Cita Iniciado por jasarhez Ver mensaje
En Francia, el partido de Le Pen obtiene un gran caladreo de sus votos entre las clases bajas del cinturón rojo parisino. Un sector social (el obrero) que antaño siempre votaba socialista o comunista. Ya en el año 2012 se decía que el 35% de los votos de las clases populares francesas había ido a parar al partido de Marine Le Pen. Y muchos, no conseguían explicarse eso... Hoy estoy seguro de que ese porcentaje ha ido en aumento. ¿Ocurre que los obreros franceses se han vuelto 'de derechas' o sencillamente se encontraron desamparados?. El PCF fué un partido grande y fuerte en la Francia de los setenta. Y hoy está muy por detrás del FN... prácticamente acabado (en 2007, sólo pudo obtener 15 escaños). La mayoría de sus votos se fueron al FN de Le Pen.


Por eso entiendo a los obreros franceses que, hace ya tiempo mandaron a la m.... a socialistas y comunistas, y se pasaron casi en masa a votar a Le Pen (la ultraderecha que la llaman..). Y me pregunto por qué no se puede convencer a los obreros españoles del mismo modo que FN ha logrado convencer en su país a los franceses.

¿Qué saben hacer ellos que, aquí, en España, los españoles no sabemos?
Aunque las elecciones en sí hayan sido al parlamento europeo, aquí han sido "nacionales". Luego, la ideosincrasia de los franceses no es la misma que la nuestra y, por eso, ellos hacen cosas que aquí no hacemos. Y, en tercer lugar, aunque no por orden de importancia, si nosotros tenemos un "problema" relativo con la inmigración, ellos tienen un "problemón" o "problemazo". Así las cosas, no es difícil entender porqué votan a Le Pen. No es por el programa de gobierno que presenta -estoy convencido de que la mayoría de sus votantes ni lo ha leído-, es porque se supone que así se le mete miedo a quienes si deben ocuparse de la economía y, por otro lado, se avisa a esa inmigración. Se les viene a dar una idea acerca de qué es lo que pasaría si el FN gobernase en Francia y ocupasen la Presidencia. También es una advertencia a la Merkel y sus socios, tipo Rajoy y cía. Y, por supuesto, otro aviso a "nuestra progresía" tan escasamente nacional ella, lo que supone que no va a haber trasvase de voto rojo a ninguna formación de extrema derecha. De todos modos, un discurso anti-rojo en España puede tener un efecto positivo, aunque no sea más que por aquello de "cuando las barbas de tu vecino veas pelar, pon las tuyas a remojar."