4. Comulgar con menos frecuencia. Pero al menos antes del Concilio era por pecados mortales no confesados o de los que no estaban arrepentidos; no como ahora por culpa de un virus.

    Aprendamos nuevamente a arrepentirnos y ser reverentes.

    New Liturgical Movement: Dear Bishops: Take Advantage of a God-given Teaching Moment




    https://adelantelafe.com/queridos-ob...os-de-ensenar/





  19. #59
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    Re: Angustia Coronavírica

    En busca de la política … y la emergencia del miedo


    Estos días de reclusión eremítica, donde las imposiciones emanadas de las estructuras políticas se han impuesto aparentemente sobre la vida social, son propicios para relecturas y reflexiones. Un texto que esconde enorme riqueza de matices es En búsqueda de la política de Zygmunt Bauman. Su remembranza es como un encaje con la realidad de los que nos estrenamos en la confinación por una epidemia. La primera luz que arroja el texto es para desvelar que las directrices de las administraciones públicas nada tiene que ver con la verdadera Política y que nuestra obediencia disciplinada nada tiene que ver con la vida social.



    En síntesis, propone el autor, lo que ha matado la Política es la carencia del Ágora, o ese espacio-lugar entre el oikos (la casa o vida privada) y la ecclesia (asamblea política o vida pública). Por el medio hemos perdido, como decíamos, el ágora o vida social, ese puente intermedio entre lo público y privado, donde la ciudadanía puede determinar y descubrir lo que es el bien común. Si desaparece la vida social -y la soledad y el individualismo reinantes es prueba de ello- la política es imposible. Igualmente, la experiencia de la comunidad se hace quimérica y, por ende, la posibilidad de perfeccionarse con los otros.

    La primera luz que arroja el texto es para desvelar que las directrices de las administraciones públicas nada tiene que ver con la verdadera Política


    Un aspecto de este libro, es el descubrimiento de Bauman de que hemos sustituido las comunidades reales por “sociedades del miedo”. La soledad aboca a los individuos a la incertidumbre y ésta al miedo. El individualismo y las administraciones, falso reflejo de la comunidad política, sólo pueden constituir sociedades del miedo. Bauman llega a afirmar que: “El mundo contemporáneo es un container lleno hasta el borde del miedo y la desesperación flotantes, que buscan desesperadamente una salida”.



    Sería largo exponer cómo la secularización de las sociedades, o la desaparición de la esperanza en otra vida, afecta no sólo personal sino colectivamente a la psicología de una sociedad.Toda esperanza que no puede depositarse en el más allá, debe recalar en el más acá. Pero el lugar de aterrizaje es una sociedad dominada por la incertidumbre constante. Jung ya avisaba de que una vez muertos (o asesinados) los dioses, estos tienden a renacer en las sociedades bajo forma de enfermedades. Comentando este pensamiento, John Carroll afirmaba: “para conferir sentido a lo que hacen y a su modo de vida, los individuos sin creencias se encuentran atrapados en compulsiones solipsistas, depresiones, angustias; la psicopatología como forma moderna de enfermedad”. Y en nada se equivocaba.

    Jung ya avisaba de que una vez muertos (o asesinados) los dioses, estos tienden a renacer en las sociedades bajo forma de enfermedades.


    Cuando muere la política, la comunidad y la trascendencia, el horror vacuidebe ser contenido con maniobras de distracción. Y, en nuestras sociedades posmodernas, la más eficaz es la preocupación constante por enfermedades y malestares. Al respecto, decía Theodor Adorno: “el terror del yo ante el abismo es desalojado gracias a la preocupación por algo que no pasa de ser un problema de artritis o de sinusitis”. Estas preocupaciones son las que nos despistan de la preocupación por la muerte. Pero lo que es inevitable, señala Bauman, es que las pocas formas de sociabilidad que existen son en torno al miedo: asociaciones contra las adicciones, de padres afectados por enfermedades raras de sus hijos, de vecinos que ven cómo sus barrios se degradan, de afectados por los recortes sanitarios, … estas sociedades del miedo suplantan -e impiden- la comunidad política.



    Pero donde se hace patente el fracaso de la Política es que, sentencia Bauman: “Los mecanismos productores de incertidumbres e inseguridad son, en general, de tipo global, y permanecen, por lo tanto, fuera del alcance de las instituciones políticas existentes y en especial fuera del alcance de las autoridades estatales escogidas”. En este sentido las grandes crisis globales, sean económicas, sean sanitarias, evidencian la debilidad de los Estados y la inexistencia de la Política. El Estado se convierte en un mero modulador de la incertidumbre que, como cualquier “sociedad del miedo”, acaba justificándose con cerrar fronteras y disciplinar a sus ciudadanos en una ética sanitaria o una disciplina económica.

