Re: Autores pseudotradicionales (Francisco Elías de Tejada)

Iniciado por
Martin Ant
Pienso que la incongruencia de un tradicional socio-político no legitimista, es clara.
El problema que tiene es que está mezclando las cosas, "a priori" la discusión versa sobre qué es "tradicionalismo", pues usted mismo lo ha planteado. Y define como "pseudotradicionalistas" a personalidades no actuales, sino de tiempos bastante pretéritos, y cuyos escritos sirvieron para demostrar su total oposición a la "revolución emergente" que llegaba de Francia y de los recién surgidos Estados Unidos.
La asociación en España, aquí, en nuestra Patria, entre Tradicionalismo y Carlismo, es tardía tal como ya se lo indiqué en otro post, habiendo surgido el "tradicionalismo" bastantes años antes que el "Carlismo" que se inicia como una disputa dinástica. Ergo, sí el tradicionalismo es anterior al propio carlismo, no es coherente afirmar que fuera de dicha corriente no hay tradicionalismo.
Yo puedo entender que los intelectuales de la Comunión legitimista (Aparisi y Guijarro, Vázquez de Mella, Víctor Pradera, Elías de Tejada, Álvaro D´Ors, Rafael Gambra, Miguel Ayuso, etc., etc.) hagan glosas y comentarios de los cuerpos jurídico-legales españoles, y traten de excogitar a partir de los mismos los postulados o fundamentos de la filosofía socio-política característica o peculiar de las Españas en general, y de la institución monárquica hispánica en particular.
Esta labor no es ociosa, sino que era y es necesaria, dada la singularidad del revolucionarismo "español", que casi siempre ha tratado de presentarse a sí mismo, no como rupturista, sino como simple reformador y fiel continuador del milenario régimen monárquico español. Con estos exámenes y estudios de los ordenamientos jurídico-legales de los reinos o pueblos españoles, se ponía en evidencia la falacia de las razones y argumentos de los revolucionarios.
Y yo tampoco he cuestionado esto que usted afirma, lo que he hecho desde el primer instante es hablar de tradicionalismo, el que está justificado en la Santa Tradición y que usted se empeña en todo momento en ajustarla al Derecho español surgido mil quinientos años más tarde. Es decir, ese derecho, y la filosofía inherente al mismo, y la sociología correspondiente, para ser tradicionalista, o se ajusta a la Santa Tradición, o no es, y no al revés.
Por supuesto, todo este trabajo de indagación y explicitación de las características socio-políticas definitorias de las Españas, es un trabajo rico en distintos y variados aspectos y matices respecto de los cuales se puede seguir profundizando, y nadie afirma que se trate de llegar a unas ideas monolíticas inalterables y definitivas, sino que caben nuevas y continuas reflexiones sobre las leyes y el derecho de los pueblos españoles y de la Monarquía española que nos pueden llevar a puntualizar, o incluso corregir, afirmaciones o aserciones asentadas por anteriores intelectuales de la Comunión.
De igual modo, tampoco se ha dicho hasta ahora que no sea una aportación rica en matices, en parte alguna se dice, y parece ser bastante complicado pretender en que se centre en el eje de la cuestión que tan "generosamente" ha definido en el mismo título del tema.
PERO otra cosa muy distinta, es la de aquellos otros intelectuales, ajenos a la Comunión, que también se ponen a intentar indagar y excogitar esos principios o postulados ius-filosóficos y polis-filosóficos de las leyes y derecho de las Españas y de la Monarquía española (porque creen que esos principios y postulados pueden ser buenos para su aplicación socio-política actual),
y al mismo tiempo consideran superados y caducados esos mismos cuerpos jurídico-legales de los cuales han querido extraer y sonsacar esos susodichos principios.
La cuestión es que salvo Chateaubriand en Francia, ninguno de los pensadores mencionados hasta ahora tampoco manifestaron en sus escritos que fueran republicanos, o que se posicionaran apoyando a las diferentes ramas dinásticas en las que los Borbones se escindieron, tanto en la parte francesa, como en la española. Sí, alguno lo hizo le ruego que me lo haga saber.
¿Cómo diantres se puede casar o compaginar el hecho de que estos intelectuales ajenos a la Comunión legitimista, quejosos de la situación "jurídico-legal" socio-política imperante, quieran ir a sacar y beber en las fuentes de las legislaciones jurídicas españolas los postulados socio-políticos salvadores y rectificadores de la actualidad política imperante, y, sin embargo, acepten la nueva "legalidad jurídica" socio-política existente y consideren legalmente abrogadas esas legislaciones y derecho prerrevolucionarios de los cuales quieren servirse para obtener y descubrir los susodichos postulados socio-políticos tradicionales españoles? ¿Es que no vé usted la incongruencia de ese comportamiento?
.
La incongruencia en nuestros días radica en que diferentes plumas en distintos medios de comunicación, parecen estar descubriendo que los principios tradicionalistas son los necesarios para sacar a España de la situación en la que se encuentra. Y esa contradicción viene dada, sea por ignorancia, o porque desconocen el verdadero alcance de las cosas, que esas personas tienen que cambiar su propia manera de pensar dado que abiertamente son liberales. Alguno hay que puede ser considerado conservador, término extraño en sí mismo, pues el propio Carlismo en su legítimo afán de preservar y dar continuidad a las Españas lo es también. Pero entre unos y otros, ha habido un empeño feroz en descalificarlo, cuando es totalmente normal en otros países en los que no tienen un concepto del tradicionalismo como el nuestro.
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
Marcadores