Mis principales lecturas del último año (salvo omisiones por olvido y sin citar artículos ni revistas):
De Valerio Massimo Manfredi:
- Trilogía "Aléxandros"
- Talos de Esparta
- El imperio de los dragones
De San Agustín:
- Confesiones.
De Santa Teresa de Jesús:
- Las Moradas.
De César Vidal:
- El fuego del cielo.
- Los hijos de la luz.
- Yo, Isabel la Católica.
- El médico de Sefarad.
- El médico del Sultán.
- Los masones.
De Samir Khalil Samir:
- Cien preguntas sobre el Islam.
De Dionisio Borobio:
- Eucaristía.
De Pio Moa (sin terminar):
- Los mitos de la Guerra Civil Española.
De Hüskind o algo así:
- El perfume.
Alguno más pero me acuerdo.
"La Verdad os hará libres"
Estoy releyendo el libro "Antiespaña. 1959" de Mauricio Carlavilla, publicado en Nos, 1959, edición de época que me regalara un buen amigo.
Creo que existe una reedición del libro en Ediciones Nueva República:
Carlavilla, Mauricio
«Anti-España 1959. Autores, cómplices y encubridores del comunismo»
Ed. 1959, 455 págs., PVP: 12 euros
Muy recomendable, para comprender más de un intríngulis de nuestra historia más reciente. La información de Mauricio Carlavilla es información privilegiada.
“ Historia de la Hermandad Sacramental y Vera Cruz de Bollullos de la Mitación “, Alfonso Álvarez-Ossorio y Francisco Antonio Rivas. Padilla Libros Editores & Libreros. Sevilla, 2007.
Y es que otra vez tengo que felicitar a mis paisanos. Éste ha sido un libro especial para mí, ya que yo pertenezco a dicha hermandad, conocida en nuestro pueblo como “ la Soledad “. Es un exhaustivo repaso desde su fundación, allá por el siglo XVI, hasta nuestros días. Le da importancia ( Como es lógico ) a su función sacramental, quizá porque a día de hoy se tiene más en cuenta por la Semana Santa. La hermandad antigua del pueblo, que de hecho sigue organizando-como le corresponde-el Corpus Christi en esta villa del Aljarafe sevillano.
Y es que, explicando la función social de las hermandades, no puede uno sino acordarse una y mil veces de la gran simonía que sufrió España: Aquel nefando robo sacrílego y antisocial, malamente llamado “ desamortización “. El Estado no sólo robó, sino que ahogó a diversas capas del pueblo español que, en cooperación con la Iglesia, mantenía vivos los cuerpos intermedios de la sociedad, empezando por los gremios, suprimidos a sangre y fuego, por el régimen liberal, como los cabildos y etc. De este proceso revolucionario nos detalla muy bien el eximio historiador argentino Rubén Calderón Bouchet en su obra “ La Revolución Francesa “ ( Ediciones Nueva Hispanidad – www.nuevahispanidad.com ). De ahí al caciquismo latifundista, y Blas Infante echándole la culpa a la Reconquista….
Volviendo al libro en sí, destaca otra vez la ligazón de nuestro pueblo a las Españas Americanas. Cultos como la Vera Cruz y el Santísimo Sacramento son llevados allá ( Como se intensifican acá ) por los franciscanos. La presencia sureña ( De la Extremadura Toledana y el Reino de Sevilla principalmente ) fue muy importante en la Nueva España de México, sobre todo en el actual Jalisco ( Nueva Galicia ), desde los “ Doce Apóstoles de México “. Hay que recordar la importancia del papel de las hermandades para la época de la Contrarreforma, cristalizada en la “ pedagogía del Barroco “. Y la relación de estos cultos con otros pueblos de la comarca, tales como Benacazón, Albaida del Aljarafe, etc. Así como el análisis de alguna “ leyenda popular “, alguna con más verdad en su seno que otra, en torno al “ Cristo de Rianzuela “ o a la obra del insigne imaginero Astorga.
Y es que con este se me vienen muchos recuerdos de la infancia. Recuerdos de Corpus y Viernes Santo, de quinarios y triduos. De cómo empezóse con la casa-hermandad. De tantos viejos hermanos, tales como Carpóforo Vela, Eugenio Perejón ( Y sus hijos Amparo y José ), Juana Gordillo, José María Sánchez, los Anguiano Calvo, Marcelino Godoy, los Barba Pichardo, los Moreno Calero; y tantos que ya no están, como mi muy querido tío Felipe Moreno Becerril, etc. Fue muy emotiva la presentación en la Iglesia de San Martín de Tours ( Como no podía ser de otra manera ). En fin, un libro que complementa si cabe a “ Una ventana al pasado “ y que refrenda la historiografía de Bollullos de la Mitación, un camino aún por recorrer.
“ La Revolución Francesa “, de Rubén Calderón Bouchet. Ediciones Nueva Hispanidad ( www.nuevahispanidad.com )
La verdad es que con este libro he complementado bastante en mis “ lecturas francesas “. Empezando por el mismo autor con Maurras, también de Ediciones Nueva Hispanidad.
El libro no está hecho, ni mucho menos, tan sólo desde una óptica política. Atendiendo al lenguaje y los mitos ( Tema del cual tan bien escribió Rafael Gambra Ciudad ), son minuciosos los estudios sociales e historiográficos-y hasta psicológicos diría yo-de un fenómeno tan abrumador y desgraciado ( Para la Cristiandad, se sobreentiende….). Es un libro que no es apasionado, con un lenguaje quizá bastante argentino ( Eso precisamente me hace saborearlo mejor ) y que toca temas harto difíciles, llegando a penetrar y no poco en las biografías, con una sobriedad exitosa. Otra vez más, Rubén Calderón se crece como historiador, como tradicionalista, como criollo….Y demuestra, asimismo, su interés en las cosas de la Francia. Hasta se permite, y muy bien, refutar alguna cuestión a modo amable a J. Maistre, buque insignia del pensamiento contrarrevolucionario. Una obra imprescindible para el análisis histórico, para el criterio objetivo, y enseñanza sublime para la Contrarrevolución.
“ Camino de Perfección “, de Santa Teresa de Jesús. Clásicos Selección, Edimat Libros S.A.
Fue éste un libro que le regalé a mi señora madre por su cumpleaños ( Entre otros presentes ), tiempo ha. De hacía años, como es natural, conocía su existencia, mas estando en casa, por una cosa o por otra ( Insertando siempre la puñetera pereza ) no me había decidido a leerlo.
La ardorosa mística de la entrañable abulense respira sublime santidad. Esta edición está en castellano antiguo, con lo cual alguna vez hay que releer para comprender mejor. Pero no creo, sinceramente, que ello indique obstáculo alguno. Santa Teresa es una figura clave en nuestra Historia. Y nuestra Historia, nuestro mismo “ ser de Patria “; no se entendería, pues, sin estos religiosos que han reforzado nuestra Fe, abanderando desde la cultura misma. Santa Teresa es compañera de San Juan de la Cruz, maestros del Amor, siervos de la Cruz, abanderados del Espíritu. Admiración provocó, como sabemos, en el Pontífice Juan Pablo II.
Santa Teresa no era una mujer de letras, como ella misma reconocía. Sin embargo, ya quisiéramos muchos poseer su hondura. Es un libro quizá “ quisquilloso “, para con lo que al examen de la vida monacal respecta. Santa Teresa se nos muestra como una clara conocedora de los asuntos; y, atendiendo a la petición de sus propias compañeras, redactó pues, esta hermosa obra, explicando desde sus propios ejemplos y pensamientos el mejor refuerzo para las reglas de vida cristiana. Y, concretamente, en aquella su comunidad de monjas agustinas.
Se refleja su honda pesadumbre por la extensión de las nefastas herejías que intentaban mermar a la Cristiandad, comenzando por Lutero. Teresa de Cepeda y Ahumada, Santa Teresa de Jesús, es un ejemplo de superación, de eso que Ramiro de Maeztu quiere transmitir en “ Defensa de la Hispanidad “con el claro mensaje teológico de la Catolicidad: Que los hombres pueden salvarse. Teresa de Jesús padeció enfermedad y no en una sola ocasión. Sin embargo, en su rectitud se observa una alegría sana que desborda, y le capacita para escribir una obra culmen del doctorado eclesiástico. Su “ elevación personal “ y superación ha contribuido a reforzar el Magisterio de la Iglesia, cuanto menos.
Aún recuerdo, años ha, cuando con mi familia me apunté a un viaje organizado por mi Hermandad Sacramental a Ávila. En el mes de Diciembre, paseando por aquella imponente muralla, por las tiendecillas de cerámica, la catedral….Aquella acogedora ciudad del Reino de Castilla me enamoró. Máxime porque aún no ha sufrido la bestialidad del urbanismo. Y también porque pude disfrutar de los ingenios de mi muy caro tío José María-Moreno Becerril-, por lo cual, todo son buenos recuerdos en general....Y no sabría concretar demasiado, pero en cada página de este libro se me aparecía Ávila. La cuna de Santa Teresa, donde Juan Pablo II se empeñó en rezar. Aquella ciudad aún parece cubierta del magisterio de Santa Teresa.
“ La Hora de Dios en el Nuevo Mundo “, de Jean Dumont. Encuentro Ediciones.
Libro éste que regalóme mi muy caro correligionario Víctor J. Ibáñez, estando por los Madriles en aquellos días finales de Octubre del 2006. Conociendo éste mi predilección por la Hispania Americana, tuvo el gran detalle, acertando de pleno.
Si hay algo que caracteriza la obra de Dumont, esto es el rigor. Cosa muy difícil de encontrar en nuestros días, y más en la historiografía americanista, tan aína de leyenda negra antiespañola. Se le podrá “ acusar “ de “ hispanófilo “ y todo; y más siendo francés….
Dumont, fuera de “ apasionamientos “, lanza sus dardos a la enorme diana del prejuicio, cuando no de la ignorancia premeditada y sistemática. Realiza un extenso recorrido a través de los prohombres de la evangelización de la América Virreinal; parte desde el Perú a la Nueva España; a través de Loaysa, Santo Toribio de Mogrovejo, Vasco de Quiroga, los “ Doce Apóstoles de México “….Realiza un exhaustivo repaso de la labor de las Órdenes Religiosas, de los colegios, las reliquias, los coros, los gremios, las fiestas, los hospitales, los paisajes, los reales de minas, los puertos, las selvas y serranías; y a través de la personalidad misma de Felipe II de las Españas, y de su celo católico, tan denostado por propios y extraños. El mismo celo que mantuvo en contra de la imposición lingüística, el gran prestigio del que gozó en el Papado y de cómo aún son reconocidos hasta por indigenistas la preciosidad del catecismo quechua, o la labor de catequesis también en aymará, náhuatl o guaraní. En nuestros días, hasta Antonio Gala se permite ese lujo....Sopesa los esfuerzos y los defectos de aquellos españoles que aún guardaban en su nervio la Reconquista, la constante de las tradiciones amerindias, y sobre todo, guardando siempre sincero amor por la política católica.
El único fallito que encuentro en esta obra es que, a mi juicio, quizá realiza un examen algo “ leyendarrosista “ sobre los conversos procedentes del judaísmo. Sin embargo, ello sería echar una gota en un océano de sabiduría plasmada en el buen hacer.
Para los que entendemos que no puede explicarse el ser de España sin las Indias ( Que es donde encuentra su plenitud, su reafirmación ) este libro es clave. Realizado desde una óptica objetiva, somete también a examen al controvertido Las Casas.
