Es cierto que en España ya había industria antes de Franco. Sabido es que los Altos Hornos de Bilbao son de principios del siglo XX, y claro que había más industrias. Ya en la dictadura de Primo de Rivera empezó a haber cierto desarrollo, siendo más bien el periodo de la Segunda República el que estuvo más estancado en todos los sentidos. Pero es innegable que, aunque no nos guste Franco, durante el franquismo el desarrollo se disparó. Si vamos a hablar de Altos Hornos, los de Avilés datan de 1950, y en la década de los cincuenta se fundaron en dicha ciudad otras empresas minerometalúrgicas. Las refinerías de petróleo de Puertollano, Campo de Gibraltar y Huelva datan de mediados de los sesenta, como también el Polo Petroquímico de Huelva. Volviendo a Bilbao, es cierto que ya era una ciudad industrial, pero después de la Cruzada se desarrolló mucho más y fue cuando surgió el Gran Bilbao, importante foco industrial, por la afluencia de gente que emigró desde otras regiones. En industria automovilística, como ya vimos más arriba, aunque aquellos coches Hispano-suiza eran verdaderas preciosidades y de un lujo y calidad a la altura de Rolls Royce y Mercedes, sólo los podían disfrutar cuatro señoritos, mientras que al transformar en Pegaso resultaron de mucha más utilidad para muchísima gente. Y no sólo está Pegaso, con sus camiones, autobuses y, al principio, automóviles. Porque a mediados de los cincuenta entre 1953 y 55 o así, surgieron las fábricas de Seat en Barcelona, Renault en Valladolid (en Sevilla se inaguró otra en 1996), Citroen en Vigo, Land Rover en Linares (y la misma empresa concesionaria puso otra fábrica en la cercana localidad de La Carolina donde producía maquinaria agrícola), Barreiros en Madrid (fabricaba camiones de dicha marca, y los automóviles Simca). Y motos: Vespa se empezó a fabricar en Madrid en 1953. Y lógicamente, si no exportaban muchos vehículos (salvo camiones y autobuses Pegaso a Hispanoamérica), es porque había mercado en España para ellos. Prueba de ello son las placas de matrícula. No hay más que comparar los números correspondientes a las distintas provincias en 1960 ó 1062, por ejemplo, con los números de cinco años después. Por eso se ha llegado a hablar del "milagro español". La diferencia está en que el milagro alemán fue inmediato porque (aparte las virtudes características de los alemanes, como disciplina, laboriosidad, frugalidad, etc.), ellos recibieron dinero de los aliados mientras que a nosotros nos hacían el boicot. Así, en la posguerra, en los años cuarenta, había pobreza y racionamiento. En los cincuenta, había pobreza pero ya una pobreza digna y cada vez menor. Y en los sesenta vino el llamado (perdón por el anglicismo, pero así se llama) "boom" económico de los sesenta, que fue más bien una eclosión de algo que ya estaba en curso.