Las autoridades de Marruecos impiden atracar al ‘barco del aborto’ holandés
-La nave tenía previsto llegar hoy al puerto de la ciudad de Smir
-Rabat advierte que no permitirá operaciones "ilegales" en sus aguas territoriales
El célebre barco del aborto de la organización holandesa
Women on Waves no atracará en Marruecos, el primer país musulmán que iba a visitar. Se lo impidieron, hoy jueves, las autoridades marroquíes cerrando el pequeño puerto de Marina Smir, en el noroeste del país, y bloqueando además su acceso con un buque de la Marina Real.
Women on Waves, que al actuar en aguas internacionales
se ampara en la ley holandesa, no practicará interrupciones del embarazo a bordo, pero no se daba del todo por vencida. Todo esto “no evitará que llegue a las mujeres marroquíes la información sobre el aborto médico seguro”, aseguró en un
comunicado. Con tal propósito ponía a disposición de las mujeres un número de teléfono marroquí al que podían llamar para hacer consultas.
Si el barco no atracó un par de militantes de la asociación, que entraron legalmente en Marruecos, se plantaron a mediodía a las puertas del puerto con la intención de distribuir unas octavillas explicando sus objetivos. Duraron poco ante el hostigamiento de un centenar de islamistas que habían acudido allí con pancartas en las que se podía leer:
“¡Déjenles nacer! o
“El aborto es un crimen contra la humanidad”.
La Gendarmería también impidió el acceso al recinto portuario a los periodistas y curiosos que se agolpaban ante sus puertas. El pretexto invocado fue que se estaban desarrollando allí unas maniobras militares. Marina Smir es un puerto de recreo cerca de Tetuán y alejado de cualquier base militar. “De viva voz, no por escrito, nos han dicho que todo estaba prohibido”, declaró la feminista marroquí Ibtissam Betty Lachgar.
Women on Waves, que ha llevado su clínica ambulante hasta los puertos de cuatro países europeos, había sido invitada a recalar en Marruecos por el Movimiento Alternativo para las Libertades Individuales (MALI), un grupo marroquí, encabezado por mujeres, que se ha dado a conocer por lo que la prensa conservadora describe como “acciones altamente provocadoras”. La más célebre fue la ruptura del ayuno del Ramadán, en un parque, a plena luz del día.
La invitación que hizo el MALI al barco del aborto también era tachada de “provocación” y, el miércoles, el Ministerio de Sanidad publicó un
comunicado instando a las autoridades competentes a “hacer lo necesario para velar por el cumplimiento de la ley”. Recordaba que el aborto está “regido por disposiciones precisas que definen los casos de abortos legales”.
Solo si la vida de la madre corre peligro se autoriza el aborto en Marruecos donde se practican unas 600 interrupciones ilegales de embarazo al día, según una estimación del catedrático de ginecología Chafik Chraibi. Calcula que solo un tercio se practican con los debidos requisitos médicos, generalmente a precios prohibitivos, y que unas 80 mujeres fallecen al año tras abortar en malas condiciones. El catedrático milita por una legislación más liberal.
La ley es muy severa. Prevé penas de entre uno y cinco años de cárcel, más una multa, para el que practique el aborto y de entre seis meses y dos años para la mujer que se someta a él. Es verdad que se celebran pocos juicios por aborto en el país y que su número no ha aumentado desde que, en enero, el más ortodoxo de los islamistas del Partido de la Justicia y del Desarrollo (PJD), Mustafá Ramid, se hizo cargo de la cartera de Justicia.
Woman on Wawes ha reaparecido en las costas de Marruecos tras cuatro años de inactividad en las aguas. En 2008 llevó su barco a
España y, a lo largo de la pasada década, también lo hizo atracar en puertos de
Polonia (2003),
Irlanda (2001) y
Portugal (2003) para que las mujeres abortasen gratis ateniéndose a las normas vigentes de los Países Bajos.
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