Y desde luego, qué quieren que les diga, que un francés haga algo así resulta todo un lujazo….Cómo no, un galo enamorado de la Hispanidad iba a elegir su lugar de residencia en las Andalucías….Ay, si es que me despierta hasta el “ nacionalismo “….
“ Proceso contradictorio a la Inquisición Española “, de Jean Dumont. Ediciones Encuentro ( Con la colaboración de la Fundación Francisco Elías de Tejada ).
Si algo me ha causado este libro, ha sido IMPRESIÓN. Sí, tal como suena, en mayúsculas. Y en un buen sentido de la palabra. Con fina ironía y trabajo documental, Dumont recoge algunos “ testigos historiográficos “ que, como Bennassar, Kamen, etc., se empeñan en seguir con verdades a medias ( Cuando no en mentiras gordas, a pesar de que son capaces de bajarse del borrico ) por tal de continuar la senda de la leyenda negra antiinquisitorial. Antiinquisitorial máxime si nos referimos al Tribunal del Santo Oficio en las Españas, se entiende. En buena medida, toma el relevo de Marcelino Menéndez Pelayo.
Jean Dumont no trata sólo del controvertido tema de la expulsión de los judíos. Hasta diferencia las connotaciones para los cristianos españoles entre “ hebreo “ y “ judío “, según el magisterio de San Pablo. Se mete en las cifras con los medios en la mano y refuta tanta barbarie que encima se erige como verdad absoluta en el sistema liberal. Pero, fuera aparte de esto, lo que Jean Dumont trata es el “ leyendanegrismo “ en toda su faceta: Desde la piromanía enfermiza hasta el supuesto gusto por la ignorancia, y por supuesto, el supuesto descontento de un pueblo oprimido. Tópicos típicos de la “ ilustración “ rampante, que si en algo se ha empeñado es en el lenguaje y los mitos ( Y otra vez acudo a D. Rafael Gambra….) Siglos de mentiras institucionalizadas, de la más hedionda zafiedad en una enseñanza totalizada por estados corruptos, no pueden con lo que realmente es la verdad histórica. La misma documentación es el mejor argumento ante tanto desmadre pseudohistórico y propagandístico; siendo el mismo sistema revolucionario incapaz de reconocer sus propias taras. Sus propias herencias, del marxismo al racismo, por ejemplo. Uno de los que más se ha bajado del borrico ha resultado ser Braudel. Y ejemplificando, es cita en no pocas ocasiones.
Hay algo en lo que no sé si Dumont juega a confundir la fina ironía con cierta dosis de “ leyenda rosa “. El tema de que tal o pascual fuere supuesto converso en torno a los apellidos. Sabemos que los sefarditas se cambiaban y no pocas veces de apellidos. Y que, en el caso del bautismo, se adoptaba el apellido del padrino. A posteriori pasaría lo idéntico con los gitanos. Como en las Españas Americanas pasaba con negros, indios, mulatos, etc. O acá en la misma España Vieja también con moriscos. Tiene mérito, y mucho, el hecho de que él mismo haya tirado de cifras para el tema de la expulsión. No fue tan fiero el león como lo pintaron….Quizá otro tema que no ha sido analizado ha sido el de que en la comunidad judaica más de uno y de dos y de tres procediere de hispanos conversos. Las disposiciones de Egica y Sisebuto y la Partida Séptima del Rey Alfonso X castigan el proselitismo judío. Dumont sí lo trata este tema, concretando en los desastres sociales que provocaría. No se ha estudiado, en cambio, en lo “ antropológico “, quizá porque de un modo u de otro no nos cabrían más que simplonas especulaciones. Con todo, el tema morisco sí que fue un problema político. Pero no “ árabe “ en lo étnico. Aquí quizá se desliza demasiado Dumont. Es un tema también imperante, donde realmente poco análisis cabe ( No siendo quizá exclusivamente importante, pero sí que lo es ) en que lo “ étnico andalusí “ copaba mayormente lo beréber, lo muladí ( Hispanos conversos ) o lo eslavo, amén de lo sirio ( Mestizo de blanco y árabe ) y en minoría lo árabe; que sólo destacó mayoritariamente en lo lingüístico y hasta ello matizarse podría.
El epílogo es curiosísimo y añade un toque muy “ saleroso “ a este gran trabajo. Del papel que jugaron con los judíos naciones tan “ libres “ y “ civilizadas “ como Suiza o Inglaterra en episodios de la Segunda Guerra Mundial, ante un “ generoso “ Hitler. El mismo que jugaría si Tony Blair hubiera escuchado la oferta de Jean Marie Le Pen: Depositar en la Gran Bretaña los inmigrantes ilegales que pululan por Francia…Sin embargo, a mí me parece un craso error el hecho de que el General Franco le diera la nacionalidad española a los sefardíes. Esto anula lo que los Reyes Católicos hicieron. Y hubiera podido provocar desastres sociopolíticos en una España herida, que afortunadamente no ocurrieron. Los musulmanes quieren que se les dé la nacionalidad a los moriscos, y eso sería otro desatino horrible. No se trata de “ racismo “. Pero esos sefardíes no eran descendientes precisamente de los conversos que no fueron tolerados por los malvados españoles cristianos viejos. Los conversos sinceros se quedaron, aunque no fueron demasiados, la verdad. Los que se fueron, fueron judíos que jamás tuvieron visos de abrazar la Fe Católica, y en el “ mejor de los casos “, conversos judaizantes que volvieron a sus “ raíces “, religiosa y socialmente contrarias al ser de la Hispanidad. Si el apellido “ Franco “ es de conversos, realmente tiene que ser porque tuvieran un padrino así, ya que “ franco “, y más en castellano antiguo, alude a lo francés. De Bahamonde no lo sé. En cambio, esto quizá contradice una versión un tanto oficial de cierta comunidad judía, cuando dice que Franco ofrece asilo temporal a los judíos pero con la condición de que no se quedaran en España….
Tampoco concuerdo mucho cuando el autor utiliza términos como “ indoeuropeo “ o “ semita “; “ indoeuropeo “ sobre todo para referirse a los valores de las Órdenes de Caballería Española como heredera de los visigodos. O términos como “ birracial “ como para referirse al “ genio judío “ que acompañaría a lo español. En todo caso hablaríamos de “ trirracial “, pues también entraría lo morisco. Pero creo que volveríamos a lo mismo, y más a un tema tratado, en la mayor humildad posible, de un servidor de ustedes. O tampoco sé muy bien qué es eso de la “ cultura europea “ en lo que Jean Dumont, de muy buena intención sin duda, incluye lo español como factor contributivo esencial, donde en Francia se copiará hasta la locura, desde el Cid a Don Juan…..No obstante, un servidor ya hablado y bastante con respecto al tema indoeuropeo como supuesta “ etnicidad “ y no creo necesario volver a detenerme en ello sin antes reiterar que no tiene validez alguna.
Lo finamente irónico cabalga entre si la Inquisición mató a tantísima gente, y en especial hebraicos, y de cómo el genio español sólo se debe a los hebreos….¿ Si fueron exterminados, cómo entonces fueron realmente los máximos conductores de todo lo español ? Piedra en la que tropieza una y otra vez Américo Castro, entre otros. Quizá esta sea la médula de la contradicción manoseada y de ahí al título del libro. Eso por no hablar de las fantasmagóricas cifras, tanto en la relación del número de judíos en la Península o hasta de los conversos. Que los hubo, y muy buenos, y por supuesto, por siempre reconocidos. Quizá no es “ exclusivismo español “ esto. En otras naciones europeas la comunidad judía volvió tras su medieval expulsión al calor del protestantismo. Y como señalaba E. Giménez Caballero, la fusión entre anglosajones y judíos es un resultado evidente. Claro que no hablamos en el sentido de nuestra referida obra.
Sin embargo, el corpus estudioso del tema es inexpugnable. La Inquisición como fuente de cultura, los estudios sobre sus cárceles, sobre su jurisdicción, sobre su historia como “ pactista “ ( Que tanto nos recuerda a los modelos sociopolíticos que diéronse en la Corona de Aragón ) entre Iglesia y Estado, su estudio comparativo con la Inquisición romana o francesa; y a posteriori con las “ pseudoinquisiciones “ de luteranos y calvinistas; con otros hechos históricos de matanzas, expulsiones, etc. de naciones “ civilizadas y libres “….Trata la relación orgullosa entre la Inquisición y notables figuras de la cultura hispánica. De la Inquisición como “ policía “ ( Al uso del término en nuestros tiempos ). Del arrepentimiento como algo a contar siempre, de la disposición de religiosos y seglares de una mentalidad católica por el bien de la cosa pública. De lo que verdaderamente era un Auto de Fe. De su propia génesis en la Monarquía de Isabel la Católica. La misma comparativa soez, cuando no jocosa ( Por no haber otro remedio ante tanto desafuero ) con el racismo nazi-pangermanista….Como vemos, paso por paso ante todo el desbarajuste que el sistema ha pretendido dar como “ oficial “. A partir, por ejemplo, de casos como Pablo de Olavide, tema que en su biografía, es muy bien tratado por Julio Melones Espolio. O el “ exclusivismo de la tortura “; cuando no que no fue tan fiera la leona como la pintaron….
Lo dicho, si estoy tratando ante lectores ansiosos de destapar las tinieblas que nos han impuesto sobre un apartado interesantísimo y vital ( Y orgulloso, añado yo ) dentro de nuestra Historia, esta obra es sencillamente imprescindible. Es otro golpe de efecto contra la leyenda negra andante. Un gran sustento intelectual. Una apasionante aventura en la historiografía que se empeña por la senda de la verdad. Brindemos, con Menéndez Pelayo y Jean Dumont, por el Tribunal del Santo Oficio, luz divina y popular de las Españas, historia orgullosa que jamás ha dejar de ser reivindicada, con el brío que nos caracteriza a quienes humildemente reconocemos su herencia y pretendemos ser sus fieles testigos.
" EL SIGLO DE LAS LUCES "
Figuraba este libro en la biblioteca de mi padre, de aquella colección de Ediciones Seix Barral que más de un padre tiene, como así me lo comunicó mi compañero Leonardo Sánchez. Habíalo recomendado el Dr. Tornero, dice que complementa en buena medida nuestros estudios americanos. La verdad que tiene razón el hombre.
Alejo Carpentier, cubano de padre francés y madre rusa, mostró durante toda su vida un vivísimo interés por la complejidad de las Antillas, antaño hispánicas y perdidas en un maremagnum de bátavos, francos, anglosajones, etc. En especial, parecía mostrar más interés aún por los negros del Haití.
