La Iglesia se baja los pantalones y se lava las manos como Pilatos. Estos fariseos que dirigen la Iglesia de España tienen miedo de que los tilden de fascistas, de que los abandone la grey, quieren quedar bien ante el Gobierno. ¡Cuidado, que Dios vomita a los tibios! Franco salvó a la Iglesia, y así se lo pagan. Así paga el Diablo a quien bien le sirve.