ASOCIACIÓN ALFONSO X
MIGUEL HERNANDEZ Y JOSE MARÍA HINOJOSA , GENIALES POETAS DE ESPAÑA
Al calor del recuerdo y homenaje de uno de nuestros mejores poetas del Bárroco, Luis de Góngora, se fraguó en España la generación literaria del 27, de la cual Miguel Hernández (en palabras de Damaso Alonso) era su más genial epígono y José María Hinojosa uno de sus primeros cultivadores. Ciertamente el sentido de belleza y armonía en Miguel Hernández y en José María Hinojosa intentó hallar los elementos comunes entre tradición literaria culta y popular española y las vanguardias estéticas europeas y españolas y evolucionó desde la poesía pura y la gélida metáfora gongorina.
El destino trágico de nuestra historia reciente (esa que cretinos ignorantes y desalmados se empeñan en reescribir y oficializar) dió lugar a la trágica circunstancia de que los dos poetas, compañeros de generación y hermanados en gustos estéticos, sufrieran personalmente dicho conflicto, uno encarcelado y muerto por una de esas enfermedades que en los años 40 tantas vidas se cobró y el otro cruelmente asesinado. Aún así en ambos palpitaba un enorme corazón español, lleno de amor a su tierra y a su pueblo. Y cada uno procuró defenderla del mejor modo que puso. La biografía de estos dos autores rompe muchos mitos cínicos sobre nuestra contienda civil.
Miguel Hernández, poeta alicantino de Orihuela fue hijo de una familia acomodada de pastores. Fue escolarizado gratuitamente gracias a la labor social de centros católicos (escuelas del Ave María y colegios de jesuitas). En 1925 el canónigo Luis Almarcha inicia una amistad con Miguel y pone a disposición del joven poeta libros de San Juan de la Cruz, Gabriel Miró, Paul Verlaine y Virgilio entre otros maestros de las letras europeas. Sus visitas a la Biblioteca Pública son cada vez más frecuentes y empieza a formar un improvisado grupo literario junto a otros jóvenes de Orihuela en torno a la tahona de su amigo Carlos Fenoll. A partir de este momento, los libros serán su principal fuente de educación, convirtiéndose en una persona totalmente autodidacta. Los grandes autores del Siglo de Oro: Miguel de Cervantes, Lope de Vega, Pedro Calderón de la Barca, Garcilaso de la Vega y, sobre todo, Luis de Góngora, se convertirán en sus principales maestros.
Tras este prometedor comienzo marcha a Madrid por segunda vez para obtener trabajo, donde logra primero ser nombrado colaborador en las Misiones Pedagógicas y más tarde le escoge como secretario y redactor de la enciclopedia "Los toros"su director y principal redactor, José María de Cossío, que será en adelante su más ferviente entusiasta. Colabora además con asiduidad en"Revista de Occidente" y mantiene una tórrida relación con la muy liberada pintora Maruja Mallo, que le inspira parte de los sonetos del "Rayo que no cesa" Se presenta a Vicente Aleixandre y hace amistad con él y con Pablo Neruda. Este es el origen de su breve etapa dentro del Surrealismo, con aliento torrencial e inspiración telúrica. En Madrid también entabla contactos y amistad con Giménez Caballero y los escritores falangistas. Su poesía por entonces se hace más social y manifiesta a las claras un compromiso político con los más pobres y desheredados. En diciembre de 1935 muere su fraternal amigo de toda la vida, Ramón Sijé, hombre de firmes convicciones católicas y tradicionales y Miguel le dedica su extraordinaria "Elegía", que provoca el entusiasmo de Juan Ramón Jiménez en una crónica del diario El Sol. Al estallar la Guerra Civil, Miguel Hernández se alista en el bando republicano. Hernández figura en el 5º Regimiento y pasa a otras unidades en los frentes de la batalla de Teruel, Andalucía y Extremadura. En plena guerra, logra escapar brevemente a Orihuela para casarse el 9 de marzo de 1937 con Josefina Manresa. A los pocos días tiene que marchar al frente de Jaén. En 1938 nace su primer hijo, Manuel Ramón, que muere a los pocos meses y a quien está dedicado el poema "Hijo de la luz y de la sombra" y otros recogidos en el "Cancionero y romancero de ausencias", y en enero de 1939 nace el segundo, Manuel Miguel, a quien dedicó desde la cárcel las famosas Nanas de la cebolla. Escribe un nuevo libro:"Viento del pueblo". Destinado a la 6ª división, pasa a Valencia.
En la primavera de 1939, ante la desbandada general del frente republicano, Miguel Hernández intenta cruzar la frontera portuguesa y es devuelto a las autoridades españolas. Inesperadamente, a mediados de septiembre de 1939 es puesto en libertad. Los intelectuales del bando nacional interceden por Miguel Hernández y salvan su vida, pese a haber sido comisario político durante la guerra. Sin embargo la justicia militar lo requiere para determinar sus responsabilidades en la cruel represión republicana siendo encarcelado en Orihuela. En la cárcel de Alicante se le declara una "tuberculosis pulmonar aguda" que se extiende a ambos pulmones, alcanzando proporciones tan alarmantes que hasta el intento de trasladarlo al Sanatorio Penitenciario de Porta Coeli resulta imposible. Entre dolores acerbos, hemorragias agudas, golpes de tos, Miguel Hernández se va consumiendo inexorablemente. El 28 de marzo de 1942 expira a los treinta y un años de edad.
