Martin, estoy plenamente de acuerdo con su crítica a la idea puritana del trabajo. En otras épocas no todo el mundo tenía un trabajo y sin embargo eran capaces de asegurarse el sustento y realizarse plenamente en la vida. En este punto concreto creo que usted lleva razón y jasarzhez no está acertado, aunque yo creo que él lo ha clavado en el resto con varios mensajes geniales.
Pero el problema es que, ya sea con el establecimiento de una renta universal básica financiada a través de impuestos a las grandes empresas, o con el sistema de redistribución mediante impresión de dinero que Douglas parece proponer (que en definitiva vendría a ser algo parecido a la fórmula anterior), no veo yo que los que actualmente acumulan la riqueza y el poder estén dispuestos a ceder algo en ese terreno. Si estuvieran dispuestos, ya habrían reducido el número horas, pero resulta que incluso se ha producido el fenómeno contrario. ¿Cómo les vamos convencer? Porque yo creo que antes que ceder empiezan a matar gente.
Y por otra parte, aunque cedieran en ese terreno, siempre se podría dar el peligro que teme jasarhez: que los que no tengan trabajo y dependan de las rentas de otros se conviertan en esclavos de los que acumulan el poder y la riqueza, que no parecen tener unas ideas muy cristianas que digamos, a diferencia de lo que ocurría en la Edad Media. ¿No sería mejor un sistema en que todos pudiesen trabajar y ser autosuficientes, aunque trabajasen menos horas, y así pudiesen conservar cierta independencia al tiempo que dedican su tiempo libre a tareas más elevadas?
Por otra parte, siempre queda el peligro de la dominación de la máquina y la deshumanización. No sé si sabe que esas élites tecnológicas manejan ideas monstruosas, como la
singularidad tecnológica y el
transhumanismo, que parecen depararnos un futuro infernal donde los hombres estaríamos al servicio de las máquinas en el mejor de los casos. Y aun en un nivel más limitado, no parece que las máquinas nos acerquen a los hombres a Dios, sino todo lo contrario. Así que, independientemente de que resolvamos el problema de la distribución de rentas, sigue habiendo un enorme peligro en todo esto.
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