Esta novela, insertada dentro del estilo del realismo mágico hispanoamericano ( Ante el cual siempre me advierte cruz y fierro, a pesar de que a mí me sigue gustando mayormente ), rescata un personaje que al parecer la Historia ha olvidado, como es ese francés Víctor Hugues, hábil comerciante, hijo de panadero; que se ve como líder revolucionario de la Francia en América. Asimismo, el autor nos expone como anfitriones a una familia acomodada de La Habana, donde en un principio va a parar Víctor H. El personaje histórico, del cual no se sabe mucho, aunque Carpentier pudo contactar con un descendiente suyo, se inserta en el área de la ficción que copa todo el ámbito del Caribe. Las descripciones son ampulosas y muy sensuales, buscando siempre en los sentidos llamar la atención del lector. El ritmo es rápido. Produce una desmitificación total de la Revolución Francesa, tanto en Europa como en las Indias. Sobre todo presenta el “ problema haitiano “, donde muchos negros ( Como nos refiere también Luis Corsi Otálora ) eran reacios a los designios revolucionarios y se mostraban como firmes partidarios de la Monarquía; cuando se abole falsamente la esclavitud, pasando los negros a ser jornaleros muy mal pagados, y ellos mismos se rebelan contra ello, volviendo Bonaparte al sistema esclavista. Nos sitúa en el periodo desde la Revolución Francesa hasta la toma de poder por Napoleón. En ella, se inserta mucho también en Guadalupe y la Dominica. Nos sitúa la prosperidad de ciertos comerciantes, las distintas clases sociales, la llegada de soldados, unos reacios vascones de la Baja Navarra ante la Revolución, la figura del indio caribe, los problemas diplomático-bélicos con Inglaterra y los Estados Unidos, las intrigas y rituales de la masonería, las prostitutas, la figura de la mulata, tan codiciada por los franceses que luego maltrataban a los negros; el clero, la vuelta de muchos francófonos al catolicismo, la aún existente trata negrera, la crudeza de la guillotina, las diversas masacres que se producen en una Revolución que se crece cada vez más salvaje....La verdad es que la pintura del salvajismo revolucionario estremece. Ello no me lo esperaba; de este autor digo. Pinta tan bien esas masacres como el venezolano Arturo Uslar Pietri la de ambos bandos ( Separatistas y realistas ) en “ Las Lanzas Coloradas “, de similar estilo literario. Nos describe el cimarronaje siempre presente en las comunidades negroides de las Américas. El apego de los españoles por sus tradiciones, máxime ante el intento de exportar la Revolución, sobre todo en su nueva religión inventada....Se suceden historias siempre veloces y enlazadas. Con abundantes paréntesis en lengua francesa. Y con descripciones paisajísticas típica y hermosamente tropicales.
En suma, he disfrutado mucho de esta novela, que aunque quizá se hace un poco larga, nota ese influjo “ barroquista “ que tantos españoles del Sur llevamos a las Indias. Y que tan bien explica desde puntos de vista políticos, sociales, raciales, festivos, espirituales....Ese complejo ámbito caribeño que vivió su propias contradicciones ante tan duros tiempos; y a la vez, tan cercanos al Continente Hispanoamericano.
En esto pienso que está bien Georges Bernanos, Giovanni Pappini o José de Maistre. Dostoyevksi tiene su novela más política y a mi entender conservadora, en "los endemoniados". Tambien se puede leer muy bien a Joseph Conrad, Gogol, Schiller...
En España tenemos a Unamuno y su enderezamiento de "El Quijote". Sólo enderezándolo se puede leer esa novela de Cervantes sin ira y desesperación.
Mis temas favoritos son:
-Novela histórica.
Principalmente la ambientada en la Antigüedad y en la Edad Media, lo que no excluye otros momentos históricos.
-Novela policíaca.
Simenon, Agatha Christie, Chesterton.
-Biografías.
Lo último que ha caído en mis manos es Corazón inquieto de Louis de Wohl. Una biografía novelada de San Agustín. Edición de 1956.
-Ensayo histórico.
Mis favoritos son El Mediterráneo de Braudel, La Polis de Knaus, La Ciudad Antigua de Fustel de Coulanges, por citar alguno que otro.
-Clásicos grecolatinos.
Toda la obra de Aristóteles, de Cicerón, de Lucio Anneo Séneca...
La Eneida, la Guerra de las Galias...
-Clásicos españoles.
Pereda, Ruiz de Alarcón, Becquer...
Otros autores españoles como Fernández Florez, Miguel Mihura...
-Ensayistas políticos:
Ramiro de Maeztu, Vázquez de Mella, Víctor Pradera, Ortega (lo siento, me parece un fuera de serie aunque a muchos no les guste, además, no hay porqué coincidir con él) Javier Zubiri, Patxo Unzueta (pasa como con Ortega, y tiene algunos planteamientos cuando menos originales)...etc.
-La obra de Tolkien, casi como un sub-género en sí mismo: filológico, mitopoiético, narrativo, biográfico... y algunos buenos ensayos que se han publicado en torno a su figura y contenido de sus obras.
Por contra, no soporto la frivolización que se ha hecho en Internet, con obritas de tres al cuarto (en plan imitación, influenciadas por..., la mayoría son bazofia), y el "merchandising" que se ha sacado de la interpretación peliculera jacksoniana, ya sean videojuegos, espaditas y figuritas, o tíos ridículos reuniéndose en clubs y en fincas, para jugar a elfos y orcos de fin de semana.
-Manuales y prensa especializada en Astronomía y Astrofísica, Cosmología, Naturalismo...
Encuentro muy complejo explicar lo que me apetece en un momento dado. Además, hacer muchas citas no tiene mucho sentido para mi, por ello, más que sumar títulos, he preferido centrarme más en géneros, y citar algunos ejemplos sueltos.
EL PRIMER LIBRO AL COMPLETO QUE ME LEO DE RAMÓN MENÉNDEZ PIDAL
" Los españoles en la Historia ", de Ramón Menéndez Pidal. Colección Austral, Espasa Calpe ( Introducción de D. Catalán ).
Compréme el libro en la librería " El Giraldillo ", sita en frente del Rectorado de la Universidad Hispalense, ya saben, la antigua Real Fábrica de Tabacos fundada por Fernando VI de las Españas....Teóricamente sólo iba a comprarme los " Comentarios Reales " del Inca Garcilaso; y acabé, amén de ese imprescindible libro--- máxime para un americanista como yo---, pillando " Antología Poética " de Pessoa y " Los españoles ante la Historia " de Menéndez Pidal. Todo al " módico " precio de treinta y algo de euros.....Brrrrr.....Pero es que no sé cuándo o cómo o dónde los voy a encontrar, y entonces, el ansia por leer....Ay, ya saben.
He comenzado las lecturas por Menéndez Pidal, por ser el más cortillo. Y al fin y al cabo, porque por " deformación profesional ", siempre acabo leyendo de Historia. Y máxime cuando recordaba las mamarrachadas del manchego Gala; este libro venía como anillo al dedo....
La verdad es que me ha gustado bastante. Un completo ensayo socio-histórico desde el hombre ibero hasta la conformación de la Hispania Visigoda, la Reconquista, el Imperio....Menéndez Pidal trata con objetividad, con poco " apasionamiento ", y también con claridad, nada de tapujos " políticamente correctos ", lo que ha sido el Homo Hispanus ante su propia Historia. Por supuesto, entre demás factores ontológicos, Menéndez Pidal apela a la Unidad Católica que ha posibilitado tal hecho. Hecho que fue el que alumbró nuestras gestas, con Aragón en el Mediterráneo o los Reinos de Castilla y León, o Portugal también, por el Ultramar. América como parte muy importante en la reafirmación del español, lógicamente.
Lo que quizá no me gusta ( Sin ánimo de refutar a tan noble erudito hispanista ) es que o bien no entiende la política tradicionalista o no la quiere entender del todo. Sea como fuere, es algo minoritario en lo general de su ensayo. Quizá entiendo también que no es demasiado objetivo en determinados juicios como su apelación a la " intolerancia ". No sé, son cosas de mi pedantería supongo.
Nuestro autor toca palos peliaguados que van desde lo psicológico a lo geográfico, desde lo bélico a lo pacífico, desde lo profano a lo religioso. Realmente es una tarea harto dificultosa y allá que va mi admiración, máxime como que ya sabrán mis sufridos lectores mi incapacidad para la síntesis....Y también analiza la influencia de España tal y como Roma Católica que se refuerza. Amén de comentar a variados eruditos, de todas las tendencias. Quizá tampoco entiendo muy bien a qué apela con conceptos como " reconciliación " o " transigencia "....Es un concepto espinoso, quizá analizado al calor de los " Episodios Nacionales " de Galdós, pero que Galdós jamás fue objetivo en su vida; lo cual no quita que fuera un excelso literato. Ya sería meternos en camisas de once varas y ponernos a analizar los fallos de Fernando VII en su política; pero el tema de la " reconciliación ", no sé exactamente a qué se refiere, aunque igual me puedo oler buena voluntad. ¡ Y esto era dicho en la época de Franco ! ¿ No se fueron todos los intelectuales ? Jacinto Benavente o Pidal no lo eran, pues....Esto no es apología del franquismo, pero estoy ya del berrido progre hasta....Dice Gala que a los eruditos de la Historia que le vayan dando....¿ Por qué no le dan a él mejor, que encima le gusta ? No se pueden tirar las margaritas a los cerdos.....
Quizá en el tema de la " reconciliación " podríamos apelar a intentar adaptar la Tradición a nuevos tiempos, a las nuevas necesidades, que es lo que llama Pidal a la " Tradición y Renovación "; pero eso no se logrará renunciando a la esencia. Por renunciar demasiado está España como está....
Pero bueno, un autor al que conocía a trozos y es el primer libro que me leo. Y la verdad, deseando profundizar más en su obra. Imprescindible, más para estos tiempos que corren tan malitos.
" LA VERDAD SOBRE EL *CASO GALILEO* ", DE BRIGIDO PONCE DE LEÓN
La Verdad sobre el " Caso Galileo ", de Brígido Ponce de León. Cuaderno Fides, difundir para convencer, Nº4.
Conocí este cuadernillo gracias a la gentileza de los amigos de Ediciones Nueva Hispanidad ( www.nuevahispanidad.com ). Sobre el " Caso Galileo " leí un buenísimo artículo en la revista " Iesus Christus ( Heri, Hodie et in Saecula ) "; para más señas: Fraternidad Sacerdotal San Pío X-Revista del Distrito de América del Sur, Año XII, nº 65, Septiembre-Octubre de 1999. Esta lectura me ha ayudado a complementar mis humildes conocimientos sobre una gran mentira esbozada por la Revolución. Revolución que desde Robespierre a nuestros días ha liquidado---muy gratuitamente---a millones de seres humanos y para intentar tapar sus miserias tiene que recurrir a la mentira institucionalizada. Os dejo la misma anotación del cuadernillo, invitándoos a la lectura, por supuesto:
" Según una encuesta del Consejo de Europa, el 30% de los estudiantes de ciencias de la Comunidad cree que Galileo fue quemado vivo en la hoguera por la Iglesia, y el 97% piensa que fue torturado.
Pero la verdad es otra: No sólo Galileo no padeció tortura alguna, sino que jamás visitó una cárcel de la Inquisición, y por supuesto murió en su cama confortado por los Santos Sacramentos y la bendición de su amigo el Papa, como católico devoto que siempre fue.
Brígido Ponce de León nos cuenta la verdadera historia de su condena y de las circunstancias en que se produjo, bastante distintas de lo que la propaganda anticatólica nos ha hecho creer. "
CÓMO REORGANIZAR RUSIA " DE ALEXANDER SOLYENITSIN
Haciendo un paréntesis en mi lectura de los Comentarios Reales del Inca Garcilaso de la Vega, acudí a una recomendación bibliográfica de Paco de www.hispanismo.org . Conseguí este librito de Tusquets Editores-Ensayo en la Librería Agapea por internet.
El libro no es largo, no llega a las 140 páginas. Es un lenguaje llano y directo. Radicalmente anticomunista, pero muy claro en contra de lo que falsariamente se denomina como " cultura occidental ", fustigando el materialismo y el consumismo como los grandes males que azotan a estas corrompidas sociedades.
Solyenitsin es muy clarificador, igual recuerda algo a las corrientes regeneracionistas de acá, pero su análisis sociopolítico y su reivindicación espiritual en la actualidad es muy grande.