Algunos de sus poemas:
"Vientos del pueblo"
Vientos del pueblo me llevan,
vientos del pueblo me arrastran,
me esparcen el corazón
y me aventan la garganta.
Los bueyes doblan la frente,
impotentemente mansa,
delante de los castigos:
los leones la levantán
y al mismo tiempo castigan
con su clamarosa zarpa.
No soy de un pueblo de bueyes,
que soy de un pueblo que embargan
yacimientos de leones,
desfiladeros de águilas
y cordilleras de toros
con el orgullo en el asta.
Nunca medraron los bueyes
en los páramos de España.
¿Quién habló de echar un yugo
sobre el cuello de esta raza?
¿Quién ha puesto al huracán
jamás ni yugos ni trabas,
ni quién al rayo detuvo
prisionero en una jaula?
Asturianos de braveza,
vascos de piedra blindada,
valencianos de alegría
y castellanos de alma,
labrados como la tierra
y airoso como las alas;
andaluces de relámpagos,
nacidos entre guitarras
y forjados en los yunques
torrenciales de las lágrimas;
extremeños de centeno,
gallegos de lluvia y calma,
catalanes de firmeza,
aragoneses de casta,
murcianos de dinamita
frutalmente propagada,
leoneses, navarros, dueños
del hambre, el sudor y el hacha,
reyes de la minería,
señores de la labranza,
hombres que entre las raíces,
como raíces gallardas,
vais de la vida a la muerte,
vais de la nada a la nada:
yugos os quieren poner
gentes de la hierba mala,
yugos que habeís de dejar
rotos sobre sus espaldas.
Crepúsculo de los bueyes
está despuntando el alba.
Los bueyes mueren vestidos
de humildad y olor de cuadra:
las águilas, los leones
y los toros de arrogancia,
y detrás de ellos, el cielo
ni se enturbia ni se acaba.
La agonía de los bueyes
tiene pequeña la cara,
la del animal varón
toda la creación agranda.
Si me muero, que me muera
con la cabeza muy alta.
Muerto y veinte veces muerto,
la boca contra la grama,
tendré apretado los dientes
y decidida la barba.
Cantando espero a la muerte
que hay ruiseñores que cantan
encima de los fusiles
y en medio de las batallas.
"Llamo Al Toro de España"
Alza, toro de España: levántate, despierta.
Despiértate del todo, toro de negra espuma,
que respiras la luz y rezumas la sombra,
y concentras los mares bajo tu piel cerrada.
Despiértate.
Despiértate del todo, que te veo dormido,
un pedazo del pecho y otro de la cabeza:
que aún no te has despertado como despierta un toro
cuando se le acomete con traiciones lobunas.
Levántate.
Resopla tu poder, despliega tu esqueleto,
enarbola tu frente con las rotundas hachas,
con las dos herramientas de asustar a los astros,
de amenazar al cielo con astas de tragedia.
Esgrímete.
Toro en la primavera más toro que otras veces,
en España más toro, toro, que en otras partes.
Más cálido que nunca, más volcánico, toro,
que irradias, que iluminas al fuego, yérguete.
Desencadénate.
Desencadena el raudo corazón que te orienta
por las plazas de España, sobre su astral arena.
A desollarte vivo vienen lobos y águilas
que han envidiado siempre tu hermosura de pueblo.
Yérguete.
No te van a castrar: no dejarás que llegue
hasta tus atributos de varón abundante
esa mano felina que pretende arrancártelos
de cuajo, impunemente: pataléalos, toro.
Víbrate.
No te van a absorber la sangre de riqueza,
no te arrebatarán los ojos minerales.
La piel donde recoge resplandor el lucero
no arrancarán del toro de torrencial mercurio.
Revuélvete.
Es como si quisieran arrancar la piel al sol,
al torrente la espuma con uña y picotazo.
No te van a castrar, poder tan masculino
que fecundas la piedra; no te van a castrar.
Truénate.
No retrocede el toro: no da un paso hacia atrás
si no es para escarbar sangre y furia en la arena,
unir todas sus fuerzas, y desde las pezuñas
abalanzarse luego con decisión de rayo.
Abalánzate.
Gran toro que en el bronce y en la piedra has mamado,
y en el granito fiero paciste la fiereza:
revuélvete en el alma de todos los que han visto
la luz primera en esta península ultrajada.
Revuélvete.
Partido en dos pedazos, este toro de siglos,
este toro que dentro de nosotros habita:
partido en dos mitades, con una mataría
y con la otra mitad moriría luchando.
Atorbellínate.
De la airada cabeza que fortalece el mundo,
del cuello como un bloque de titanes en marcha,
brotará la victoria como un ancho bramido
que hará sangrar al mármol y sonar a la arena.
Sálvate.
