Re: Todo el mundo permite la posibilidad del geocentrismo excepto David Palm (R.Sunge
"Sucede no pocas veces que algo sobre la tierra, sobre el cielo, sobre otros elementos de este mundo, sobre el movimiento y la rotación o incluso la magnitud y las distancias de las estrellas, sobre eclipses definitivas del sol y la luna,... Y de otras cosas, puede ser conocido con la mayor certeza por el razonamiento o la experiencia, incluso por alguien que no es cristiano. Es demasiado vergonzoso y ruinoso, sin embargo, y en gran medida a evitar, que debía oír hablar cristiano de modo estúpidamente sobre estos asuntos, y como si de acuerdo con los escritos cristianos, que él podría decir que apenas podía contener la risa cuando vio cómo totalmente el error que son ".
-St. Agustín, La interpretación literal del Génesis 1: 19-20, Cap. 19
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"No, ese argumento sobre el hombre mirando media y trivial en la cara del universo físico nunca me ha aterrorizado a todos, porque es un argumento meramente sentimental, y no uno racional en un sentido o grado.
Yo podría estar aterrorizado por el físico de un hombre de cincuenta pies de altura si lo veo caminando sobre mi jardín, pero incluso en mi terror no debería haber ninguna razón para suponer que es vitalmente más importante que yo, o más en la escala del ser, o más que Dios, o más cerca de lo que es la verdad. El sentimiento de un cosmos abrumador es un sentimiento infantil e histérica, aunque muy humano y natural.
Pero si estamos seriamente debatiendo si el hombre es el centro moral de este mundo, entonces él no está más moralmente empequeñecido por el hecho de que la suya no es la estrella más grande que por el hecho de que él no es el mamífero más grande.
A menos que se puede mantener a priori que la Providencia tiene que poner el alma más grande del cuerpo más grande, y debe hacer que el centro físico y moral de la misma, "el vértigo del infinito 'tiene un valor que no es más espiritual que el vértigo de una escalera o el vértigo de un globo. "
(GK Chesterton, "El hombre en el Cosmos" The Illustrated London News, 19 de Febrero 1910)
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La insignificancia de la Tierra es un lugar común para Boecio, el rey Alfredo, Dante y Chaucer como lo es para el señor HG Wells o el profesor Haldane. Las declaraciones en sentido contrario en los libros modernos se deben a la ignorancia. . . . la insignificancia espacial de la Tierra, [fue] afirmado por los filósofos cristianos, cantada por poetas cristianos, y comentado por los moralistas cristianos para unos quince siglos, sin la más mínima sospecha de que entraba en conflicto con su teología
(CS Lewis, Milagros, 78).
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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