Su análisis sobre la devastación del colonialismo marxista en las Rusias es sobrecogedor. Tanto en lo económico, en lo político, en lo social, en lo medioambiental....Incluso la acusación de la inmadurez política, aliñada con una especie de " instinto imitativo " hacia todo lo que huela a " Occidente ". Y no se va hacia lo mejor, sino hacia la más pura degradación y hacia el más tonto e inerte consumismo.
Hay términos que no entiendo. Solyenitsin igual desea " recolectar " de lo mejor que han dado los pensadores rusos, pero otros ejemplos que él expone ya se me escapan. Eso sí, se opone fulminantemente, como también dijo en su entrevista que publicó la revista católica española " Alfa y Omega " a los partidos políticos. Analiza los distintos significados que " democracia " puede tener desde la Antigua Hélade. E intenta dar apuntes para una futura construcción, donde un Estado haga poco pero bien y donde crezca la representatividad social, empezando por la tradición rusa asamblearia y gremialista.
Solyenitsin, eso sí, recurre a la " espiritualidad ortodoxa "; pero no veo que se decante claramente por el monarquismo.
Y bueno, gracias a Paco por la recomendación y ahora soy yo el que os lo recomienda a ustedes.
" ATALA / RENÉ ", DEL VIZCONDE DE CHATEAUBRIAND
Editorial Planeta. Introducción de Gabriel Oliver.
Otro de los tantos libros que figuraba en la colección de mis padres desde años ha y que uno nunca se había animado a hincarle el diente. Una de las curiosidades que me entró-Lo reconozco-fue al leer el " episodio nacional " Los Cien Mil Hijos de San Luis de Pérez Galdós; donde el Vizconde aparece en la galería de personajes activos.
Si bien como sabrán ando últimamente ácido ( Y aun en mi mal estilo no creo que me falte mucha razón ) contra el romanticismo; siempre me resultó curioso que el creador de este " movimiento " fuera un realista francés.
La introducción de Gabriel Oliver se me hace muy pesada y creo que marea la perdiz en pro de un falsificado Chateaubriand, sin por ello defender que el Vizconde fuera todo un " ortodoxo ". No obstante, el libro aporta apuntes biográficos a modo de cronología que resultan harto interesantes. La misma biografía nos advierte sobre las luces y las sombras del Vizconde bretón, sumergidas al calor de los devaneos de una época dificultosa.
Atala y René en un principio no conformaban una obra unificada, pero con el tiempo el Vizconde advirtió que realmente debiera figurar así. Es una obra que él empieza a escribir en su " lapsus ideológico " del exilio pero que retoca una vez que su " conversión " madura y le enriquece. El duro exilio en la Francia Americana ( Allá entre los actuales Canadá y algunas porciones de los Estados Unidos ) ante una familia destrozada por la crueldad revolucionaria van a marcar buena parte de su vida.
Esta obra ha sido considerada por muchos como un auténtico testimonio descriptivo a todas luces de la América del Norte; tanto en lo exterior como en el interior. Pensemos que los personajes que la vertebran son, cuanto menos, " tipismos " fundamentalmente americanos: El indio guerrero, la muchacha mestiza, el misionero que llegó del Viejo Continente....Chateaubriand plantea problemáticas tales como el paganismo, la dureza de la natura; o incluso lo peligroso que puede resultar el mal entendimiento y práctica de la verdadera Religión; esto es, la " mala evangelización ", la dejadez si no se profundiza en ello. Asimismo, establece una ternura hacia aquellos misioneros tan humildes y trabajadores que lograron forjar auténticas comunidades populares de indios cristianizados aun en las situaciones a priori más inhóspitas, logrando atraerse desde sus propias tradiciones al camino de Roma ( Como fue el caso de los misioneros españoles ), con una rica liturgia y un esmerado trabajo. A veces, le parece a uno estar bordeando el Mississippi o campar a las anchas por los vastos territorios que lindaban con las Floridas. Te sumerge en un ambiente que desde un principio se pinta doloroso. Refleja un " sentimentalismo " exacerbado, pero que se va calmando al ir descubriendo y saboreando la civilización; una civilización que no se entiende cimentada sin el Cristianismo; aunque Chateaubriand quizá apela demasiado a cierta " estética ". Esto lo podemos degustar en Atala.
En René nos encontramos con una de tantas familias francesas casi aniquiladas por el terror revolucionario. De un joven cuyo mundo se ha perdido porque él ve que lo que tanto ama y había amado desde chico se lo han arrebatado con la peor bestialidad, y se queda en una inmensa y confusa soledad, teniendo como referente a su querida hermana; donde se deja entrever que si realmente siente amor de hermano o va más allá....Su hermana es toda una señorita francesa que irá experimentando en su dolorida alma el triunfo de la más plena comunión. René es un joven perdido que no sabe qué hacer realmente en esta vida. Sus propias inquietudes se tambalean ante la adversidad, y piensa quizá en la huida, en la evasión....No piensa ni tan siquiera, como aún pensaban muchos muchachos de su edad, en un matrimonio, en un futuro, en un " trabajo estable "....Nada podía ser estable para él. Y su destino parece a merced de la fatiga más desoladora; de un ir y venir, de un cruce alocado de pensamientos y tormentas.
Con todo, si bien el estilo puede resultar en ciertos momentos hasta empalagoso ( O sentimentaloide, como reflejé antes ), me ha impresionado la habilidad descriptiva de Chateaubriand, quizá porque a priori no me lo imaginaba así. Así como su indagación espiritual que le lleva a abrazar plenamente la Fe y de una manera u otra plasmarla en su obra; aunque luego, en la vida real, en la política, si bien tuvo una actuación interesantísima con el Duque de Angulema, luego fue víctima de sus propias contradicciones y de la dificultad de un tiempo que en la Francia sería más que nublado.
" NOSTALGIA DE VÁZQUEZ DE MELLA ", DEL PADRE LIRA
( Fundamentos de la Tradición Política Hispánica )
Naturalmente, de Ediciones Nueva Hispanidad ( Colección Académica ) - www.nuevahispanidad.com
La cosa está en que los escritos del Padre Lira los conocía poco. Sí, de leer artículos sueltos, alguna " biografía " suelta y poco más, y por supuesto las referencias de los correligionarios. Y mirad, en un libro tan portentoso como éste, de conocer más a Mella hasta conocer las maneras de Lira....Es toda una joya. El prólogo es de Miguel Ayuso, muy bueno.
El libro es quizá un " denso análisis " acerca de la actividad política de nuestro querido astur; en base a: La Nación, la Tradición, el Estado, la Iglesia; y la Conclusión de nuestro autor. Los ejes fundamentales del trabajo que desarrolló el insigne carlistón. Por supuesto, en su visión acerca de Portugal e Hispanoamérica, y los distintos asuntos de política exterior que él entendió como favorables para España, siempre en el marco de la Tradición. Mella dotó, o mejor dicho, " redotó " de un corpus al carlismo prácticamente inexpugnable, en una época muy difícil, con una constancia y una actitud que encarnan las maneras del Caballero Cristiano Hispánico como todos sabemos.
Es curioso, pues siempre que leo a un autor hispanoamericano, me fijo en lo que me decía un profesor americanista de Sevilla, en el " barroquismo sevillano " que en buena medida han heredado. Y es cierto. Lira se muestra como exhaustivo y como él mismo advierte no le importa parecer " pesado " o insistente, pues él lo agarra como importante el tema, lo cual es cierto. Él se decía " español por chileno "; ahí es nada.
La única nota discordante que yo tendría para con Lira y con Mella es que yo no creo que España engendrara esos estados hispanoamericanos. Quiero decir: Políticamente, en todo caso España engendró a los Virreinatos, pues lo que vino después no fue obra de España ni tan siquiera de lo que muchos hispanoamericanos querían; los actuales estados hispanoamericanos están hechos en base a artificios y gracias a intereses extranjeros más bien que por su propia natura. Aunque no podemos obviar que de una forma u otra la Vieja España también acabó sucumbiendo en ello.
Y eso sí, el Pater incide en la amplia y fuerte visión regionalista de Mella, siempre por consideración y afecto a lo que de verdad había formado la realidad patria. Es un tema que me resulta apasionante y que sigo viendo muy vigente. ¡ Qué realidad tan acertada nos ofrece el noble asturiano ante tanta chorra sobre " nación " y etc. que hemos de padecer hoy por los herederos de los que él combatía !
Con todo, resulta ser ésta una obra fundamental para la biblioteca del Tradicionalismo Hispano, pues el enriquecimiento que el Padre Osvaldo Lira aporta para con nuestro pensador y político es clave. Situado en su contexto histórico, conocedor de la misma " aportación religiosa " de Mella y su amor por el tomismo, nos da varios aspectos interesantes, o mejor dicho, nos " reconduce " hacia lo que supuso Mella para una mejor fundamentación de la Tradición de las Españas, de frente a frente ante los caciques liberales como contrarrevolucionario de pro en aquella España tan convulsa ( No menos convulsa que la de hoy, claro ) y por supuesto, su noble importancia para con las Españas Americanas. Muy recomendable.
Última edición por Ordóñez; 06/07/2007 a las 15:14
" LA GITANILLA " Y " LA ILUSTRE FREGONA ", DE MIGUEL DE CERVANTES
Clásicos de la Literatura, Editorial Espasa Calpe.
En estos playeros días me he estado leyendo estas dos obritas, que venían insertadas en un mismo volumen. Comprémelas un buen día del mes de Junio, cuando saliendo de eso que llaman facultad fui a curiosear el estante que pone la librería " El Giraldillo " ( En la mismita Calle San Fernando ); allí que vi estos libros " de bolsillo " que tan bien nutren mi biblioteca con la sapiencia de lo barato. Y así me puse a degustar la habilidad del héroe de Lepanto.
A priori, podríamos decir que en ambas obras, realizadas en el ambiente picaresco, contienen conceptos que hoy día serían " políticamente incorrectos ". La Gitanilla ha sido acusada de " racista " por iluminados como Juan de Dios Ramírez Heredia ( Ese que fuera locutor de la radio del Frente de Juventudes, y desde hace mucho, megaenchufado al carro de la burguesía sociata europeísta....)Realmente, Cervantes quizá generaliza demasiado sobre el pueblo gitano. No obstante, me puse a recordar las explicaciones que sobre el maestro alcalaíno nos hacía Antonio Borrero, nuestro profesor de Literatura en 3º de BUP; sobre que Cervantes muchas veces aprovechaba para descargar sus filias y fobias y luego se escudaba diciendo que él sólo había recopilado o escuchado esas historias....Todo puede ser. Jean Dumont también apunta al profundo " orgullo de Cristiano Viejo " que sentía el castellano.
La verdad es que no le hincaba el diente a la obra cervantina desde que me leí el insuperable " Quijote ". Una vez más, uno paladea gustosamente el rico castellano " antiguo ", y se fija ( Algo quedó del año que uno estudió Filología Hispánica ) en esos rasgos que aún percibe vivos en su terruño y que quizá recuerdan, de un modo u otro, al bable. Tales como la " gü " en lugar de " hue " o " bue " ( " Agüelo " en lugar de " abuelo " ) y tantas cosillas así, que siempre viene bien refrescar.
Dos obritas del ambiente picaresco, que tan fecunda literatura ha producido desde las Españas. Completas descripciones de variados ambientes sociales, situaciones cómicas, chascarrillos, refranes, realidades muy bien marcadas, músicas, romances, amoríos y desazones, trasiego de caminos españoles, hasta algo de suspense.... Historias bien enlazadas y mejor desarrolladas, y ese aprovechamiento de la densidad idiomática elaborada en forma de inteligente síntesis. Por ello no nos ha de extrañar que Quevedo lo admirase buenamente. Y que suya sea la obra cumbre de la literatura universal.