    El Estado se convierte en un mero modulador de la incertidumbre que, como cualquier “sociedad del miedo”, acaba justificándose con cerrar fronteras y disciplinar a sus ciudadanos en una ética sanitaria o una disciplina económica

    Pero la globalización, un factum incompatible con las comunidades humanas reales, siempre mantendrá ese horizonte de incertidumbre de donde pueden venir los peligros que despierten los miedos, pues ni los tiburones de las bolsas ni los virus, saben de fronteras administrativas. Por eso, para Bauman: “la inseguridad engendra inseguridad, la inseguridad se autoperpetúa”. Así, entendemos que, ante la aparente omnipotencia de un Estado moderno como el nuestro y de nuestros gobernantes elegidos por el pueblo, todos tengamos la sensación de que no controlan nada. Donde el poder quiere manifestarse fuerte, demuestra su debilidad. Y esta crisis de la Política, sólo puede tener remedio cuando desaparezca la incertidumbre, nos reconciliemos con la eternidad y renazca la verdadera comunidad política.

    Javier Barraycoa






    https://barraycoa.com/2020/03/25/en-...cia-del-miedo/


  20. #60
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    Re: Angustia Coronavírica

    Libros antiguos y de colección en IberLibro
    Técnica del golpe de Estado


    Por José Javier Esparza (Rebelión en la Granja)

    Es una evidencia que el Gobierno de Sánchez está utilizando la crisis del coronavirus para obtener el mayor rédito político en términos de poder puro y desnudo. Ya antes había quedado claro que este Gobierno pretendía compensar la precariedad de su mayoría parlamentaria con una ocupación masiva de los resortes del poder: véanse gestos como el nombramiento de la ex ministra de Justicia como Fiscal General del Estado, el control férreo sobre el poder legislativo o el afianzamiento de la hegemonía en los principales medios de comunicación, que iban muy claramente en ese sentido. Ahora la gran crisis le ha dado la oportunidad de estrechar el lazo.

    Los hechos son muy elocuentes:

    Primero: la declaración del estado de alarma, supuesto constitucional plenamente justificado por la emergencia sanitaria, pero que el Gobierno ha interpretado de manera amplia para atribuirse la potestad de intervenir, requisar, limitar y prohibir hasta un punto nunca antes visto.

    Segundo: aprovechando la declaración del estado de alarma, el líder de la pata comunista del Gobierno, el vicepresidente Iglesias, aventura la idea de nacionalizar los servicios sanitarios privados.

    Tercero: el decreto del estado de alarma, de manera completamente intempestiva, modifica la ley de los servicios de seguridad, el CNI, para introducir en su cúpula al vicepresidente Iglesias y al hombre de confianza de Sánchez, Iván Redondo.

    Cuatro: acto seguido, el Gobierno procede a la supresión de facto de cualquier control parlamentario y centraliza toda la acción legislativa en la presidenta del Congreso.

    Quinto: el 19 de marzo se publica la Orden SND/261/2020 que viene a poner en manos del ministro de Justicia toda la actividad judicial, al margen de los órganos específicamente judiciales.

    Atención a los pasos: reforzamiento extremo del poder ejecutivo, neutralización del poder legislativo, reducción del poder judicial. ¿Realmente el estado de alarma exigía todo eso? La respuesta es no. Este Gobierno, al cobijo del estado de alarma, ha emprendido una peligrosa senda autoritaria. La pregunta es por qué, con qué fin.

    En una circunstancia como la que estamos viviendo, nadie discute la necesidad de centralizar los resortes del Estado en aras de la eficacia: bien está dar autoridad al Ejecutivo si eso sirve para reducir los efectos de la pandemia. Ahora bien, en España se dan dos circunstancias completamente singulares, que no concurren en ningún otro país europeo y que despiertan una inevitable inquietud. Una es que en el Consejo de Ministros se sienta un partido como Podemos, que múltiples veces ha manifestado su nulo aprecio por la “democracia burguesa” y cuyo modelo, abiertamente proclamado, es el socialismo bolivariano. La otra es que la mayoría gubernamental se sustenta sobre fuerzas separatistas que no han ocultado su deseo de desgarrar el Estado y destruir el tejido nacional, incluso violentamente. De unos y otros, comunistas y separatistas, sólo puede esperarse –y sería estúpido esperar lo contrario- que utilicen cualquier pretexto para llevar a cabo su propósito, que en ambos casos es la cancelación del modelo de Estado vigente y su sustitución por otra cosa. Ante tal paisaje, ¿pueden ponerse los resortes del Estado en manos tan poco seguras?