Despierta, toro: esgrime, desencadena, víbrate.
Levanta, toro: truena, toro, abalánzate.
Atorbellínate, toro: revuélvete.
Sálvate, denso toro de emoción y de España.
Sálvate.
José María Hinojosa nació en Campillos el 17 de octubre de 1904, hijo de labradores acomodados. Influyó mucho en él su piadosa y ejemplar madre, Asunción Lasarte Juárez. En la década de 1920 se mudan a la ciudad de Málaga. José María estudiará entonces en el Colegio San Fernando y con los jesuitas del Palo. La carrera de Derecho la hace, brillantemente, en Granada y luego en Madrid, donde en las tertulias del Café Gijón hace amistad con un grupo de jóvenes poetas que formarán después la llamada Generación del Veintisiete. En Málaga se relaciona también con Manuel Altolaguirre y Emilio Prados; con ellos y con José María Souvirón funda la revista " Ambos" en 1923, precursora de"Litoral."
En París, donde estudia francés en La Sorbona, traba amistad con los jóvenes pintores surrealistas, algunos con indudables influencias del fascismo italiano, y llega a ser el introductor de esta tendencia en la poesía española. En parte de su obra se ve también la influencia del creacionismo y del ultraísmo, así como del futurismo, siendo un acendrado admirador sobre todo de la vanguardia futurista en la pintura y en la arquitectura. Tras una estancia en Londres, viaja en 1928 con José Bergamín a la entonces Unión Sovietica, de donde vuelve horrorizado por la destrucción llevada a cabo por el comunismo lo que le decide a implicarse decididamente en actividades anticomunistas en España. Su poesía está traspasada por una enorme riqueza de imágenes, singularidad de asociaciones y una extraordinaria sensualidad, con un aire apasionado y desmedido de libertad.
El advenimiento de la Segunda República le mueve a intervenir más activamente en política. Tradicionalista de militancia y convicción, tras pasarse por el Partido Nacionalista Español del doctor Albiñana (partido que en 1936 terminaría disolviéndose y uniéndose, motu proprio, a la Comunión Tradicionalista ), se presenta como candidato a diputado por Málaga. Después militaría activamente en el Carlismo andaluz. Es uno de los intelectuales represaliados por el gobierno de la República con ocasión del intento de golpe de Estado del general Sanjurjo, el 10 de agosto de 1932. El poeta nada tenía que ver con dicho golpe, pero su condición de patriota y de tradicionalista lo llevó junto a otros miembros de la Comunión Tradicionalista, de Acción Española y del Partido Nacionalista Español a un cruel encarcelamiento.
Tras el inicio del alzamiento cívico militar del 18 de julio contra los desmanes del Frente Popular nuevamente fue arbitrariamente detenido y posteriormente fusilado en la Prisión Provincial de Málaga junto con su padre, Salvador Hinojosa Carvajal, y su hermano, tras haber sido hechos prisioneros unos días antes; con ellos serán cruelmente torturados y asesinadas otro medio centenar de personas, entre ellas un hermano de Altolaguirre.
La Diputación Provincial de Málaga lo nombró en 1998 Hijo Predilecto de la Provincia de Málaga.
Algunos de sus libros, muchos de ellos ilustrados por Benjamín Palencia, Salvador Dalí, Bores o Moreno Villa:
Poema del campo (Madrid, 1925). Poesía de perfil (París, 1926). La Rosa de los vientos (Málaga, 1927). Orillas de la luz (Málaga, 1928). La flor de California (Madrid, 1928). La sangre en libertad (Málaga, 1931).
"SIEMPRE ELLA"
Precisamente porque estaba sola
tendida en una rama de la noche
no quise vadear el arco iris
para unir en un beso nuestras voces.
Ella guardaba dentro de sus ojos
una pareja de palomas blancas,
ella tenía dentro de sus párpados
la nieve derretida de sus lágrimas.
Esta noche de seda, cómo cruje
y se hace toda ecos, a mi paso,
ocultando en sus pliegues las palabras
que escapan sin querer de nuestros labios.
Precisamente porque estaba sola,
yo me había disuelto con el aire,
dejó volar aquel par de palomas.
(José Mª Hinojosa, Orillas de la luz, 1928)
"ERÓTICA IMPREVISTA"
Hundido entre juncales,
eludí la pasión
de la mujer sin carne.
Eludí la pasión,
dentro de mi ramaje
y sin quererlo yo.
Perdida entre arenales
la mujer, ya voló
mi carne con su carne.
"PASIÓN SIN LÍMITES"
Vuela mi corazón
unido con los pájaros
y deja entre los árboles
un invisible rastro
de alegría y de sangre.
Las gotas de rocío
se helaron en las manos
abiertas y floridas
de los enamorados
perdidos en la brisa.
Vuela mi corazón,
mi corazón atado
con cadenas de estrellas
a la sombra de un árbol
atado con cadenas
y con cantos de pájaros.
Nuestro más sincero homenaje y recuerdo a estos dos grandes poetas de España y nuestro más profundo desprecio a los que pretenden reescribir la historia y renegar de su Patria.
Javier Arnedo
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