No deja de ser lógica esta apologética del franquismo "desarrollista" por parte de uno de los gerifaltes intelectuales del Opus Dei. A fin de cuentas nunca podrá escindirse esa simbiosis destructiva entre el ortodoxismo tecnocrático-keynesiano en lo político-social y el democristianismo-opusino en lo religioso.
Como muy bien escribió el gran Julio Meinvielle, poco antes de morir, en 1973 (en texto insertado en su libro "Los tres pueblos bíblicos en su lucha por la dominación del mundo"):
"...el pueblo judío aprendió tan sólo una lección: la raza hispánica es imbatible de frente, pero sólo de frente. Puede ser traicionada si se acierta en proporcionarle un tratamiento debidamente dosificado de "cristianismo y mundo moderno", con el que, bajo la apariencia de apostolado, se le inoculen los virus de la antirreligión y de la antipatria. Tal iba a ser la misión en la España franquista del Opus Dei. La heroica España del '36 ha sido totalmente emputecida y envilecida, y hoy, en la década del 70, ha quedado totalmente ganada para el mundo judío".
¿Quiere de verdad el Sr. Orella conocer las causas próximas del estado actual español? (Y digo causas próximas, porque las causas últimas vienen de mucho más atrás del franquismo). Pues entonces véalas en su propia organización religiosa y en los prohombres tecnocráticos de la misma. Y en primer lugar empezando por ese miserable (¡sí miserable!) llamado Laureano López Rodo (comisario y jefe de las planificaciones "desarrollistas" conforme a los patrones comunes dictados por los organismos internacionales económicos ortodoxos), que tenía la desfachatez de decir en su libro "La Larga Marcha hacia la Monarquía" que la crisis económica-social de los primeros años de la década de los ´70 (inflación, huelgas, bancarrotas empresariales, aumento de la deuda pública, etc...) no eran subproducto directo de las políticas ortodoxas de los años anteriores, sino que tenían una causa exógena coyuntural en la llamada "crisis del petróleo", lavándose así sus manos y las de sus compañeros tecnócratas del desastre social que dejaban en los últimos años de Franco.
Sí, efectivamente. Es a eso a lo que el opusino Orella se agarra para "salvar" la cara de sus querídisimos tecnócratas (igual que ahora vienen a decir lo mismo los peperos: que el "desarrollismo" de la segunda mitad de la década de los 90 y de la primera mitad de la del 2000 ha sido cortado por la "causa exógena" de la crisis internacional coyuntural del 2007, dando a entender como si no hubiera ninguna conexión de la situación antisocial actual con esas mismas políticas económicas ortodoxas).
¿Qué es España?, se pregunta Valmadian en el título del hilo. Muy sencillo: es la España de la Monarquía Católica, Tradicional, Social y Representativa. Es decir, esa misma España afirmada por el franquismo "desarrollista" en la teoría (Ley de 1958) para luego mejor negarla y tergiversarla en la práctica mediante una Dictadura librecultista, revolucionaria, tecnocrática y plebiscitaria (seguida, sin solución de continuidad y de manera perfectamente lógica y natural, por el actual sistema seudomonárquico-saboyano).
Marcadores