Antes de que el totalitarismo sociata cargue contra esto con la firma de Juanca, igual sería mejor conocerlo.
PÉREZ REVERTE, ¿ ENTRE QUEVEDO Y DUMAS ?
Quienes conocen al literato cartagenero, suelen concordar en que en privado es una persona muy educada, hasta incluso con un puntito de timidez. No atina eso, pues, con el personaje ( Sobre todo, en su faceta de articulista ) mal hablado y ramplón con el que nos acostumbra. Es que, ahora que lo pienso, él mismo lo dice, lo del personaje....¿ Tiene, por tanto, doble personalidad ? ¿ Va él solo a ver al médico y le pide por favor que si se pueden sentar los cuatro ? Todo puede ser; pero para mí que los tiros van por otro lado....
El mismo Reverte suele decir que es un apasionado de la literatura de Dumas, y que Quevedo es el " personaje histórico " que mayormente le fascina. Lo de Dumas igual se nota algo más por aquello de la " novela histórica " y demás, en lo cual parece haberse empeñado. También en historietas " telenovelescas " y en los ambientes " bajunos ". Esto último de " bajuno " también lo relaciona él para con Quevedo y Villegas.
Con todo, Reverte intenta arrimar el ascua a su sardina. Básicamente, él es un nihilista. Pero ahí no queda la cosa: Utiliza su sabihondismo para presentar a la Religión sólo como un " molde de época ", ya en Cervantes ya en Quevedo; o a la Inquisición como una oscuridad de matarifes irracionales-racistas. Él dice que no se puede juzgar la historia con " nuestra mentalidad "; pero él bien que lo hace y constantemente. Por ello, su infame pedantería presenta al Humanismo Cristiano como una basura moderna....Ya véis ustedes lo bien que conoce este sujeto la doctrina tomista. Pero bueno, ya sabemos que la ignorancia puede ( O hasta debe ) conllevar atrevimiento. Eso mismo le hace pasar a un Gualterio Malatesta que habla de los españoles como extraños; cuando aún hay dossicilianos que se dicen antes de la Corona de Aragón que de la república tricolor; cuando más en el Barroco....Ni " guerra de independencia " ( Como los portorriqueños ) tuvieron. Eso mismo le hace presentar a soldados de los Tercios como " bajunos " sin Dios.
No digo que Reverte no posea nada de talento. Pero por mucho que lo promocione el estatalismo socialista, no es oro todo lo que reluce.
Ciertos análisis suyos sobre las " clases bajas " denotan algo de lucidez. O el presentar a España como una realidad ya es algo, en estos tiempos.
Puede que Quevedo esté algo más con Dumas, con el romanticismo ( Que, con todo, gastaba mucho más talento que él ). Pero con Quevedo, en nada. Si este dicharachero reportero se piensa que sabe imitar al maestro castellano por ladrar cuatro palabrotillas de poca monta, realmente es que es más tonto de lo que parece.
Y así las cosas, Reverte es de los mejorcitos que abundan por aquellas faunas panorámicas....¡ Dios mío, pobre España !
"Defensa de la Hispanidad" de Ramiro de Maeztu.
"De Hispania a España",entre otros autores Vicenta Palacio Atard.
"La historia de España" de Marcelino Menéndez Pelayo.
"Si el Señor no protege la ciudad, en vano vigila quien la guarda"
Puede que Quevedo esté algo más con Dumas
Sustituyan Quevedo por Reverte. Vaya caraja que tengo.
Mis más recientes lecturas: "Tirano Banderas", de Valle-Inclán; "El Señor Presidente", de Miguel Angel Asturias y "El sombrero de tres picos", de Pedro Antonio de Alarcón.
Última edición por Caballero español; 06/08/2007 a las 17:17
Tres Ensayos de Historia Indiana ( Caballeros, Misioneros y Teólogos en la Conquista Espiritual de América ), de Sebastián Sánchez. Prólogo de Antonio Caponnetto. Ediciones Nueva Hispanidad, www.nuevahispanidad.com
Como ya Félix Della Costa va conociendo mis gustos, siempre hablamos de la temática antes de que yo vaya a realizar un pedido para así concretar más y mejor. Como un servidor está próximo a licenciarse en Historia-Dios mediante-y en la “ especialidad “ americanista, Félix y yo entendimos que este libro vendríame como anillo al dedo, y así ha sido. Fue el primerizo que capté al comenzar el luengo estío que atraviesa a la Baja Andalucía, y que lo devoré con sumo y respetuoso interés.
Sebastián Sánchez es historiador argentino, y aún joven. De todas las obras que me he empapado en mi aún corto camino indiano ( Habrá que ponerle remedio a eso, como en su día le dijeron a William Wallace....) quizá no me había encontrado con alguna centrada tanto en el plano sobrenatural, y máxime hoy en estos tiempos que deambulan entre el salvajismo que el nihilismo y el materialismo pueden entrecruzar. Como historiador católico, da testimonio vivo de la Fe del humilde creyente que siente los orígenes históricos patrios, sin leyendas rosas y ni mucho menos, sin leyendas negras.
La obra parte en unos planos realmente apasionantes, que van acrecentando el interés del lector: El Ideal de la Caballería en La Araucana de Alonso de Ercilla y Zúñiga: Caballeros en el Flandes Indiano ( El Chile ); La Lucha contra el Demonio en la Evangelización Americana; Idolatría y Mimesis Diabólica en la Obra de José de Acosta; con sendas y brillantes conclusiones.
Dotado de una amplia bibliografía, demuestra nuestro autor su conocimiento sobre la hercúlea obra que tanto misioneros como soldados hicieron en la indómita América, con todas sus virtudes y defectos. Y, por supuesto, muy centrado en el “ plano demoníaco “. Si algo ha conseguido Lucifer en estos descreídos tiempos es casi asegurar su inexistencia. Y en aquellos tiempos, donde, a decir de Spengler, el espíritu español “ quebrantó “ el Renacimiento, aquello no era así. No parte sólo de una “ dimensión psicológica “, sino de la importancia espiritual en la vida humana, y de cómo ésta era seguida y tratada por los distintos grupos sociales que formaban las Españas y cómo se injertaron en los Reinos de Indias. Con todo ello, me acordé del artículo con que obsequiónos Nacho Montecalar en el foro “ Santo Tomás Moro “, acerca de la Caballería Cristiana como mejor antídoto contra la yihad mahomética entre otras cosas.
Con todo, el mismo autor nos refiere lo siguiente ( Que Nueva Hispanidad nos obsequia también como contraportada ): “ Si hoy procuramos historiar el periodo indiano es, en primer término para cooperar con la tarea desmitificadora que la gesta de España y de la Iglesia en América reclaman. Y no ciertamente por mero afán erudito ni para señalar, con esa curiosidad enfermiza que ahora llaman “ historia de la vida privada “, las costumbres supuestamente perimidas de unos hombres demasiado afirmados en sus ideas y creencias. Si nos proponemos historiar esta epopeya es porque en su devenir hunde sus raíces nuestra identidad nacional, esto es, nuestro propio ser histórico, cultural y religioso. Historiar a los santos y a los héroes españoles y criollos, narrar sus aventuras, sus afanes, sus grandezas, es describir aquello que, pese a tantos ataques, nos retrata y nos distingue como nación hispanoamericana. “ La única pega que yo humildemente pongo, como tengo acostumbrados a mis sufridos lectores, es que la “ confección nacional “ que sufrió Hispanoamérica tras una falsa independencia se debió a otros muchísimos intereses--La misma actual República del Uruguay fue un arreglo que en forma de “ estado tapón “ hizo la Pérfida Albión-- que en última instancia no concordaron con su Tradición, ni tan siquiera con lo que algún separatista pretendió. Y no me malinterpreten, por supuesto que una situación casi idéntica vivióse en la Vieja España y aún sufrimos sus consecuencias, con una brutal desintegración territorial que nos hace recordar cada día a la Isabelona, tan bien seguida por su bastardo descendiente de la prensa rosa y de periodistas serviles venidos a menos. Y la pena que tengo es que en estos dos siglos nos hemos ido alejando más y acercándonos contra natura a otros; hoy, en esta falsa España, un moro nacido en Ceuta o un inglés son ciudadanos de pleno derecho, mientras que un argentino es marcado con el fuego del visado casi imposible....Entre ello y una leyenda negra pro-indigenista que vive más en el Viejo Mundo que en América, podría decirse que han logrado borrar todo vestigio de orgullo hispánico posible, cosa que comenzó, como bien dejaba Maeztu, entre falsos complejos de inferioridad y una suerte de “ necesidad de extranjerismo “ que aún colea. Por todo ello, no dejo de recomendar este libro, tan completo sobre nuestra esencia y tan indagador sobre este aspecto teológico que hoy día deberíamos tener muy en cuenta.
Los Españoles en la Literatura, de Ramón Menéndez Pidal. Colección Austral, Espasa Calpe, S.A.
Este librito me lo compré paseando con mi señor padre por la Plaza Pérez Pastor de Punta Umbría, degustando el microclima que nos ofrece aquella brisa de la ría que avecinda al Atlántico; donde cada verano, la Feria del Libro parece traer siempre los mismos volúmenes; al menos, a Dios gracia que pareciere no le afectare en demasía la inflación y esas cosas de la plusvalía capitalista. Así, pues, rebuscando entre muchas obras que ya tengo en mi particular biblioteca, encontré esta del galaico erudito y no me lo pensé dos veces en adquirirla. De D. Ramón tenía muchas “ cosas sueltas “, muchos y peores apuntes, desde que entrara en la universidad cursando Filología Hispánica para al año siguiente cambiarme a mi vocación de historiador, que esperemos que llegue a buen puerto....Y desde su Los Españoles en la Historia me estoy empapando con mejor savia de su sapiencia.
En una obra que se antoja de dimensiones incomparables, Pidal hace una colosal capacidad de síntesis ( Cuán grande es mi envidia, ante tan mediocre barroquismo que mal aliña todo aquello que intento escribir ), acompañada de una claridad y una visión histórica muy acertada. Si bien en Los Españoles en la Historia hay alguna “ postura política “ y de una “ falsa reconciliación entre españoles “ con la que no concuerdo ( Muy de moda según cierto “ oficialismo franquista “ ); en esta no hallé nada por el estilo.
