Creo que una cosa es que el Fuero Nuevo legislase una situación de hecho, tal como se puede comprobar leyendo los Títulos, y otra que, por muchos motivos, fuera conveniente realizar la probanza. Es decir, dentro del Señorío cualquiera que perteneciese a una Casa solar era por derecho consuetudinario un hidalgo, o hidalga pues también atañía a la mujer. Y otra cosa es que fuera del Señorío se les considerase igual salvo que sí hubiesen hecho la probanza, la cual, no lo olvidemos no sólo era una demostración de que se reunian ciertas calidades, sino también se acompañaba de un pago económico muy considerable. Supongo que de aquí, más o menos transformada, provendrá la caústica frasecita (tiene una mala leche...) de No hay "don" sin "din". A la que tan aficionados eran, y muchos siguen siéndolo, los envidiosos de turno. Con algunos he discutido y mi réplica al respecto siempre ha sido que: el "din" no da el "don", o, se puede mantener el "don" sin el "din" siempre que se haga con dignidad y dentro de ciertos círculos sociales, a los que obviamente no tienen acceso dichos envidiosos, y es que "quién tuvo, retuvo".
No obstante, el propio AZAOLA desconfía del dato, pues considera que debían ser muchos más pero que, por dejadez o por motivos económicos, no habían realizado la probanza. No olvidemos que esta se realizaba en la Chancillería de Valladolid, es decir, estaba fuera del Señorío y en aquel entonces era todo un viaje, el cual sería muy costoso.
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