Dentro de la fenomenología de las sociedades hay dos aspectos a considerar: la desviación social y el control social. Si consideramos que la desviación es en realidad parte del propio sistema, es decir, forma parte de la propia estructura de éste que se re-estructura a sí mismo en momentos críticos a través del control social, el sistema considerará que entra todo dentro de lo calculable. Es como la contabilidad de las grandes superficies: las pérdidas por robo ya están incluidas en sus cuentas de resultados.

El verdadero problema es cuando en lugar de desviación lo que se detecta es desorganización social. Lo que hay detrás de estos movimientos más o menos populares, pues generalmente siempre hay una "mano negra" oculta manejando los hilos, interesa al sistema porque sirve de justificación para re-generarse y es que no se debe perder de vista que el sistema imperante per se es revolucionario y se nota en que siempre está cambiando. E igualmente, es constatable que la sociedad está perfectamente organizada en torno a unos principios democráticos, -que no a los valores cristianos-, que actuando como cohesionadores logran la conformidad de la gente con tal de que las cosas no se salgan de lo acostumbrado. Es el "virgencita que me quede como estoy" que aquí, y en otro sitios, llamamos panzistas.