Re: ¿Podemos considerar a los hispanoaméricanos españoles?
Iniciado por
Donoso
¿Es algún tipo de pregunta retórica misteriosa? Porque no tiene ninguna relación con lo que he escrito.
El único sentido en el que se puede afirmar que un vasco, un mixteco, un filipino, un siciliano, un extremeño y un argentino de padres croatas son españoles es el sentido de participación de la civilización hispánica que han recibido por tradición. Ni sangre, ni lengua, ni costumbres, ni ninguna otra cuestión cultural o física les une.
Eso es lo que sucede a día de hoy, 2013, sólo existe el español de civilización (o hispánico), que es el que se había llegado antes del liberalismo, y luego está la versión liberal, nacionalista, reducida, mínina, ridícula y sin el menor interés, de español como personaje que porta un DNI expedido por un estado que en el siglo XIX decidió llamar España a un trocito de lo que fue la monarquía hispánica que cayó su poder.
¿Los habitantes de ese estado son españoles? Claro que lo son (somos), pero no porque tengamos DNI, lo somos porque también somos herededores de esa civilización. Cuando se pregunta si los hispanoamericanos son españoles, no se puede pretender entender la pregunta tomando de base ese segundo significado actual.
No, la pregunta ni es retórica, ni es misteriosa, es la que es. Del mismo modo que yo no he planteado duda alguna a lo que has dicho en los anteriores párrafos. vamos que ni quito ni añado y es lo que he venido diciendo, aunque tal vez haya que matizarlo más.
Porque el voluntarismo es esencialmente lo contrario del pensamiento católico tomista.
Es como decir que verdaderamente yo no soy hijo de mis padres si mi voluntad es no serlo.
Sin duda, aunque hay que recordar que "el tomismo" por mucho que guste y por mucho que sea un gran pensamiento, no es dogma en sí mismo, y eso si es lo que yo preguntaba, no otra cosa por mucho que tengas un telonero aplaudiendo cada vez que no llegamos a las mismas conclusiones a la vez.
Veamos, la voluntad forma parte de la actividad espiritual y en si su acto fundamental es la afirmación de un valor, que se conoce como "amor"... a Dios principalmente. El objeto de la voluntad "en general" es el que tiende al valor en general también, o al bien en cuanto tal. Filosóficamente eso se traduce en que la voluntad humana puede ser considerada como la actividad espiritual que el ser humano posee para afirmar o tener predisposición a los valores intelectualmente reconocidos.
Sería interesante saber en qué se opone esta argumentación a lo expuesto por santo Tomás. Y es distinto a la voluntad como "apetito" o "apetencia", en el que el bien no se identifica con la voluntad, o no está originalmente asociado a ella.
A su vez, el "voluntarismo", o adscripción que en mi no se da y nada de atribuirlo gratuitamente, se fundamenta en el hecho explicado filosóficamente -para eso no pasa de corriente de pensamiento-, y que da preferencia a la voluntad sobre el entendimiento (intelectualismo): v. psicológico ( Schopenhauer, Hartmann, Duns Scoto, Enrique de Gante); v. teológico (Lutero y con reservas Ockham); v. gnoseológico (kant); v. ético o pragmatismo (Nietzsche).
Pregunta: ¿y todo esto que tiene que ver con lo que estamos discutiendo aquí? Cuando se hacen afirmaciones complicadas y peligrosas hay que dar respuestas delicadas y juiciosas, no las fundamentadas en la mera opinión personal. Por mi parte, estoy dispuesto a iniciar una línea de discusión aplicado sobre el tema objeto de debate.
Y el ejemplo sobre los padres no me sirve, las razones son obvias. Y es que pese a todo lo que son los padres no predetermina necesariamente lo que sean los hijos: santos hay de padres depravados; criminales hay hijos de personas de gran valor en todos los aspectos. No es raro oír hablar de padres o de hijos, indistintamente, han renegado unos de otros, pero no los priva de ser lo que son unos respecto de los otros, y eso si es voluntarismo psicológico. Pero aquí no estamos tratando de eso.
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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