    Cómo se da un golpe de Estado

    Un golpe de Estado es, ante todo, una operación técnica de control de los resortes del poder al margen de los cauces convencionales. No es preciso que sea violento, aunque ocasionalmente pueda concurrir violencia. Un golpe no es una insurrección, una sublevación, una asonada ni una revolución. O no tiene por qué serlo. Un golpe puede ser, simplemente, una maniobra burocrática de manipulación de los cauces legales.

    Lo que define al golpe de Estado es, precisamente ese carácter “técnico”: el Estado es una máquina con sus palancas ejecutivas, legislativas, judiciales, económicas y mediáticas, y el golpe consiste en hacerse con el control de ellas en parte o por entero. Eso lo vio muy bien Curzio Malaparte en su clásico Técnicas del golpe de Estado cuando señaló el 18 Brumario de Napoleón Bonaparte como el primer golpe de Estado moderno: en noviembre de 1799, un general, con un mínimo uso de la fuerza, se hace nombrar cónsul por el Consejo de los Ancianos, es decir, por el legítimo poder legislativo. No se derribó a un Estado para construir otro de nuevo cuño, sino que se produjo un cambio radical de poder dentro del propio Estado, con los instrumentos ya establecidos. Tales instrumentos no tienen por qué ser los institucionales, sino que también pueden ser los estrictamente materiales: cuando Trotski dirigió el golpe revolucionario de 1917 –bien lo señala Malaparte-, no se dirigió a la Duma, ya inservible, sino a las centrales eléctricas, las estaciones de ferrocarril y los puestos de correos.

    El golpe siempre viene en una situación de excepción. En el caso de Bonaparte, la situación excepcional vino servida por la conspiración de los jacobinos contra el Gobierno. Algo parecido invocó Hitler para la “noche de los cuchillos largos”, en la que purgó a fondo su propio movimiento. La situación excepcional, en la que el poder queda colgando del vacío, es siempre propicia para estimular las ambiciones. Esa situación puede venir sola, al hilo de acontecimientos imprevistos –por ejemplo, una grave crisis sanitaria-, o puede ser provocada mediante una estrategia revolucionaria de desestabilización. En uno u otro caso, lo determinante es la aparición de una fuerza que se muestra dispuesta a cabalgar la situación excepcional para imponerse sobre cualquier adversario. Porque es verdad que en última instancia, como decía Carl Schmitt, soberano es quien decide en el estado de excepción. En condiciones normales de convivencia pacífica podemos hacer retórica con fórmulas como la de “soberanía popular”, pero el hecho es que soberano, en el sentido estrictamente etimológico del término, sólo es quien demuestra estar por encima de los demás, que eso quiere decir superanus. Y nada mejor que un estado de excepción para ponerlo a prueba.

    Hoy, en un sistema complejo como es el nuestro, resulta poco imaginable un golpe al antiguo estilo, con ocupación de infraestructuras o neutralización de instituciones. Sin embargo, es perfectamente factible un golpe de Boletín Oficial que haga todas esas cosas de manera aséptica amparándose, por ejemplo, en una catástrofe natural o en un estado de alarma sanitaria, es decir, en una situación excepcional. Teóricamente, en nuestro ordenamiento jurídico, el poder ejecutivo no puede decretar tales estados sin pasar por el aval parlamentario, pero todos sabemos que el poder legislativo, en España, no es otra cosa que una prolongación de los partidos políticos y, por esa vía, del poder ejecutivo. Si además reducimos el Parlamento a cero, como acaba de hacer nuestro Gobierno, entonces estamos a un paso del golpe. Al menos, técnicamente hablando.
    La situación es la que es: tenemos un poder ejecutivo que se ha arrogado funciones extremas y que ha emasculado literalmente a los otros dos poderes.

    La situación de excepción que ha propiciado el decreto de alarma permite ahora mismo al Gobierno hacer lo que le venga en gana. Tenemos las libertades de circulación y reunión suspendidas por razones sanitarias e intervenidas por las fuerzas de seguridad, y la libertad de expresión, confinada en la selva virtual de Internet. Habría que remontarse a los años cuarenta, en una situación de posguerra civil, para hallar un precedente de semejante acumulación de poder. Y hay que estar atentos a los próximos pasos, porque el estado de alarma va a prorrogarse quince días más y esto parece lejos de amainar.




    https://www.ahorainformacion.es/blog...lpe-de-estado/


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