Re: Los Carlistas en la Guerra de Secesión Norteamericana

Iniciado por
Hyeronimus
Reconozco que no usé la palabra más apropiada, y de hecho no me acababa de gustar, pero no se me ocurrió otra en el momento. Sí pudo ser que hablara de carlismo con sus alumnos y algunos se interesaran. Ahora, que desfilasen con boina, uniforme y detente, no sé; después de nueve años, no recuerdo de dónde saqué la información, y es posible que al autor de dicha información exagerara un poco.
Seguramente hablaría del Carlismo pues era objeto de una parte de su trabajo como investigador. Sin embargo, en los países anglosajones hay una tradición de crear escuela o de un profesorado que tiene seguidores, al menos es algo mucho más acusado que aquí. Por tanto, sin que se le pueda acusar de proselitismo, si cabe que haya tenido seguidores interesados en sus trabajos.
Respecto a la referencia de tu fuente, descuida que no te voy a pedir que la justifiques documentalmente pues confío en tu palabra y me basta.
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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