La temática en la que basa su profundo estudio gira en torno a lo siguiente: Caracteres Perdurables, Sobriedad, el “ Arte para todos “, Austeridad Ética y Estética, Caracteres Contradictorios, “ Tradicionalismo “. Como bien analiza históricamente, aun en los cambios lógicos que la “ Historia viva “ ha producido en los pueblos de las Españas, han permanecido ciertos caracteres muy firmemente arraigados. Lo que sí me impresiona es su reiteración, tanto a nivel histórico como cultural, de hechos como la “ sobriedad “ o la “ austeridad “; aun en nuestros tiempos atribuidos a hechos como el Trono de los Austrias, por poner un ejemplo; cuando fueron más bien los Habsburgos los que se adaptaron al “ modismo hispánico “, en contraposición a la “ pompa flamenca “. Firma un punto de inflexión en eso de los caracteres perdurables en ejemplos tan bellos como el Amadís de Gaula, bien alabado por el conde de Gobineau; pero del que bien se mofa por su obsesión racista basada en el supuesto “ puro ario “, que en el Amadís de Gaula carece de sentido alguno, como comparable a algún otro aspecto también. Luego está el tema del “ Arte para Todos “, el empeño por los autores hispanos en que su obra no sólo fuera conocida en determinados ambientes cortesanos e incluso su conciencia ( De mejor o peor gana ) de que podrían ser retocados en futuros no lejanos. Ahonda, pues, en las composiciones típicas hispanas que van al “ estilo realista “ mucho antes del siglo XIX. Ahonda en la misma lírica española analizando el alto sentido estudioso que le dio Menéndez Pelayo. Ahonda en algo que puede estar relacionado con la tradición musical, tal y como es la irregularidad de los metros, las rimas cortas y breves pero constantes, y la importancia del “ cuento histórico “, desde el Cantar de Mio Cid ( Aunque a mí también me recordó hasta El Gaucho Martín Fierro, por poner un ejemplo ). En ello mismo va la importancia en España de lo anónimo. En ello me acordé en buena parte de muchas composiciones del flamenco, donde hasta los “ mairenistas/andalucistas “ van reconociendo que hasta los cantes que se creían más “ racialmente gitanos “ guardan un asombroso parecido con la métrica de la jarcha, la primera lengua romance hispánica ( Que no árabe; como tampoco es árabe el tamazight, sino beréber ). En lo de la “ irregularidad métrica “ me acordé de mí mismo y de ciertas críticas certeras que amigos míos me han lanzado; claro que no por ello yo me atribuyo talento alguno sino al contrario. Son características muy nuestras que el maestro gallego analiza sobre todo en base a las literaturas castellanas, catalanas y portuguesas; y que también entra en lo comparativo con la literatura del resto del Viejo Continente, desde lo mitológico que pervive como “ pedagógico “ en lo Medieval, por ejemplo.
Lo que sí he echado de menos, entendiendo su eje en “ Castilla-Cataluña-Portugal “; ha sido quizá el análisis de la literatura más minoritaria que hubo en España en otras lenguas como el astur-leonés, de la cual Pidal acabaría siendo buen estudioso; amén por supuesto de un enlace entroncado ( Que no necesitaría justificación alguna, sino al contrario ), con la literatura de las Españas Americanas.
Comentarios Reales, del Inca Garcilaso de la Vega. Edición, selección, introducción y notas de Mercedes Serna. Clásicos Castalia, Madrid.
Si hay alguna obra que nos pueda apasionar a los que amamos e indagamos en la Historia de América, ésta son los Comentarios Reales. Uno no se imagina un personaje histórico como el Inca Garcilaso que apareciera, por poner un ejemplo, en la Historia Anglosajona. Dicen los profesores marxistas que por lo menos los anglos supieron imprimir una democracia capitalista real, y que con un capitalismo moderno es más lógica la evolución hacia el socialismo....Barrabasadas aparte, nadie puede negar esto que digo: De cómo la nobleza incaica fue reconocida por la Corona de Castilla, de cómo los indios fueron también sus súbditos, y de cómo la legislación española se adaptó a la realidad del Nuevo Mundo con Consejo y Leyes de Indias, cabildos, audiencias, etc. Asimismo, es la burguesía roja profesoril la primera en reconocer al Inca Garcilaso como un personaje vital en la Historia Hispanoamericana.
Por otra parte, he escuchado en más de una ocasión, y pienso que sin desacierto, que la estructura social y política de las Españas fue más fácil de imprimir en aquellas áreas americanas mayormente desarrolladas. Pensemos que los ejes políticos que van a vertebrar el Imperio Americano serán México y el Perú, después de las Antillas. Y que con el Inca Garcilaso, nos encontramos de lleno, ya en los primeros tiempos después de pasar la Conquista ( Que tuvo que continuarse en duros episodios como Vilcabamba o el Chile ). Con todo, esta obra está en castellano, pero de no ser por los misioneros españoles, la lengua quechua dudo que pudiera haberse conservado, pues los incas no usaban la escritura.
Aquí tenemos la Historia del Incario Prehispánico de manos del hijo de una noble inca y de un capitán celtibérico. Garcilaso, buen conocedor del quechua y del castellano, las dos lenguas mayoritarias del área nuclear peruana, concede una especial importancia a la lingüística dentro de la obra historiográfica, pues a su parecer, muchos españoles no estaban traduciendo del todo correctamente aquella lengua amerindia. Desde el Inca Garcilaso a Menéndez Pidal, se ha mantenido viva en la historiografía hispana la importancia de lo filológico, dándole un valor fundamental para el análisis y la precisión. Ya Rafael Altamira pone de énfasis que, no obstante, ha sido España el alma mater de los estudios de lingüística comparativa.
Gómez Suárez de Figueroa, o Garcilaso de la Vega Chimpu Ocllo, se muestra asimismo como un buen conocedor de la historiografía clásica, del valor ejemplarizante que ésta puede y debe tener, y de diversos autores que han influenciado a nuestra cultura desde ya ese mencionado mundo grecorromano, amén de algún autor hebraico incluso.
Durante su estancia en la Vieja España, con parte de su familia paterna, tomó parte como soldado hispánico al servicio de Juan de Austria contra los alzados moriscos de las Alpujarras. Amplió su cultura en una Córdoba que llegó a amar profundamente. Allí murió, y así reza su epitafio: “ Varón insigne digno de perpetua memoria: Ilustre de sangre, perito en letras, valiente en armas, hijo de Garcilaso de la Vega; de las casas de los Duques de Feria e Infantado, e hijo de Elizabeth Palla; comentó La Florida, tradujo a León Hebreo y compuso los Comentarios Reales. Vivió en Córdoba con mucha religión, murió ejemplar; dotó esta capilla, enterróse en ella, vinculó sus bienes al sufragio de las ánimas del purgatorio; son patrones perpetuos los señores deán y cabildo de esta Santa Iglesia. Falleció el 22 de Abril de 1616. Rueguen a Dios por su ánima. “ Como bien reza su epitafio, el Inca también preocupóse harto por la historiografía de la Florida, una zona que fue bien española y cuya conquista se pierde entre lo real y lo legendario. La nobleza de Garcilaso fue reconocida en España, como vemos.
Es un gusto poder gozar otra vez de las formas “ arcaicas “ del castellano, de algún modo presente no poco ello en mi habla rural de la Baja Andalucía; y que también se me acerca más a los troncos lingüísticos astur-leoneses y galaico-portugueses. El Inca se muestra exhaustivo hasta en la misma genealogía real prehispánica, o al menos lo intenta. Sus descripciones son intensas, muy realistas; aunque dicen que “ barre para casa “ cuando dice que en las culturas amerindias peruanas ya se estaba dando paso a una “ crisis religiosa “, más abierta hacia un “ posible monoteísmo “, y que por ello la cristianización del Perú resultó tan inmensa. Hoy día se discute este aspecto, máxime porque se cree que incluso la “ religión incaica “ era más politeísta de lo que se pensaba; pero realmente, ese enunciado de la “ crisis religiosa “ también lo refiere Jean Dumont en su obra La Hora de Dios en el Nuevo Mundo, apoyado, al igual que el Inca, en la sapiencia de muchos misioneros al servicio de Dios y el Rey Católico de España. Si bien es cierto que el Inca de la Vega pueda “ barrer para casa “ ( Él mismo reconoce que su lengua materna fue el quechua y no el castellano ), no es menos cierto su interés, su indagación, sobre la vasta cultura peruana, y que no le falta mucha semilla de verdad en esto en lo que insiste a lo largo de toda la obra; que trata desde la geografía del mundo, de cómo se descubrió América, de cómo los españoles llegaron al Perú, y desde Manco Cápac hasta lo que quedó en época española de la sangre real incaica. Garcilaso tuvo inmejorables fuentes, su propia familia, de sangre real, así como se apoya, buenamente conociendo, en la cronística de conquistadores y misioneros, tales como López de Gomara, el Padre José de Acosta, el Licenciado Polo de Ondegardo, Pedro Cieza de León, Agustín de Zárate, el Padre Blas Valera; o incluso refiere al Doctor Monardes.
Otro punto que Garcilaso cita es que los incas achacaban la pérdida de su imperio a la infame usurpación de Atahualpa. Esto ha sido utilizado por muchos historiadores ( Y no precisamente hispanistas ) como “ factor psicológico “ que atenazó los ánimos incas contra unos españoles muy minoritarios pero muy superiores en armamento. Lo que estos historiadores suelen omitir interesadamente es algo que no omite Garcilaso, y es que los incas tenían sometidos a no pocos pueblos que prontamente se aliarían con los conquistadores, como los cañaris, los mochicas o los chancas. Casos muy similares se dieron para con la hueste cortesiana en México.
Si bien la luenga magnitud de esta obra puede invitarnos al descanso de su lectura en alguna ocasión ( Todo hay que decirlo, pues, lo cortés no quita lo valiente ), resulta, vuelvo a reiterar, fundamental para entender cómo se enfrentó aquella cultura ( Que poco tenía que ver con el salvajismo itzae, azteca o araucano; y no por ello los conquistadores dejaron de ensalzar el ardor guerrero de aquellos pueblos ) con la llegada de los españoles; es una descripción severamente analítica acerca del paganismo, de la arquitectura, de la sociedad, de la economía, del clima, de la geografía, de la filología, de la milicia....Desde los confines últimos del Panamá hacia Quito, y hasta los lindes chilenos; que así ocupó la territorialidad que a posteriori se extendería hasta el Río de la Plata, teniendo como principal eje político al Perú Virreinal, aquél que bajo el águila bicéfala de los Habsburgos hispánicos conservó el sol del Incario, las tres coronas y la granada. Pues esa estructura hispanoamericana nació de algo, y el Inca Garcilaso nos pone de relieve muy bien la lógica semilla, en aquella cultura americana tan avanzada.
¿ La pega ? Pues que si bien Mercedes Serna se muestra como buena conocedora de la historia y la literatura de la Hispania Americana, incluye en su edición un contenido ideológico que desvirtúa una y otra vez el natural sentido histórico que tiene la magna obra del Inca Gómez de Figueroa.
Me ha impresionado muy gratamente esta obra que compréme en la librería “ El Giraldillo “ ( En la Calle San Fernando de Sevilla, en frente del Rectorado de la Universidad Hispalense, donde he desarrollado mi americanismo historiador....); desde el mismo “ con que este insigne español de América nos obsequia:
“ A la Serenissima Princesa Doña Catalina de Portugal, Duqueza de Bragança &c.
