A ver, no mezclemos. No es más importante la raza que la caridad. Pero aunque, como católicos, no demos importancia a la raza, eso no impide que nos preocupemos de la situación. Hablamos de cosas distintas. España llevó a varios continentes (el americano principalmente) la religión verdadera, la lengua, la civilización y la cultura. Ese fue un aporte positivo y benéfico. No se perdió nada, y se ganó mucho. Y no solo en España, sino en los territorios de ultramar. En cambio, lo que está pasando en España y otras partes de Europa no genera ningún bien. Es una inmigración caótica, descontrolada, no se forja una unidad, sino que supone una atomización cultural y religiosa que disgrega, un batiburrillo confuso, un totum revolutum. No es por motivos raciales. A mí no me importaría si los rumanos, los moros, los negros y otros de verdad se integraran, si adoptaran nuestra religión, costumbre, lengua y demás. Pero no nos hagamos ilusiones porque eso no va a pasar salvo con algún que otro caso excepcional. Y así perdemos la identidad y, como decía Guerra, "a España no la va a conocer ni la madre que la parió". En cuanto a los hispanoamericanos, como ya he dicho algunas veces, no los veo como extraños por ser parte de la misma familia hispana, pero tal como están las cosas tampoco me parece bien abrir las puertas de par en par y dejar que entren en tropel. Pondría muchas condiciones: desde luego no se puede dejar que vengan a delinquir; aunque no sean la mayoría, hay bastantes de esos. Y tampoco me gusta que vengan los que están protestantizados o muy influidos por la cultura norteamericana, porque ya no es lo nuestro (ni lo suyo). Otra consideración importante es que, por mucho que sean de los nuestros (los que lo son), con tres millones de desempleados en España es absurdo abrir la puerta a tanta gente. Si tus hijos no tienen para comer, es una irresponsabilidad dar de comer a los del vecino, aunque se mueran de hambre. Primero ocúpate de los tuyos. La caridad bien entendida empieza por los de la propia casa. Si una vez que estén atendidas las necesidades de los tuyos te sobra para ayudar a otros, hay muchas formas de ejercer la caridad cristiana. No necesariamente tienes que alojarlos en tu casa.
Facón, tranquilo, no estoy pidiendo que te echen ni que te vayas de España. No es tu caso. Y tampoco me parece mal que vayan hispanoamericanos a estudiar a España. Me parece excelente, y mejor que estudiar en universidades de Alemania o EE. UU.
Volviendo al tema racial, lo que me preocupa son las consideraciones que expuse más arriba, no tanto que se mezclen razas en sí. En América y Filipinas los españoles nos mezclamos con los nativos, pero junto con nuestra sangre les transfundimos la religión y la civilización. Luego fue una integración positiva y benéfica. Se mejoró su condición. En cambio, el revoltijo nihilista y sincrético, es diluyente y solo puede traer decadencia espiritual y social. Y más en una sociedad que se ha olvidado de Dios y ha perdido por tanto la brújula y toda posibilidad de llegar a buen puerto.
Totalmente de acuerdo con Kurt Hausser. Lo que están haciendo es un experimento, no es casualidad. Quieren que ya no seamos nosotros. Y si dices otra cosa te tildan de racista.
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