Una cosa es "conjugarlos", lo que parece difícil; otra, que alguien simpatice con aspectos de unos y de otros; y otra, mantener purezas inmaculadas a costa de satanizar al rival como culpable de la debacle del conjunto.
En cualquier caso a los falangistas caídos se les consideró haberlo sido por Dios y por España (y nadie protestó que yo sepa); no se les llamó "caídos por la revolución" ni por la "república nacionalsindicalista". Y tanto Dios como España son conceptos bastante tradicionales, me parece a mí.
Yo personalmente en los únicos dogmas que creo es en los teológico-religiosos.
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