La común costumbre de los antiguos y modernos escriptores, que siempre se esfuerçan a dedicar sus obras, premicias de sus ingenios, a generosos Monarcas y poderosos Reyes y Príncipes, para que con el amparo y protección dellos, vivan mas favorecidos de los usufructos, y mas libres de las calumnias de los maldicientes, medio animo serenissima Princesa, a que yo imitando el exemplo dellos me atrevielle a dedicar estos Comentarios a V. A. por ser quien es en si, y por quien es para todos los que de su Real proteccion se amparan. Quien sea V. A. en si por el ser natural, saben lo todos, no solo en Europa, sino aun en las mas remotas partes del Oriente, Poniente, Septentrion, y Medio dia, donde los gloriosos principes progenitores de V. A. han fixado el estandarte de nuestra salud, y el de su gloria tan a costa de su sangre y vidas como es notorio. Quan alta sea la generosidad de V. A. consta a todos, pues es hija y descendiente de esclarecidos Reyes, y Príncipes de Portugal, que aunque no es esto de lo que V. A. haze mucho caso, quando sobre el oro de tanta alteza cae el esmalte de tan heroycas virtudes, se debe estimar mucho. Pues ya si miramos el ser de la gracia con que Dios nuestro Señor ha enriquecido el alma de V. A. hallaremos ser mejor que el de la naturaleza ( Aunque V. A. mas se encubra ) de su ya sanctidad y virtud todo el mundo habla con admiracion, y yo dixera algo de lo mucho que ay sin nota de lisongero, si V. A. no aborresciera tanto sus alabanças, como apetece el silencio dellas. Quien aya sido y sea V. A. para todos los que de este Reyno, y de los estraños se quieren favorecer de su Real amparo; tantas lenguas lo publican, que ni ay numero en ellas, ni en los favorecidos de V. real mano: De cuya esperiencia asigurado lo espero recebir mayor en estos mis libros, tanto mas necesitados de amparo y favor, quanto ellos por si, y yo por mi menos merecemos. Confiesso que mi atrevimiento es grande, y el servicio en todo muy pequeño, si no es en la voluntad: La qual juntamente ofrezco, promtissima para servir, si merecielle servir a V. A. cuya real persona y casa nuestro Señor guarde y aumente. Amen, Amen. El Inca Garcilasso de la Vega. “. Así fue, impresa en Lisboa primeramente esta obra. Lisboa, Sagres, Portimâo, Lagos, Palos de la Frontera, Sevilla, Sanlúcar de Barrameda, Cádiz; España, Ultramar....
El Buscón, de Francisco de Quevedo y Villegas. EDIMAT Libros ( Ediciones y Distribuciones Mateos )
Éste es el comienzo de mis re-lecturas del maestro castellano. Tiempo hace desde que leí El Buscón, Obras Jocosas y su Poesía; y ahora he retomado aquel tomo que compréme en la parte trasera de El Corte Inglés de Sevilla, sita en frente de la Iglesia del Silencio, bien franqueada con la Cruz de la Orden del Santo Sepulcro de Jerusalén. Allí me he comprado bastantes libros baratillos, la verdad. Un tomo grueso, que incluye cinco obras, y que, si la memoria no me traiciona, me costó 6 euros. Y el primero, el picaresco. De este género, como advierte Menéndez Pidal entre otros, la literatura española se enseñorea con su alma única, parafraseando a Quevedo, “ con todo género de picardía “. El Buscón Pablos es la “ historia imposible “ de un individuo que nace en un difícil seno familiar, y que va descubriendo cierta vida como ciertas cosas de sí mismo a partir de una breve y poco estudiantina vida en Alcalá de Henares. Desde las profundidades de Castilla hasta su llegada a Sevilla, ocurren una serie de tropiezos, con unos trazos descriptivos deliciosos, con un análisis de ciertos “ tipos sociales “ ( No sólo los escalafones más “ bajos “ ) en clave humorística y desgarradora ( Hasta cruel en un momento dado ) y, en cierto modo, tirantes denuncias sobre la incipiente decadencia de las Españas que traía profundamente amargado al genio hidalgo de los Madriles. He saboreado más y mejor su talento en mi segunda lectura esta novela picaresca. Otra vez ahondando en los tonos arcaicos del castellano, donde Quevedo ya nos traza algún modismo que influenciará en los modismos argentinos, así como las citas de ciertos modismos sevillanos; otra vez redescubriendo los tonos que impresionaban en tantos recorridos a nuestro escritor. El abanderado del conceptismo hace gala de ello, en un lenguaje preciso pero de una densidad y significación profundas.
Es todo un trazo entre ambientes universitarios y tabernarios, de la Corte y sus alrededores, del pupilaje del tacaño Dómine Cabra a cómo foguéose en los primerizos trapicheos hasta dar un traspiés tras otro. Pablos se pierde en su memoria entre los puestos oficiales de la Monarquía, el hampa, los “ auto-excluidos “, los cuerdos y los locos, los mendigos y los señorones. Un humor muy fino, aunque hiriente, reiteramos, si se presta la ocasión. Una ironía trabajada en muchas covachuelas, se supone. Tanto así que hay veces que uno se pierde sobre si Pablos es un mero relator, o es un humorista aventurero, o es un cronista que juega entre la jerga, el gracejo y la mentira.
El libro viene precedido de una incipiente biografía que es interesante. Siempre son buenos los datos biográficos, pues ayudan a comprender mejor las obras, a mi humilde entender. Porque se acaba tildando a Quevedo de “ clasista “; y esto, como tantas otras mentiras ahistóricas, se debe a la mezcla de una nula comprensión historiográfica y de una mala uva muy envidiosa contra todo que huela a “ Antiguo Régimen “ aun siendo en literarios campos. Y esto, pues uno por desgracia ya casi lo sobrelleva; con tanto “ iluminado “ en el “ mundo intelectual “.
Y, con todo, un clásico imprescindible en la biblioteca de cualquier mediano lector que se precie. Caballero de Santiago del Siglo de Oro escribió, y no en vano. Que se luce en la picaresca como bien se luce en la poesía; y como testigo de la política moralista.
El lenguaje y los mitos, de Rafael Gambra Ciudad. Prólogo de Bernardino Montejano. Ediciones Nueva Hispanidad, www.nuevahispanidad.com
Sólo con el hecho de pensar de que un elemento como yo pueda leer un libro de tan gran calibre se viene a la mente el refranero castellano: “ No está hecha la miel para la boca del asno “. Pues así es, pero con todo y con eso, uno no deja de querer cultivarse aprendiendo de los mejores maestros. Gambra ha sido uno de los mejores maestros del tradicionalismo hispánico y su obra está muy reciente. Gambra el filósofo....Pero también trabajó la historiografía, con una minuciosa, exquisita obra sobre las Guerras Realistas, prologada por José María Pemán ( Uno de nuestros mejores poetas contemporáneos de los Reinos del Andalucía, silenciado cuando no falseado por el sistema ) y también trabajada por Ediciones Nueva Hispanidad, españoles de América que tan buenas obras laboran.
Quienes me conocen saben, sufren y padecen mis puntualizaciones sobre las cuestiones del lenguaje y sus muchas falsedades actuales. Me puede muchas veces la pedantería, aliñada con ciertas aficiones filológicas que aún poseo más o menos vivas desde que cursé un año de Filología Hispánica. Rafael Gambra no sólo se muestra asimismo como un gran conocedor de nuestra filología, sino como el alma mater de la filosofía católica que tan buenos frutos ha dado en las Españas, en esa Luz Tridentina que fuera antaño. Gambra recoge el mejor testigo de nuestra tradición escolástica, aquella que forjara la Cristiandad, nosotros en nuestra dura Reconquista; y que siglos de bárbaras revoluciones han pretendido desterrar. Don Rafael, de las mejores cepas navarras, usa su talentosa erudición para despejar muchas graves y maliciosas incógnitas de nuestro tiempo.
A mí se me viene a la mente, con esto del lenguaje mitificado, eso que está tan de moda, lo “ latino “....Miserablemente fue usado y falseado por el nacionalismo napoleónico, y, ah, casualidades de la vida, el marxismo ha acaparado su testigo....Gambra no toca este tema, pero a mí me lo recuerda. Y al fin y al cabo es un tema que, aun en mi personalismo, deja apreciar la “ colonización “ marxista, que se encumbra por encima de su patriarcado “ ilustrado “. Este es sólo un burdo ejemplo. También me recuerda a cuando Maeztu cita en su Defensa de la Hispanidad aquello de: “ Para nosotros se ha hecho el dilema de Dostoyevski: O el valor absoluto o la nada absoluta. “ Uno, que le da vueltas a la cabeza, supongo.
Sin duda, todos sabemos lo eficiente que puede ser el dominio de las palabras. El mismo Charles Maurras se preocupaba mucho de ello, con León Daudet, en la lengua francesa. Y, enlazando con nuestra tradición religiosa, Gambra refiere desde la Torre de Babel, la confusión que ya viene del bíblico Génesis. “ Miente, miente, que algo queda “; dejó dicho un prócer de la Revolución en Francia. De la confusión a la mentira, o de su respectivo aliño desde el lenguaje hasta la acción se puede producir desde “ arriba “ la mayor barbarie; como tristemente hace mucho que padecemos.
Gambra analiza cómo culturalmente el marxismo en especial, como buen hijo del liberalismo, ha sabido “ colonizar “ las más variadas mentes, desde las más inocentes cotidianidades hasta rangos más “ elevados “. La contradicción liberal de la misma falsa “ duda “ de todo o el concepto protestante de “ la religión de puertas para adentro “ acaba convirtiéndolo en el mayor “ dogmático “ del ateísmo al fin y al cabo. Por ello, el marxismo, en su análisis hegeliano, desde su creencia ciega en el “ proceso histórico irreversible “ y en ese “ evolucionismo revolucionario “ ( No pocos movimientos “ fascistas “--No todos, ciertamente-- nos pueden recordar esto; en su cariz hegeliano, pueden tildar a un tradicionalista de “ obsoleto “ o de “ no estar al día “ por el monarquismo o por la reivindicación del Estado Confesional, por ejemplo. Se abandona, pues, el conocimiento de los “ ciclos “ de la Historia y la fidelidad a las tradiciones para sucumbir ante la falsa “ filosofía alemana “ que encarna en el Estado el paraíso en la tierra, entre otras lindezas ) que tiene la punta de lanza en el socialismo como profético, científico y lógico. El marxismo ha sabido más y mejor retocar los más variados puntos del lenguaje, hasta los del “ seno eclesiástico “. No se priva de, al estilo de Sabino Arana, introducir neologismos imposibles que acaban por imponerse en las más variadas instituciones. Desde la misma “ verdad “ ( Título del leninismo periodístico, en ruso “ Pravda “ ), “ ciencia “, “ moderno “, “ antiguo “, “ paz “, “ guerra “....Lo más tragicómico del asunto es que el socialismo no es, en modo alguno, realista. Aun “ superador “ de las anteriores y vagas formas de socialismo, el marxismo sigue bebiendo de la falsa filosofía idealista. El marxismo se abandera como “ activador del mundo “, dejando de lado al “ intérprete “; y de hace mucho, sobre todo a raíz de la irrupción maoísta, ha utilizado diversísimas técnicas de infiltración. Entre ellas el lenguaje, donde ha logrado imponerse ante la mojigatería liberal; hoy en España muy presente en esa derecha tonta, cobarde y acomplejada, sin más principio que el capitalismo más ruin y servilón hacia los más oscuros intereses, que desde luego en modo alguno son los de la Hispanidad Católica.
Gambra nos demuestra desde la clara lógica del filósofo ( Y hasta del historiador amante de la filología, como en la tradición hispana cabalgamos del Inca Garcilaso a Menéndez Pidal ) de cómo es imposible realmente vivir sin esa fuerza moral y ese arraigo por lo “ natural “ desde la familia a la patria. Al final, esos tan individualistas que tanto abominan de cualquier “ valor “ y de cualquier realidad social ( Esclarecedoras fueron las palabras de Margaret Thatcher, la comadre de Pinochet. Aquella sanguinaria de las Malvinas y de Irlanda mató a la sociedad en sus palabras: “ La sociedad no existe (…) es una abstracción....” ) intentarán imponer sus interesados y paupérrimos criterios a toda costa; y serán engullidos por unos totalitarismos que presentan hasta más “ lógica “ en un momento dado, lo cual no es muy difícil. Nos presenta el peligro de que este camino pueda seguir así, pues el daño en el lenguaje mitificado ya es mucho, y si nosotros no estamos alerta y como contrarrevolucionarios no estamos preparados desde “ abajo “, nada podremos ofrecer básicamente a las nuevas generaciones. Y si algo ofreció Gambra en su curtido combate fue mucho, desde abajo hacia arriba; para regocijo de sus más viejos correligionarios hasta el sanísimo aprendizaje de los más jovenzuelos. ¿ Cómo si nos consideramos hombres libres sabremos transmitir esa nuestra preciosa libertad si no somos conscientes y no sabemos contrarrestar los mitos en el lenguaje....?
