Siria pone a Francisco en la encrucijada
O la Justicia y la Verdad, o el elogio del Mundo
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¡Qué el Pastor salga en defensa del rebaño amenazado! |
Cuando en la noche romana del 13 de Marzo pasado, Jorge Mario Bergoglio apareció en la Loggia de la Basílica de San Pedro revestido con algunos de los ornamentos papales, se inició una nueva etapa en la relación Papado-Medios Masivos de Comunicación.
En efecto, no acababa de retirarse de allí cuando todos las usinas de noticias, sin excepción, comenzaron a cantar loas al "Papa del fin del mundo" -como él mismo se llamó-, alabanzas dedicadas en proporción sospechosamente inversa a las que supiera conseguir su antecesor; aquel hombre anclado en el pasado y cultor de unas formas seculares y religiosas que hoy podríamos llamar "restauracionistas".
Y todo sin que el Papa Francisco hubiera mostrado nada o casi nada, como no sea rechazar la muceta o inclinarse para ser bendecido por la intercesión de la multitud, antes de bendecirla.
El sentido común indica contundentemente, que detrás de todos los vítores que han llovido sobre Francisco desde aquel día hasta el presente, se puede vislumbrar un vasto plan preexistente al cónclave.
Pues qué razón hay para que los enemigos de la Iglesia que manejan los medios y las agencias de noticias, mismos que han llevado una campaña sostenida para imponer al universo mundo, pero sobre todo al Occidente apóstata, una forma de vida completamente antievangélica; que razón decimos, pueden tener para aplaudir sostenida y universalmente cada movimiento estudiado del Papa, si no se han convertido ni han desistido de su plan de destrucción de los restos miserable de la Cristiandad, sobre todo Europea.
La razón es clara, al menos para nosotros: el Nuevo Orden Mundial, fogoneado por la masonería y el sionismo, tienen puestas en Francisco determinadas, y cada vez menos disimuladas, esperanzas.
No podemos decir a ciencia cierta, como ha sugerido públicamente la masonería italiana (ver AQUÍ), que hayan influido para ponerlo donde está.
Pero es evidente que lo hubieran elegido de haber podido, y esto por los antecedentes del candidato. Sobre todos los cuales se ha destacado su compromiso con el diálogo interreligioso y sus desvergonzados vínculos, que rozan la traición digámoslo claramente, con el judaísmo laicista representado emblemáticamente en la B'Nai B'rith.
¿Pero qué quiere el Nuevo Orden Mundial del Papa? ¿Cuál es el precio del apoyo, pedido o no por Bergoglio, pero existente y aceptado por él?
Podría haber varias respuestas pero, lo más importante que pretende el Gobierno Mundial es ser ayudado en la concreción de la Religión Global Sincretista, en que todas las religiones y creencias puedan convivir la una junto a la otra a costa de la verdad.
Ellos saben dos cosas: que para formar y sostener una sociedad mundialmente organizada, con un Presidente o Rey Universal, es necesaria la existencia de una Religión también Universal que sostenga el mismo credo, aunque ese credo establezca que todas las creencias son equivalentes.
Necesidad que viene determinada por una verdad muy conocida: el hombre es antes que un ser social, un ser religioso que, justamente por esto último, vive en sociedad.
En segundo lugar, los sostenedores de Bergoglio saben que la Iglesia Católica se ha declarado columna y fundamento de la Verdad y única vía de salvación, por aquello de "Extra Ecclesia nulla salus - Fuera de la Iglesia no hay salvación".
Por eso es necesario forzarla a abjurar de esa verdad en vista a la concreción del anhelo mundialista, como medio para realizar el sueño declarado del enemigo de destruir la obra de Dios.
Lo cual se ha venido haciendo, primero lentamente y ahora a grandes zancadas, mediante la infiltración de la jerarquía católica desde hace muchas décadas.
Francisco no ha sido ingrato, y ha ido pagando el precio conciente o inconscientemente, vemos sólo algunos hechos:
- La misma semana de su elección, se negó a bendecir a los corresponsales de los medios de prensa reunidos en el Aula Pablo VI, diciendo que quería respetar sus conciencias.
- En uno de sus sermones en Santa Marta (22/05/13) comenzó a predicar sobre un tema que le es caro: La cultura del encuentro: "El Señor nos ha redimido a todos, con la Sangre de Cristo, a todos no sólo a los católicos, incluso a los ateos. Esta Sangre nos hace hijos de Dios de primera categoría. Somos creados hijos por la semejanza con Dios que quiere a todos. Y la Sangre de Cristo ha redimido a todos. Todos nosotros tenemos el deber de hacer el bien; y creo que este mandamiento de hacer el bien a todos puede ser un bello camino hacia la paz. Si nosotros hacemos el bien a los demás, nos encontramos allá... haciendo el bien y haciéndolo despacio, poco a poco, hacemos esa cultura del encuentro".
