Re: Sobre Korea del Norte
El vídeo de los ancianos ya lo conocía y uno de ellos falleció al poco tiempo. Pero sus opiniones no significa que los economistas no supieran ver lo que se venía encima. Había los que si y otros que no, y es que una característica de las ciencias es que no son dogmas, ni tampoco usan bolas de cristal ni echan las cartas del tarot.
En cambio, tengo testigos, en parte por haber discutido en vivo, que yo sostenía que la burbuja inmobiliaria iba a estallar en algún momento. Por supuesto, al carecer de elementos de juicio objetivos para analizar los posibles signos -entonces muy débiles-, no podía precisar cuándo, ni cómo, ni de qué manera. Sólo era cuestión de sentido común a la vista de la trayectoria que había seguido la construcción en España. Y es que el problema iba a ser más agudo todavía para el enorme número de empresas subsidiarias que funcionaban gracias a ese furor inmobiliario. Y yo no soy economista.
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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