El libro viene enmarcado por un clarificador prólogo de Bernardino Montejano. Yo me quedo con su contraportada: “ ¿ Qué podemos hacer para combatir el “ oscurecimiento de las inteligencias “ y la “ anestesia de las voluntades “ ? Gambra nos señala el camino: Preservar nuestro lenguaje, no admitir el lenguaje trasmutado y transmitir a las generaciones inmediatas ese medio en el cual pueda resurgir la luz y la inteligencia. Y ¿ qué hacer además de preservar ? El filósofo español nos deja su postrera enseñanza, la más importante para nuestra salvación: Que en la humildad y en el silencio de cada alma, demos respuesta a las virtudes teologales: Fe, Esperanza y Caridad. “
Y ahora voy a hincarle el diente a Dostoyevski. Crimen y castigo....Y también tengo hojeado una antología de Pessoa. Ya os contaré, pues.
Última edición por Ordóñez; 16/08/2007 a las 03:01
Éste verano me he leído el Arte de la Guerra de Sun-Tzu, y Sobre la Guerra de Carl Von Clausewitsz, ambas para mi son obras maestras.
Ahora estoy interesado en leer obras de los filosofos i escritores del movimiento Sturm und Drang ya que su visión emocional y contraria a la ilustración y racionalismo me parece interesante.
" CRIMEN Y CASTIGO ", DE FIODOR MIJAILOVICH DOSTOYEVSKI
Biblioteca Edaf
Y nada, que por fin logré degustar la gigantesca novela del genio ruso. No voy a negar que en ocasiones se me ha hecho algo “ pesada “ por su grueso contenido, pero echando a un lado apreciaciones un tanto “ ónticas “, vayamos más al meollo:
El prólogo de Miguel Ángel Molinero contiene datos biográficos sobre F. Dostoyevski harto interesantes, no lo niego. Mas hace un estropicio con una ideologización imposible ( Como todas, pues ). Una de sus piruetas es intentar trazarnos paralelismos entre Nietzsche y Dostoyevski; atrevimiento tal que pocas veces puede tristemente presenciarse. El mismo Tolstoi achaca que Dostoyevksi hubiera alcanzado su cenit si se hubiera dedicado a ser un “ reformador religioso “. Pero ni “ reformador religioso “ ni “ revolucionario de la cultura “, Dostoyevski no fue nada de eso. Escudándose tras su socialismo juvenil en las tradiciones rusas, marcadas quizá por el cisma oriental, los años de Siberia y las vicisitudes de su vida le hicieron afirmar que probablemente nadie como él conocía tan a fondo las Rusias. Dostoyevski es quizá influido por el “ pietismo “, tampoco lo niego. No obstante, al estilo de Solyenitsin, claro que Dostoyevski anhelaba reformas para Rusia, pero nunca copiando literalmente los corrompidos “ modelos occidentales “; sino empezando por aprovechar y resurgir las fuentes orgánicas patrias.
De hecho, en nuestra obra, Dostoyevski pone en Arcadio Ivanovich Svidrigailov, un personaje que aplica su relevancia en la trama final, la siguiente frase: “ En nuestra sociedad ilustrada no hay principios determinadamente sagrados “. De eso es de lo que se quejaba profundamente Dostoyevski, comprendiendo muy bien el valor del cristianismo, todo lo contrario que el tontiloco de Nietzsche. En “ Crimen y Castigo “ Dostoyevski nos presenta una sociedad enferma – Enmarcada en San Petersburgo -, con ansias de imitar como monos un mal conocido “ Occidente “, con relajación en la tradición religiosa, con una ociosidad que se traduce en el alcoholismo en muchos casos, con una desesperación en vidas insulsas y poco acomodadas cuya soberbia, ansias de imitación sin conocer realmente lo que es esa “ bonanza occidental “ e inestabilidad hace caer en el suicidio, etc. Sociedad atónita donde se estaba sembrando el caldo de cultivo de la Revolución, por desgracia, como advirtiera Donoso Cortés.
Rodion Romanovich Raskolnikov es un joven estudiante de Derecho, de provincias, que se ve abocado a dejar la carrera y a vivir una existencia miserable en San Petersburgo. Es una persona de un carácter muy dificultoso, con grandes altibajos en sus emociones. Parece inflexible a “ lo sentimental “ pero sin embargo en la práctica demuestra una honda ternura por los seres desvalidos. Incluso llega a confraternizar con un funcionario alcoholizado y mal casado y con su desvalida familia; sentimiento que le sobrecogerá y que de algún modo marca su carácter en la novela. Su obsesión se cristaliza en el maquiavelismo: Él llega a la conclusión de que las leyes y las normas están hechas para el “ común “ de los mortales, mientras que para los líderes, los “ seres superiores “ no; de hecho, ellos mismos, a base de avasallar son los que acaban imponiendo sus propios criterios que se generalizan en las postreras normas. Él tenía en mente lo que fue Napoleón. Y así, agobiado por las eternas deudas que tenía hacia una vieja usurera, piensa que matándola en verdad hará un bien mayor, pues así evitará que esa mujer siga sangrando con sus intereses a familias honradas. Usura que esa mujer desarrollada precisamente en una sociedad llena de trampas, que por un falso “ mayor nivel de vida “ se ve abocada a un interminable atolladero con innumerables intereses creados. Raskolnikov traza un plan que no puede fallar, pues aunque no lo exteriorice demasiado ( Debido a su antipática taciturnidad ), piensa que puede llegar a ser ese “ líder “, ese “ ser superior “ que no tiene por qué “ acatar leyes “. Y si bien le parecía que su teoría rozaba la perfección, falló en la práctica. Logró matar a la vieja pero al momento apareció su hermana, que era una muchacha dulce e inocente, a la que “ Rodia “ R. se ve “ obligado “ a asesinar también. Y encima, la sensación tan dura que le domina le hace olvidar el robo del dinero, llevándose eso sí, algunas joyas que esconde habilidosamente. Ambos actos criminales marcan en él muy extrañas sensaciones que, aunque logra escapar de que un primer momento una inepta policía lo atrape, no le dejan vivir en paz. Los días anteriores y posteriores al asesinato están marcados por su desaliño, por su poco apetito, por una extraña enfermedad psicológica, “ monomanía “, que le hace delirar a ratos.
Raskolnikov sólo logra hacer un buen amigo en la facultad, y ése es Razumikin, un joven dicharachero, honesto, laborioso, y que si bien no era un “ cateto “, no era muy dado a las falsas novedades que ladraban nihilistas y/o socialistas. Razumikin es un joven que en ocasiones, como muchos de su generación, se entrega a la bebida, pero que sabe estar en su sitio y sale adelante como traductor, lo cual acrecienta su carácter emprendedor. Razumikin se preocupa por la salud de Rodia y por todo lo que le acaece al huraño provinciano, que desconcierta a propios y extraños.
La madre y la hermana de Raskolnikov llegan a San Petersburgo, pues se supone que Dunechka ( Su hermana ) va a contraer matrimonio con un joven provinciano que ha va “ subiendo “ por su picardía, un joven moderno que está convencido en el capitalismo más extremo y que denigra las tradiciones y la compasión así como toda “ forma religiosa “ en general, aunque de puertas para afuera sea gustoso de guardar ciertas “ convenciones “. El tal Lujin es enseguida calado tanto por Raskolnikov como por Razumikin, quienes serán sus enemigos; y máxime Razumikin, que acaba prendado por la joven Dunechka. La madre es una viuda que sufre por las carestías de la vida y que tiene muchas ilusiones puestas en su hijo y en la honradez de su hija, la cual estuvo a punto de ser vejada por un vicioso, el marido de María Petrovna, donde ella trabajaba como institutriz. Ese personaje es Svidrigailov, un tipo sin escrúpulos y algo estrafalario que parece divertirse consigo mismo. Razumikin y Raskolnikov y hasta un joven socialista logran desenmascarar a Lujin ante los ojos de Dunechka y su madre y ambas se convencen de que su propósito radicaba en una equivocación. Raskolnikov llega a pensar que si su hermana aceptara ese matrimonio porque ello podría proporcionarle buena economía y así mantener un tanto a su madre y a él, sería sinónimo de prostitución. Es una de las muchas divagaciones que corren en la novela, que en un soberbio y llano lenguaje se mezclan con tramas que penetran en la angustia. Quizá no tanto por su voluminosidad, sino por esa misma angustia que te cala hasta los huesos cual frío vecino del Guadalquivir, a veces me sentí tentado a abandonar su lectura. Y a veces me siento tentado, mientras más conozco la obra de Dostoyevski, a aprender ruso para poder leerlo en su lengua. Qué cosas....
Al poco del asesinato, el alcohólico que Raskolnikov conociera en una taberna de mala muerte perece atropellado por un coche de caballos casi en su misma faz. El poco dinero que le da su madre lo gasta Raskolnikov en socorrer a la viuda en los gastos del entierro y etc. Aquel borrachón tenía una hija que a la larga había acabado como prostituta y de muy joven. La joven Sonia Semenovna, una chica bella, dulce y religiosa abocada a un mísero destino. Raskolnikov acabará locamente enamorado de ella. Ella se convierte en su confidente. Y es esa prostituta la que convence a Raskolnikov para que acepte la expiación que le toque en vida. En toda la novela en el fondo se ve ese ansia de salvación, ansia en que tanto insistía Ramiro de Maeztu. Por ello, el autor de “ Defensa de la Hispanidad “ acaba citando a Dostoyevski, y hace para la Hispanidad un dilema suyo: “ O el valor absoluto o la nada absoluta. “ Raskolnikov se contradice en su interior continuamente, su carácter acaba por desesperar a su familia, a sus amigos. Y en el fondo, un despabilado policía le admira, aunque ya sabe que fue él el asesino, a pesar de que un pintor que se encontraba por allí confesara, teniendo la idea del sufrimiento como fuente de regeneración vital. Raskolnikov fue incluso al lugar de los hechos, no sabiendo exactamente a qué ni por qué. Sus movimientos estaban marcados en el fondo por la inseguridad, a pesar de que a él le gustaría todo lo contrario.
Por ello, los momentos finales de la novela están destinados a un profundo mensaje de redención. El mismo Svidrigailov querrá insistir en sus malas intenciones sobre Dunechka pero fracasará, y al final se asqueará demasiado de sí mismo. Los detalles finales que desenlazan la trama dostoyevskiana no los cuento porque ya sería un estropicio para los neófitos; pero encierran ese ideal de salvación a través del sufrimiento, de un sufrimiento merecido por las miserias propias del ser humano que éste mismo agranda con falsedades creadas en una “ sabiduría moderna “ que no es tal; que a veces nos parece extraño y más por el patetismo del genio ruso, pero que advierten una grandeza moral harto necesaria. Grandeza moral que se complementa ante el valor que nuestro autor le da al sacramento de la confesión, anulado por los protestantes. Durante algunos momentos, creí reflejarme en Raskolnikov, no por criminal – Pues creo que no talento ni para eso -, sino por creerme superior en un momento dado para descubrir que no era más que un cúmulo de miserias; y recobrar la sanidad a través de ese merecido sufrimiento...Muy, muy recomendable; y deseando seguir conociendo la obra de Fiodor Mijailovich D.
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