Re: La culpa del estado-nación

Iniciado por
DOBLE AGUILA
Indudablemente, el Principado de Kíev es muy anterior a la URSS como indicas, pero el territorio que ocupaba Ukrania hasta hace poco sí que es un invento nacido de las dos Guerras Mundiales, y de acuerdos internos de la URSS; como Crimea, (que era rusa desde 1774 en que fue arrebatada a los turcos), Bukovina y el Budjak (moldavos, es decir rumanos), La antigua Galitzia Austrohúngara o principado de Halych (con partes polacas, eslovacas, húngaras) etc. Era, a mi juicio como Polonia, otro estado sobredimensionado por las vicisitudes del siglo XX.
Éste es el problema de los Estados sin fronteras geográficas bien definidas o delimitadas. Un ejemplo de las barbaridades que se han hecho lo tenemos en África, con Estados cuyas fronteras son líneas rectas formando ángulos de 90º. Tales disparates se corresponden con las antiguas administraciones coloniales y así se quedaron en el proceso de descolonización. Y lo malo del asunto es que no sólo no se corresponden con la geografía, sino que partieron en trozos a etnias enteras, con las nefastas consecuencias que hemos visto a causa de unas guerras brutales.
El caso ucraniano viene a ser algo similar, dejé a propósito en el artículo de la WIKi la parte relativa a la geografía, y destaca que es un territorio totalmente llano, salvo unos pocos montes cuya altura máxima apenas si rebasa los 2.000 metros. Y es que a la hora de las conformaciones nacionales de los pueblos la orografía de sus territorios ha sido decisiva. Esto pasa en buena parte del Este europeo y de ello no se escapa ni Rusia.
El problema de la consideración de "Estado" y "Nación", en España, desde un punto de vista académico creo yo, es que se tiende a considerar como arquetipo (como en todo el Continente europeo) la noción francesa constitucional y revolucionaria; de ahí que se conciba como una "rareza" el caso británico, que aunque tiene normas (escritas y no escritas) constitucionales, no tenga Constitución como tal. De ahí también, se explica que todos los países sin excepción de Europa (y Europa misma) si tengan Constitición o Carta Magna.
En efecto, es el concepto moderno y teórico, y de tal cuestión se deriva buena parte del problema separatista. La obsesión catalana por tener Estado propio la fundamentan en que si no es así no hay identidad propia, lo que mes absolutamente falso. Puede haber identidad sin Estado si la misma se fundamenta en la doctrina alemana del derecho de sangre, puede darse un elemento de identidad cohesionado a través de la lengua, las costumbres, las tradiciones y la cultura. Pero en el mundo "hiper-interrelacionado" de hoy ya no tiene mucha cabida eso que el autor del artículo ha llamado estado-nación, que si bien se diluye en otras entidades mayores, no deja de tener su importancia como agente de control social de su propio territorio. En realidad toda esta construcción tiene forma de círculos concéntricos, no hay nada inventado: familia, municipio, comarca, provincia, región, estado, organización supranacional. Por otro lado, el autor repudia la situación de interdependencia de los estados dentro de Occidente, pero le parece oportuna la idea de formar parte de modo igualmente interdependiente de esa Unión Aduanera Euroasiática, que no deja de ser "más de lo mismo", pues la UE es eso precisamente.
Pero en efecto, "Estado" en el sentido clásico, como conjunto de Instituciones de gobierno legalmente cosituidas, es algo que viene de la Antiguedad. Pero ya hemos visto que la mentalidad liberal tiende a considerar que todo nace realmente con sus revoluciones.
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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