“ FÓSILES POLÉMICOS “, DE RAÚL LEGUIZAMÓN
( Análisis Crítico sobre la “ Evidencia Fósil “ del Origen del Hombre )
Ediciones Nueva Hispanidad; Nueva Hispanidad Académica – Ciencias; www.nuevahispanidad.com
Desde que leí Y el hombre se convirtió en mono, convine con Félix Della Costa en que debía complementar mis lecturas de D. Raúl. Y desde entonces lo he tratado en mis siguientes pedidos.
Espero que no crean que de repente me dio por compartir ciertas obsesiones con las sectas fundamentalistas gringas. No, no es eso. Simplemente uno a diario, y más en la carrera que malamente estudia ( Aún ) tiene que soportar una serie de estupideces que se antojan insufribles. Hubo una vez que me dio que pensar – en especial sobre este tema, digo – y fue cuando un profesor de Historia Antigua de la Universidad de Sevilla me dijo que tenía que estudiar para aprobar, pero que para nada me creyera “ lo de los huesecitos “ porque era todo mentira. Existe un tinglado de cátedras de chupópteros ineptos que “ adoctrinan “ con sus babosadas a una masa acrítica de alumnos que lo acogen todo como caballos de buena boca que son. Y esto es muy peligroso. Máxime porque en absoluto, como insiste el Dr. Leguizamón, se ha demostrado nada al respecto. Empezando por las mismas dataciones, que no se hacen desde los fósiles, sino desde las rocas donde se encuentran esos fósiles….Una serie de incongruencias en las fechas y en las exposiciones fáciles de ver si se es “ quisquilloso “; y en la que mucho contribuyó el obsesivo Teilhard de Chardin, que trabajó plácidamente en la China ocupada por el imperialismo japonés, por cierto. Encontramos un hueso y ya sabemos hasta de religión y vestimenta y sacamos publicaciones de todo tipo con la historieta....¿ Que no concuerdan ciertas fechas, como que el supuesto hueso de Homo Sapiens es más antiguo que el del “ hombre-mono “ ? No pasa nada, las olvidamos o nos inventamos otra cosa; y a recolectar subvenciones del estado capitalista de turno. Dios no tiene nada que ver con esto; fue todo un “ experimento natural “ como el choque de las moléculas....Y de ahí a la ideología: Del “ progresismo de la Belle Epoque “ al marxismo o el nacionalsocialismo, bebedores directos de la falsa “ ilustración “ que niega los “ ciclos de la Historia “ escudándose en su “ diosa razón “ y en la “ técnica “ como la genial arquitectura del universo que redimirá al hombre....Eso nace en las falsas escuelas de paleontólogos, antropólogos y arqueólogos chorras. ¿ Que no interesa saber que en la Baja Andalucía hay yacimientos celtas porque según el andalucismo, como dice el PNV para las Vascongadas, acá jamás hubo celtas ? Pues a tapar se ha dicho, con la ayuda del mal gobierno de turno. Un “ dogmatismo “ más en la historiografía del estilo de “ Napoleón prócer de la libertad “ o el “ paraíso andalusí “ que merece ser combatido con rigor, como creo que lo hace este buen argentino. Les obsequio con dos textos de la contraportada del libro:
“ A la clásica pregunta de que si descendemos o no del mono, Darwin y su vieja guardia no tenían el más mínimo inconveniente en responder de manera afirmativa, como cualquiera puede ciertamente comprobar leyendo “ El Origen del Hombre “, por ejemplo, en donde el famoso naturalista inglés no vacila en sostener que el hombre se ha originado efectivamente a partir de los monos y, más concretamente, de los monos del viejo mundo o sea los así llamados monos catarrinos (…) Por supuesto que también en nuestros días, y como no podía ser de otra manera, todo darwinista ( O neodarwinista ) que se respete, está básicamente de acuerdo con esta hipótesis del origen simiesco del hombre y así lo dirá, por lo menos de entrecasa y a poco que se vea obligado para definir sus términos, pero para consumo del gran público y por razones no del todo claras, se prefiere hoy soslayar y aun negar esto del origen simiesco del hombre, insistiendo – con sospechoso fervor – en un supuesto antecesor común del hombre y del mono que habría dado así origen a ambos. Como este sedicente antecesor común no ha sido ni hallado ni definido con un mínimo de rigor, permite toda suerte de posibilidades especulativas acerca de sus características y por sobre todo pareciera cumplir la importantísima función de evitar el término “ mono “ – tan desagradable según algunos – para referirse a los antepasados evolutivos del hombre. Aclaremos de inmediato, a manera de advertencia para los desprevenidos, que este “ antecesor común “, no sólo es un ser completamente hipotético sino que además el término en sí, es completamente equívoco, ya que dentro del contexto de la hipótesis evolucionista-darwinista, este supuesto antecesor común no es ni puede ser otra cosa que un mono. Por cierto no necesariamente idéntico a los actuales, pero mono al fin....”
“ Nada habría que objetar si el origen simiesco del hombre fuera mostrado al público como lo que en realidad es y no puede dejar de ser: Una opinión, una hipótesis de trabajo, una conjetura. Más o menos razonable, más o menos coherente, más o menos disparatada, pero siempre de carácter hipotético. Lamentablemente no sucede así, y este origen simiesco del hombre es sistemáticamente presentado al gran público, a través de series televisivas, películas, revistas, libros de texto y de divulgación, etc. como un hecho científico demostrado; como algo de lo que se hubieran encontrado pruebas concluyentes, o por lo menos abrumadoramente favorables. Como entiendo que esto es ciertamente falso y como el que nuestros antepasados sean o no monos es algo que sin duda trasciende lo meramente científico, para afectar la visión que tenemos de nosotros mismos y del mundo en general....”
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