Coincido con tus propuestas, pero sólo a título de matización de lo que dices:
Cierto: los partidos no son la única herramienta para empezar a establecer la alternativa. Tú hablas de fundaciones; yo prefiero hablar de plataformas cívicas. Pero en realidad, el nombre, estilo y organización internas de tales entidades depende de quienes las lleven a cabo. Además, tal vez la fundación o la plataforma tenga que surgir primero de unas asociación, y ésta a su vez quizá de un grupo de personas con disponibilidad, una línea y objetivos claros y una buena web.
De todas formas, las formaciones políticas de carácter principalmente electoralista no excluyen la asociaciones, fundaciones o plataformas cívicas de las que hablas, o hablamos. Es más: lo uno bien puede ser el gérmen de lo otro, dependiendo de los recursos –humanos y otros– con los que se cuente, además de con el entorno en que ellos se encuentren.
En realidad –y voy al meollo–, para hacer la política de que se habla en este hilo, debemos entender que TODO VALE –al menos en lo táctico, siempre y cuando la estrategia sea el tradicionalismo aplicado y la implementación de políticas inspiradas en él; y mientras la Doctrina que inspire ambas cosas permanezca impoluta en sus esencias.
El monotema (corrupción, inmigración, aborto, familia, seguridad ciudadana, código penal, cultura, etc.) puede valer para asociaciones o plataformas sectoriales, pero no para formaciones electoralistas. De hecho, cualquier formación electoralista que tenga un solo tema estrella, muy por encima y mucho mejor trabajado que otros, se expone a ser vista como un fuerza política de miras estrechas y sin soluciones para todo tipo de problemas, además de arriesgarse a que su tema se “resuelva” o a que se lo roben. Un ejemplo de esto último: todavía en una entrevista de mediados de 2006 Esperanza Aguirre dijo en su televisión que Madrid necesitaba –al menos– medio millón de inmigrantes más; tan sólo año y medio más tarde, en el debate televisivo entre PP y PSOE con motivo de la elecciones del 9-M-2008, Mariano Rajoy desplegó un poco esperado discurso “anti-inmigración” y realizó un clarísimo amago de captar el voto de los muchos descontentos con los efectos de la inmigración masiva. Pues bien, lo mismo puede ocurrir con “políticas sociales”, vivienda, seguridad ciudadana, etc.
De lo que dices, que comparto, extraigo un punto muy necesario para cualquier formación electoralista, tanto en el plano programático como en la praxis política de sus integrantes: dar ejemplo de transparencia y honradez desde el principio. En un municipio de pequeño o mediano tamaño, en que más o menos se conoce todo el mundo, este ejemplo cundiría con bastante rapidez. Pero ojo: con la honradez, también la transparencia.
De hecho, esto último va muy en la línea de lo que decía en mi anterior mensaje: plantear políticas que reformen la democracia –porque ellos no son la democracia– y avanzar paulatimanente, a base de reformismo radical –de raíz– y alternativo –que plantea alternativas reales– hacia una recristianización de facto de la sociedad. Como dije, esto no va a cambiar de la noche a la mañana los últimos trescientos años de historia (yo retrocedería mucho más), pero sí puede darnos la ocasión de empezar a hacer una política real y cristiana –ese tradicionalismo aplicado de que hablábamos.
Lo que planteas es bueno. No sé si puede hacerse desde ya. Sé que algunos estamos embarcados en otras alternativas, de corte diferente pero en la misma línea. Lo importante aquí –creo yo– es que cada persona o grupo de personas escoja bien en que pone sus energías y que –siempre en la línea que venimos discutiendo en este hilo– opte por las tácticas que mejor convengan a sus capacidades, posibilidades y entorno. Es importante empezar a hacer algunas cosas, aunque a veces éstas exijan un estadio realtivamente largo de fermento y preparación. Luego, en la medida en que cada iniciativa funcione –mejor o peor–, la fuerza centrífuga hará el resto. Una nota: cuando me he puesto a hablar con otros de lo que debemos hacer, siempre nos hemos encontrado con que nos faltaba lo más básico; por poner sólo dos ejemplos crudos y duros: 1) este foro no es económicamente autosuficiente; 2) nos hemos dado cuenta de que nos faltaba un corpus político-prático –ese desarrollo aplicado de la Doctrina del que estamos hablando– para poder sustentar o expandir en un futuro ciertas estructuras ya existentes. No sé como os irá por ahí a algunos, pero otros estamos embarrados en los cimientos (eso sí, mejor que en búnkeres), y la parte del edificio que levanta del suelo –hoy por hoy– es apenas pared y media todavía vulnerable a vientos políticos huracanados de cierto calibre.
Si me tuviera que poner a bosquejar los epígrafes de un programa conforme a lo hablado en este hilo, apuntaría algo así –por nombrar algunos: 1. Reforma del sistema político y de la función pública, transparencia y lucha anticorrupción; – 2. Defensa de la familia en todos los planos (natalidad, económico, etc.); – 3. Reforma del sistema migratorio, de la Ley de Estranjería y desaparición progresiva de la inmigración masiva; – 4. Políticas de justicia social; – 5. Seguridad ciudadana y lucha contra la degradación del entorno natural y social; 6 – Reforma de la instituciones españolas y políticas de cohesión nacional; – 7. Fomento del asociacionismo cívico, de una cultura verdaderamente popular y del deporte de base. – 8. Políticas de promoción e incentivos de la pequeña y mediana empresa autosuficientes; – 9. Vivienda y promoción del aceso a la propiedad privada de la personas y familias; – 10. Planes de promoción y restructuración de sectores productivos, investigación y nuevas tecnologías. – 11. Reforma de las estructuras y políticas policiales y de defensa; – 12. Reforma del sistema educativo y de la radiotelevisión pública. Creo que hasta el punto 10, hay algunas cosas aprovechables a nivel municipal. De todas maneras, sólo son epígrafes, del mismo modo que arriba sólo había ejemplos; tendríamos que dotarlos de contenido.
Un saludo
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