- Luego vino la famosa entrevista concedida a O'Globo en Brasil: “Si la educación de un chico se la dan los católicos, los protestantes, los ortodoxos o los judíos, a mí no me interesa. A mí me interesa que lo eduquen y que le quiten el hambre. En eso tenemos que ponernos de acuerdo”. Lo cual es lo mismo que poner la añadidura antes que el Reino.
- Y más tarde en el mensaje a los fieles de San Cayetano apocó el mandato de Jesucristo (07/08/13): "¿Voy a convencer a otro que se haga católico? No, no, no. Vas a encontrarlo, es tu hermano, eso basta. Y lo vas a ayudar. Lo demás lo hace Jesús, lo hace el Espíritu Santo."
Aún en otro plano el Papa del fin del mundo ha intentado agradarle. "¿Quién soy yo para juzgar a un gay?" Sólo le faltó decir "Por eso vivo en una casa regenteada por un escandaloso homosexual al que hice, además, mi prelado personal en el IOR, para que quede bien claro que deseo hacer limpieza"
O habló del divorcio vincular que los ortodoxos permiten en algunos casos, o del papel de la mujer en la Iglesia, a la que hay que buscarle alguna otra función que no sea la de monaguillas o miembros de la acción católica. ¿Será por eso que Francesca Chaouqui está donde esta a pesar de las fotos que la muestran desnuda en brazos de su amante.? (Fotografía publicada en el Perú cuya autenticidad no nos consta)
Pero si Francisco quisiera ser fiel a la verdad y la caridad que tanto ha declamado, su idilio con los gestores del Mundialismo puede sufrir un episodio borrascoso en el futuro inmediato: La posible intervención armada directa del eje USA-Israel en la tierra Siria.
Pues quienes la dirigen y financian, son los mismos que sostienen la campaña mediática que impulso a Bergoglio desde el casi anonimato global a ser centro de atención del universo mundo.
Si mal no recordamos, en estas últimas semanas el Papa no había dicho nada acerca de la situación en Siria hasta el Domingo pasado cuando al terminar el Ángelus expresó:
“Con gran, con gran, sufrimiento y preocupación sigo la situación en Siria. El aumento de la violencia en una guerra entre hermanos, con el multiplicarse de estragos y actos atroces, que todos hemos podido ver también en las terribles imágenes de estos días, me impulsa, una vez más, a alzar la voz para que se detenga el rumor de las armas”.
“El enfrentamiento no ofrece perspectivas de esperanza para resolver los problemas, sino la capacidad de encuentro y de diálogo”.
“Desde lo profundo de mi corazón, quisiera manifestar mi cercanía con la oración y la solidaridad a todas las víctimas de este conflicto, a todos aquellos que sufren, especialmente a los niños, e invitar a tener siempre encendida la esperanza de paz”.
“Hago un llamado a la Comunidad Internacional para que se muestre más sensible hacia esta trágica situación y ponga todo su empeño para ayudar a la querida Nación Siria a encontrar una solución a una guerra que siembra destrucción y muerte”.
“Todos juntos oremos, concluyó el Pontífice, todos juntos oremos, a la Virgen Reina de la Paz: María, Reina de la paz ruega por nosotros. Todos. María, Reina de la paz ruega por nosotros”.
Llama la atención que el Papa haya ignorado a los cristianos de Siria, a quienes no mencionó ni una vez como si el que hablara no fuera el Pastor Supremo de la Catolicidad.
Al mismo tiempo que no parece ecuánime poner a los bandos en disputa al mismo nivel: "una guerra entre hermanos", pues de un lado lucha el Ejército de la Nación Siria, y del otro un conglomerado de entidades dentro de las cuales destacan mercenarios extranjeros que son los principales generadores de la violencia que tanto dice sufrir.
De un lado lucha un Ejército que respeta a los cristianos y los protege y del otro la locura islamita que los mata atrozmente.
Por otro lado, el llamado que hizo a que se inmiscuya más la Comunidad Internacional: ¿no terminará siendo usado para justificar la intervención mundialista en puerta?.
Ahora bien, si USA-Israel deciden atacar a Siria como adelantan algunos, el conflicto entrará en otro plano mucho más peligroso e inhumano, si cabe.
Y Francisco tendrá que optar, porque ya no podrá seguir agradando al Mundo y a los católicos liberales con su silencio o sus medias palabras.
Deberá decir la verdad acerca de la persecución que se abate sobre los cristianos y otros hombres de buena voluntad en Siria, aunque luego deba soportar el herem de la Sinagoga de Satanás que tanto lo ha mimado hasta ahora, o tendrá que saltar directamente, Dios no lo permita, a la justificación y pronta concreción del gobierno mundial.
¡Qué Dios le dé la lucidez y el coraje que necesita para seguir a Cristo hasta las últimas consecuencias en un momento tan difícil! Recemos por esta intención.
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